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La Tribuna del País Vasco
Martes, 27 de Julio de 2021 Tiempo de lectura:

La distopía totalitaria se construye sobre test PCR

La información revelada por La Tribuna del País Vasco en la que se señala que los CDC (Centros de Control de Enfermedades), responsables de la gestión de la pandemia de coronavirus en Estados Unidos, no admitirán a partir del próximo 31 de diciembre los resultados de la prueba PCR como definitorios de si una persona tiene el Covid-19 o no plantea numerosos interrogantes sobre quiénes, cómo y con qué motivos han puesto al mundo contra las cuerdas armados con una prueba médica que dentro de pocos meses será inservible y de la que su propio inventor ya había reconocido su escasa precisión.

 

A esta alturas de lo padecido, los ciudadanos somos plenamente conscientes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS), las grandes instituciones global-progresistas internacionales y los principales Gobiernos, con la UE y el Ejecutivo de Pedro Sánchez  a la cabeza, aliados con los medios de comunicación ‘mainstream’ y las redes sociales, han decapitado las democracias más avanzadas del mundo, han sembrado el terror entre los ciudadanos, han encerrado a la población, han secuestrado los derechos más elementales de hombres, mujeres y niños, han enviado a la ruina a un número incalculable de pequeñas empresas y trabajadores autónomos, han destrozado a la clase media occidental y han arrasado el planeta utilizando una herramienta única y universal: una prueba PCR que ha detectado y sigue detectando millones y millones de “positivos” y que, según cómo y dónde se utilice, puede no solamente descubrir nuevos brotes o brotes ampliados donde sea necesario sino que, además, puede hacerlo en el porcentaje que se le pida, dependiendo del grado de refinamiento que se exija a la técnica.

 

Durante meses, numerosos grupos de científicos y médicos de todo el mundo han repetido hasta el hartazgo que la pandemia de coronavirus solamente es una “pandemia de pruebas PCR”. Las élites político-económicas-culturales, las organizaciones multinacionales, los Gobiernos inoperantes y liberticidas y miles de periodistas convertidos en los mamporreros de la nueva tiranía biosanitaria global han dedicado todos sus esfuerzos a acallar estas voces discordantes mediante amenazas, insultos, presiones, castigos y todo tipo de discriminaciones, hasta el punto de negar el más mínimo debate científico al respecto y de crear leyes específicas para silenciar y escarmentar a los disidentes. Pero, ahora, sabemos que, al menos en una cuestión fundamental, los “negacionistas” y los “antiintelectuales” tienen razón: las pruebas PCR, que constituyen el armazón de la pandemia, no son definitorias de nada y son incapaces, incluso, de diferenciar el Covid-19 de la gripe. En palabras de los CDC, que sin duda serán replicadas por sus homólogos europeos, “los laboratorios clínicos y los sitios de pruebas que hayan estado usando el ensayo CDC 2019-nCoV RT-PCR” deben seleccionar y comenzar “su transición a otra prueba Covid-19 autorizada", pidiendo especialmente a los laboratorios que consideren “la adopción de un método multiplexado que pueda facilitar la detección y diferenciación del SARS-CoV-2 y los virus de la influenza (gripe)”.

 

A pesar de que la noticia en cuestión ha sido anulada por los principales medios de comunicación (siempre silentes ante las barbaridades cometidas por quienes les pagan sus ayudas y subvenciones), la principal autoridad médica de Estado Unidos ha puesto a las pruebas PCR en el disparadero y, con ello, millones y millones de ciudadanos en todo el mundo tienen derecho a preguntarse sobre cuál es la auténtica realidad que se esconde detrás de una presunta pandemia provocada por una enfermedad que, a pesar de sus elevados índices de contagio, presenta una tasa de mortalidad ligeramente superior a la de la gripe.

 

No solamente eso: sobre los datos proporcionados por los test PCR que pronto dejarán de ser válidos para identificar si alguien tiene el Covid-19 o no, los Gobiernos occidentales, y especialmente el Ejecutivo español PSOE-Podemos, o algunas administraciones regionales como las del País Vasco, Galicia, Baleares o Comunidad Valenciana, han dinamitado derechos humanos elementales y el sistema democrático como forma de organización colectiva hasta un punto que no se conocía en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Por si todo esto fuera poco, los nuevos liberal-fascistas, agarrados firmemente a los inútiles datos de los PCR, tratan de imponer, directa o indirectamente, y mediante terapias génicas experimentales, campañas de vacunación obligatorias que no solo contravienen la mayor parte de los tratados internacionales sino que, además, discriminan a millones de ciudadanos, siembran el odio sobre las personas que no desean prestar su cuerpo a tratamientos de urgencia no suficientemente probados e, incluso, amenazan con aplicarse a niños y adolescentes.

 

Hoy, más que nunca, y mientras las calles del planeta se llenan de gritos implorando libertad, los ciudadanos necesitamos respuestas, transparencia, claridad, debate científico e informaciones verdaderas, que no tienen nada que ver con las noticias políticamente correctas para el sistema con las que la mayor parte de políticos, “expertos” y medios de comunicación están dibujando la nueva distopía totalitaria que muchos, demasiados, están tratando de imponer.

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