Uno. Vivimos unos tiempos verdaderamente surrealistas. Nos dicen que un hombre es una mujer; nos aseguran que hay una colección de géneros; mencionar la raza del criminal es racismo (excepto si el criminal es blanco); el hombre blanco es intrínsicamente racista, etc. Y usando esta filosofía, recientemente los medios han publicado el nombre, la raza, edad y todos los demás datos de un joven blanco arrestado por asesinatos que cometió, pero han omitido toda información personal relacionada a uno que es negro y condujo su automóvil hacia un desfile de Navidad matando a seis personas e hiriendo a docenas más. Tal y como la CNN describe este asesinato masivo en Waukesha, Wisconsin, le hacen pensar a uno que el automóvil era un Tesla con conducción remota. En un tuit, la CNN dice: “La villa de Waukesha guardará un minuto de silencio, marcando una semana desde que un automóvil atravesara la ciudad durante un desfile navideño y causara la muerte de seis individuos y docenas de heridos”.

Dos. Hace unos días, hemos tenido otro caso interesante. Un nadador con tres años de experiencia en la Universidad de Pensilvania “cambió de sexo” a base de una supresión de testosterona por un año, y voilá, ya es mujer.  Se presentó a competir con las nadadoras y como es natural ha ganado varios eventos con gran facilidad, estableciendo varios records. La madre de una de las nadadoras fue entrevistada por la TV y comentó sobre la decepción de su hija al verse impotente compitiendo (vamos a ser honestos con nosotros mismos) con un hombre que pasa por mujer. ¿Por qué los organizadores lo permitieron? Aparentemente intimidados por este movimiento anticultural, ¿qué pasará en las Olimpiadas de China? Recomendaría que las nadadoras boicotearan en masa porque si esta actividad continúa, será el fin de los deportes femeninos. Detrás de ese Will Thomas que ahora se llama Lia, habrá cientos que aprovecharán la oportunidad para ganarse becas deportivas, trofeos, títulos y más.

Tres. Dentro de la galopante inflación que padecemos en Estados Unidos, en octubre llegó a ser del 11%, y confrontada con una pregunta sobre el costo de vida actual, la vicepresidente Kamala Harris respondió: “Antes del Covid-19 el coste de vida era demasiado alto para muchos”. No es de extrañar que las encuestas indiquen que tiene un 28% de popularidad. 

El presidente Biden ha estado empujando por meses una legislatura a la cual llama “Build Back Better” (“Reconstruiremos Mejor”, como respuesta al “America First” de Donald Trump),  creando la impresión de que se trata sobre la infraestructura, cuando en realidad, en sus 2.465 páginas, están enterrados numerosos programas sociales y los relacionados al cambio climático. También hay un incremento de las deducciones admitidas en la declaración de renta que favorecen a los del 10% de arriba. Esto ha dejado a muchos con las cejas altas. Y el problema con dicha legislatura no es tanto los programas que abarca sino su costo. La Oficina de Presupuestos del Congreso que evalúa los costes de las legislaturas, declaró oficialmente que dicha ley añadirá a la larga $3 billones (europeos) a la deuda nacional, que ya está en 29 billones. Este enlace nos va indicando la subida de la deuda. 

Al ser confrontada por uno de los medios, la portavoz de la Casa Blanca respondió que dicha oficina era anticuada, que no estaba evaluando el presupuesto de ninguna ley en progreso y que su evaluación era “fake”. Pero aquí se puede verificar que la ley HR 5376, llamada “Build Back Better”, fue presentada y aprobada por el Congreso el 27 de septiembre de este año, con un voto de 220 vs 213.

Por si fuera poco, el presidente Biden en una rueda de prensa afirmó al pueblo que el costo de la ley sería cero. Ver aquí.

Cómo pueden mentir con ese desparpajo y descaro es difícil de comprender. De todas formas, la ley se ha encontrado con dos personas sensatas en el Senado, los demócratas Joe Manchin y Krysten Sinema que se han declarado en contra del proyecto de ley y han retrasado la votación hasta primeros de año. Ambos declararon estar en contra del gasto excesivo y de algunos artículos de esta, así como del hecho de que la mayoría de sus constituyentes tampoco estaban a favor. En el estado de West Virginia, al que representa Joe Manchin, Trump ganó en las elecciones de 2020 por un 69-30%. Si el demócrata Joe Manchin sigue en el senado es por su moderación y fiel representación.  Sin duda, este revés significa un gran fracaso (otro más) del presidente Biden.

Cuatro. Y bajo este marco surrealista tenemos ahora otra investigación por parte del Congreso a Donald Trump sobre la supuesta “insurrección” organizada por Trump el 6 de enero del 2021. Los actores son los mismos. Siete demócratas que destacaron en la falsa y eterna investigación “Russian Collusion”, que no logró encontrar ninguna prueba y dos republicanos nunca-Trump, uno de los cuales se retira del Congreso por las perspectivas electorales del 2022 y la otra, hija de Dick Chaney, Liz, quien tiene muy pocas posibilidades en las primarias del partido republicano de Wyoming. Una de las encuestas indica que el 70% de los republicanos votarán para cualquiera que se oponga a Ms. Chaney. Por lo que el comité seleccionado ha llamado al asesor personal de Donald Trump, Mark Meadows, para que presente todas las comunicaciones vía email, textos o llamadas a Trump durante ese día. Sin ningún respeto al privilegio ejecutivo. Y es muy curioso que investiguen al Ejecutivo, cuando el Pentágono informó al FBI una semana antes sobre las manifestaciones que se planificaban, al mismo tiempo que a la lider del Congreso, Nancy Pelosi, que es la máxima voz en la Policía del Congreso y no tomó ninguna medida para desplegarlos alrededor del Congreso.

Mark Meadows ha rehusado presentarse personalmente, pero los textos se han publicado y en vez de implicarlos, los exoneran de toda culpabilidad. No sólo eso, para la presentación de los cargos, el comité admitió que editó los textos. Clara alteración de las pruebas.  Quizás, afortunadamente, aunque nunca se divulgará por los medios tradicionales, en Rumble se pueden ver unos videos interesantes.

Los manifestantes del 6 de enero se concentraron allí por diversas razones. Eran varios grupos. Pero después de unas indagaciones, se ha descubierto que el mismo FBI estuvo fomentando el “ataque” al Capitolio. Fue Ray Epps, miembro del grupo ultraderechista “Oath Keepers” (“Guardianes del Juramento”). Pero hay que tomar en consideración las siguientes circunstancias. Ray Epps inició la instigación de asaltar al Capitolio el día anterior. Se le oye a uno decir que era un “fed” (agente federal). El fiscal general actual Merrick Garland ha usado la infiltración de agentes del FBI o colaboradores en diferentes grupos. Ray Epps estuvo en su lista de los 10 más buscados y cuando se descubrió su identidad, lo retiraron de la lista sin dar una explicación.    

Video de Ray Epps instigando el asalto

El fiscal general es quien decide sobre las investigaciones del FBI, y en este otro video, vemos a un congresista interrogar al fiscal Merrick Garland y evadir toda respuesta a las preguntas sobre el instigador. Unos 600 fueron arrestados y encarcelados por meses, muchos de ellos incomunicados y algunos sin cargos criminales. Pero a Ray Epps se le ha visto entrando a su casa de Arizona sin ningún problema. Teniendo en cuenta la reprensible actuación del FBI en la farsa de “Russian Collusion” y que la agencia más prominente para el cumplimiento de la ley actúe de esta forma, es verdaderamente surrealista. Otro grupo ultraderechista de Michigan fue juzgado por planificar el secuestro de la gobernadora Gretchen Whitmer y fue a su vez infiltrado por informantes del FBI y fueron ellos mismos los que dieron la idea e iniciaron planificaciones para destruir el grupo. Muy, muy pocos están a favor de los ultraderechistas, pero muchos apreciaríamos estos esfuerzos del FBI en la eliminación de la BLM y Antifa, cuyos incendios y saqueos son “mayormente pacíficos”.