Aviraneta, falso apellido vasco
Es curioso cómo a veces suceden las cosas. De la manera más inopinada e imprevista. Me topo con el apellido Aviraneta, el del famoso conspirador al servicio del liberalismo moderado representado por la reina Isabel II y al que tantas veces hemos leído en la historia del siglo XIX y en la literatura del siglo XX, sobre todo en las novelas de Baroja, donde una serie completa de 22 novelas, con el título genérico de “Memorias de un hombre de acción”, está dedicada al personaje. Y de pronto reparo en el apellido mismo. Consulto los diccionarios de apellidos vascos que tengo a mano, el Querexeta, el Oyhamburu, el García Carraffa y nada, no aparece en ninguno. Me voy al Nomenclátor de apellidos vascos de Euskaltzaindia y tampoco. ¿Qué pasa aquí?
Resulta que en Wikipedia aparece información según la cual Pío Baroja ya sabía los apellidos reales del personaje de tantas de sus novelas, que además era pariente suyo por parte de su madre. Voy directamente al libro de Pío Baroja, Aviraneta o la vida de un conspirador, que no lo tengo a mano, pero me lo facilita mi compañero Rafa Lasaga, y ahí leo que Eugenio Aviraneta Ibargoyen Echegaray y Alzate nace en Madrid el 13 de noviembre de 1792 y es hijo de Felipe Francisco Aviraneta, natural de Vergara y Juana Josefa Ibargoyen, natural de Irún, ambos en Guipúzcoa. Baroja nos dice que él pensaba que Aviraneta era de Irún, pero resulta que había encontrado su partida de nacimiento en la parroquia de la Almudena de Madrid.
A su vez Baroja, en ese capítulo titulado “Nacimiento del personaje” de su libro sobre Aviraneta arriba citado, nos proporciona también la partida de nacimiento de Felipe Francisco Aviraneta Echegarai, el padre del conspirador, por la cual sabemos que, además de ser nacido en Vergara (Guipúzcoa) el 12 de septiembre de 1757, sus padres son Lorenzo de Abiranet y Manuela Josefa de Echegarai. Y que sus abuelos son Blas de Abiranet y Bernarda de Arganza, naturales de la villa del Hospital del Olmo, en el reino de Francia, por el lado de su padre, y Manuel de Echegarai y María Bautta de Arganza, naturales de Vergara, por el lado de su madre. Se remonta en el árbol genealógico solo a partir del apellido Aviraneta, sin tener en cuenta la línea de la madre del conspirador, que era Ibargoyen Alzate. Pero es igual, porque aquí precisamente la que nos interesa es esa línea paterna. Los otros apellidos nos están de más, así como el hecho de la extraña coincidencia de apellidos entre la abuela paterna y la abuela materna de Felipe Francisco, que creo que es confusión, pero nada de eso nos importa ahora.
Lo importante aquí es que el apellido Aviraneta es una transformación al eusquera del Abiranet francés. Acabáramos. Estamos, así, ante una adaptación al eusquera que ciertamente da el pego, como se suele decir, porque –eta es una terminación típica de muchos apellidos eusquéricos. Luego está la elucubración que hace el propio Baroja a la hora de fijar dónde está esa localidad de Francia castellanizada como Hospital del Olmo.
Según el genealogista Antonio Castejón, que desarrolla una página web que se llama “Gure Arbasoak - Nuestros Ancestros” y cuya entrada dedicada a los Aviraneta y Alzate está en este link (http://www.euskalnet.net/laviana/gen_bascas/alzate.htm), esa información que Baroja no pudo encontrar o dilucidar, la consiguió una tal Naiara Visaira en 2007, que descubrió que el pueblo de procedencia de los Aviraneta en Francia es el actual Lespiteau (código postal francés 31160), que en tiempos de los abuelos de Aviraneta era Lespitau des Oms. Baroja se había puesto a buscar pueblos franceses llamados Hôpital (original francés de Hospital) pero sin resultado. Al final resulta que era Lespiteau, que está en el departamento de Alto Garona y a una distancia, hacia el sureste de Francia, para que nos hagamos una idea, de unos 270 kilómetros desde San Sebastián.
El genealogista Antonio Castejón no transcribe tampoco en su página web el apellido con la forma Abiranet así, como nos lo da Baroja, sino que dice que los nombres originarios de los abuelos paternos franceses de Eugenio Aviraneta eran Blaise Aviragnet y Bernadette Agasse (castellanizado como Bernarda Agaza). En cualquier caso, lo que está claro es que Aviraneta como apellido vasco nunca había existido y que, en su lugar, lo que tenemos es una adaptación de un apellido originario francés que ciertamente parece vasco pero no lo es. Además, cuando aparece el nombre de Eugenio Aviraneta seguido de los demás apellidos auténticamente vascos que tiene, la cosa queda como más redonda todavía y nos da toda la impresión de que Aviraneta también es vasco. Pero no.
