Artículo en Valeurs Actuelles
David Engels: “Los planes del Gobierno alemán son una pesadilla distópica y totalitaria”
![[Img #20043]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/05_2021/5593_engels.png)
David Engels (Verviers, Bélgica, 1979) es en la actualidad uno de los más prestigiosos historiadores europeos. Profesor de investigación en el Instytut Zachodni de Poznan (Polonia), donde se encarga del estudio en profundidad de cuestiones relacionadas con la historia intelectual occidental y la identidad europea, dedica también gran parte de su trabajo a esbozar una posible reforma de las instituciones europeas basada en lo que él denomina "Hesperialismo", una profunda y renovadora combinación del mejor patriotismo europeo con el más elaborado conservadurismo cultural.
Autor de El último occidental, su más reciente libro publicado en España por La Tribuna del País Vasco, el pensamiento, los análisis y la mirada de Engels se van extendiendo por los principales medios de comunicación conservadores de Europa.
En este sentido, y dentro de las colaboraciones habituales que Engels mantiene con la revista francesa Valeurs Actuelles, acaba de publicar un texto brillante y demoledor en el que demuestra cómo “los documentos actuales del Gobierno alemán parecen una pesadilla sacada directamente de 1984, la mítica novela de George Orwell".
Reproducciones algunos extractos del texto de David Engels.
“En Alemania se han tomado varias decisiones revolucionarias en los últimos días" (…)
“La primera decisión de gran alcance es la de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, encabezada por Thomas Haldenwang, un hombre de la CDU y fiel a Merkel, que establecía a partir del 29 de abril de 2021 la aparición de un nuevo organismo denominado 'Delegación del Estado al amparo de la Constitución'. Se trata de una entidad dirigida contra todos los ‘fenómenos, grupos e individuos’ que pretendan ‘suspender principios constitucionales esenciales o entorpecer significativamente el funcionamiento del Estado o sus instituciones. Esta decisión, aunque está explícitamente vinculada a los opositores a la política del Gobierno contra el coronavirus, es temáticamente muy amplia y no implica otra cosa que la posibilidad de monitorear como enemigos del Estado a todos aquellos que, por una razón u otra, se opongan abiertamente a las respectivas políticas del Gobierno federal. Porque la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, una institución probablemente única en Europa, es nada más y nada menos que un servicio de inteligencia interno con la competencia no solo para monitorear a los enemigos de la Constitución, sino también para infiltrar informantes en sus organizaciones y desintegrarlos desde dentro. En el futuro, incluso las pérdidas graves de libertad para proteger el clima pueden considerarse proporcionales y constitucionalmente justificadas”.
“La segunda novedad, también tremendamente alarmante, es la decisión, publicada el mismo día, del Tribunal Constitucional Federal, controlado por otro confidente de Merkel y político de la CDU, Stephan Harbarth, de sopesar ahora la ‘libertad de las generaciones presentes’ y 'la (hipotética) libertad de las generaciones futuras’ y adoptar sin restricciones el escenario de catástrofe ecológico-izquierdista del llamado calentamiento global provocado por el hombre. El resultado es la siguiente decisión: ‘De acuerdo con este principio, no se debe permitir que una generación consuma una gran parte de la cuota de CO2 en condiciones relativamente libres, si esto al mismo tiempo obligara a las siguientes generaciones a asumir una reducción drástica, exponiendo sus vidas a una pérdida considerable de libertad. Así, no sólo la teoría del calentamiento global provocado por el hombre, que sigue siendo científicamente discutible, está ahora consagrada en la Constitución alemana, sino que la ‘protección del clima’ se convierte en uno de los objetivos prioritarios del Estado alemán: incluso justifica graves ataques a la libertad en Alemania para salvar el clima y salvaguardar las ‘libertades futuras’. Esto es nada más y nada menos que la subordinación legal de todo el Estado alemán a la primacía de la política climática, otorgando al Ejecutivo poderes cuasi dictatoriales. Solo se puede pensar con horror en las consecuencias de esta decisión a partir de septiembre de 2021, cuando, como era de esperar, el Partido Verde dominará el Gobierno federal. No olvidemos que Alemania domina la mayor parte de Europa”.
“Este desarrollo alarmante no solo debería preocupar a Alemania, sino también a sus vecinos y socios europeos, porque el Tribunal Constitucional Federal no solo ha otorgado al Gobierno alemán el poder de actuar internamente en interés de la política climática, sino que también lo ha obligado explícitamente a imponer esta política a sus vecinos por todos los medios, incluido el chantaje: no olvidemos que Alemania domina la mayor parte de Europa a través de su participación en el sistema de subvenciones de la UE”.
