Cargos de Vox y afiliados del partido en Guipúzcoa y provincias cercanas han protagonizado una concentración en San Sebastián como muestra de repulsa por la manifestación convocada por SARE en esta ciudad para reclamar el respeto de los derechos de los presos de ETA y “la amnistía a quienes tanto dolor ha generado en el País Vasco y en el resto de España”.

Así lo ha puesto de manifiesto Juan de Dios Dávila, presidente de Vox en la provincia, quien, en su condición de víctima de ETA -la banda criminal asesinó a su hermano Fidel en junio del año 93-, ha reivindicado “la exigencia a todo terrorista de que colabore con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para el esclarecimiento de cientos de crímenes aún sin resolver, antes de pensar en la posibilidad de concederles privilegio penitenciario alguno”.

Dávila ha lamentado “las alianzas secretas entre el Gobierno del señor Sánchez y el criminal Otegi” que podrían traducirse en un espacio muy corto de tiempo en “un torrente de liberaciones de etarras previamente acercados a cárceles vascas. Y se hará por la vía de la mejora de la clasificación penitenciaria de los penados y la rápida concesión de beneficios, de terceros grados, que sacarán a la calle a quienes deberían seguir en prisión”.

Según ha informado a través de una nota de prensa, Vox en Guipúzcoa pretende con esta concentración dejar en evidencia la soledad de las víctimas de ETA en una sociedad como la vasca. “Nuestra soledad agravada por discursos hipócritas de quienes defienden nuestra memoria y el respeto que sin duda merecemos, para después condenarnos al olvido y estrechar lazos con quienes nos convirtieron en víctimas, con quienes siguen pensando que aquello que nos sucedió estuvo bien”. “Es insultante que el PSOE se apresurara a aplaudir las mentiras del señor Otegi en Ayete, desmentidas por él mismo ya vestido de dirigente abertzale. Es indignante que fueran los socialistas vascos los que elevaran el circo de Otegi a la categoría de punto de inflexión, de paso fundamental para resolver los problemas que persisten en Vascongadas, que siguen entre nosotros precisamente por personajes como el líder de Sortu, aún hoy portavoz político de ETA”.

Tras un cuarto de hora de concentración, las personas que han participado en ella se han disuelto con “la indignación que produce saber que el PNV ha estado ahí, con quienes aún aplauden la violencia, en lugar de situarse nítidamente con quienes sufrimos esa violencia, con las víctimas”.