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Miércoles, 12 de Enero de 2022 Tiempo de lectura:
Carta abierta de Udi Qimron, jefe de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tel Aviv

El principal inmunólogo de Israel acusa a su Gobierno de fracasar en el control del Covid y de utilizar la pandemia para hacer ingeniería social

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Udi Qimron, jefe del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Tel Aviv, es uno de los principales inmunólogos israelíes y el pasado día 6 de enero conmocionó al Gobierno hebreo con una carta abierta en la que exigía al Ministerio de Salud de Israel que admitiera su “fracaso” en la lucha contra el Covid, a pesar de que este país es uno de los que ha tomado las medidas liberticidas más fuertes para tratar de “controlar” la pandemia.

 

Qimron comienza su texto público señalando al Gobierno y recordando que “dos años después, finalmente te das cuenta de que un virus respiratorio no se puede derrotar y que cualquier intento de este tipo está condenado al fracaso. No lo admites, porque no has admitido casi ningún error en los últimos dos años, pero en retrospectiva, está claro que has fallado estrepitosamente en casi todas tus acciones, e incluso los medios ya están teniendo dificultades para cubrir tu vergüenza”.

 

Udi Qimrom critica la "arrogancia" constante del Ministerio de Salud de Israel, que repetidamente ha proclamado que “ha derrotado a la plaga”, aunque nunca ha sido así. Además, el Ministerio se negó a admitir “que las pruebas masivas son ineficaces, a pesar de que sus propios planes de contingencia así lo indiquen explícitamente".  "Se negaron a admitir también que superar la enfermedad es más protector que una vacuna, a pesar de que el conocimiento previo y las observaciones muestran que las personas vacunadas tienen más posibilidad de infectarse que las personas que se han recuperado de la infección. Se negaron a admitir también que los vacunados son contagiosos, a pesar de las observaciones. En base a esto, esperaban lograr la inmunidad colectiva mediante la vacunación, y también fracasaron en eso. Por otra parte, el Ministerio de Salud de Israel ignoró por completo el hecho cierto que la enfermedad es decenas de veces más peligrosa para los grupos de riesgo que para los jóvenes que no están en grupos de riesgo, a pesar del conocimiento que llegó desde China ya en 2020”.

 

“Israel se negó a adoptar la ‘Declaración de Barrington’ firmada por más de 60.000 científicos y profesionales médicos de todo el mundo. Por el contrario, eligió ridiculizarlos, calumniarlos, distorsionarlos y desacreditarlos”.

 

Qimron añade que Israel “no ha establecido un sistema efectivo para informar de los efectos secundarios de las vacunas e incluso los informes de los internautas sobre éstos se eliminan de las páginas de Facebook. Los médicos evitan vincular los efectos secundarios a la vacuna, no sea que los persigan como lo hicieron con algunos de sus colegas”.

 

Udi Qimron continúa dirigiéndose al Ministerio de la Salud de Israel y le recuerda que “desde las alturas de tu arrogancia, también has ignorado el hecho de que la verdad será revelada al fin. Y ahora, cuando ésta comienza a ser narrada, se descubre que has puesto la confianza del público al mínimo y que has erosionado tu estatus como fuente de autoridad. La verdad es que has quemado cientos de miles de millones de shekels en vano: por publicar intimidaciones, por realizar pruebas ineficaces, por imponer confinamientos y cierres destructivos y por interrumpir la rutina de la vida en los últimos dos años. Has destruido la educación de nuestros hijos y su futuro. Hiciste que los niños se sintieran culpables y asustados, que fumaran, bebieran y se volvieran adictos, que abandonaran la escuela y se pelearan, como atestiguan los directores de escuelas de todo el país. Has dañado los medios de subsistencia, la economía, los derechos humanos, la salud mental y la salud física de los ciudadanos”.

 

“Desde el Miniserio de Salud, calumniaron a compañeros que no se rendían frente a ustedes, pusieron al pueblo en contra, dividieron a la sociedad y polarizaron el discurso. Ustedes calificaron, sin ninguna base científica, a las personas que optaron por no vacunarse como enemigos públicos y como propagadores de enfermedades. Ustedes promueven, de una forma que no tiene precedentes, una política draconiana de discriminación, negación de derechos y selección de personas, incluidos niños, para su elección médica. Una selección que carece de toda justificación epidemiológica".

 

“Actualmente no hay ninguna emergencia médica, pero el Ministerio de Salud de Israel se ha estado aprovechando de ésta durante dos años por su sed de poder, por acumular recursos económicos y por su empeño en mantener el control de los ciudadanos. En estos momentos, la única emergencia existente es la derivada de la imposición de determinadas políticas y de utilizar los presupuestos públicos para la propaganda y para la imposición de una determinada ingeniería social, en vez de tratar de fortalecer el sistema de atención médica”.

 

“¡Es hora de que todo esto termine”

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