En asuntos de herencias y sucesiones siempre es importante contar con un buen abogado
Cuando una persona fallece, se abre inmediatamente un necesario proceso legal y administrativo con el que se determina para quién quedarán los bienes y posesiones que integran el patrimonio del fallecido. En estos casos siempre es importante la participación de un abogado que ayude a establecer los acuerdos correspondientes dentro de lo que establecen las correspondientes normas legales.
La muerte de una persona es la extinción de una vida, y a la vez, el inicio de un proceso legal y administrativo con el que se busca establecer el destino de los bienes patrimoniales del fallecido, lo cual en ocasiones puede ser un problema cuando hay desavenencias entre los potenciales herederos.
Estas situaciones pueden volverse complicadas, y llegar a convertirse en largos y tediosos procesos que pueden extenderse por mucho tiempo. Para agilizar todo y buscar las salidas más efectivas, lo más recomendable es buscar siempre la asesoría legal de un buen despacho de abogados de herencias en Bilbao, con quienes seguramente se encontrarán las soluciones más justas y acertadas.
Los profesionales del Derecho especializados en sucesiones están plenamente capacitados para atender cualquier tipo de caso relacionado con herencias y sus consecuentes procedimientos legales. Con ellos siempre se hallarán las mejores soluciones enmarcadas dentro de las leyes, para que los bienes del difunto sean justamente repartidos entre quienes les corresponda recibirlos.
Los tipos de sucesiones
Hay dos tipos de sucesiones sobre los que se basan las leyes: la sucesión testada, en la que el causante deja por escrito su voluntad sobre cómo se deben repartir sus bienes; e intestada, en la que el difunto no ha dejado nada establecido y la repartición de bienes debe hacerse de acuerdo a lo que establecen las leyes.
Para ambos casos siempre es necesaria la participación del abogado de herencias, quien se debe hacer cargo de los procedimientos correspondientes para que todo se haga de acuerdo a lo que establecen las leyes.
En el caso de las sucesiones testadas, el abogado participa en la planificación de la herencia de su cliente, redactando el documento y haciendo el correspondiente registro en la notaría.
Tras el fallecimiento del testador, el abogado tiene la obligación de hacer valer su voluntad, siempre respetando lo establecido en las leyes que confieren derechos a los herederos legítimos (hijos, nietos, padres, hermanos y demás que establecen las normas en un orden jerárquico determinado), hasta en dos tercios de la herencia, lo cual debe cumplirse obligatoriamente.
Para que un heredero legítimo pierda su derecho sobre la parte que le corresponde de la herencia, debe haber sido desheredado previamente por parte del testador, para lo cual se deben cumplir algunos supuestos legales establecidos en las normativas jurídicas, de lo contrario, podrá reclamar con justo derecho lo que le toca del patrimonio exigido.
Solo en el País Vasco, donde en el año 2015 se aprobó la correspondiente ley, se puede apartar a uno o más herederos consanguíneos de la herencia sin tener que dar ninguna explicación, es decir, a los hijos, solo basta con la voluntad explícita del testador para desheredarlos legalmente.
Es una condición inusual en España, pero totalmente legal en el País Vasco, con la que se puede eliminar la condición obligatoria de repartir parte de la herencia entre los herederos legítimos, aunque no estén mencionados en el testamento.
Para las sucesiones intestadas, al no haber testamento, el abogado debe recurrir a lo que establecen las leyes y hacer la correspondiente declaración de herederos, que consiste en el trámite que se hace para establecer quién sucede al fallecido, de acuerdo a los criterios que dictan las normas, y que se basan en relaciones de consanguinidad y afinidad, en un orden y jerarquización determinados en ellas.
En ocasiones pueden suceder desacuerdos entre los familiares del fallecido, por lo que el abogado debe intervenir para tratar de arreglar el problema. En primera instancia, recurriendo a la mediación por la vía conciliatoria; y si no se logra nada, entonces por las vías jurisdiccionales en los tribunales y juzgados, para defender los intereses de su representado.
En todo caso, siempre debe participar un abogado en herencias para defender los derechos de su protegido y hacer valer la ley y la justicia, principalmente cuando no hay testamento y se debe hacer la declaración de herederos.
