Humillante y lamentable
Humillar en su tercera acepción significa: "Herir el amor propio o la dignidad de alguien". Las escenas de los altercados en Villabona donde grupos de bípedos violentos se hicieron los amos de la calle arrojando con saña piedras y botellas mientras se mofaban de los agentes de la Ertzaintza es una escena que repele e hiere en lo más profundo la sensibilidad de la gente de bien. Vimos la inacción, pasividad de un grupo de agentes que acorralados, con las orejas gachas dentro de sus cascos, dejaron que una piara de delincuentes se hicieran los amos de la noche; fue un triunfo de la sinrazón y la violencia.
La policía está al servicio de la sociedad para protegerla, servirla y ayudarla, pero también para reprimir con contundencia el vandalismo de gentuza que les agrede. ¿Quién y por qué dio la orden de retirada?. La Ertzaintza vio como su amor propio y su dignidad fueron pisoteados y humillados, también los de quienes nos sentimos protegidos por ella. Actuar por defecto es tan pernicioso como hacerlo con exceso.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
Humillar en su tercera acepción significa: "Herir el amor propio o la dignidad de alguien". Las escenas de los altercados en Villabona donde grupos de bípedos violentos se hicieron los amos de la calle arrojando con saña piedras y botellas mientras se mofaban de los agentes de la Ertzaintza es una escena que repele e hiere en lo más profundo la sensibilidad de la gente de bien. Vimos la inacción, pasividad de un grupo de agentes que acorralados, con las orejas gachas dentro de sus cascos, dejaron que una piara de delincuentes se hicieran los amos de la noche; fue un triunfo de la sinrazón y la violencia.
La policía está al servicio de la sociedad para protegerla, servirla y ayudarla, pero también para reprimir con contundencia el vandalismo de gentuza que les agrede. ¿Quién y por qué dio la orden de retirada?. La Ertzaintza vio como su amor propio y su dignidad fueron pisoteados y humillados, también los de quienes nos sentimos protegidos por ella. Actuar por defecto es tan pernicioso como hacerlo con exceso.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria











