La cumbre de líderes conservadores de Europa celebrada este sábado en Varsovia ha finalizado con el compromiso de todos los participantes de estrechar la colaboración para poner fin a la “inquietante idea” de tener una Europa gobernada por las élites globalistas. “Sólo las instituciones soberanas de los Estados tienen plena legitimidad democrática”, reza la declaración conjunta suscrita, entre otros, por los presidentes de los partidos gobernantes en Hungría y Polonia, Viktor Orbán y Jarosław Kaczyński, respectivamente. “Las instituciones europeas no gozan de la misma legitimidad y, por tanto, deberían desempeñar un papel subordinado en la arquitectura política al Estado nacional”, recuerdan.

El texto, que también ha firmado el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, así como la líder de la Agrupación Nacional francesa, Marine Le Pen, recuerda que las instituciones comunitarias “deberían estar subordinadas” a las instituciones soberanas de los Estados miembros, de acuerdo con el espíritu fundacional de la Unión Europea, y no al revés, como pretenden las “autoproclamadas” élites de Bruselas.

La histórica declaración subraya la oposición de los participantes de la Cumbre a que la UE se convierta en “una herramienta de ingeniería social destinada a crear una nueva ‘nación europea’”, un concepto que, recuerdan, “nunca ha existido, no existe hoy, ni puede existir en el futuro”.

Los líderes reunidos en Varsovia también han debatido la “cooperación más estrecha” de sus respectivos partidos en el Parlamento Europeo, “incluida la organización de reuniones conjuntas y alinear el voto sobre cuestiones comunes” como la protección de la soberanía de los Estados miembros y la postura sobre la inmigración ilegal, y han acordado, a propuesta del presidente de Vox, Santiago Abascal, que en enero de 2022 se organice otra conferencia en España en respuesta al debate en curso sobre el futuro de Europa.