Las instituciones europeas y la financiación del islamismo
![[Img #21364]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/02_2022/5461_islam-francia-kdgf-1024x512abc.jpg)
Mientras que en Francia, desde la introducción de la legislación anti-islamista de Emmanuel Macron y su "Charte des principes pour l'Islam de France" de 2021 (1), ya hay un debate cada vez más acalorado sobre este tema, en Alemania, la cuestión, a pesar de la aparición de un artículo en el "Jüdische Rundschau" (2), está casi completamente ignorada por los principales medios de comunicación.
Y esta noticia es tan simple como aterradora: se dice que, en nombre de la integración y la tolerancia, las instituciones europeas han gastado una fortuna en los últimos años en la financiación de diversas fundaciones y asociaciones musulmanas que, por su fundamentalismo, están profundamente implicadas en los dramáticos acontecimientos de los últimos años (3).
Según un cálculo reciente de Global Watch Analysis, la Comisión Europea y el Consejo de Europa han pagado un total de al menos 64 millones de euros a estas organizaciones desde 2007, beneficiando no sólo a la ONG "Islamic Relief", con sede en Londres (40 millones de euros), sino también a la Comisión Islámica de Derechos Humanos (IHRC) y el Foro de Organizaciones Musulmanas y Estudiantiles Europeas (FEMYSO), todos ellos vinculados sin excepción alos tristemente célebres Hermanos Musulmanes. Global Watch Analysis ha recopilado estos datos, comparando las distintas cifras dadas por los medios de comunicación o los miembros del Parlamento Europeo con los datos del Sistema de Transparencia Financiera de la Comisión Europea (ECFTS) y confirmando así lo que ya se ha hecho hasta ahora. Las cuestiones sobre la financiación del terrorismo en la UE, ya planteadas por el Grupo ID en el Parlamento Europeo (3), no han cambiado desde entonces.
La implicación de los Hermanos Musulmanes en los preparativos ideológicos y quizás incluso prácticos de los actos terroristas islamistas de los últimos años es bien conocida, y no sólo en muchos países europeos sino también en el propio mundo árabe, lo que ya ha llevado a su prohibición en muchos lugares. "Islamic Relief" también ha cobrado notoriedad por sus excesos antisemitas y su enaltecimiento del terrorismo en agosto de 2020, pero eso no ha impedido que la Comisión Europea lo califique obscenamente (hasta 2027) como "socio humanitario" (4). Por cierto, también podemos leer en la revista Franc-tireur que una subvención de la UE de 810.000 euros en 2017 también fue recibida por el "Collectif de lutte contre l'islamophobie en France" (CCIF), que el Ministerio del Interior francés ya había decidido disolver en octubre de 2020 por su papel en la incitación al asesinato de Samuel Paty en 2012.
No es de extrañar, pues, que unos medios de comunicación que exaltan habitualmente las supuestas bondades de la inmigración masiva y de la sociedad multicultural, al tiempo que estigmatizan a quien se atreve a expresar la más mínima duda sobre este tipo de narrativa tildándolo de extremista de derechas, no tengan el más mínimo interés en exponer lo desagradable y ni siquiera mencionen una palabra sobre el enredo de las instituciones europeas en la financiación de la ideología islamista. Al mismo tiempo, la maquinaria propagandística de Alemania vuelve a calentarse, pidiendo la reapertura de la frontera por una supuesta "falta de mano de obra cualificada" (aunque sólo la mitad de los "refugiados" que afluyeron a Alemania entre 2013 y 2016 encontraron algún trabajo (5)). Mientras el Gobierno polaco que defiende su frontera es acusado de insensibilidad y racismo, se ha corrido un pesado velo de silencio sobre esta vergonzosa ingenuidad de las instituciones europeas, que ayudan a financiar el terror contra los "valores europeos" que tanto ensalzan. Por lo tanto, también valdría la pena examinar más de cerca el uso de fondos similares que fluyen hacia las instituciones islamistas desde los gobiernos nacionales, en particular los de Alemania y Francia.
(*) El profesor David Engels es uno de los historiadores europeos más prestigiosos. Entre otras obras, es autor del ensayo El último occidental (Ediciones La Tribuna del País Vasco, 2021)
(1) https://www.valeursactuelles.com/.../64-millions-deuros.../
(2) https://juedischerundschau.de/article.2020-09.islamic...
(3) https://ec.europa.eu/budget/fts/index_en.htm
(4) https://ec.europa.eu/echo/files/about/weblistpartners.pdf
(5) https://www.tagesschau.de/.../arbeitsmarkt-fluechtlinge...
