Chiriboga
Chiriboga es un apellido español originario de Cestona, provincia de Guipúzcoa. ¿Y por qué no digo que también es un apellido vasco? Pues porque no viene en el Nomenclátor de Euskaltzaindia. Pero es que esa lista de apellidos vascos de Euskaltzaindia es muy mala. Nos sirve como referencia, eso sí, pues es la única oficial que disponemos, aunque, como estamos comprobando en esta serie, tiene más agujeros que un queso de gruyer. Chiriboga en eusquera batúa se escribe txiriboga y significa una tienda pequeña, una tiendecita o “tiendita”, de esas que hay en los pueblos y que lo mismo ejercen de taberna como te venden comestibles, fruta, conservas, pinzas de la ropa, sacacorchos y lo que haga falta. Olvídense de que haya nadie apellidado Txiriboga, es prácticamente imposible. Primero porque Chiriboga no está en Euskaltzaindia, y por tanto no se puede expedir el certificado correspondiente a la forma eusquérica Txiriboga para ir con ella al Registro Civil y cambiar la grafía del apellido. Y segundo porque, en el supuesto de que alguien consiguiera cambiárselo, hay tan pocos Chiribogas en el País Vasco y Navarra –que es donde podría darse la ocurrencia–, que los Txiribogas potenciales no llegarían al mínimo para aparecer en la estadística, que es de 5 portadores, como sabemos.
Decimos que Chiriboga es un apellido español porque es originario de Cestona, que está en Guipúzcoa, y porque Guipúzcoa es España, y sobre todo porque sus 305 portadores como primer apellido y 299 como segundo, según el padrón de 2020, están repartidos en dieciséis provincias españolas, pero no están ni en Álava ni, lo que es más significativo, en Guipúzcoa, que es su provincia de origen, o al menos no en número superior a 4, que ya sabemos que es el límite de confidencialidad del Instituto Nacional de Estadística para darnos datos provinciales. En Vizcaya solo hay 7 personas que se apellidan Chiriboga de primero y 5 de segundo mientras que en Navarra hay 6 y 7 respectivamente. En total 13 y 12 respecto a las 305 y 299 del total de toda España. ¿Es o no es, entonces, Chiriboga un apellido español? Como otros muchos apellidos de origen vasco, que vamos viendo en esta serie, los Chiribogas se fueron yendo con el tiempo desde su lugar de origen hacia el resto de España en mayor o menor medida. Donde más Chiribogas hay en España es en Madrid y Barcelona, con 79 portadores de primero en cada una de ellas y 77 y 66 respectivamente de segundo. Pero también hay en Baleares, Murcia, Alicante, Valencia y Ciudad Real, por este orden. En cada una de estas provincias hay más Chiribogas que en Vizcaya y Navarra. Y luego también hay unos pocos en Almería, Cantabria, Castellón, Granada, Guadalajara, Santa Cruz de Tenerife y Sevilla.
El primer Chiriboga relevante que encontramos en los anales históricos es Tomás Isidro de Chiriboga y Mendoza, a quien el rey Carlos II concedió, en 1692, el marquesado de Valmediano. En el volumen 38 del año 1898 de la revista Euskal-Erria de San Sebastián aparece un trabajo del genealogista Juan Carlos de Guerra titulado Ensayo de un padrón histórico de Guipúzcoa, según el orden de sus familias pobladoras, donde se describe el linaje Chiriboga, que yo trataré de aligerar aquí, empezando por Juan de Chiriboga, Señor de la casa solar de su apellido en Cestona, vecino de dicha villa en la segunda mitad del siglo XV, que tuvo en ella por hijo y sucesor a Sancho de Chiriboga, padre de Pascual de Chiriboga. Hijo de éste último fue Martín de Chiriboga, el cual tuvo cuatro hijos: 1º, D. Francisco, que obtuvo ejecutoria de Hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid el año 1618; 2º, el Doctor D. Jerónimo de Chiriboga, Dean de la Santa Iglesia de Salamanca y Comisario del Santo Tribunal de la Inquisición, fundador del mayorazgo de Chiriboga que radica en la casa de Valmediano, de ahí el nombre del título que le concederán al Chiriboga de dos generaciones más adelante, como veremos; 3.º el Doctor D. Eugenio de Chiriboga, también Canónigo de la misma Santa Iglesia y 4.º D. Josef de Chiriboga. El citado primogénito D. Francisco de Chiriboga tuvo a su vez tres hijos: el 1.º, D. Juan Jacinto Chiriboga Fernández de Córdoba, caballero profeso de la Orden de Santiago por gracia de Felipe IV en 1624; el 2.