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La Tribuna del País Vasco
Lunes, 21 de Junio de 2021 Tiempo de lectura:

Ante el Golpe de Estado del PSOE

PSOE y Podemos, liderados por un fascista de libro como Pedro Sánchez, han conseguido, en apenas dos años, convertir España en un vomitivo Estado fallido de tintes socialistas y bolivarianos que comienza a ser considerado por los buitres geoestratégicos como un despojo que apenas merece 20 segundos de atención por parte de una nadería como Joe Biden, cuyo futuro está secuestrado por décadas con una deuda pública del 125%, que se ha convertido en el hazmerreír del planeta al amnistiar a un puñado de delincuentes sediciosos que quieren acabar con las instituciones democráticas y que no es tenido en cuenta por nadie para nada.

 

Pedro Sánchez, al mando de la alianza de extrema-izquierda constituida por PSOE y Podemos, no solamente es el peor y más rastrero presidente de la historia de España, sino que, además, y si nos atenemos al diccionario de la Real Academia España de la Lengua es también alguien sin vergüenza ni escrúpulos y cuyo único objetivo es acaparar más y más poder para él mismo y los suyos. Es decir, es alguien “que obra o habla sin comedimiento o respeto y con descaro” o “alguien que se comporta de forma inmoral”. Ambas acepciones pueden aplicarse con todo rigor a este miserable liberticida que ha vuelto a llenar el País Vasco y sus aledaños de asesinos etarras, que ha arruinado económicamente el país, que ha sembrado el odio entre los ciudadanos, que ha acabado con la libertad de expresión, que ha decapitado todas y cada una de las instituciones que permanecían independientes y que ahora busca, dando el golpe de gracia final a cualquier resquicio de democracia que quedara en el país, indultar a quienes situaron a España al borde de un levantamiento golpista. Además, esta auténtica nadería moral pasará a los anales de las aberraciones políticas más notorias que se han fraguado en las últimas décadas al gobernar mano a mano con la totalidad de los partidos golpistas, filoterroristas y de extrema-izquierda presentes en el arco parlamentario.

 

[Img #20201]Sí, Pedro Sánchez y su Consejo de Ministros, con el apoyo tácito del PSOE y Podemos, están liderando un claro Golpe de Estado contra la España constitucional, pero este proceso de pútrida licuefacción del sistema democrático jamás hubiera podido alcanzar los niveles actuales de perversión, inmoralidad y estulticia sin contar con la connivencia, la dejación de responsabilidades y el silencio culpable de todas y cada una de las principales administraciones que presuntamente conforman el plano de nuestra libertad. En estos mismos momentos, y ante un rey tan silente como inoperante, las principales instituciones españolas se revelan ante los ojos pasmados de millones de ciudadanos como entidades muy activas y comprometidas a la hora de difundir y alentar todas las idioteces promovidas por la izquierda socialdemócrata global, pero radicalmente incapaces de proteger los valores más elementales sobre los que se levanta nuestra Constitución, y, sobre todo, como inútiles organismos burocráticos bien anclados y adocenadas allí donde las élites políticas, económicas y culturales se agazapan cuando todo lo que importa a los hombres y mujeres que día a día hacen España es destruido y quemado por las hordas sediciosas, antisistema y radicales que campan a sus anchas y en la más absoluta impunidad.

 

Desde La Tribuna del País Vasco lo hemos repetido en numerosas ocasiones: el Estado español comenzó a encogerse, a hacerse realmente inmerecedor de dicho nombre, hace ya demasiados años, cuando las primeras víctimas del terrorismo de ETA comenzaron a vagar por nuestras ciudades sin ningún apoyo institucional, ocultando su condición de víctimas y casi pidiendo perdón por ser familiares de un guardia civil asesinado, de un empresario torturado, de un funcionario secuestrado o de alguien que, simplemente, se encontraba en el momento equivocado en el lugar menos indicado. Sí, el Estado español comenzó a menguar con esos complejos y con esas miserias y, a partir de ahí, se puso en marcha un proceso de descomposición social lento y moroso, pero imparable, que ahora llega a su final alumbrando una infernal geografía de territorios perdidos y gobernados por fanáticos oclócratas en la que millones de niños no pueden educarse en español, en la que leyes y normas difieren según el lugar del país que se habite, en la que poderosos reinos taifas independentistas cuestionan un día sí y otro también el orden constitucional sin que sufran ninguna consecuencia por ello y en la que apenas quedan elementos comunes que den cuerpo a la nación.

 

La idea de la España democrática, y sin duda también la de una Unión Europea con algún tipo de futuro para nuestros hijos, arde sin parar y con ella se quema uno de los grandes proyectos civilizatorios de Occidente, se dilapida un inmenso patrimonio inmaterial de valores, tradiciones, cultura e historia pacientemente levantado a lo largo de varias centurias y se pone punto final, con la aquiescencia cómplice y la renuncia interesada de quienes deberían liderar el sentido común, a una forma de entender el mundo que, al parecer, ya solamente es defendida y compartida por mujeres y hombres humildes, a los que nadie presta atención desde hace lustros, y que repiten muy alto y muy claro lo que nuestros gobernantes, del liviano Rey Felipe VI hacia abajo, no se atreven a gritar: que la Constitución debe acatarse sin dilación y defenderse con firmeza, que el Estado democrático debe prevalecer y que nuestra patria no puede morir arrasada por una vulgar y repugnante manada de bárbaros liderada por el socialista Pedro Sánchez y amamantada y crecida en buena parte en las escuelas y en las universidades que el ya citado menguante Estado español también en su día abandonó en manos de los más fanáticos y de los más intolerantes.

 

En la hora del triunfo del golpe de Estado nacido en Cataluña y consumido en Madrid por el Ejecutivo socialcomunista de Pedro Sánchez, llega el momento del sálvese quien pueda. O el tiempo de la resistencia firme y pacífica. Usted decide. 

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