Crónicas
El fin de la pelota vasca en América
![[Img #21015]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/11_2021/7448_mansfield.png)
Ya que hay por lo menos cuatro modalidades de pelota que se juegan a nivel profesional en los frontones (mano, pala, cesta-punta y remonte), la pelota vasca que se juega y jugaba en EEUU, México y Cuba, era la cesta punta.
Según lo que he leído en varias publicaciones, y se puede verificar en este breve y sencillo artículo, la pelota y el tenis tienen su origen en los “arkupes” de las iglesias de Francia circa del siglo XVIII, donde jugaban contra sus paredes el jeu de paume. http://capelota.com.ar/la-historia-de-la-pelota-vasca/
No es mi intención escribir en detalle sobre la historia y evolución del jeu de paume a las cuatro modalidades, así como sobre los diferentes tipos de pelota y herramientas usadas, ya que hay numerosas versiones y teorías. Es evidente que la dureza de la pelota original incentivó el uso de la herramienta y con ello aparecieron las modalidades. Obviamente, la herramienta proporciona una velocidad bastante superior y facilita el uso de pelotas muy duras que viajan hasta velocidades de 200 kms/hr en la cesta punta. Y para un desarrollo del juego más espectacular, los recintos evolucionaron de tamaño, para el juego y número de espectadores que vemos hoy. En su apogeo, en EEUU hemos visto frontones llenos con más de 5.000 espectadores.
El Jai Alai se desarrolló casi en su totalidad en frontones de Vizcaya y Guipúzcoa, siendo la Universidad de Marquina la más notable de todas. La primera fase de este frontón se construyó en el 1798 y fue renovado y ampliado paulatinamente. Hasta que en 1928 le instalaron un techo, dando cubierta al frontón para facilitar el espectáculo ininterrumpido de los partidos con profesionales. https://markinaxemeinturismoa.com/es/ondarea/frontoia/
Tiene merecido el nombre de Universidad, porque de este frontón han salido cientos de profesionales a través de las décadas y muchos fueron de primera clase mundial. A principios del siglo XX, la pelota vasca se jugó en lugares como Alejandría (Egipto), Tánger, La Habana, San Louis (USA) durante la Feria Mundial, México DF, Tijuana, Manila, Milán, Buenos Aires, Napoles, Bélgica, Shangai y Tiensin… en diferentes momentos. La lista es larga. Y como es natural también se jugaba en ciudades españolas como Valencia, Barcelona, Madrid, Zaragoza, Mallorca, islas Canarias... Como el mercado español carecía de recursos para competir con los extranjeros en el continente americano, los frontones de España eran más bien de desarrollo para el pelotari. Antes de obtener el contrato para el frontón de Orlando, Florida, jugué en Durango y Mallorca.
Fue en la década de los años treinta del pasado siglo cuando se abrió el frontón de Miami, que con el de La Habana eran los frontones donde alternaban los grandes. Tengo entendido que en el frontón de La Habana el salario de las estrellas alcanzaba los 2.000 dólares al mes. Para tener una idea de lo que significaba este salario, en esos años un Chevrolet nuevo costaba entre 2.000 y 4.000 dólares, dependiendo del modelo. Desafortunadamente, Fidel Caastro cerró el frontón de La Habana, y Florida se convirtió en la Meca de la cesta punta. Cuando yo llegué, en 1963, este Estado tenía frontones en Dania, West Palm Beach, Tampa, Orlando y Daytona, además del de Miami. Entre 200 y 225 pelotaris vascos ganaban aproximadamente una media de unos 1.500 dólares mensuales. La media salarial del trabajador del momento era de 500 dólares mensuales. Teniendo yo un salario un 30% inferior a la media por ser novato, los ahorros de mi primera temporada llegaron a ser precisamente de 1.500 dólares. Y esta suma representaba en mi pueblo casi el coste de un piso que estaban por las 100.000 pesetas. El dólar estaba entonces a 60 pesetas. Esto da una idea de lo que representaban los sueldos de La Habana y México en los años cincuenta del pasado siglo. Además, el deporte era tan popular en aquellos años que personajes como Cantinflas, Hemingway, Errol Flynn, Jane Mansfiled, Paul Newman y retrataban se retrataban con pelotaris de la época.
Como el Jai Alai era un negocio redondo para las empresas norteamericanas, comenzaron a propagarse hasta el punto de que en EEUU había 14 frontones en el año 1976. Casi el triple. Uno en el MGM de las Vegas, otro en Rhode Island, tres en Connecticut y nueve en Florida. En esos años habría unos 500 pelotaris vascos. El enorme crecimiento de los negocios y el lento incremento de los salarios hizo que los pelotaris nos sintiéramos bastante mal pagados. No supimos arreglarnos y fuimos a la huelga en dos ocasiones. No pudimos hacerlo peor y fuimos reemplazados. Para la segunda huelga (1988) ya estaba retirado.
Allá por los años setenta, años que trabajaba en un taller y jugaba a la vez durante los casi cinco meses de invierno, deduje que el fin de la pelota en EEUU era cuestión de tiempo. Leí en la prensa que los dueños querían incorporar casinos en los frontones. Entonces, los legisladores y gobernadores eran muy opuestos a la propagación de apuestas, aparte de las que se realizaban en los caballos, galgos y Jai Alai. Primordialmente, para no dañar la industria turística y hotelera, que es la más importante del estado. El sol y las playas son los mejores recursos de Florida. Pero un “seísmo” cambió la situación. Los indios seminolas y mikosukees que residen en zonas rurales dentro del pantano de los Everglades, a unos 45 minutos de Miami y del frontón de Dania, decidieron abrir unos casinos. El Estado se opuso, pero la Corte Suprema dictó que el Estado no tiene jurisdicción para recaudar impuestos, ni regular los juegos que los indios deseen para sus reservas. Y este fue un duro golpe a la industria de las apuestas, incluyendo la importante pérdida de impuestos para el Estado. Eran varios miles de millones. Por lo que no les quedó otra solución que dar permisos para casinos a los galgos, caballos y frontones.
Como los dueños de los Jai Alai nunca se dedicaron a educar al aficionado para que apreciara el deporte, sino a exprimirle los billetes enfatizando las apuestas, son muy, muy pocos los que van a ver el deporte. Se demostró claramente que ese era el caso, sobre todo en la segunda huelga, cuando los sustitutos de los jugadores, en muchos casos (no todos), no sabían que pie iba por delante al lanzar la pelota. Primera división contra regional. (Habrá quienes se molesten bastante por esta frase. Más me molestó a mí ser reemplazado y perder decenas de miles de dólares de los de los años setenta).
Al caso. Entre que el frontón tiene 40 salarios a pagar, los que vamos a ver somos apenas medio centenar, y las apuestas no generan una entrada que merezca la pena mencionar, era cuestión de tiempo que el contable de la empresa comunicara al gerente que es mejor eliminar la pelota.
Y un punto para tener en cuenta es el siguiente: ¿cómo es que el Gobierno Vasco ande subvencionando juegos que nunca han sido parte del euskaldún y ni siquiera haya visitado Florida para apoyar, no con subvenciones, sino con movimientos diplomáticos para evitar la estrepitosa caída de un deporte auténticamente vasco y centenario que tantas familias ha sacado de la pobreza o su difícil situación entre los años 1950 y 1970 del pasado siglo? La aportación económica de los cientos y cientos de pelotaris a la economía de Euskadi ha sido abandonada como un perro con sarna.
Los que hemos vivido la época dorada disfrutamos de los últimos días del juego que desarrollan los jóvenes, pero nos da mucha pena ver el frontón vacío cuando con nosotros había varios miles de espectadores hasta en los partidos que se jugaban entre semana. Triste final para un deporte hermoso.
