Bilbao-Faro
El Algarve, más cerca del País Vasco con dos vuelos directos semanales
![[Img #20164]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/06_2021/9914_al.jpg)
La aerolínea Volotea conectará Bilbao con Faro durante esta temporada de verano con dos frecuencias semanales, los martes y los viernes, a partir del próximo 2 de julio.
El vuelo hacia la capital del Algarve (Portugal), con tarifas a partir de 28 euros, despegará a las 11.00 horas, con una hora estimada de aterrizaje a las 11.35 (hora local), mientras que el regreso desde esta ciudad será a las 12.00 horas, llegando a Bilbao a las 14.35 (hora local).
Fama mundial tienen los interminables arenales del Algarve, sus playas vírgenes y sus aguas cristalinas. Lo que muchos no saben es que aquí también es posible visitar en catamarán o en lancha playas paradisíacas dignas de salir en una postal. Entre otras opciones, Ilha Deserta se puede visitar en barco desde Faro y desde Olhão, y desde esta última ciudad también las islas de Farol, Hangares y Culatra, la ocasión única para relajarse en un paraíso y disfrutar de un sabroso pescado a la parrilla en un restaurante típico del lugar. Otra opción igual de tentadora es explorar algunas de las cuevas más bonitas del mundo, como la famosa Benagil, con su tan fotografiado algar (un agujero en el techo), y otras no tan conocidas, pero igual de apetecibles y accesibles solo por mar, que se pueden visitar a bordo de un barco tradicional, un moderno catamarán o, los más atrevidos, en piragua o su propia tabla de paddle surf.
La primera parada que deben hacer los que lleguen al Algarve por avión es Faro, su capital, donde no puede faltar una visita por sus calles peatonales, entre las tiendas, restaurantes y el bullicio de su zona moderna. Dentro del perímetro de la muralla aguardan al viajero una maraña de calles adornadas por mosaicos de mármol con rincones únicos como la Puerta Árabe del siglo XI, el arco de cerradura más antiguo de Portugal que servía de entrada a las murallas para quien llegaba por mar. Especial atención merece en la capital del Algarve la famosa capilla de los huesos, en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, que alberga mil huesos y cráneos de monjes que una vez sirvieron en un monasterio cercano.
Sagres, el lugar más occidental de Europa, es allí donde todo acaba. Es desde tiempos remotos una tierra mágica, el fin del mundo según una creencia que se mantuvo fervientemente entre los primeros pobladores y pasó de generación en generación durante siglos. Aquí, con unas espectaculares puestas de sol, se puede visitar el solitario faro del Cabo de San Vicente y el fuerte desde el que partió Enrique el Navegante en el siglo XV a explorar África. Todavía hoy en este lugar se encuentra una rosa de los vientos gigante que recuerda cómo navegaban los marineros hace siglos.
La aerolínea Volotea conectará Bilbao con Faro durante esta temporada de verano con dos frecuencias semanales, los martes y los viernes, a partir del próximo 2 de julio.
El vuelo hacia la capital del Algarve (Portugal), con tarifas a partir de 28 euros, despegará a las 11.00 horas, con una hora estimada de aterrizaje a las 11.35 (hora local), mientras que el regreso desde esta ciudad será a las 12.00 horas, llegando a Bilbao a las 14.35 (hora local).
Fama mundial tienen los interminables arenales del Algarve, sus playas vírgenes y sus aguas cristalinas. Lo que muchos no saben es que aquí también es posible visitar en catamarán o en lancha playas paradisíacas dignas de salir en una postal. Entre otras opciones, Ilha Deserta se puede visitar en barco desde Faro y desde Olhão, y desde esta última ciudad también las islas de Farol, Hangares y Culatra, la ocasión única para relajarse en un paraíso y disfrutar de un sabroso pescado a la parrilla en un restaurante típico del lugar. Otra opción igual de tentadora es explorar algunas de las cuevas más bonitas del mundo, como la famosa Benagil, con su tan fotografiado algar (un agujero en el techo), y otras no tan conocidas, pero igual de apetecibles y accesibles solo por mar, que se pueden visitar a bordo de un barco tradicional, un moderno catamarán o, los más atrevidos, en piragua o su propia tabla de paddle surf.
La primera parada que deben hacer los que lleguen al Algarve por avión es Faro, su capital, donde no puede faltar una visita por sus calles peatonales, entre las tiendas, restaurantes y el bullicio de su zona moderna. Dentro del perímetro de la muralla aguardan al viajero una maraña de calles adornadas por mosaicos de mármol con rincones únicos como la Puerta Árabe del siglo XI, el arco de cerradura más antiguo de Portugal que servía de entrada a las murallas para quien llegaba por mar. Especial atención merece en la capital del Algarve la famosa capilla de los huesos, en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, que alberga mil huesos y cráneos de monjes que una vez sirvieron en un monasterio cercano.
Sagres, el lugar más occidental de Europa, es allí donde todo acaba. Es desde tiempos remotos una tierra mágica, el fin del mundo según una creencia que se mantuvo fervientemente entre los primeros pobladores y pasó de generación en generación durante siglos. Aquí, con unas espectaculares puestas de sol, se puede visitar el solitario faro del Cabo de San Vicente y el fuerte desde el que partió Enrique el Navegante en el siglo XV a explorar África. Todavía hoy en este lugar se encuentra una rosa de los vientos gigante que recuerda cómo navegaban los marineros hace siglos.