El “wokismo” no es una palabra con una definición exacta, ya que se utiliza de muchas formas, dependiendo de los grupos o las minorías que lo usen. Aunque estoy seguro de que todos los lectores están familiarizados con la ausencia total de sentido común de todas esas manifestaciones. En realidad, es un término de una neolengua. Empiezan con el cambio de las palabras para evitar “ofensas” que se imaginan. Yo no conozco a ninguna mujer que se ofenda por llamarle mujer, pero estos progresistas creen que solo es apropiado llamarlas “personas que quedan embarazadas”.  ¿Qué pasa con las solteras sin hijos, las abuelas que tienen demasiada edad, las que sufren de infertilidad…?, ¿habrán dejado de ser mujeres?

Y luego tenemos la CRT (teoría crítica de la raza).

Como se explicó parcialmente en este artículo, la Teoría Crítica no es otra cosa que un manifiesto de cuatro intelectuales comunistas de la Alemania pre-Hitler para destruir el capitalismo. Y a ese manifiesto se le agregó el factor racismo para que fuera más impactante en EEUU, la cabeza visible del libre mercado. No cabe duda de que ha tenido un enorme efecto en varios aspectos. La teoría está siendo aplicada en las universidades originando despidos y dimisiones de profesores de parte de los que difieren de esa “filosofía”. A la vez que se la están inculcando a estudiantes sin capacidad para discernir y sin conocimientos de Historia. Está teniendo efecto también en las numerosas “cancelaciones” de los medios digitales o por parte de un grupo influyente. La libertad de expresión (de la conservadora, claro) está siendo atacada de forma agresiva.

Después de la muerte de George Floyd en Minneapolis, clamaron por las calles “defund the police” (retirar fondos a la policía). Pero como es de esperar, el crimen ha subido en las ciudades (donde la izquierda domina) un 30% y ahora están clamando protección. Es de morirse de risa si no fuera por lo verdaderamente triste que es. Debido al enorme incremento del crimen en Nueva York, acaban de elegir a Eric Adams, que no es republicano (animal en extinción en NY), pero sí un buen defensor de la ley y el orden en gran contraste con el actual alcalde del Partido Demócrata Bill DeBlasio, quien puso en libertad a 1.500 presidiaros en el 2020. No sé cómo pudo pensar que esa acción pudiera reducir el crimen, y ahora están sufriendo las consecuencias. El crimen ha ascendido un 250% según este artículo.  

Seguido de la muerte de George Floyd, en Minneapolis, una asociación de ciudadanos negros comenzó el eslogan de “defund the police”. Las consecuencias fueron un aumento de los heridos por bala del 26% y un incremento de los homicidios en un 16%. Como es de comprender, en estas elecciones del 4 de noviembre, cinco de los concejales que votaron por ese programa han sido reemplazados. 

Una de las características de los ataques de los demócratas es insultar a la oposición de lo que ellos han sido. Dos candidatos negros, uno de California (Larry Elder) y la otra, Winsome Sears, que acaba de ganar el puesto de vicegobernador de Virginia, han sido acusados de ser “supremacistas blancos y del KKK”. What? Ahora, los negros republicanos son categorizados como del KKK, que es lo que fueron los demócratas, y hasta lucharon en una guerra civil por ello. Hay que joderse. Pero no les ha servido de nada. Winsome Sears (abajo), una que fue de los marines y con valores conservadores, ha sido elegida en un estado de los demócratas… hasta ahora.

Ese dice que estas elecciones son un preludio a las intermediarias del 2022. Los demócratas, con sus “wokismos”, se han estrellado con el sentido común del pueblo. La plataforma del gobernador recién elegido Glenn Youngkin, no ha sido otra cosa que decir: “En la escuela deben enseñar matemáticas, lectura y ciencia”. Vaya descubrimiento. Por su parte, el aliado de Hillary Clinton y el ex-gobernador de Virginia insistió en empujar la teoría critica de la raza en las escuelas secundarias del Estado. Además, utilizando y apoyando un libro publicado por un pariente. Haciendo negocio e inculcando ideología anticapitalista, así como discordia racial.  

La negra Winsome Sears está casada y tiene hijos. Aparte de haber servido en los marines, posee un masters en liderazgo organizacional y tuvo un negocio de electricidad, al ser también electricista. Es un clásico cumplimiento del “sueño americano”. Llegó con su padre a los 6 años de Jamaica. Él tenía $1.75 en su bolsillo y trabajó en lo que encontraba. Como es natural, es creyente en que el triunfo llega con el trabajo y la educación. Llegó a ser vicepresidente de Bureau de Educación del Estado de Virginia. Pero lo que más le enorgullece, nos dice, son los ministerios en las cárceles, así como el ser directora de los albergues para las mujeres “homeless”. Claramente dedicada al servicio público.

Por el otro lado, el gobernador elegido no es un político, sino un negociante exitoso como Donald Trump, aunque sin tanto caudal. Recibió las mismas acusaciones que el expresidente. Curiosamente, en un discurso de Joe Biden apoyando al demócrata Terry McAuliffe, Biden mencionó a Trump 24 veces en 17 minutos. ¿Estuvo Trump incluido en las boletas? ¡Pues no! Por los resultados parece que el pueblo está harto de este tipo de política negativa cuando tenemos una inflación enorme, un déficit y deuda descarrilados, mandatos de vacunación para policías, militares y bomberos que no los quieren, y estadios enteros gritando “Lets Go Brandon”, que en realidad significa Fuck Joe Biden¡. El pueblo está harto de este presidente cuya popularidad está por el 37%. Y eso es grave para los congresistas demócratas que residen en distritos balanceados entre demócratas y republicanos.

En este artículo, el izquierdista The Guardian admite disgustado que los republicanos hicieron partido con la teoría critica de la raza. Aparentemente, no se dan cuenta que las personas de sentido común no tragan teorías que afectan seriamente a sus hijos e hijas.  En este sentido, resulta llamativo que personas como Obama y McAuliffe empujen estas teorías en la educación pública mientras sus hijos acuden a escuelas privadas.

He estado muy pesimista con el futuro de EEUU, pero los tiros en los pies que se están dando los demócratas me están volviendo optimista. La receta que han dejado los candidatos mencionados y otros republicanos que se han apoderado de las instituciones políticas de Virginia, será aplicada en las elecciones intermedias del 2022 para obtener la mayoría en el Congreso y Senado. Y esa alfombra roja dará el paso a la nueva elección de Donald Trump. ¡Podemos apostar a que sí!