Mientras que en Francia, desde la introducción de la legislación anti-islamista de Emmanuel Macron y su "Charte des principes pour l'Islam de France" de 2021 (1), ya hay un debate cada vez más acalorado sobre este tema, en Alemania, la cuestión, a pesar de la aparición de un artículo en el "Jüdische Rundschau" (2), está casi completamente ignorada por los principales medios de comunicación.
Y esta noticia es tan simple como aterradora: se dice que, en nombre de la integración y la tolerancia, las instituciones europeas han gastado una fortuna en los últimos años en la financiación de diversas fundaciones y asociaciones musulmanas que, por su fundamentalismo, están profundamente implicadas en los dramáticos acontecimientos de los últimos años (3).
Según un cálculo reciente de Global Watch Analysis, la Comisión Europea y el Consejo de Europa han pagado un total de al menos 64 millones de euros a estas organizaciones desde 2007, beneficiando no sólo a la ONG "Islamic Relief", con sede en Londres (40 millones de euros), sino también a la Comisión Islámica de Derechos Humanos (IHRC) y el Foro de Organizaciones Musulmanas y Estudiantiles Europeas (FEMYSO), todos ellos vinculados sin excepción alos tristemente célebres Hermanos Musulmanes. Global Watch Analysis ha recopilado estos datos, comparando las distintas cifras dadas por los medios de comunicación o los miembros del Parlamento Europeo con los datos del Sistema de Transparencia Financiera de la Comisión Europea (ECFTS) y confirmando así lo que ya se ha hecho hasta ahora. Las cuestiones sobre la financiación del terrorismo en la UE, ya planteadas por el Grupo ID en el Parlamento Europeo (3), no han cambiado desde entonces.
La implicación de los Hermanos Musulmanes en los preparativos ideológicos y quizás incluso prácticos de los actos terroristas islamistas de los últimos años es bien conocida, y no sólo en muchos países europeos sino también en el propio mundo árabe, lo que ya ha llevado a su prohibición en muchos lugares. "Islamic Relief" también ha cobrado notoriedad por sus excesos antisemitas y su enaltecimiento del terrorismo en agosto de 2020, pero eso no ha impedido que la Comisión Europea lo califique obscenamente (hasta 2027) como "socio humanitario" (4). Por cierto, también podemos leer en la revista Franc-tireur que una subvención de la UE de 810.000 euros en 2017 también fue recibida por el "Collectif de lutte contre l'islamophobie en France" (CCIF), que el Ministerio del Interior francés ya había decidido disolver en octubre de 2020 por su papel en la incitación al asesinato de Samuel Paty en 2012.
No es de extrañar, pues, que unos medios de comunicación que exaltan habitualmente las supuestas bondades de la inmigración masiva y de la sociedad multicultural, al tiempo que estigmatizan a quien se atreve a expresar la más mínima duda sobre este tipo de narrativa tildándolo de extremista de derechas, no tengan el más mínimo interés en exponer lo desagradable y ni siquiera mencionen una palabra sobre el enredo de las instituciones europeas en la financiación de la ideología islamista. Al mismo tiempo, la maquinaria propagandística de Alemania vuelve a calentarse, pidiendo la reapertura de la frontera por una supuesta "falta de mano de obra cualificada" (aunque sólo la mitad de los "refugiados" que afluyeron a Alemania entre 2013 y 2016 encontraron algún trabajo (5)). Mientras el Gobierno polaco que defiende su frontera es acusado de insensibilidad y racismo, se ha corrido un pesado velo de silencio sobre esta vergonzosa ingenuidad de las instituciones europeas, que ayudan a financiar el terror contra los "valores europeos" que tanto ensalzan. Por lo tanto, también valdría la pena examinar más de cerca el uso de fondos similares que fluyen hacia las instituciones islamistas desde los gobiernos nacionales, en particular los de Alemania y Francia.
(*) El profesor David Engels es uno de los historiadores europeos más prestigiosos. Entre otras obras, es autor del ensayo El último occidental (Ediciones La Tribuna del País Vasco, 2021)
(1) https://www.valeursactuelles.com/.../64-millions-deuros.../
(2) https://juedischerundschau.de/article.2020-09.islamic...
(3) https://ec.europa.eu/budget/fts/index_en.htm
(4) https://ec.europa.eu/echo/files/about/weblistpartners.pdf
(5) https://www.tagesschau.de/.../arbeitsmarkt-fluechtlinge...