Ya que hay por lo menos cuatro modalidades de pelota que se juegan a nivel profesional en los frontones (mano, pala, cesta-punta y remonte), la pelota vasca que se juega y jugaba en EEUU, México y Cuba, era la cesta punta.
Según lo que he leído en varias publicaciones, y se puede verificar en este breve y sencillo artículo, la pelota y el tenis tienen su origen en los “arkupes” de las iglesias de Francia circa del siglo XVIII, donde jugaban contra sus paredes el jeu de paume. http://capelota.com.ar/la-historia-de-la-pelota-vasca/
No es mi intención escribir en detalle sobre la historia y evolución del jeu de paume a las cuatro modalidades, así como sobre los diferentes tipos de pelota y herramientas usadas, ya que hay numerosas versiones y teorías. Es evidente que la dureza de la pelota original incentivó el uso de la herramienta y con ello aparecieron las modalidades. Obviamente, la herramienta proporciona una velocidad bastante superior y facilita el uso de pelotas muy duras que viajan hasta velocidades de 200 kms/hr en la cesta punta. Y para un desarrollo del juego más espectacular, los recintos evolucionaron de tamaño, para el juego y número de espectadores que vemos hoy. En su apogeo, en EEUU hemos visto frontones llenos con más de 5.000 espectadores.
El Jai Alai se desarrolló casi en su totalidad en frontones de Vizcaya y Guipúzcoa, siendo la Universidad de Marquina la más notable de todas. La primera fase de este frontón se construyó en el 1798 y fue renovado y ampliado paulatinamente. Hasta que en 1928 le instalaron un techo, dando cubierta al frontón para facilitar el espectáculo ininterrumpido de los partidos con profesionales. https://markinaxemeinturismoa.com/es/ondarea/frontoia/
Tiene merecido el nombre de Universidad, porque de este frontón han salido cientos de profesionales a través de las décadas y muchos fueron de primera clase mundial. A principios del siglo XX, la pelota vasca se jugó en lugares como Alejandría (Egipto), Tánger, La Habana, San Louis (USA) durante la Feria Mundial, México DF, Tijuana, Manila, Milán, Buenos Aires, Napoles, Bélgica, Shangai y Tiensin… en diferentes momentos. La lista es larga. Y como es natural también se jugaba en ciudades españolas como Valencia, Barcelona, Madrid, Zaragoza, Mallorca, islas Canarias... Como el mercado español carecía de recursos para competir con los extranjeros en el continente americano, los frontones de España eran más bien de desarrollo para el pelotari. Antes de obtener el contrato para el frontón de Orlando, Florida, jugué en Durango y Mallorca.
Fue en la década de los años treinta del pasado siglo cuando se abrió el frontón de Miami, que con el de La Habana eran los frontones donde alternaban los grandes. Tengo entendido que en el frontón de La Habana el salario de las estrellas alcanzaba los 2.000 dólares al mes. Para tener una idea de lo que significaba este salario, en esos años un Chevrolet nuevo costaba entre 2.000 y 4.000 dólares, dependiendo del modelo. Desafortunadamente, Fidel Caastro cerró el frontón de La Habana, y Florida se convirtió en la Meca de la cesta punta. Cuando yo llegué, en 1963, este Estado tenía frontones en Dania, West Palm Beach, Tampa, Orlando y Daytona, además del de Miami. Entre 200 y 225 pelotaris vascos ganaban aproximadamente una media de unos 1.500 dólares mensuales. La media salarial del trabajador del momento era de 500 dólares mensuales. Teniendo yo un salario un 30% inferior a la media por ser novato, los ahorros de mi primera temporada llegaron a ser precisamente de 1.500 dólares. Y esta suma representaba en mi pueblo casi el coste de un piso que estaban por las 100.000 pesetas. El dólar estaba entonces a 60 pesetas. Esto da una idea de lo que representaban los sueldos de La Habana y México en los años cincuenta del pasado siglo. Además, el deporte era tan popular en aquellos años que personajes como Cantinflas, Hemingway, Errol Flynn, Jane Mansfiled, Paul Newman y retrataban se retrataban con pelotaris de la época.