Me llama la atención que Baroja no dijera nada al respecto, sin duda porque en su tiempo todavía la obsesión apellidística no estaba tan condicionada por el nacionalismo hoy imperante. Y lo cierto es que esa jugada con el apellido originario francés hubiera encajado perfectamente con el resto de cualidades del personaje, célebre por sus intrigas, conspiraciones, espionajes y travestismos políticos.
En cualquier caso, no es este el primer apellido falso que conocemos, ni sin duda será el último. Tenemos un caso verdaderamente demostrativo con el apellido Urrestizala, que se explica detalladamente en la página web Santurtzi historian zehar. Blog de Genealogía, Heráldica e Historia local, donde se siguen los pasos de la conversión del originario apellido compuesto castellano Ruiz de Salas, de unos hermanos naturales de Zaldivia, en Guipúzcoa, que después de trasladarse, a principios del siglo XIX a Vizcaya, concretamente a Santurce, e irse casando entre los años 1822 y 1829, como consta en los registros parroquiales respectivos, luego, al empezar a tener hijos a partir de esos años, van convirtiendo los apellidos de sus vástagos, al bautizarles, en Urrestizala o alguna otra variante similar, como Urrustizala, o incluso Gorostizala o Uristisala y quedando anotados así esos apellidos inventados en el registro parroquial correspondiente, como se reproduce detalladamente en el blog al que hacemos referencia, concretamente en la entrada titulada “Apellidos santurtziarras (1): Urrestizala”, de fecha 3-6-2018 (https://garciadeiturrospe.wordpress.com/2018/06/03/apellidos-santurtziarras-1-urrestizala/).
Esto lo que demuestra es la flexibilidad a la hora de consignar los apellidos, en este caso vascos, que ha existido durante toda la historia. Que explica muchas de sus variantes ortográficas y, en este caso además la facilidad de sus suplantaciones. Y así han llegado hasta hoy. Y lo más jocoso del caso es que, a diferencia de lo que ocurre con el apellido Aviraneta, que ningún diccionario de apellidos vascos acepta como tal, con el apellido también inventado Urrestizala, la impostura es completa. De hecho, su variante Urrustizala es interpretada en el diccionario de apellidos Querexeta con la etimología siguiente: “Avellaneda (de urrutz: avellano, y los sufs. -ti, -tza y -ola)”. Y con el diccionario Oyhamburu, que también solemos citar mucho aquí, la cosa es más redonda todavía, porque en este caso se puede entrar directamente con el propio apellido Urrestizala (no sin que se nos recuerde también su variante Urrustizala) y ambos casos “cuelan” perfectamente como apellidos eusquéricos auténticos, dándonos para ellos su etimología que dice que es “La cabaña del avellanedo”. Madre mía, ¡qué cazada!
Es curioso cómo a veces suceden las cosas. De la manera más inopinada e imprevista. Me topo con el apellido Aviraneta, el del famoso conspirador al servicio del liberalismo moderado representado por la reina Isabel II y al que tantas veces hemos leído en la historia del siglo XIX y en la literatura del siglo XX, sobre todo en las novelas de Baroja, donde una serie completa de 22 novelas, con el título genérico de “Memorias de un hombre de acción”, está dedicada al personaje. Y de pronto reparo en el apellido mismo. Consulto los diccionarios de apellidos vascos que tengo a mano, el Querexeta, el Oyhamburu, el García Carraffa y nada, no aparece en ninguno. Me voy al Nomenclátor de apellidos vascos de Euskaltzaindia y tampoco. ¿Qué pasa aquí?
Resulta que en Wikipedia aparece información según la cual Pío Baroja ya sabía los apellidos reales del personaje de tantas de sus novelas, que además era pariente suyo por parte de su madre. Voy directamente al libro de Pío Baroja, Aviraneta o la vida de un conspirador, que no lo tengo a mano, pero me lo facilita mi compañero Rafa Lasaga, y ahí leo que Eugenio Aviraneta Ibargoyen Echegaray y Alzate nace en Madrid el 13 de noviembre de 1792 y es hijo de Felipe Francisco Aviraneta, natural de Vergara y Juana Josefa Ibargoyen, natural de Irún, ambos en Guipúzcoa. Baroja nos dice que él pensaba que Aviraneta era de Irún, pero resulta que había encontrado su partida de nacimiento en la parroquia de la Almudena de Madrid.
A su vez Baroja, en ese capítulo titulado “Nacimiento del personaje” de su libro sobre Aviraneta arriba citado, nos proporciona también la partida de nacimiento de Felipe Francisco Aviraneta Echegarai, el padre del conspirador, por la cual sabemos que, además de ser nacido en Vergara (Guipúzcoa) el 12 de septiembre de 1757, sus padres son Lorenzo de Abiranet y Manuela Josefa de Echegarai. Y que sus abuelos son Blas de Abiranet y Bernarda de Arganza, naturales de la villa del Hospital del Olmo, en el reino de Francia, por el lado de su padre, y Manuel de Echegarai y María Bautta de Arganza, naturales de Vergara, por el lado de su madre. Se remonta en el árbol genealógico solo a partir del apellido Aviraneta, sin tener en cuenta la línea de la madre del conspirador, que era Ibargoyen Alzate. Pero es igual, porque aquí precisamente la que nos interesa es esa línea paterna. Los otros apellidos nos están de más, así como el hecho de la extraña coincidencia de apellidos entre la abuela paterna y la abuela materna de Felipe Francisco, que creo que es confusión, pero nada de eso nos importa ahora.
