La NASA convoca a 24 teólogos para evaluar cómo reaccionaría la sociedad ante un anuncio de vida extraterrestre
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La NASA mira a las religiones en busca de ayuda para evaluar cómo reaccionarán los humanos si se encuentra vida extraterrestre en otros planetas y cómo el descubrimiento podría afectar a nuestras ideas sobre los dioses y la creación.
La agencia norteamericana ha contratado a 24 teólogos para que participen en su programa en el Centro de Investigación Teológica (CTI) de la Universidad de Princeton. El CTI tiene como objetivo fundamental la construcción de "puentes de comprensión al convocar a teólogos, científicos, académicos y legisladores para pensar juntos, e informar al público, sobre preocupaciones globales". Fundamentalmente, el programa tiene como finalidad ofrecer respuesta a preguntas que han desconcertado a los seres humanos desde el comienzo de los tiempos: ¿Qué es la vida?, ¿Qué significa estar vivo?, ¿Dónde trazamos la línea entre lo humano y lo extraterrestre? ¿Cuáles son las posibilidades de hallar vida consciente en otros lugares?
Hay que tener en cuenta que, en estos momentos, la NASA tiene dos "rovers" en Marte, varias sondas orbitando Júpiter y Saturno, y acaba de lanzar el Telescopio James Webb que estudiará la formación de galaxias, estrellas y planetas en el universo. En este camino de buscar vida más allá de la Tierra, la NASA se ha hecho ayudar por teólogos como Andrew Davison, sacerdote y teólogo de la Universidad de Cambridge, con un doctorado en bioquímica de Oxford. "Las tradiciones religiosas serían importantes a la hora de observar cómo la Humanidad actuaría tras confirmarse la existencia de vida en otros lugares del cosmos", explica Davison, que publicará a lo largo de 2022 el ensayo titulado Astrobiology and Christian Doctrine, donde revela que, en su opinión, nos estamos acercando a encontrar vida en otros planetas. En su libro, Davison explica que "los seguidores de una amplia variedad de tradiciones religiosas tomarían la idea de existencia de vida extraterrestre con calma. Las personas no religiosas parecen sobreestimar los desafíos que enfrentarían las personas religiosas al enfrentarse a pruebas de existencia de vida extraterrestre".
Duilia de Mello, astrónoma y profesora de física en la Universidad Católica, explica que tiene varios seminaristas en sus clases que a menudo plantean preguntas teóricas sobre la posible existencia de vida inteligente en el universo. "Si somos productos de la creación, ¿por qué no podríamos tener vida evolucionada también en otros planetas? No hay nada que diga lo contrario'', explicó De Mello a The Washington Post el pasado mes de agosto.
Ya en 2008, el astrónomo jefe del Vaticano dijo que no hay conflicto entre creer en Dios y en aceptar la posibilidad de que existan 'hermanos extraterrestres' quizás más evolucionados que los humanos. En mi opinión, esta posibilidad (de vida en otros planetas) existe", dijo el reverendo José Gabriel Funes, un sacerdote jesuita de 45 años que dirigió el Observatorio Vaticano hasta el año 2015. "¿Cómo podemos excluir que la vida se haya desarrollado en otros lugares?", reveló al periódico vaticano L'Observatore Romano. Cuando se le preguntó si se refería a seres similares a los humanos o incluso más evolucionados que los humanos, dijo: "Ciertamente, en un universo tan grande no se puede excluir ninguna hipótesis".
Sin embargo, no todos los teólogos están de acuerdo con la idea de existencia de vida en otros planetas. Albert Mohler, presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur, explica que "no tenemos ninguna razón para creer que haya otra historia por ahí. No hay nada en las Escrituras que diga que no puede haber alguna forma de vida en alguna parte. Pero lo que se nos dice es que el cosmos fue creado para que en este planeta Jesucristo, en el espacio, el tiempo y la historia, viniera a salvar a la humanidad pecadora".
Ahora, el telescopio James Webb, que acaba de ser lanzado, podría cambiar la forma en que vemos el universo y tal vez lo que está escrito en las "biblias" de todas las religiones. El telescopio se ha presentado como una "máquina del tiempo" que podría ayudar a desentrañar los secretos de nuestro universo, con objetos distantes que emiten luz desde muy atrás en el tiempo. El telescopio se utilizará para mirar hacia atrás a las primeras galaxias nacidas en el universo temprano hace más de 13.500 millones de años. El objetivo de este poderoso dispositivo es desentrañar los misterios de los agujeros negros supermasivos, mundos alienígenas distantes, explosiones estelares y materia oscura".
La NASA mira a las religiones en busca de ayuda para evaluar cómo reaccionarán los humanos si se encuentra vida extraterrestre en otros planetas y cómo el descubrimiento podría afectar a nuestras ideas sobre los dioses y la creación.
La agencia norteamericana ha contratado a 24 teólogos para que participen en su programa en el Centro de Investigación Teológica (CTI) de la Universidad de Princeton. El CTI tiene como objetivo fundamental la construcción de "puentes de comprensión al convocar a teólogos, científicos, académicos y legisladores para pensar juntos, e informar al público, sobre preocupaciones globales". Fundamentalmente, el programa tiene como finalidad ofrecer respuesta a preguntas que han desconcertado a los seres humanos desde el comienzo de los tiempos: ¿Qué es la vida?, ¿Qué significa estar vivo?, ¿Dónde trazamos la línea entre lo humano y lo extraterrestre? ¿Cuáles son las posibilidades de hallar vida consciente en otros lugares?
Hay que tener en cuenta que, en estos momentos, la NASA tiene dos "rovers" en Marte, varias sondas orbitando Júpiter y Saturno, y acaba de lanzar el Telescopio James Webb que estudiará la formación de galaxias, estrellas y planetas en el universo. En este camino de buscar vida más allá de la Tierra, la NASA se ha hecho ayudar por teólogos como Andrew Davison, sacerdote y teólogo de la Universidad de Cambridge, con un doctorado en bioquímica de Oxford. "Las tradiciones religiosas serían importantes a la hora de observar cómo la Humanidad actuaría tras confirmarse la existencia de vida en otros lugares del cosmos", explica Davison, que publicará a lo largo de 2022 el ensayo titulado Astrobiology and Christian Doctrine, donde revela que, en su opinión, nos estamos acercando a encontrar vida en otros planetas. En su libro, Davison explica que "los seguidores de una amplia variedad de tradiciones religiosas tomarían la idea de existencia de vida extraterrestre con calma. Las personas no religiosas parecen sobreestimar los desafíos que enfrentarían las personas religiosas al enfrentarse a pruebas de existencia de vida extraterrestre".
Duilia de Mello, astrónoma y profesora de física en la Universidad Católica, explica que tiene varios seminaristas en sus clases que a menudo plantean preguntas teóricas sobre la posible existencia de vida inteligente en el universo. "Si somos productos de la creación, ¿por qué no podríamos tener vida evolucionada también en otros planetas? No hay nada que diga lo contrario'', explicó De Mello a The Washington Post el pasado mes de agosto.
Ya en 2008, el astrónomo jefe del Vaticano dijo que no hay conflicto entre creer en Dios y en aceptar la posibilidad de que existan 'hermanos extraterrestres' quizás más evolucionados que los humanos. En mi opinión, esta posibilidad (de vida en otros planetas) existe", dijo el reverendo José Gabriel Funes, un sacerdote jesuita de 45 años que dirigió el Observatorio Vaticano hasta el año 2015. "¿Cómo podemos excluir que la vida se haya desarrollado en otros lugares?", reveló al periódico vaticano L'Observatore Romano. Cuando se le preguntó si se refería a seres similares a los humanos o incluso más evolucionados que los humanos, dijo: "Ciertamente, en un universo tan grande no se puede excluir ninguna hipótesis".
Sin embargo, no todos los teólogos están de acuerdo con la idea de existencia de vida en otros planetas. Albert Mohler, presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur, explica que "no tenemos ninguna razón para creer que haya otra historia por ahí. No hay nada en las Escrituras que diga que no puede haber alguna forma de vida en alguna parte. Pero lo que se nos dice es que el cosmos fue creado para que en este planeta Jesucristo, en el espacio, el tiempo y la historia, viniera a salvar a la humanidad pecadora".
Ahora, el telescopio James Webb, que acaba de ser lanzado, podría cambiar la forma en que vemos el universo y tal vez lo que está escrito en las "biblias" de todas las religiones. El telescopio se ha presentado como una "máquina del tiempo" que podría ayudar a desentrañar los secretos de nuestro universo, con objetos distantes que emiten luz desde muy atrás en el tiempo. El telescopio se utilizará para mirar hacia atrás a las primeras galaxias nacidas en el universo temprano hace más de 13.500 millones de años. El objetivo de este poderoso dispositivo es desentrañar los misterios de los agujeros negros supermasivos, mundos alienígenas distantes, explosiones estelares y materia oscura".