Trabajador autónomo o Sociedad Limitada: ¿qué opción elegir?
Son muchos las personas que han decidido abrir su propio negocio y tienen dudas sobre si hacerlo como trabajadores autónomos o Sociedad Limitada. Sin duda, esta es una de las decisiones más importantes que debe tomar todo emprendedor, el problema es que existen muchas dudas al respecto, lo que hace que la gran mayoría opte por hacerse autónomo, dado el desconocimiento alrededor de la SL.
Conscientes de ello, a continuación, te vamos a ayudara elegir entre autónomo o SL en función de tus circunstancias y necesidades, resolviendo todas las posibles dudas que puedas tener para que escojas la mejor opción.
Antes de nada, ¿qué es una Sociedad Limitada?
Por lo general, todos tenemos claro qué es un trabajador autónomo, que al fin y al cabo es un trabajador por cuenta propia, que no depende de ninguna empresa. Pero, ¿sabemos realmente qué es una SL?
Pues bien, la Sociedad Limitada es el tipo de sociedad mercantil de referencia en España, destacando por ser el más utilizado por pequeños empresarios, ya que les permite limitar la responsabilidad de sus acciones empresariales.
En una SL únicamente se responde ante las deudas con el capital aportado, mientras que el patrimonio personal queda al margen, algo que no ocurre cuando eres trabajador por cuenta propia o tienes otro tipo de sociedad.
Tips para decidir entre autónomo o SL
Capital inicial
El capital inicial marcará tu decisión, ya que para dar de alta una SL necesitas un capital mínimo de 4.000 euros, mientras que para darte de alta como trabajador autónomo no necesitas realizar ninguna inversión, más allá del pago de la cuota mensual.
Ayudas iniciales
A día de hoy las ayudas iniciales de la Seguridad Social para crear una SL son muy similares a las de los autónomos, y en ambos casos está disponible la famosa “tarifa plana”. Además, en las dos opciones podrás utilizar tu paro para invertirlo en tu negocio.
Formalización
El proceso de formalización de un autónomo es mucho más sencillo, ya que simplemente tienes que darte de alta en Hacienda y Seguridad. En algos casos, en función de la actividad económica, también es posible que necesites una licencia.
En cambio, la formalización de una SL es más larga y complicada:
- Registra la denominación social de tu sociedad limitada en el Registro Mercantil.
- Visita al notario para formalizar la escritura de constitución de la SL. En este paso habrás tenido que redactar los estatutos.
- Alta en Hacienda y Seguridad Social.
- Justificante del modelo de Impuesto de Transmisiones y Actos Jurídicos Documentados.
- Inscripción de la empresa en el Registro Mercantil.
- Dependiendo del tipo de actividad, licencia especial. Es el caso de negocios como, por ejemplo, las agencias de viajes.
Deudas
La responsabilidad ante las deudas es una de las principales ventajas de la SL respecto al trabajador autónomo, ya que como hemos comentado, si una SL tiene dudas, los socios únicamente responderán ante ellas con el capital aportado inicialmente, sin poner en riesgo sus patrimonios. Eso sí, siempre que no se demuestre que ha habido mala fe en la administración.
En cambio, el autónomo respondería ante las deudas con todos sus bienes, ya que tiene una responsabilidad ilimitada. Esto significa que en caso de no poder afrontar sus deudas, tendría que recurrir a su patrimonio personal, con excepción de la vivienda habitual, que se puede eliminar de la responsabilidad ilimitada.
Fiscalidad
En cuanto a fiscalidad, la SL tiene una menor carga fiscal, lo que significa que paga menos impuestos.
El autónomo puede pagar un IRPF de entre el 9%, si es un nuevo profesional, y el 15%, pudiendo llegar a tributar hasta por un 52-56% si aumentan sus ingresos considerablemente.
En cambio, la SL tributa por el Impuesto de Sociedades, que es mucho más favorable para los altos ingresos, con un gravamen del 25%.
¿Cuándo es el mejor momento para pasar de autónomo a SL?
Cuando se comienza a obtener una cantidad de ingresos anuales bastante elevada, se puede considerar pasarse a SL, siendo a partir de los 40.000 la cantidad que recomiendan los asesores profesionales. De esta forma, podrás disfrutar de una reducción de la carga fiscal, ya que hasta esta cantidad, las diferencias fiscales entre autónomos y SL no son muy grandes.
Así mismo, si quieres proteger tu patrimonio personal ante proveedores, mejor pasarte a SL, ya que los trabajadores autónomos tienen protección cero frente al patrimonio personal, y en caso de que no puedas pagar tus deudas, los proveedores podrán saldarlas con tus bienes personales, como el coche, el dinero de tu cuenta bancaria, propiedades, etc.
Por otro lado, la SL muestra una mejor imagen respecto a grandes empresas o entidades bancarias, por lo que es la mejor opción si quieres cerrar grandes acuerdos comerciales o solicitar un crédito.
Y, por otro lado, si se trata de un negocio común, la SL es la mejor opción, ya que de esta forma podréis formar una sociedad juntos, teniendo las mismas responsabilidades.