Lo importante aquí es que el apellido Aviraneta es una transformación al eusquera del Abiranet francés. Acabáramos. Estamos, así, ante una adaptación al eusquera que ciertamente da el pego, como se suele decir, porque –eta es una terminación típica de muchos apellidos eusquéricos. Luego está la elucubración que hace el propio Baroja a la hora de fijar dónde está esa localidad de Francia castellanizada como Hospital del Olmo.
Según el genealogista Antonio Castejón, que desarrolla una página web que se llama “Gure Arbasoak - Nuestros Ancestros” y cuya entrada dedicada a los Aviraneta y Alzate está en este link (http://www.euskalnet.net/laviana/gen_bascas/alzate.htm), esa información que Baroja no pudo encontrar o dilucidar, la consiguió una tal Naiara Visaira en 2007, que descubrió que el pueblo de procedencia de los Aviraneta en Francia es el actual Lespiteau (código postal francés 31160), que en tiempos de los abuelos de Aviraneta era Lespitau des Oms. Baroja se había puesto a buscar pueblos franceses llamados Hôpital (original francés de Hospital) pero sin resultado. Al final resulta que era Lespiteau, que está en el departamento de Alto Garona y a una distancia, hacia el sureste de Francia, para que nos hagamos una idea, de unos 270 kilómetros desde San Sebastián.
El genealogista Antonio Castejón no transcribe tampoco en su página web el apellido con la forma Abiranet así, como nos lo da Baroja, sino que dice que los nombres originarios de los abuelos paternos franceses de Eugenio Aviraneta eran Blaise Aviragnet y Bernadette Agasse (castellanizado como Bernarda Agaza). En cualquier caso, lo que está claro es que Aviraneta como apellido vasco nunca había existido y que, en su lugar, lo que tenemos es una adaptación de un apellido originario francés que ciertamente parece vasco pero no lo es. Además, cuando aparece el nombre de Eugenio Aviraneta seguido de los demás apellidos auténticamente vascos que tiene, la cosa queda como más redonda todavía y nos da toda la impresión de que Aviraneta también es vasco. Pero no.
Me llama la atención que Baroja no dijera nada al respecto, sin duda porque en su tiempo todavía la obsesión apellidística no estaba tan condicionada por el nacionalismo hoy imperante. Y lo cierto es que esa jugada con el apellido originario francés hubiera encajado perfectamente con el resto de cualidades del personaje, célebre por sus intrigas, conspiraciones, espionajes y travestismos políticos.
En cualquier caso, no es este el primer apellido falso que conocemos, ni sin duda será el último. Tenemos un caso verdaderamente demostrativo con el apellido Urrestizala, que se explica detalladamente en la página web Santurtzi historian zehar. Blog de Genealogía, Heráldica e Historia local, donde se siguen los pasos de la conversión del originario apellido compuesto castellano Ruiz de Salas, de unos hermanos naturales de Zaldivia, en Guipúzcoa, que después de trasladarse, a principios del siglo XIX a Vizcaya, concretamente a Santurce, e irse casando entre los años 1822 y 1829, como consta en los registros parroquiales respectivos, luego, al empezar a tener hijos a partir de esos años, van convirtiendo los apellidos de sus vástagos, al bautizarles, en Urrestizala o alguna otra variante similar, como Urrustizala, o incluso Gorostizala o Uristisala y quedando anotados así esos apellidos inventados en el registro parroquial correspondiente, como se reproduce detalladamente en el blog al que hacemos referencia, concretamente en la entrada titulada “Apellidos santurtziarras (1): Urrestizala”, de fecha 3-6-2018 (https://garciadeiturrospe.wordpress.com/2018/06/03/apellidos-santurtziarras-1-urrestizala/).
Esto lo que demuestra es la flexibilidad a la hora de consignar los apellidos, en este caso vascos, que ha existido durante toda la historia. Que explica muchas de sus variantes ortográficas y, en este caso además la facilidad de sus suplantaciones. Y así han llegado hasta hoy. Y lo más jocoso del caso es que, a diferencia de lo que ocurre con el apellido Aviraneta, que ningún diccionario de apellidos vascos acepta como tal, con el apellido también inventado Urrestizala, la impostura es completa. De hecho, su variante Urrustizala es interpretada en el diccionario de apellidos Querexeta con la etimología siguiente: “Avellaneda (de urrutz: avellano, y los sufs. -ti, -tza y -ola)”. Y con el diccionario Oyhamburu, que también solemos citar mucho aquí, la cosa es más redonda todavía, porque en este caso se puede entrar directamente con el propio apellido Urrestizala (no sin que se nos recuerde también su variante Urrustizala) y ambos casos “cuelan” perfectamente como apellidos eusquéricos auténticos, dándonos para ellos su etimología que dice que es “La cabaña del avellanedo”. Madre mía, ¡qué cazada!