Como el Jai Alai era un negocio redondo para las empresas norteamericanas, comenzaron a propagarse hasta el punto de que en EEUU había 14 frontones en el año 1976. Casi el triple. Uno en el MGM de las Vegas, otro en Rhode Island, tres en Connecticut y nueve en Florida. En esos años habría unos 500 pelotaris vascos. El enorme crecimiento de los negocios y el lento incremento de los salarios hizo que los pelotaris nos sintiéramos bastante mal pagados. No supimos arreglarnos y fuimos a la huelga en dos ocasiones. No pudimos hacerlo peor y fuimos reemplazados. Para la segunda huelga (1988) ya estaba retirado.
Allá por los años setenta, años que trabajaba en un taller y jugaba a la vez durante los casi cinco meses de invierno, deduje que el fin de la pelota en EEUU era cuestión de tiempo. Leí en la prensa que los dueños querían incorporar casinos en los frontones. Entonces, los legisladores y gobernadores eran muy opuestos a la propagación de apuestas, aparte de las que se realizaban en los caballos, galgos y Jai Alai. Primordialmente, para no dañar la industria turística y hotelera, que es la más importante del estado. El sol y las playas son los mejores recursos de Florida. Pero un “seísmo” cambió la situación. Los indios seminolas y mikosukees que residen en zonas rurales dentro del pantano de los Everglades, a unos 45 minutos de Miami y del frontón de Dania, decidieron abrir unos casinos. El Estado se opuso, pero la Corte Suprema dictó que el Estado no tiene jurisdicción para recaudar impuestos, ni regular los juegos que los indios deseen para sus reservas. Y este fue un duro golpe a la industria de las apuestas, incluyendo la importante pérdida de impuestos para el Estado. Eran varios miles de millones. Por lo que no les quedó otra solución que dar permisos para casinos a los galgos, caballos y frontones.
Como los dueños de los Jai Alai nunca se dedicaron a educar al aficionado para que apreciara el deporte, sino a exprimirle los billetes enfatizando las apuestas, son muy, muy pocos los que van a ver el deporte. Se demostró claramente que ese era el caso, sobre todo en la segunda huelga, cuando los sustitutos de los jugadores, en muchos casos (no todos), no sabían que pie iba por delante al lanzar la pelota. Primera división contra regional. (Habrá quienes se molesten bastante por esta frase. Más me molestó a mí ser reemplazado y perder decenas de miles de dólares de los de los años setenta).
Al caso. Entre que el frontón tiene 40 salarios a pagar, los que vamos a ver somos apenas medio centenar, y las apuestas no generan una entrada que merezca la pena mencionar, era cuestión de tiempo que el contable de la empresa comunicara al gerente que es mejor eliminar la pelota.
Y un punto para tener en cuenta es el siguiente: ¿cómo es que el Gobierno Vasco ande subvencionando juegos que nunca han sido parte del euskaldún y ni siquiera haya visitado Florida para apoyar, no con subvenciones, sino con movimientos diplomáticos para evitar la estrepitosa caída de un deporte auténticamente vasco y centenario que tantas familias ha sacado de la pobreza o su difícil situación entre los años 1950 y 1970 del pasado siglo? La aportación económica de los cientos y cientos de pelotaris a la economía de Euskadi ha sido abandonada como un perro con sarna.
Los que hemos vivido la época dorada disfrutamos de los últimos días del juego que desarrollan los jóvenes, pero nos da mucha pena ver el frontón vacío cuando con nosotros había varios miles de espectadores hasta en los partidos que se jugaban entre semana. Triste final para un deporte hermoso.