Son muchos las personas que han decidido abrir su propio negocio y tienen dudas sobre si hacerlo como trabajadores autónomos o Sociedad Limitada. Sin duda, esta es una de las decisiones más importantes que debe tomar todo emprendedor, el problema es que existen muchas dudas al respecto, lo que hace que la gran mayoría opte por hacerse autónomo, dado el desconocimiento alrededor de la SL.
Conscientes de ello, a continuación, te vamos a ayudara elegir entre autónomo o SL en función de tus circunstancias y necesidades, resolviendo todas las posibles dudas que puedas tener para que escojas la mejor opción.
Antes de nada, ¿qué es una Sociedad Limitada?
Por lo general, todos tenemos claro qué es un trabajador autónomo, que al fin y al cabo es un trabajador por cuenta propia, que no depende de ninguna empresa. Pero, ¿sabemos realmente qué es una SL?
Pues bien, la Sociedad Limitada es el tipo de sociedad mercantil de referencia en España, destacando por ser el más utilizado por pequeños empresarios, ya que les permite limitar la responsabilidad de sus acciones empresariales.
En una SL únicamente se responde ante las deudas con el capital aportado, mientras que el patrimonio personal queda al margen, algo que no ocurre cuando eres trabajador por cuenta propia o tienes otro tipo de sociedad.
Tips para decidir entre autónomo o SL
Capital inicial
El capital inicial marcará tu decisión, ya que para dar de alta una SL necesitas un capital mínimo de 4.000 euros, mientras que para darte de alta como trabajador autónomo no necesitas realizar ninguna inversión, más allá del pago de la cuota mensual.
Ayudas iniciales
A día de hoy las ayudas iniciales de la Seguridad Social para crear una SL son muy similares a las de los autónomos, y en ambos casos está disponible la famosa “tarifa plana”. Además, en las dos opciones podrás utilizar tu paro para invertirlo en tu negocio.
Formalización
El proceso de formalización de un autónomo es mucho más sencillo, ya que simplemente tienes que darte de alta en Hacienda y Seguridad. En algos casos, en función de la actividad económica, también es posible que necesites una licencia.
En cambio, la formalización de una SL es más larga y complicada:
- Registra la denominación social de tu sociedad limitada en el Registro Mercantil.
- Visita al notario para formalizar la escritura de constitución de la SL. En este paso habrás tenido que redactar los estatutos.
- Alta en Hacienda y Seguridad Social.
- Justificante del modelo de Impuesto de Transmisiones y Actos Jurídicos Documentados.
- Inscripción de la empresa en el Registro Mercantil.
- Dependiendo del tipo de actividad, licencia especial. Es el caso de negocios como, por ejemplo, las agencias de viajes.
Deudas
La responsabilidad ante las deudas es una de las principales ventajas de la SL respecto al trabajador autónomo, ya que como hemos comentado, si una SL tiene dudas, los socios únicamente responderán ante ellas con el capital aportado inicialmente, sin poner en riesgo sus patrimonios. Eso sí, siempre que no se demuestre que ha habido mala fe en la administración.
En cambio, el autónomo respondería ante las deudas con todos sus bienes, ya que tiene una responsabilidad ilimitada. Esto significa que en caso de no poder afrontar sus deudas, tendría que recurrir a su patrimonio personal, con excepción de la vivienda habitual, que se puede eliminar de la responsabilidad ilimitada.
Fiscalidad
En cuanto a fiscalidad, la SL tiene una menor carga fiscal, lo que significa que paga menos impuestos.
El autónomo puede pagar un IRPF de entre el 9%, si es un nuevo profesional, y el 15%, pudiendo llegar a tributar hasta por un 52-56% si aumentan sus ingresos considerablemente.
En cambio, la SL tributa por el Impuesto de Sociedades, que es mucho más favorable para los altos ingresos, con un gravamen del 25%.
¿Cuándo es el mejor momento para pasar de autónomo a SL?
Cuando se comienza a obtener una cantidad de ingresos anuales bastante elevada, se puede considerar pasarse a SL, siendo a partir de los 40.000 la cantidad que recomiendan los asesores profesionales. De esta forma, podrás disfrutar de una reducción de la carga fiscal, ya que hasta esta cantidad, las diferencias fiscales entre autónomos y SL no son muy grandes.
Así mismo, si quieres proteger tu patrimonio personal ante proveedores, mejor pasarte a SL, ya que los trabajadores autónomos tienen protección cero frente al patrimonio personal, y en caso de que no puedas pagar tus deudas, los proveedores podrán saldarlas con tus bienes personales, como el coche, el dinero de tu cuenta bancaria, propiedades, etc.
Por otro lado, la SL muestra una mejor imagen respecto a grandes empresas o entidades bancarias, por lo que es la mejor opción si quieres cerrar grandes acuerdos comerciales o solicitar un crédito.
Y, por otro lado, si se trata de un negocio común, la SL es la mejor opción, ya que de esta forma podréis formar una sociedad juntos, teniendo las mismas responsabilidades.