La dictadura venidera
“¿Qué se concluye de estas dos resoluciones? Es muy simple: será cada vez más difícil, no solo en Alemania, sino probablemente también en toda Europa, oponerse a las decisiones del Gobierno de Berlín: si este último se ha dado un cheque en blanco, a través de la Oficina de Protección de la Constitución y del Tribunal Constitucional, para perseguir cualquier oposición interna como ‘deslegitimación del Estado’ e incluso restringir permanentemente los derechos fundamentales si esto beneficia al ‘clima’, también ha hecho de la extensión de esta política a todos sus vecinos un objetivo estatal primordial. Si tenemos en cuenta que la lucha ‘por el clima' no se ha limitado al ámbito estrictamente climático sino que presenta, como demuestra el ‘Green Deal’ planificado por Ursula von der Leyen (otro peón de Merkel y su CDU), toda una inmensa panoplia de ‘reformas’ globalistas y políticamente correctas, uno puede esperar con pavor los años venideros en el “viejo continente”: de la teoría de género al multiculturalismo, incluyendo la contención climática, la “transición”, la desindustrialización, la sustitución de la toma de decisiones humanas por inteligencia artificial, el transhumanismo, la banalización del aborto, la inmigración masiva y el Estado de la vigilancia digital".
"Lo que para muchos puede parecer una pesadilla sacada directamente de 1984 ahora aparece abiertamente en los documentos del Gobierno alemán. Todos aquellos que piensen que este es un discurso alarmista deberían echar un vistazo a la carta de las ‘ciudades inteligentes’ publicada en 2017 ya en el sitio del Ministerio Federal de Medio Ambiente de Alemania, y que promueve explícitamente una sociedad en la que el transporte privado será prohibido, decisiones individuales tomadas por computadoras, la propiedad privada abolida y la democracia reemplazada por una evaluación numérica de las preferencias colectivas de los ‘usuarios’. El silencio ensordecedor con el que el público recibe tal distopía dice mucho sobre el estado de la democracia en Alemania, y se teme que la situación no sea diferente en muchos otros países occidentales”.
David Engels (Verviers, Bélgica, 1979) es en la actualidad uno de los más prestigiosos historiadores europeos. Profesor de investigación en el Instytut Zachodni de Poznan (Polonia), donde se encarga del estudio en profundidad de cuestiones relacionadas con la historia intelectual occidental y la identidad europea, dedica también gran parte de su trabajo a esbozar una posible reforma de las instituciones europeas basada en lo que él denomina "Hesperialismo", una profunda y renovadora combinación del mejor patriotismo europeo con el más elaborado conservadurismo cultural.
Autor de El último occidental, su más reciente libro publicado en España por La Tribuna del País Vasco, el pensamiento, los análisis y la mirada de Engels se van extendiendo por los principales medios de comunicación conservadores de Europa.
En este sentido, y dentro de las colaboraciones habituales que Engels mantiene con la revista francesa Valeurs Actuelles, acaba de publicar un texto brillante y demoledor en el que demuestra cómo “los documentos actuales del Gobierno alemán parecen una pesadilla sacada directamente de 1984, la mítica novela de George Orwell".
Reproducciones algunos extractos del texto de David Engels.
“En Alemania se han tomado varias decisiones revolucionarias en los últimos días" (…)
“La primera decisión de gran alcance es la de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, encabezada por Thomas Haldenwang, un hombre de la CDU y fiel a Merkel, que establecía a partir del 29 de abril de 2021 la aparición de un nuevo organismo denominado 'Delegación del Estado al amparo de la Constitución'. Se trata de una entidad dirigida contra todos los ‘fenómenos, grupos e individuos’ que pretendan ‘suspender principios constitucionales esenciales o entorpecer significativamente el funcionamiento del Estado o sus instituciones. Esta decisión, aunque está explícitamente vinculada a los opositores a la política del Gobierno contra el coronavirus, es temáticamente muy amplia y no implica otra cosa que la posibilidad de monitorear como enemigos del Estado a todos aquellos que, por una razón u otra, se opongan abiertamente a las respectivas políticas del Gobierno federal. Porque la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, una institución probablemente única en Europa, es nada más y nada menos que un servicio de inteligencia interno con la competencia no solo para monitorear a los enemigos de la Constitución, sino también para infiltrar informantes en sus organizaciones y desintegrarlos desde dentro. En el futuro, incluso las pérdidas graves de libertad para proteger el clima pueden considerarse proporcionales y constitucionalmente justificadas”.