º, D. Jerónimo Bernardo, también caballero de la misma orden por concesión del propio Rey; y el 3º, Jacinto, también militar. Conocemos la ejecutoria de estos dos últimos, ambos muertos en combate. Jerónimo Bernardo sirvió a S. M. en clase de capitán de coraceros de a caballo en las acciones siguientes: campaña del Piamonte y puente de Carignan, donde salió herido en un brazo; en el reencuentro de Seram, en la toma del lugar y castillo de Anon, donde fue el primero que entró con cuatro compañías de la vanguardia que tenía a su cargo; en la rendición del castillo de Rodabo, y emboscada que se le encargó para impedir el socorro; en la entrada del Piamonte y acción de echar a los franceses de la Bartholina; en la toma de Niza de la Palla y en la de Ayan; en la toma del castillo de Puncon; sitio y toma de Bremeguzman y Verceli, siendo su compañía nombrada en quitar víveres y municiones al enemigo; también en la toma del castillo de Poma, antepresa de Chinas, toma de Imbrea; reencuentro primero de Turín, asalto de Villanueva de Aste y en otras varias acciones, procediendo en todas a entera satisfacción de sus Jefes, hasta que murió de un mosquetazo en la antepresa de Turín, peleando valerosamente con el enemigo el año 1639. Su hermano Jacinto, el tercer hijo de Francisco Chiriboga, fue también herido y hecho prisionero en la citada acción del puente de Carignan, y a poco tiempo murió de las heridas.
El único superviviente de esta generación, D. Juan Jacinto, fue sucedido por su hijo D. Tomás Isidro de Chiriboga Mendoza, Gentil-hombre de Cámara del Rey Carlos II, de quien obtuvo, como ya hemos dicho, en 1692, el título de marqués de Valmediano, para sí y sus sucesores en el mayorazgo de Chiriboga. Por muerte suya recayó este título en el Maestre de Campo D. Juan Antonio de Arteaga, Caballero de la Orden de Santiago, marido de Dª. Isabel María de Chiriboga, a quienes sucedió su hijo D. Juan Raimundo, el cual, a su propia costa y expensas –como nos dice Juan Carlos de Guerra–, levantó en beneficio de la Corona el Regimiento de Mérida en 1735. Fue su hijo el Excmo. Sr. D. Joaquín José de Arteaga, Lazcano y Chiriboga, que obtuvo en 1780 la Grandeza de España para sí y sus sucesores. El V Marqués de Valmediano fue D. Andrés Avelino Arteaga Lazcano y será en su nieto, el VII Marqués de Valmediano, Andrés Avelino Arteaga Silva, en quien recaerá el título de XVI Duque del Infantado, primando este último título a partir de entonces en el orden de prelación. Actualmente la historiadora Almudena Arteaga es quien detenta los títulos de –si no hemos contado mal– XX Duquesa del Infantado y XI Marquesa de Valmediano, además de otros muchos, entre los que destacamos, por su vinculación al País Vasco, el de Marqués de Santillana de la casa de Mendoza (ya hemos visto que el primer marqués de Valmediano, Tomás Isidro Chiriboga, era Mendoza de segundo), y el señorío de la Casa de Lazcano.
Donde más Chiribogas hay en América, sin duda, es en Ecuador. Nos encontramos Chiribogas en todas las épocas a partir de la hispanización de aquel país y en sus niveles más altos de la administración, la sociedad y la cultura. El Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia nos da cuenta de Ignacio Chiriboga y Daza, que nació en Quito y allí vivió entre 1680 y 1748. Fue canónigo de la catedral, orador sagrado, erudito y bibliófilo. Y más recientemente tenemos a Galo Chiriboga, fiscal general del Estado, ministro y embajador. Luis Chiriboga es empresario y presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. En el ámbito cultural destaca la figura de Marcelo Chiriboga, escritor ficticio que utilizaron en sus novelas autores de la relevancia del chileno José Donoso y del mexicano Carlos Fuentes. La idea era que al realismo mágico del 'boom' latinoamericano le faltaba un autor ecuatoriano y no se les ocurrió otra cosa que inventárselo e introducirlo en una serie de novelas. Y lo que llama la atención es que eligieran precisamente el apellido Chiriboga, como característico del Ecuador.
Por último, no quiero terminar este artículo sin referirme a la dama legionaria Alejandra Chiriboga, de la que tuvimos noticias por su participación en el destacamento de la Legión enviado por España a Afganistán en 2012. Entonces era una de las cinco mujeres legionarias que sirvieron en el puesto de combate “Hernán Cortés”, en el valle Darrah i Bum, que fue la posición más avanzada del Ejército español en Afganistán. Suponemos que regresó felizmente sana y salva de aquella misión.
