En su boletín oficial
La Masonería carga contra Vox y le relaciona con el “franquismo”
En un artículo que publica en su último boletín oficial, la Masonería española, representada por la Gran Logia, carga contra Vox al considerar que este partido “hace suya la masofobia del franquismo”. El texto de los masones españoles comienza señalando que “durante casi cuatro décadas, desde 1936 hasta su último discurso en 1975, el dictador Francisco Franco señaló a la Masonería como el gran enemigo de la España nacionalcatólica. Casi medio siglo después de que construyésemos una democracia en la que todos cabemos, el eurodiputado de Vox Hermann Tertsch ha recuperado esta semana el discurso de la masofobia del dictador, que nos culpaba de la pérdida del Imperio en el siglo XIX”.
Al parecer, Tertsch escribió el pasado 12 de octubre un texto en el que señalaba que “son el reflejo de las potencias enemigas de la Hispanidad aliadas con aquella Masonería francesa, inglesa y norteamericana que trabajó incansablemente para destruir la España trasatlántica y no solo aquella".
Para la Gran Logia española, esto supone que “vuelve el relato del contubernio, que culpabiliza a la Masonería de todos los desastres nacionales. En realidad, la Masonería solo tiene como enemigos a la ignorancia, el fanatismo y la ambición. La Masonería moderna nació hace 300 años, cuando las guerras de religión asolaban Europa, para proponer tolerancia al otro, esforzado conocimiento de uno mismo, fraternidad hacia todo ser humano y ejercicio activo del librepensamiento. Esos han sido siempre sus pecados y el motivo de su persecución por parte de todos los totalitarismos políticos e integrismos religiosos que ha conocido el mundo, intolerables con la heterogeneidad de los credos espirituales y las ideas políticas”.
Según la Masonería española, “en el siglo XXI hay quien cree, como el Estado Islámico, que la religión debe imponerse geopolíticamente al infiel. Defiende Tertsch en su artículo una España que ‘convirtió la iglesia católica en iglesia universal’ en un mundo donde, afortunadamente, el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar son capaces de abrazarse. No hay mucho más que decir salvo animar a quienes apuestan por la convivencia de lo diverso. Como el presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, que se lamentaba esta semana de ‘los episodios e incidentes que tenemos que vivir en el Pleno por mantener una posición a favor de la convivencia, de la inclusión, del sentimiento de pertenencia a España, como patrimonio común de todos los ceutíes, con independencia de cual sea su credo religioso’”.
En un artículo que publica en su último boletín oficial, la Masonería española, representada por la Gran Logia, carga contra Vox al considerar que este partido “hace suya la masofobia del franquismo”. El texto de los masones españoles comienza señalando que “durante casi cuatro décadas, desde 1936 hasta su último discurso en 1975, el dictador Francisco Franco señaló a la Masonería como el gran enemigo de la España nacionalcatólica. Casi medio siglo después de que construyésemos una democracia en la que todos cabemos, el eurodiputado de Vox Hermann Tertsch ha recuperado esta semana el discurso de la masofobia del dictador, que nos culpaba de la pérdida del Imperio en el siglo XIX”.
Al parecer, Tertsch escribió el pasado 12 de octubre un texto en el que señalaba que “son el reflejo de las potencias enemigas de la Hispanidad aliadas con aquella Masonería francesa, inglesa y norteamericana que trabajó incansablemente para destruir la España trasatlántica y no solo aquella".
Para la Gran Logia española, esto supone que “vuelve el relato del contubernio, que culpabiliza a la Masonería de todos los desastres nacionales. En realidad, la Masonería solo tiene como enemigos a la ignorancia, el fanatismo y la ambición. La Masonería moderna nació hace 300 años, cuando las guerras de religión asolaban Europa, para proponer tolerancia al otro, esforzado conocimiento de uno mismo, fraternidad hacia todo ser humano y ejercicio activo del librepensamiento. Esos han sido siempre sus pecados y el motivo de su persecución por parte de todos los totalitarismos políticos e integrismos religiosos que ha conocido el mundo, intolerables con la heterogeneidad de los credos espirituales y las ideas políticas”.
Según la Masonería española, “en el siglo XXI hay quien cree, como el Estado Islámico, que la religión debe imponerse geopolíticamente al infiel. Defiende Tertsch en su artículo una España que ‘convirtió la iglesia católica en iglesia universal’ en un mundo donde, afortunadamente, el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar son capaces de abrazarse. No hay mucho más que decir salvo animar a quienes apuestan por la convivencia de lo diverso. Como el presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, que se lamentaba esta semana de ‘los episodios e incidentes que tenemos que vivir en el Pleno por mantener una posición a favor de la convivencia, de la inclusión, del sentimiento de pertenencia a España, como patrimonio común de todos los ceutíes, con independencia de cual sea su credo religioso’”.