Tras la convención del PP
Sánchez tiene baraca. Y con o sin Iván, aprovecha cualquier acontecimiento para mostrar fina estampa desde la televisión. Da lo mismo quién se oponga. Da igual el calendario. No le afectan las críticas. Hasta le divierten las duras sesiones en las Cortes. Es un gran actor. Interpreta como aquellos grandes dramaturgos ingleses, la tragedia o la comedia. Hasta diría que gana en las distancias cortas. Cuando en las entrevistas logra un primer plano y se acerca al fuego del hogar para contarnos su historia...
Logra que sus contrincantes se desgañiten. Aguarda con sonrisa irónica las peleas propias del cainismo político. Mientras él se deshacía de aquella dama sevillana, casi sin que lo notáramos -¿quién se acuerda ahora de Susana?; ¿dónde se quedaron los de aquel sábado cuando le expulsaron de la sede en Ferraz?-. El PP sigue erre que erre empeñado en arañarse y darse codazos. Tal actitud de lucha por el cetro se irá acrecentando en la medida que las encuestas atisben que pueden ganar las próximas elecciones. Y es que vuelvo a recomendar la lectura de la obra que tan acertadamente escribió Don Gregorio Marañón: El Conde Duque de Olivares o la pasión de mandar.
¿Para qué sirvió la convención que duró una semana por tierras y gentes de la España dónde manda el PP?. Para darse un baño de multitud, pero eran gentes convencidas, a las que no hay motivo para recuperar, pues son de la causa. Otro gallo cantaría si Casado hubiera logrado un discurso emocionante. Esos que producen los grandes líderes. Si bien es cierto que ya no se fabrican. Ni en España, ni en Europa.
Hoy me despierto con una encuesta de un periódico vasco. ¡Qué desastre!. Crece Bildu. Baja la coalición PP-Cs. En Euskadi, y en Cataluña, la presencia del centro-derecha español ha caído hasta la mera anécdota. Las gentes hacen voto útil en el PNV y en el PSE. Mientras tanto, sólo los madrileños, como cuando la francesada, parecen dispuestos a luchar contra el sanchismo.
No voy a recordar que el ex-jugador del Estudiantes se cargó a Rajoy y todo su equipo de Abogados del Estado, Iglesias, Susana Díaz, Torra. Cambió a la mitad de sus ministros. Tiene en sus manos el poder interno del Partido Socialista. Ahora se ha propuesto dinamitar al poder judicial. Me temo lo peor. Nada se le resiste.
Pero volviendo a la convención del PP, les vi anticuados. Hasta en esa imagen de llenazo a golpe de autobuses con fieles a la doctrina, llenando la plaza de toros en Valencia, no aporta nada. Bien es verdad que han logrado incorporar a los cargos de C's. Pero una cosa son los cargos de quienes lograron la representación y otra bien distinta los votos ciudadanos de quienes creyeron que el partido naranja era una corriente de aire fresco para ventilar la contaminación política.
Se dice que intentarán dar el abrazo del oso a Vox. Eso es harina de otro costal. En Vox hay como en muchos países de Europa, una ruptura total con la doctrina democrática actual. Hay un regreso del "patriotismo del taconazo" y un abandono de lo políticamente correcto. Los de Vox son la respuesta a Podemos por la derecha. Mientras los segundos nacieron en la Puerta del Sol, entre parias desheredados, los de Vox son los españoles cabreados y con ardor de estómago, dispuestos a todo para terminar con el separatismo, la multiplicación de cargos y cargas, van tras la España: una, grande y libre, del Non Plus Ultra.
Si el PP se les acerca con su discurso, Sánchez lo aprovechará y logrará que los principales países de la UE le apoyen. Hay miedo a las conductas y discursos que recuerden los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Esa Europa que afrontó la gripe española y después vivió los alegres años veinte mientras en Alemania e Italia, surgía el monstruo belicista. Si fuera así, espero que mi condición de judío no me obligue, como a mis abuelos italianos, a marcharme hacia la República Argentina.
En otro orden de cosas, alguien debería analizar esa corriente de libertad mal entendida y convertida en explosiones con desobediencia juvenil. Me refiero a la subcultura del botellón, convocado por las redes sociales, con un éxito de afluencia sin precedentes y que concluye con un alegre y combativo enfrentamiento con la policía. No creo que se vaya a parar por la apertura del ocio nocturno. Está siendo semilla de una nueva forma para vivir sin límites, tras una pandemia que nos encerró a todos. Además, siempre surge algún 'Dani el Rojo', que implementa versos anarquistas para que otros aprovechen el tirón y les coloquen uniformes pardos.
Sánchez tiene baraca. Y con o sin Iván, aprovecha cualquier acontecimiento para mostrar fina estampa desde la televisión. Da lo mismo quién se oponga. Da igual el calendario. No le afectan las críticas. Hasta le divierten las duras sesiones en las Cortes. Es un gran actor. Interpreta como aquellos grandes dramaturgos ingleses, la tragedia o la comedia. Hasta diría que gana en las distancias cortas. Cuando en las entrevistas logra un primer plano y se acerca al fuego del hogar para contarnos su historia...
Logra que sus contrincantes se desgañiten. Aguarda con sonrisa irónica las peleas propias del cainismo político. Mientras él se deshacía de aquella dama sevillana, casi sin que lo notáramos -¿quién se acuerda ahora de Susana?; ¿dónde se quedaron los de aquel sábado cuando le expulsaron de la sede en Ferraz?-. El PP sigue erre que erre empeñado en arañarse y darse codazos. Tal actitud de lucha por el cetro se irá acrecentando en la medida que las encuestas atisben que pueden ganar las próximas elecciones. Y es que vuelvo a recomendar la lectura de la obra que tan acertadamente escribió Don Gregorio Marañón: El Conde Duque de Olivares o la pasión de mandar.
¿Para qué sirvió la convención que duró una semana por tierras y gentes de la España dónde manda el PP?. Para darse un baño de multitud, pero eran gentes convencidas, a las que no hay motivo para recuperar, pues son de la causa. Otro gallo cantaría si Casado hubiera logrado un discurso emocionante. Esos que producen los grandes líderes. Si bien es cierto que ya no se fabrican. Ni en España, ni en Europa.
Hoy me despierto con una encuesta de un periódico vasco. ¡Qué desastre!. Crece Bildu. Baja la coalición PP-Cs. En Euskadi, y en Cataluña, la presencia del centro-derecha español ha caído hasta la mera anécdota. Las gentes hacen voto útil en el PNV y en el PSE. Mientras tanto, sólo los madrileños, como cuando la francesada, parecen dispuestos a luchar contra el sanchismo.
No voy a recordar que el ex-jugador del Estudiantes se cargó a Rajoy y todo su equipo de Abogados del Estado, Iglesias, Susana Díaz, Torra. Cambió a la mitad de sus ministros. Tiene en sus manos el poder interno del Partido Socialista. Ahora se ha propuesto dinamitar al poder judicial. Me temo lo peor. Nada se le resiste.
Pero volviendo a la convención del PP, les vi anticuados. Hasta en esa imagen de llenazo a golpe de autobuses con fieles a la doctrina, llenando la plaza de toros en Valencia, no aporta nada. Bien es verdad que han logrado incorporar a los cargos de C's. Pero una cosa son los cargos de quienes lograron la representación y otra bien distinta los votos ciudadanos de quienes creyeron que el partido naranja era una corriente de aire fresco para ventilar la contaminación política.
Se dice que intentarán dar el abrazo del oso a Vox. Eso es harina de otro costal. En Vox hay como en muchos países de Europa, una ruptura total con la doctrina democrática actual. Hay un regreso del "patriotismo del taconazo" y un abandono de lo políticamente correcto. Los de Vox son la respuesta a Podemos por la derecha. Mientras los segundos nacieron en la Puerta del Sol, entre parias desheredados, los de Vox son los españoles cabreados y con ardor de estómago, dispuestos a todo para terminar con el separatismo, la multiplicación de cargos y cargas, van tras la España: una, grande y libre, del Non Plus Ultra.
Si el PP se les acerca con su discurso, Sánchez lo aprovechará y logrará que los principales países de la UE le apoyen. Hay miedo a las conductas y discursos que recuerden los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Esa Europa que afrontó la gripe española y después vivió los alegres años veinte mientras en Alemania e Italia, surgía el monstruo belicista. Si fuera así, espero que mi condición de judío no me obligue, como a mis abuelos italianos, a marcharme hacia la República Argentina.
En otro orden de cosas, alguien debería analizar esa corriente de libertad mal entendida y convertida en explosiones con desobediencia juvenil. Me refiero a la subcultura del botellón, convocado por las redes sociales, con un éxito de afluencia sin precedentes y que concluye con un alegre y combativo enfrentamiento con la policía. No creo que se vaya a parar por la apertura del ocio nocturno. Está siendo semilla de una nueva forma para vivir sin límites, tras una pandemia que nos encerró a todos. Además, siempre surge algún 'Dani el Rojo', que implementa versos anarquistas para que otros aprovechen el tirón y les coloquen uniformes pardos.