Chivos expiatorios
Leo y escucho a gente que ataca de una manera inmisericorde a quienes han decidido no vacunarse contra el tristemente famoso virus. Todos conocemos a familiares, amigos, compañeros, que no desean que les puncionen el hombro y a decir verdad el trato que se les dispensa es vejatorio. Una sociedad libre, que se las da de demócrata, no debe segregar mandando al ostracismo social a una minoría que haciendo valer sus derechos también como seres humanos discrepan esgrimiendo argumentos que debemos respetar, como ellos lo hacen con quien no comulga con sus dogmas.
Resulta triste y preocupante comprobar que quienes han decidido no dar su brazo a torcer ven que gente de su entorno les niega el pan y la sal llegando a exigir que no sean tratados en la sanidad pública. La sociedad está polarizada en exceso debido al temor, miedo, terror y ahora pavor que sienten sobre sus cabezas de una forma exagerada; los no vacunados no son delincuentes ni culpables de esta situación. No repitamos el error de señalar con el dedo acusador a nuevos chivos expiatorios para descargar nuestras frustraciones, ya que ello conllevaría una degradación como sociedad que presume de civilizada. Ellos también merecen que alguien les defienda públicamente y no, debido al miedo, "sottovoce".
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
Leo y escucho a gente que ataca de una manera inmisericorde a quienes han decidido no vacunarse contra el tristemente famoso virus. Todos conocemos a familiares, amigos, compañeros, que no desean que les puncionen el hombro y a decir verdad el trato que se les dispensa es vejatorio. Una sociedad libre, que se las da de demócrata, no debe segregar mandando al ostracismo social a una minoría que haciendo valer sus derechos también como seres humanos discrepan esgrimiendo argumentos que debemos respetar, como ellos lo hacen con quien no comulga con sus dogmas.
Resulta triste y preocupante comprobar que quienes han decidido no dar su brazo a torcer ven que gente de su entorno les niega el pan y la sal llegando a exigir que no sean tratados en la sanidad pública. La sociedad está polarizada en exceso debido al temor, miedo, terror y ahora pavor que sienten sobre sus cabezas de una forma exagerada; los no vacunados no son delincuentes ni culpables de esta situación. No repitamos el error de señalar con el dedo acusador a nuevos chivos expiatorios para descargar nuestras frustraciones, ya que ello conllevaría una degradación como sociedad que presume de civilizada. Ellos también merecen que alguien les defienda públicamente y no, debido al miedo, "sottovoce".
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria