Durante una visita a la casa de Naftali Fraenkel, uno de los tres adolescentes israelíes secuestrados y asesinados por terroristas palestinos el mes pasado, el primer ministro Benjamín Netanyahu condenó también el asesinato del joven palestino Muhammad Abu Khdeir y prometió que sus autores, que “no tienen lugar en la sociedad israelí”, serían castigados. Pocas horas después, varios de los asesinos eran detenidos y puestos a disposición de la justicia.
 

“Así es como nos diferenciamos de nuestros vecinos: sus asesinos son aclamados como héroes y se nombran plazas en su honor”, explicó Benjamín Netanyahu, quien también señaló que “nos oponemos a estos ataques”, así como “a los cócteles Molotov, al lanzamiento de piedras y al bloqueo de caminos”, afirmó el jefe de gobierno antes de la reiterar su llamada a “mostrar responsabilidad” y a no complicar más aún más la situación.