Chiriboga es un apellido español originario de Cestona, provincia de Guipúzcoa. ¿Y por qué no digo que también es un apellido vasco? Pues porque no viene en el Nomenclátor de Euskaltzaindia. Pero es que esa lista de apellidos vascos de Euskaltzaindia es muy mala. Nos sirve como referencia, eso sí, pues es la única oficial que disponemos, aunque, como estamos comprobando en esta serie, tiene más agujeros que un queso de gruyer. Chiriboga en eusquera batúa se escribe txiriboga y significa una tienda pequeña, una tiendecita o “tiendita”, de esas que hay en los pueblos y que lo mismo ejercen de taberna como te venden comestibles, fruta, conservas, pinzas de la ropa, sacacorchos y lo que haga falta. Olvídense de que haya nadie apellidado Txiriboga, es prácticamente imposible. Primero porque Chiriboga no está en Euskaltzaindia, y por tanto no se puede expedir el certificado correspondiente a la forma eusquérica Txiriboga para ir con ella al Registro Civil y cambiar la grafía del apellido. Y segundo porque, en el supuesto de que alguien consiguiera cambiárselo, hay tan pocos Chiribogas en el País Vasco y Navarra –que es donde podría darse la ocurrencia–, que los Txiribogas potenciales no llegarían al mínimo para aparecer en la estadística, que es de 5 portadores, como sabemos.
Decimos que Chiriboga es un apellido español porque es originario de Cestona, que está en Guipúzcoa, y porque Guipúzcoa es España, y sobre todo porque sus 305 portadores como primer apellido y 299 como segundo, según el padrón de 2020, están repartidos en dieciséis provincias españolas, pero no están ni en Álava ni, lo que es más significativo, en Guipúzcoa, que es su provincia de origen, o al menos no en número superior a 4, que ya sabemos que es el límite de confidencialidad del Instituto Nacional de Estadística para darnos datos provinciales. En Vizcaya solo hay 7 personas que se apellidan Chiriboga de primero y 5 de segundo mientras que en Navarra hay 6 y 7 respectivamente. En total 13 y 12 respecto a las 305 y 299 del total de toda España. ¿Es o no es, entonces, Chiriboga un apellido español? Como otros muchos apellidos de origen vasco, que vamos viendo en esta serie, los Chiribogas se fueron yendo con el tiempo desde su lugar de origen hacia el resto de España en mayor o menor medida. Donde más Chiribogas hay en España es en Madrid y Barcelona, con 79 portadores de primero en cada una de ellas y 77 y 66 respectivamente de segundo. Pero también hay en Baleares, Murcia, Alicante, Valencia y Ciudad Real, por este orden. En cada una de estas provincias hay más Chiribogas que en Vizcaya y Navarra. Y luego también hay unos pocos en Almería, Cantabria, Castellón, Granada, Guadalajara, Santa Cruz de Tenerife y Sevilla.
El primer Chiriboga relevante que encontramos en los anales históricos es Tomás Isidro de Chiriboga y Mendoza, a quien el rey Carlos II concedió, en 1692, el marquesado de Valmediano. En el volumen 38 del año 1898 de la revista Euskal-Erria de San Sebastián aparece un trabajo del genealogista Juan Carlos de Guerra titulado Ensayo de un padrón histórico de Guipúzcoa, según el orden de sus familias pobladoras, donde se describe el linaje Chiriboga, que yo trataré de aligerar aquí, empezando por Juan de Chiriboga, Señor de la casa solar de su apellido en Cestona, vecino de dicha villa en la segunda mitad del siglo XV, que tuvo en ella por hijo y sucesor a Sancho de Chiriboga, padre de Pascual de Chiriboga. Hijo de éste último fue Martín de Chiriboga, el cual tuvo cuatro hijos: 1º, D. Francisco, que obtuvo ejecutoria de Hidalguía en la Real Chancillería de Valladolid el año 1618; 2º, el Doctor D. Jerónimo de Chiriboga, Dean de la Santa Iglesia de Salamanca y Comisario del Santo Tribunal de la Inquisición, fundador del mayorazgo de Chiriboga que radica en la casa de Valmediano, de ahí el nombre del título que le concederán al Chiriboga de dos generaciones más adelante, como veremos; 3.º el Doctor D. Eugenio de Chiriboga, también Canónigo de la misma Santa Iglesia y 4.º D. Josef de Chiriboga. El citado primogénito D. Francisco de Chiriboga tuvo a su vez tres hijos: el 1.º, D. Juan Jacinto Chiriboga Fernández de Córdoba, caballero profeso de la Orden de Santiago por gracia de Felipe IV en 1624; el 2.