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Pedro Chacón
Sábado, 05 de Marzo de 2022 Tiempo de lectura:

Nacionalismo vasco, apellidos y poder político

Cinco consideraciones y un corolario

 

1ª consideración (la situación actual): Los apellidos vascos son la marca según la cual los poseedores de los mismos se sienten legitimados para dominar en el País Vasco políticamente, acaparando todos los puestos de dirección del país.

 

Esto se puede comprobar fácilmente con solo fijarse en los apellidos de los dirigentes nacionalistas y de cómo colocan en los principales puestos a quienes los poseen, dejando algunos, muy pocos, para los que no los tienen, y solo con la excusa de demostrar así que no son racistas o como mínimo etnicistas, ya que el apellido es la marca según la cual ellos consideran que unos son vascos de verdad y otros son vascos de segunda o sobrevenidos.

 

Desde el comienzo de la Transición fue evidente la forma de arrollar, bajo la marca de los apellidos, las instituciones políticas que se crearon entonces. Cuando ya sabemos, por lo menos desde el trabajo de José Aranda Aznar La mezcla del pueblo vasco, publicado en 1998, que en el País Vasco más de la mitad de la población no tiene ninguno de los dos primeros apellidos eusquéricos y como mucho un 20% tiene los dos primeros apellidos eusquéricos. El resto, menos del 30%, tiene un apellido eusquérico y otro no.

 

Lo cierto es que desde la conformación del primer Parlamento vasco en 1980 y de las primeras diputaciones forales y ayuntamientos democráticos, la presencia de personas con apellidos eusquéricos en los mismos fue enormemente superior a la que les correspondía por su presencia real en la sociedad. Y eso, cuando se ha ido repitiendo elección tras elección hasta hoy, indica que no es algo casual sino perfectamente diseñado y calculado desde el principio por los dos principales partidos que acaparan la inmensa mayoría de todas las instituciones del País Vasco, como son el PNV y a nivel municipal EH-Bildu.

 

2ª consideración (si se le da valor político, la del apellido es la herencia más injusta por insuperable): Ya hemos dicho que los partidos nacionalistas que presuntamente sostienen estas políticas etnicistas de privilegiar los apellidos eusquéricos lo hacen porque consideran que quienes los poseen son los auténticos dueños del País Vasco, mientras que los que no los tienen son de un rango inferior, en el sentido de que han venido con la inmigración de otras partes de España, o aunque vivan aquí desde hace generaciones, pero que por no tener apellidos eusquéricos son menos vascos que los primeros.

 

Pero esta realidad es injusta, porque perjudica a unos individuos en favor de otros y por un motivo que escapa a la voluntad o a la capacidad de superación de unos y otros. Nadie elige sus apellidos al nacer y nadie tiene por qué heredar una condición política perjudicial o favorecedora basada en un argumento que no pueda superar o elegir. No se trata de una herencia económica, obtenida por el progenitor y heredada por el sucesor. Porque una herencia económica depende del trabajo, del esfuerzo o de la suerte y quien la hereda tiene que esforzarse para mantenerla y transmitirla a sus herederos o dilapidarla si quiere en vida, impidiendo que sus sucesores la disfruten.

 

Pero una herencia del tipo de los apellidos no depende ni de esfuerzos ni de inteligencias ni se dilapida ni se incrementa. Es de una condición que solo depende de un artificio cultural convertido en aparentemente inamovible. Es profundamente injusto porque quien no lo posee está condenado de por vida para sí y sus sucesores a mantenerse ajeno a los beneficios que procura.

 

La herencia de los apellidos no es animal, ni vegetal, ni mineral sino que es profundamente humana, sofisticadamente humana, es la herencia más sibilina y difícil de remover, mucho más sólida que la económica porque está respaldada por argumentos culturales o históricos aparentemente inamovibles.

 

Pero contra ella, y para el caso vasco que nos ocupa, tenemos argumentos igual de culturales e históricos para contrarrestarla.

 

3ª consideración (las personas con apellido eusquérico son minoría en el propio País Vasco y Navarra): Cojamos el Nomenclátor de apellidos vascos de Euskaltzaindia. Retiremos de ahí los que no deberían estar y que no sabemos qué hacen ahí, salvo despistar: me refiero a los García, López, Fernández, Gómez y todos los demás de este tipo, indudablemente español y castellano que están ahí.

 

Quedémonos solo con los eusquéricos, que son los que dan respaldo a las pretensiones nacionalistas.

 

De entre los 11.000 apellidos del Nomenclátor, en números redondos, podemos quitar también los 5.000 que no presentan portadores según el Padrón del INE (aunque algunos puedan tener de 1 a 4 portadores y que por eso tampoco salen, pero que claramente están en trance de consunción). Con los 6.000 apellidos eusquéricos restantes hacemos el ejercicio consistente en pasar cada uno de ellos por el filtro del Padrón del INE y así comprobaremos cuántos de sus portadores están en País Vasco y Navarra y cuántos en el resto de España.

 

Yo lo he hecho y he comprobado lo siguiente. Teniendo en cuenta que el Padrón solo nos da los dos primeros apellidos, hay más apariciones de apellidos eusquéricos fuera del País Vasco y de Navarra, es decir, en el resto de España, que dentro de esas dos regiones españolas. No tenemos forma científica de saber qué ocurre con los demás apellidos de una persona, quiero decir el tercero, cuarto y así, pero en buena lógica lo que ocurrirá es fácilmente deducible: en el resto de España estarán más dispersos y en el interior de País Vasco y Navarra más concentrados en unas pocas personas, que serán cada vez menos personas cuanto más subamos en el árbol genealógico.

