Euskomer
"La reducción del aforo al 35% en el comercio es una medida desproporcionada que no tiene en cuenta la realidad del sector"
Ante la decisión adoptada por el Consejo Asesor del LABI de reducir al 35% el aforo máximo permitido en locales comerciales, desde la Confederación Vasca del Comercio, Euskomer, conformada por AENKOMER, CECOBI y la Federación Gipuzkoa Merkatariak, queremos trasladar nuestro malestar y preocupación por una medida que, a nuestro entender, resulta desproporcionada atendiendo a la realidad de un sector que desde el inicio de la pandemia se ha comportado de una manera ejemplar.
Como hemos venido haciendo durante estos largos y complicados meses, cumpliremos y haremos cumplir a nuestra clientela con las medidas exigidas, pero solicitamos una reflexión en torno a una decisión que se adopta de modo general para diversos sectores que nada tienen que ver con el comercio y con los comportamientos que en él se llevan a cabo en el día a día.
En los momentos más duros de la pandemia, los aforos máximos permitidos en comercios de menos de 150 metros han oscilado entre el 50% y el 75% del aforo total. En ningún caso, la reducción de aforo ha superado el 50%. De ahí que nos resulte preocupante que en estos momentos la restricción del aforo se reduzca al 35%.
Además, en nuestro sector, y en cumplimiento con la normativa vigente, tanto el personal como la clientela no se quitan la mascarilla en ningún momento. Por lo tanto, la posibilidad de contagio es prácticamente nula, tal y como se ha demostrado durante la pandemia, dado que no se ha detectado ningún brote específico ni se ha tenido que realizar cribado masivo alguno como consecuencia de un contagio en un comercio.
La actual medida de restringir el aforo va a suponer un serio revés especialmente para comercios que, por su pequeña dimensión, sólo podrán admitir a una persona en su interior.
Por otro lado, se genera una falsa sensación de inseguridad en los usuarios finales al acudir a un comercio de proximidad. Muchos de los trabajadores de nuestro sector, que acuden a su puesto de trabajo en medios de transportes públicos, están y han estado, durante todo este tiempo más expuestos al contagio en sus trayectos que en su puesto de trabajo.
La falta de control en los medios públicos de transporte, que por otra parte puede resultar inevitable, no existe sin embargo en nuestros comercios, puesto que los primeros interesados en que se cumplan las medidas de seguridad establecidas somos nosotros, que en caso contrario, nos vemos abocados al cierre temporal y la bajada temeraria de ingresos.
Un aforo tan limitado podría acarrear, entre otras consecuencias, la formación de posibles colas en el exterior de los establecimientos con lo que, sin duda, retraería la decisión de compra presencial en el comercio de proximidad e incluso podría estar fomentando la utilización de otros formatos comerciales, como Internet.
En definitiva, una decisión a nuestro juicio desafortunada, que aún estamos evaluando para incluso presentar un recurso, que se produce en un momento en el que el comercio está tratando de resistir con grandes dificultades y que podría generar un importante descenso en la facturación e indeseadas consecuencias como pérdida de empleo y cierres.
Por ello, desde Euskomer, rogamos a las autoridades que tengan en consideración nuestros motivos y valoren en su justa proporción las consecuencias de las medidas que desean implementar, así como la efectividad de las misma.
Ante la decisión adoptada por el Consejo Asesor del LABI de reducir al 35% el aforo máximo permitido en locales comerciales, desde la Confederación Vasca del Comercio, Euskomer, conformada por AENKOMER, CECOBI y la Federación Gipuzkoa Merkatariak, queremos trasladar nuestro malestar y preocupación por una medida que, a nuestro entender, resulta desproporcionada atendiendo a la realidad de un sector que desde el inicio de la pandemia se ha comportado de una manera ejemplar.
Como hemos venido haciendo durante estos largos y complicados meses, cumpliremos y haremos cumplir a nuestra clientela con las medidas exigidas, pero solicitamos una reflexión en torno a una decisión que se adopta de modo general para diversos sectores que nada tienen que ver con el comercio y con los comportamientos que en él se llevan a cabo en el día a día.
En los momentos más duros de la pandemia, los aforos máximos permitidos en comercios de menos de 150 metros han oscilado entre el 50% y el 75% del aforo total. En ningún caso, la reducción de aforo ha superado el 50%. De ahí que nos resulte preocupante que en estos momentos la restricción del aforo se reduzca al 35%.
Además, en nuestro sector, y en cumplimiento con la normativa vigente, tanto el personal como la clientela no se quitan la mascarilla en ningún momento. Por lo tanto, la posibilidad de contagio es prácticamente nula, tal y como se ha demostrado durante la pandemia, dado que no se ha detectado ningún brote específico ni se ha tenido que realizar cribado masivo alguno como consecuencia de un contagio en un comercio.
La actual medida de restringir el aforo va a suponer un serio revés especialmente para comercios que, por su pequeña dimensión, sólo podrán admitir a una persona en su interior.
Por otro lado, se genera una falsa sensación de inseguridad en los usuarios finales al acudir a un comercio de proximidad. Muchos de los trabajadores de nuestro sector, que acuden a su puesto de trabajo en medios de transportes públicos, están y han estado, durante todo este tiempo más expuestos al contagio en sus trayectos que en su puesto de trabajo.
La falta de control en los medios públicos de transporte, que por otra parte puede resultar inevitable, no existe sin embargo en nuestros comercios, puesto que los primeros interesados en que se cumplan las medidas de seguridad establecidas somos nosotros, que en caso contrario, nos vemos abocados al cierre temporal y la bajada temeraria de ingresos.
Un aforo tan limitado podría acarrear, entre otras consecuencias, la formación de posibles colas en el exterior de los establecimientos con lo que, sin duda, retraería la decisión de compra presencial en el comercio de proximidad e incluso podría estar fomentando la utilización de otros formatos comerciales, como Internet.
En definitiva, una decisión a nuestro juicio desafortunada, que aún estamos evaluando para incluso presentar un recurso, que se produce en un momento en el que el comercio está tratando de resistir con grandes dificultades y que podría generar un importante descenso en la facturación e indeseadas consecuencias como pérdida de empleo y cierres.
Por ello, desde Euskomer, rogamos a las autoridades que tengan en consideración nuestros motivos y valoren en su justa proporción las consecuencias de las medidas que desean implementar, así como la efectividad de las misma.