º, D. Jerónimo Bernardo, también caballero de la misma orden por concesión del propio Rey; y el 3º, Jacinto, también militar. Conocemos la ejecutoria de estos dos últimos, ambos muertos en combate. Jerónimo Bernardo sirvió a S. M. en clase de capitán de coraceros de a caballo en las acciones siguientes: campaña del Piamonte y puente de Carignan, donde salió herido en un brazo; en el reencuentro de Seram, en la toma del lugar y castillo de Anon, donde fue el primero que entró con cuatro compañías de la vanguardia que tenía a su cargo; en la rendición del castillo de Rodabo, y emboscada que se le encargó para impedir el socorro; en la entrada del Piamonte y acción de echar a los franceses de la Bartholina; en la toma de Niza de la Palla y en la de Ayan; en la toma del castillo de Puncon; sitio y toma de Bremeguzman y Verceli, siendo su compañía nombrada en quitar víveres y municiones al enemigo; también en la toma del castillo de Poma, antepresa de Chinas, toma de Imbrea; reencuentro primero de Turín, asalto de Villanueva de Aste y en otras varias acciones, procediendo en todas a entera satisfacción de sus Jefes, hasta que murió de un mosquetazo en la antepresa de Turín, peleando valerosamente con el enemigo el año 1639. Su hermano Jacinto, el tercer hijo de Francisco Chiriboga, fue también herido y hecho prisionero en la citada acción del puente de Carignan, y a poco tiempo murió de las heridas.
El único superviviente de esta generación, D. Juan Jacinto, fue sucedido por su hijo D. Tomás Isidro de Chiriboga Mendoza, Gentil-hombre de Cámara del Rey Carlos II, de quien obtuvo, como ya hemos dicho, en 1692, el título de marqués de Valmediano, para sí y sus sucesores en el mayorazgo de Chiriboga. Por muerte suya recayó este título en el Maestre de Campo D. Juan Antonio de Arteaga, Caballero de la Orden de Santiago, marido de Dª. Isabel María de Chiriboga, a quienes sucedió su hijo D. Juan Raimundo, el cual, a su propia costa y expensas –como nos dice Juan Carlos de Guerra–, levantó en beneficio de la Corona el Regimiento de Mérida en 1735. Fue su hijo el Excmo. Sr. D. Joaquín José de Arteaga, Lazcano y Chiriboga, que obtuvo en 1780 la Grandeza de España para sí y sus sucesores. El V Marqués de Valmediano fue D. Andrés Avelino Arteaga Lazcano y será en su nieto, el VII Marqués de Valmediano, Andrés Avelino Arteaga Silva, en quien recaerá el título de XVI Duque del Infantado, primando este último título a partir de entonces en el orden de prelación. Actualmente la historiadora Almudena Arteaga es quien detenta los títulos de –si no hemos contado mal– XX Duquesa del Infantado y XI Marquesa de Valmediano, además de otros muchos, entre los que destacamos, por su vinculación al País Vasco, el de Marqués de Santillana de la casa de Mendoza (ya hemos visto que el primer marqués de Valmediano, Tomás Isidro Chiriboga, era Mendoza de segundo), y el señorío de la Casa de Lazcano.
Donde más Chiribogas hay en América, sin duda, es en Ecuador. Nos encontramos Chiribogas en todas las épocas a partir de la hispanización de aquel país y en sus niveles más altos de la administración, la sociedad y la cultura. El Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia nos da cuenta de Ignacio Chiriboga y Daza, que nació en Quito y allí vivió entre 1680 y 1748. Fue canónigo de la catedral, orador sagrado, erudito y bibliófilo. Y más recientemente tenemos a Galo Chiriboga, fiscal general del Estado, ministro y embajador. Luis Chiriboga es empresario y presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol. En el ámbito cultural destaca la figura de Marcelo Chiriboga, escritor ficticio que utilizaron en sus novelas autores de la relevancia del chileno José Donoso y del mexicano Carlos Fuentes. La idea era que al realismo mágico del 'boom' latinoamericano le faltaba un autor ecuatoriano y no se les ocurrió otra cosa que inventárselo e introducirlo en una serie de novelas. Y lo que llama la atención es que eligieran precisamente el apellido Chiriboga, como característico del Ecuador.
Por último, no quiero terminar este artículo sin referirme a la dama legionaria Alejandra Chiriboga, de la que tuvimos noticias por su participación en el destacamento de la Legión enviado por España a Afganistán en 2012. Entonces era una de las cinco mujeres legionarias que sirvieron en el puesto de combate “Hernán Cortés”, en el valle Darrah i Bum, que fue la posición más avanzada del Ejército español en Afganistán. Suponemos que regresó felizmente sana y salva de aquella misión.