Clase en el Memorial
He visitado dos veces el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo en Vitoria. Es un viaje a nuestro pasado reciente y tenebroso a través del túnel del tiempo, en el que algunos recuerdan y lloran, muchísimos más aprenden, todos reflexionan y del que se sale triste y anodadado, ya que la mente y la retina tienen mucho que digerir, pero satisfecho al comprobar que todo lo que allí se ve, oye y toca ha sido real y no existe el menor resquicio para la ficción, manipulación o duda. El terrorismo es percibido tal cual, sin ambages, blanqueamiento, adoctrinamiento, ni sensacionalismo macabro alguno. Me permito humildemente recomendar a los centros educativos, a las familias, a todos, programen una visita como clase práctica y posteriormente en las aulas, en el hogar, un coloquio en el que profesorado y alumnos, padres e hijos, compartan la experiencia. Mostremos el pasado y aprendamos la lección para así evitar que se repita; qué mejor simiente que esta visita para lograr el objetivo de abovedarnos contra el fanatismo asesino. "El que no conoce la historia toda su vida será un niño", Cicerón dixit. Gracias de corazón a Florencio, Raúl, Gaizka y al resto del equipo por vuestra impagable labor. ¡Chapó!
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
He visitado dos veces el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo en Vitoria. Es un viaje a nuestro pasado reciente y tenebroso a través del túnel del tiempo, en el que algunos recuerdan y lloran, muchísimos más aprenden, todos reflexionan y del que se sale triste y anodadado, ya que la mente y la retina tienen mucho que digerir, pero satisfecho al comprobar que todo lo que allí se ve, oye y toca ha sido real y no existe el menor resquicio para la ficción, manipulación o duda. El terrorismo es percibido tal cual, sin ambages, blanqueamiento, adoctrinamiento, ni sensacionalismo macabro alguno. Me permito humildemente recomendar a los centros educativos, a las familias, a todos, programen una visita como clase práctica y posteriormente en las aulas, en el hogar, un coloquio en el que profesorado y alumnos, padres e hijos, compartan la experiencia. Mostremos el pasado y aprendamos la lección para así evitar que se repita; qué mejor simiente que esta visita para lograr el objetivo de abovedarnos contra el fanatismo asesino. "El que no conoce la historia toda su vida será un niño", Cicerón dixit. Gracias de corazón a Florencio, Raúl, Gaizka y al resto del equipo por vuestra impagable labor. ¡Chapó!