Juan García-Gallardo, candidato de Vox en las elecciones de Castilla y León, ha explicado que "no va a regalar los votos de su partido para que el PP forme un Gobierno". De modo que, como ya advirtió en campaña, "o cambia el rumbo de Castilla y León o no facilitaremos ningún Gobierno".

Para García-Gallardo, quien ha asegurado que dirigirá personalmente las negociaciones con el PP, "tenemos el derecho y el deber de formar Gobierno", si bien no ha querido hablar de puestos porque "lo primero es negociar las políticas". Así, "habrá cosas que podrán cambiarse en el minuto uno, como las leyes ideológicas de la izquierda- ley de violencia de género autonómica y memoria histórica, por ejemplo-, o las bajadas de impuestos".

El cabeza de lista de Vox ha explicado que tiene intención de sentarse con las plataformas ciudadanas que han tenido representación y aquellas que no, porque "la formación entiende que sus reivindicaciones son legítimas". Se trata, en definitiva, de representar a la España vaciada y olvidada.

Así, la natalidad, la industria, el campo y la familia, por ejemplo, estarán encima de la mesa de negociaciones, ha confirmado García-Gallardo, quien ha insistido en que Vox merece "lo mismo o más que otros partidos que, con menos representación, han formado Gobierno".  "Si alguien quería que regaláramos nuestros votos, que hubiera votado al PP".

Así, García-Gallardo ha dicho que estará pendiente de la llamada del cabeza de lista del PP, Fernando Fernández Mañueco, para negociar la formación de un Gobierno. Y ha incidido: "Somos conscientes de que no podremos implantar nuestro programa completo", pero "no somos ni más ni menos que otros partido" y, sobre todo, "el voto de nuestros votantes vale lo mismo que el de otros votantes".