Según la Fiscalía norteamericana
La dictadura islámica de Irán trató de secuestrar a una periodista en Nueva York con la colaboración de la Venezuela bolivariana
![[Img #20519]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/08_2021/9911_masih-alineyad.png)
La Fiscalía norteamericana ha acusado a ciudadanos cuatro iraníes –Alireza Shavaroghi Farahaní, alias Vezerat Salimi o Haj Alí, de 50 años; Mahmud Jazein, de 42; Kiya Sadeghi, de 35, y Omid Nuri, de 45–, que se cree son agentes de inteligencia de la República Islámica, de conspirar para secuestrar en Nueva York a la periodista Masih Alineyad, que tiene doble nacionalidad irano-americana.
Una quinta persona, Nilufar Bahadorifar, residente en California y también originaria de Irán, ha sido acusada de procurar asistencia financiera al plan, de conspiración para la violación de las sanciones contra Irán, de conspiración para cometer fraude bancario y electrónico, y de conspiración para efecturar lavado de dinero. Audrey Strauss, fiscal del distrito Sur de Nueva York, lo explica de la siguiente forma: “Presuntamente, cuatro de los acusados vigilaron y planearon secuestrar a una ciudadana norteamericana de origen iraní crítica con la autocracia y llevarla a la fuerza a Irán, donde, en el mejor de los casos, su futuro sería incierto”.
Al parecer, el régimen teocrático iraní contrató a investigadores privados para que vigilaran a Alineyad, ya que pensaba trasladarla a Venezuela en barco y desde allí mandarla a Irán. El Departamento de Justicia de EEUU detalla la operación de la siguiente forma: “Como parte del complot para el secuestro, la red de inteligencia capitaneada por Farahaní (...) investigó métodos de trasladar a la Víctima 1 fuera de EEUU para entregarla a Irán. Así, Sadeghi investigó un servicio que ofrecía lanchas rápidas de tipo militar para evacuar [a Alineyad] de Nueva York y hacer un viaje marítimo hasta Venezuela, país cuyo Gobierno 'de facto' tiene relaciones estrechas con Irán. Jazein investigó rutas para ir desde la residencia de la Víctima 1 hasta un vecindario costero de Brooklyn; la localización de la residencia de la Víctima 1 en relación con Venezuela y la localización de la residencia de la Víctima 1 en relación con Teherán”.
Según explica el escritor y académico Majid Rafizadeh en un artículo publicado en la web del Gatestone Institute, “el régimen iraní tiene una magnífica relación con Venezuela, y sigue afianzando sus lazos militares, políticos y económicos con ella. De hecho, Teherán lleva años sirviéndose de Venezuela para incrementar su influencia –y la presencia de sus aliados– en Latinoamérica y América del Norte. Venezuela ha entregado miles de pasaportes a ciudadanos iraníes, documentos que permiten viajar a Norteamérica o a Europa”.
Hace algunos meses, Nathan Sales, coordinador de Contraterrorismo en el Departamento de Estado bajo el Gobierno de Donald Trump, declaraba lo siguiente: “Nos preocupa que Maduro haya brindado refugio a una serie de grupos terroristas, sobre todo al ELN [Ejército de Liberación Nacional colombiano] pero también a disidentes de las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] que rechazaron el acuerdo de paz [firmado por dicha organización y Juan Manuel Santos, el entonces presidente de Colombia], así como a partidarios y simpatizantes de Hezbolá”.
Para Majid Rafizadeh, “al tratar de secuestrar a una ciudadana norteamericana en suelo norteamericano, Irán violó activamente la soberanía de EEUU. Aun así, la Administración Biden no sólo sigue sin decir nada sobre el incidente, sino que ha anunciado que seguirá tratando de resucitar el grotesco acuerdo nuclear de 2015, que no sólo permite a Irán poseer una cantidad ilimitada de armamento nuclear tras la fecha de expiración del mismo, sino que levanta las sanciones que actualmente pesan sobre la economía de los mulás. Por lo visto, los norteamericanos quieren recompensar a estos por hacerse con Siria, el Yemen, el Líbano, Irak y, pronto, posiblemente, Jordania. Así que ¿qué incentivo tienen los iraníes para detenerse?. Ahora, la Administración Biden, en su transparente afán por retomar las negociaciones sobre el fútil PAIC, que refuerza la capacidad nuclear iraní, no ha hecho más que envalentonar al régimen iraní. ¿Se dará alguna vez cuenta de que, para llevar la paz a la región y, por extensión, al resto del mundo, las negociaciones, las concesiones y el ofrecimiento de incentivos a los mulás, simplemente, no funcionan?”.
Rafizadeh recuerda que el incidente citado es el primero en que el régimen iraní ha sido sorprendido tratando de secuestrar a un disidente en territorio norteamericano, no es la primera vez que Teherán ha tratado de secuestrar o atraer de vuelta a Irán a disidentes y periodistas, o sofocar la libertad de expresión. “A finales de 2020 ejecutó a un conocido disidente. Se informó de que Ruholá Zam, periodista que vivía exiliado en Francia y dirigía Amad News –cuyo canal en Instagram se dice que tenía más de un millón de seguidores–, fue secuestrado por individuos que trabajaban para el régimen de Irán poco después de que abandonara Irak el 11 de octubre de 2019. En otras ocasiones, Irán ha asesinado a disidentes en el extranjero o tratado de ejecutar actos terroristas. En junio de 2018 intentó atentar contra una convención celebrada en París a la que asistió el autor de este artículo, así como personalidades de primer nivel como el ex ministro canadiense de Exteriores John Baird. Unos meses más tarde, en octubre, un diplomático iraní y varios individuos de origen iraní fueron detenidos en Francia, Bélgica y Alemania por lo que oficiales franceses de inteligencia concluyeron fue un complot iraní para perpetrar un atentado”.
La Fiscalía norteamericana ha acusado a ciudadanos cuatro iraníes –Alireza Shavaroghi Farahaní, alias Vezerat Salimi o Haj Alí, de 50 años; Mahmud Jazein, de 42; Kiya Sadeghi, de 35, y Omid Nuri, de 45–, que se cree son agentes de inteligencia de la República Islámica, de conspirar para secuestrar en Nueva York a la periodista Masih Alineyad, que tiene doble nacionalidad irano-americana.
Una quinta persona, Nilufar Bahadorifar, residente en California y también originaria de Irán, ha sido acusada de procurar asistencia financiera al plan, de conspiración para la violación de las sanciones contra Irán, de conspiración para cometer fraude bancario y electrónico, y de conspiración para efecturar lavado de dinero. Audrey Strauss, fiscal del distrito Sur de Nueva York, lo explica de la siguiente forma: “Presuntamente, cuatro de los acusados vigilaron y planearon secuestrar a una ciudadana norteamericana de origen iraní crítica con la autocracia y llevarla a la fuerza a Irán, donde, en el mejor de los casos, su futuro sería incierto”.
Al parecer, el régimen teocrático iraní contrató a investigadores privados para que vigilaran a Alineyad, ya que pensaba trasladarla a Venezuela en barco y desde allí mandarla a Irán. El Departamento de Justicia de EEUU detalla la operación de la siguiente forma: “Como parte del complot para el secuestro, la red de inteligencia capitaneada por Farahaní (...) investigó métodos de trasladar a la Víctima 1 fuera de EEUU para entregarla a Irán. Así, Sadeghi investigó un servicio que ofrecía lanchas rápidas de tipo militar para evacuar [a Alineyad] de Nueva York y hacer un viaje marítimo hasta Venezuela, país cuyo Gobierno 'de facto' tiene relaciones estrechas con Irán. Jazein investigó rutas para ir desde la residencia de la Víctima 1 hasta un vecindario costero de Brooklyn; la localización de la residencia de la Víctima 1 en relación con Venezuela y la localización de la residencia de la Víctima 1 en relación con Teherán”.
Según explica el escritor y académico Majid Rafizadeh en un artículo publicado en la web del Gatestone Institute, “el régimen iraní tiene una magnífica relación con Venezuela, y sigue afianzando sus lazos militares, políticos y económicos con ella. De hecho, Teherán lleva años sirviéndose de Venezuela para incrementar su influencia –y la presencia de sus aliados– en Latinoamérica y América del Norte. Venezuela ha entregado miles de pasaportes a ciudadanos iraníes, documentos que permiten viajar a Norteamérica o a Europa”.
Hace algunos meses, Nathan Sales, coordinador de Contraterrorismo en el Departamento de Estado bajo el Gobierno de Donald Trump, declaraba lo siguiente: “Nos preocupa que Maduro haya brindado refugio a una serie de grupos terroristas, sobre todo al ELN [Ejército de Liberación Nacional colombiano] pero también a disidentes de las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] que rechazaron el acuerdo de paz [firmado por dicha organización y Juan Manuel Santos, el entonces presidente de Colombia], así como a partidarios y simpatizantes de Hezbolá”.
Para Majid Rafizadeh, “al tratar de secuestrar a una ciudadana norteamericana en suelo norteamericano, Irán violó activamente la soberanía de EEUU. Aun así, la Administración Biden no sólo sigue sin decir nada sobre el incidente, sino que ha anunciado que seguirá tratando de resucitar el grotesco acuerdo nuclear de 2015, que no sólo permite a Irán poseer una cantidad ilimitada de armamento nuclear tras la fecha de expiración del mismo, sino que levanta las sanciones que actualmente pesan sobre la economía de los mulás. Por lo visto, los norteamericanos quieren recompensar a estos por hacerse con Siria, el Yemen, el Líbano, Irak y, pronto, posiblemente, Jordania. Así que ¿qué incentivo tienen los iraníes para detenerse?. Ahora, la Administración Biden, en su transparente afán por retomar las negociaciones sobre el fútil PAIC, que refuerza la capacidad nuclear iraní, no ha hecho más que envalentonar al régimen iraní. ¿Se dará alguna vez cuenta de que, para llevar la paz a la región y, por extensión, al resto del mundo, las negociaciones, las concesiones y el ofrecimiento de incentivos a los mulás, simplemente, no funcionan?”.
Rafizadeh recuerda que el incidente citado es el primero en que el régimen iraní ha sido sorprendido tratando de secuestrar a un disidente en territorio norteamericano, no es la primera vez que Teherán ha tratado de secuestrar o atraer de vuelta a Irán a disidentes y periodistas, o sofocar la libertad de expresión. “A finales de 2020 ejecutó a un conocido disidente. Se informó de que Ruholá Zam, periodista que vivía exiliado en Francia y dirigía Amad News –cuyo canal en Instagram se dice que tenía más de un millón de seguidores–, fue secuestrado por individuos que trabajaban para el régimen de Irán poco después de que abandonara Irak el 11 de octubre de 2019. En otras ocasiones, Irán ha asesinado a disidentes en el extranjero o tratado de ejecutar actos terroristas. En junio de 2018 intentó atentar contra una convención celebrada en París a la que asistió el autor de este artículo, así como personalidades de primer nivel como el ex ministro canadiense de Exteriores John Baird. Unos meses más tarde, en octubre, un diplomático iraní y varios individuos de origen iraní fueron detenidos en Francia, Bélgica y Alemania por lo que oficiales franceses de inteligencia concluyeron fue un complot iraní para perpetrar un atentado”.