Cuando una persona fallece, se abre inmediatamente un necesario proceso legal y administrativo con el que se determina para quién quedarán los bienes y posesiones que integran el patrimonio del fallecido. En estos casos siempre es importante la participación de un abogado que ayude a establecer los acuerdos correspondientes dentro de lo que establecen las correspondientes normas legales.
La muerte de una persona es la extinción de una vida, y a la vez, el inicio de un proceso legal y administrativo con el que se busca establecer el destino de los bienes patrimoniales del fallecido, lo cual en ocasiones puede ser un problema cuando hay desavenencias entre los potenciales herederos.
Estas situaciones pueden volverse complicadas, y llegar a convertirse en largos y tediosos procesos que pueden extenderse por mucho tiempo. Para agilizar todo y buscar las salidas más efectivas, lo más recomendable es buscar siempre la asesoría legal de un buen despacho de abogados de herencias en Bilbao, con quienes seguramente se encontrarán las soluciones más justas y acertadas.
Los profesionales del Derecho especializados en sucesiones están plenamente capacitados para atender cualquier tipo de caso relacionado con herencias y sus consecuentes procedimientos legales. Con ellos siempre se hallarán las mejores soluciones enmarcadas dentro de las leyes, para que los bienes del difunto sean justamente repartidos entre quienes les corresponda recibirlos.
Los tipos de sucesiones
Hay dos tipos de sucesiones sobre los que se basan las leyes: la sucesión testada, en la que el causante deja por escrito su voluntad sobre cómo se deben repartir sus bienes; e intestada, en la que el difunto no ha dejado nada establecido y la repartición de bienes debe hacerse de acuerdo a lo que establecen las leyes.
Para ambos casos siempre es necesaria la participación del abogado de herencias, quien se debe hacer cargo de los procedimientos correspondientes para que todo se haga de acuerdo a lo que establecen las leyes.
En el caso de las sucesiones testadas, el abogado participa en la planificación de la herencia de su cliente, redactando el documento y haciendo el correspondiente registro en la notaría.
Tras el fallecimiento del testador, el abogado tiene la obligación de hacer valer su voluntad, siempre respetando lo establecido en las leyes que confieren derechos a los herederos legítimos (hijos, nietos, padres, hermanos y demás que establecen las normas en un orden jerárquico determinado), hasta en dos tercios de la herencia, lo cual debe cumplirse obligatoriamente.
Para que un heredero legítimo pierda su derecho sobre la parte que le corresponde de la herencia, debe haber sido desheredado previamente por parte del testador, para lo cual se deben cumplir algunos supuestos legales establecidos en las normativas jurídicas, de lo contrario, podrá reclamar con justo derecho lo que le toca del patrimonio exigido.
Solo en el País Vasco, donde en el año 2015 se aprobó la correspondiente ley, se puede apartar a uno o más herederos consanguíneos de la herencia sin tener que dar ninguna explicación, es decir, a los hijos, solo basta con la voluntad explícita del testador para desheredarlos legalmente.
Es una condición inusual en España, pero totalmente legal en el País Vasco, con la que se puede eliminar la condición obligatoria de repartir parte de la herencia entre los herederos legítimos, aunque no estén mencionados en el testamento.
Para las sucesiones intestadas, al no haber testamento, el abogado debe recurrir a lo que establecen las leyes y hacer la correspondiente declaración de herederos, que consiste en el trámite que se hace para establecer quién sucede al fallecido, de acuerdo a los criterios que dictan las normas, y que se basan en relaciones de consanguinidad y afinidad, en un orden y jerarquización determinados en ellas.
En ocasiones pueden suceder desacuerdos entre los familiares del fallecido, por lo que el abogado debe intervenir para tratar de arreglar el problema. En primera instancia, recurriendo a la mediación por la vía conciliatoria; y si no se logra nada, entonces por las vías jurisdiccionales en los tribunales y juzgados, para defender los intereses de su representado.
En todo caso, siempre debe participar un abogado en herencias para defender los derechos de su protegido y hacer valer la ley y la justicia, principalmente cuando no hay testamento y se debe hacer la declaración de herederos.