 

En números absolutos y redondos podemos decir que de las 1.750.000 apariciones de primeros apellidos eusquéricos en España y otras tantas de segundos, 850.000 corresponden al País Vasco y Navarra y 900.000 al resto de España. Si sabemos que en País Vasco un 20% escaso tiene los dos primeros apellidos eusquéricos y si a esta comunidad autónoma le damos algo más de dos millones de habitantes en total, estamos hablando de 400.000 personas con los dos primeros apellidos eusquéricos en el País Vasco. El resto del total de 850.000 apellidados, esto es 450.000, estarían repartidos entre los habitantes de Navarra con apellido eusquérico (bien uno o bien los dos) y los habitantes del País Vasco con uno de los dos eusquérico.

 

4ª consideración (qué pasa con los que tienen apellido eusquérico en el resto de España): El principio de realidad nos dice que los que poseen apellidos eusquéricos son una minoría en el País Vasco y Navarra y que en el resto de España hay más apariciones de apellidos eusquéricos que en el País Vasco y Navarra. Concretamente 50.000 más, en números redondos.

 

Todas esas personas que tienen uno o los dos primeros apellidos eusquéricos y viven en el resto de España no tienen ningún problema de identidad por no ser gobernados por un partido nacionalista. Quiere decirse que para esas personas su apellido eusquérico no supone ningún derecho añadido ni detraído respecto de los demás, porque todos son españoles. No sienten ninguna carencia ni hándicap especial, porque para ellos el País Vasco es una parte más de España y ellos se sienten sobre todo españoles.

 

El hecho de tener apellido eusquérico no implica que tengas que seguir una política nacionalista. Eso no pasa ni siquiera dentro del propio País Vasco. Si fuera así, todos los que tienen dichos apellidos y viven en el resto de España se habrían manifestado de algún modo diciendo que el País Vasco es su verdadera patria y que quisieran volver allí cuanto antes. Pero no es así. Nadie se ha manifestado jamás en ese sentido. Bueno, salvo una excepción: los presos de ETA, que pongamos que sean varios cientos, que purgan largas condenas y que reclaman su traslado a cárceles vascas. Pero incluso en este caso sabemos que muchos de ellos (hemos calculado a bote pronto más de un tercio) no tienen tampoco apellidos eusquéricos. En cambio, la inmensa mayoría de las personas que poseen apellido eusquérico y viven en el resto de España (ya hemos dicho que hemos calculado 900.000 apariciones de apellido eusquérico fuera del País Vasco y Navarra) se sienten españoles y nunca se les ha oído reclamar la necesidad de vivir en el País Vasco o Navarra o que no puedan sentirse personas completas viviendo en un país extraño. Viven en el resto de España como cualquier otro español, con todos sus derechos y deberes intactos.

 

Las personas con apellido eusquérico viviendo en el resto de España tienen incluso su propia historia de la que enorgullecerse, ya que han sido muchos los españoles con apellidos eusquéricos que han ejercido gestas históricas, políticas, sociales o culturales en nombre de España. No se sienten por eso postergados, ni ninguneados, ni extranjeros. Se sienten españoles como todos los demás, españoles como los que más.

 

5ª consideración (los que no tienen apellido eusquérico en el País Vasco y Navarra y son nacionalistas vascos). Del mismo modo, la mayoría de personas que viviendo en País Vasco (y en parte en Navarra) y que, sin tener apellido eusquérico, se consideran nacionalistas vascos y piden la independencia de esos territorios respecto del resto de España, demuestran también que el tener o no apellido eusquérico no es condición sine qua non para sentirse nacionalista. De hecho, los que no tienen apellido eusquérico y se declaran nacionalistas vascos le están haciendo el favor de su vida a los que tienen apellido eusquérico y que, siendo minoría, consiguen gobernar el País Vasco y también en parte Navarra. Un espejismo identitario le hace a buena parte de esta mayoría sin apellidos eusquéricos creer que son una minoría y que su única salida consiste en someterse políticamente a los poseedores de apellidos eusquéricos, que estos sí que son la verdadera minoría.

 

Corolario: La razón principal por la que tenemos que denunciar la situación política que llevamos viviendo en el País Vasco (y en parte en Navarra) durante los últimos cuarenta años consiste en que una minoría, por tener apellidos eusquéricos, se siente con el derecho de imponerse sobre la mayoría que no los tiene y gracias precisamente a una buena parte abducida de esta mayoría que les apoya. Cuando resulta que en toda la historia anterior a 1978 esto nunca sucedió así ni dentro del País Vasco ni fuera y cuando resulta que en la actualidad hay más españoles con apellido eusquérico viviendo fuera del País Vasco y Navarra (en el resto de España) que dentro y que no tienen esa necesidad de reivindicar su identidad vasca porque se sienten tan vascos como españoles o incluso más españoles que vascos y con toda la razón histórica, cultural y política para sentirse así.

 

Por tanto, la primera tarea para acabar con este dominio nacionalista en el País Vasco y también en Navarra es que la gente sepa y se conciencie de esta posible discriminación apellidística que padecemos respecto de quienes tienen apellido eusquérico dentro del País Vasco y Navarra.

 

Lo decimos muy claramente: este dominio nacionalista en el País Vasco y en parte en Navarra, posiblemente basado en criterios etnicistas, o puramente apellidísticos, se tiene que acabar, más pronto que tarde. Y la única vía para conseguirlo es por medio de este análisis numérico de los apellidos, porque es justamente por medio de los apellidos que los nacionalistas se quieren imponer (se están imponiendo) en el País Vasco y Navarra sobre la mayoría de su población.

 

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