“La segunda novedad, también tremendamente alarmante, es la decisión, publicada el mismo día, del Tribunal Constitucional Federal, controlado por otro confidente de Merkel y político de la CDU, Stephan Harbarth, de sopesar ahora la ‘libertad de las generaciones presentes’ y 'la (hipotética) libertad de las generaciones futuras’ y adoptar sin restricciones el escenario de catástrofe ecológico-izquierdista del llamado calentamiento global provocado por el hombre. El resultado es la siguiente decisión: ‘De acuerdo con este principio, no se debe permitir que una generación consuma una gran parte de la cuota de CO2 en condiciones relativamente libres, si esto al mismo tiempo obligara a las siguientes generaciones a asumir una reducción drástica, exponiendo sus vidas a una pérdida considerable de libertad. Así, no sólo la teoría del calentamiento global provocado por el hombre, que sigue siendo científicamente discutible, está ahora consagrada en la Constitución alemana, sino que la ‘protección del clima’ se convierte en uno de los objetivos prioritarios del Estado alemán: incluso justifica graves ataques a la libertad en Alemania para salvar el clima y salvaguardar las ‘libertades futuras’. Esto es nada más y nada menos que la subordinación legal de todo el Estado alemán a la primacía de la política climática, otorgando al Ejecutivo poderes cuasi dictatoriales. Solo se puede pensar con horror en las consecuencias de esta decisión a partir de septiembre de 2021, cuando, como era de esperar, el Partido Verde dominará el Gobierno federal. No olvidemos que Alemania domina la mayor parte de Europa”.
“Este desarrollo alarmante no solo debería preocupar a Alemania, sino también a sus vecinos y socios europeos, porque el Tribunal Constitucional Federal no solo ha otorgado al Gobierno alemán el poder de actuar internamente en interés de la política climática, sino que también lo ha obligado explícitamente a imponer esta política a sus vecinos por todos los medios, incluido el chantaje: no olvidemos que Alemania domina la mayor parte de Europa a través de su participación en el sistema de subvenciones de la UE”.
La dictadura venidera
“¿Qué se concluye de estas dos resoluciones? Es muy simple: será cada vez más difícil, no solo en Alemania, sino probablemente también en toda Europa, oponerse a las decisiones del Gobierno de Berlín: si este último se ha dado un cheque en blanco, a través de la Oficina de Protección de la Constitución y del Tribunal Constitucional, para perseguir cualquier oposición interna como ‘deslegitimación del Estado’ e incluso restringir permanentemente los derechos fundamentales si esto beneficia al ‘clima’, también ha hecho de la extensión de esta política a todos sus vecinos un objetivo estatal primordial. Si tenemos en cuenta que la lucha ‘por el clima' no se ha limitado al ámbito estrictamente climático sino que presenta, como demuestra el ‘Green Deal’ planificado por Ursula von der Leyen (otro peón de Merkel y su CDU), toda una inmensa panoplia de ‘reformas’ globalistas y políticamente correctas, uno puede esperar con pavor los años venideros en el “viejo continente”: de la teoría de género al multiculturalismo, incluyendo la contención climática, la “transición”, la desindustrialización, la sustitución de la toma de decisiones humanas por inteligencia artificial, el transhumanismo, la banalización del aborto, la inmigración masiva y el Estado de la vigilancia digital".
"Lo que para muchos puede parecer una pesadilla sacada directamente de 1984 ahora aparece abiertamente en los documentos del Gobierno alemán. Todos aquellos que piensen que este es un discurso alarmista deberían echar un vistazo a la carta de las ‘ciudades inteligentes’ publicada en 2017 ya en el sitio del Ministerio Federal de Medio Ambiente de Alemania, y que promueve explícitamente una sociedad en la que el transporte privado será prohibido, decisiones individuales tomadas por computadoras, la propiedad privada abolida y la democracia reemplazada por una evaluación numérica de las preferencias colectivas de los ‘usuarios’. El silencio ensordecedor con el que el público recibe tal distopía dice mucho sobre el estado de la democracia en Alemania, y se teme que la situación no sea diferente en muchos otros países occidentales”.