Entre el 11 y el 14 de marzo de 2004: Cómo ganar unas elecciones con bulos
![[Img #21582]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/03_2022/6777_screenshot-2022-03-08-at-17-13-13-atentados-11m-youtube-busqueda-de-google.png)
En el año 2007 el periodista Iñaki Gabilondo reconoció que el peor momento de su carrera llegó tras la noticia falsa que a las 6 de la mañana del día 12 de marzo de 2004 leyó Ana Terradillos en su programa: la famosa informaciuón del "terrorista suicida con tres capas de calzoncillos". Demostrada la falsedad en la que habrían incurrido las tres supuestas fuentes, al periodista donostiarra le cayó la mundial. Mediáticamente para casi la mitad de la población personificó la campaña de acoso y derribo que desde ese momento realiza la Cadena Ser contra el Gobierno Aznar. Durante años será vilipendiado como pocos, reconociendo incluso que en la calle le insultaban por este tema.
Pero la grandeza de su figura y su craso error, ha terminado siendo el árbol que ha tapado el bosque que había detrás. Visto ahora, visto lo ocurrido, vistas las consecuencias, si ya fue un escándalo "lo de los calzoncillos", lo significativo vino después, con una catarata increíble de mentiras que inundaron la Cadena Ser.
En mayo de 2007, un bloguero, de nick "Melko", realizó un análisis de los tres días de emisiones, aprovechando que en una época en que no era habitual, la Cadena Ser había colgado en la web (1), presumiendo de su “hazaña”.
Hizo una recopilación de 23 noticias falsas que contrastó con las actas oficiales de la Comisión de Investigación del 11-M del Congreso de Diputados y audios del propio juicio. En este caso no utilizó el sumario pero ya les adelanto que ninguna de ellas fueron ratificadas en este.
Es decir, durante la jornada de reflexión, la Cadena Ser se hizo eco o fabricó directamente al menos 16 bulos, algunos de ellos nada inocentes, porque como se dice coloquialmente, la tostada siempre caía del mismo lado: la criminalización del Gobierno Aznar, presentándolo como un mentiroso que buscaban réditos electorales.
Las hay francamente pintorescas, mostrando el altísimo grado de inventiva de los redactores a la hora de calumniar mediante embustes. Así, “informaron” que la cinta con versículos del Corán descubierta en la Kangoo, había sido comprada en Egipto, con lo que anulaban la posibilidad de que unos terroristas nacionales pusiera una pista falsa ligando la acción a una oscura conspiración islamista internacional. Más malvada aún es la trola de que la citada furgoneta fue determinante en las detenciones del sábado 13 cuando estaban totalmente desligadas, dando por hecho que con esos supuestos datos encontrados a las 12 horas implicaban el cierre de la vía de ETA: cuando desde el Ministerio del Interior se decía que era esta la vía prioritaria sin descartar otras, se estaría engañando con dolo.
En su momento hice un rastreo para comprobar el origen de ellas e identifiqué una docena que eran puras exclusivas de la Cadena Ser, resultando ser las más graves en las calumnias al Gobierno como responsable de ocultar aspectos de la investigación que apuntaban a la autoría islamista. Indicios que sumario en mano, hasta las 15 horas del día 13, no aparecieron, al margen de las lógicas especulaciones a las que podía dar lugar la forma en que se habían realizado los atentados
Respecto al resto de bulos, el hecho de que fueran recogidos por otros medios, apunta a que esos días alguien se dedicó a fabricar trolas y filtrarlas a medios de comunicación, que en virtud de su celo profesional replicaron o no. La conclusión es que la Cadena Ser, aparte de lo que sacaron de su cosecha, puso el listón extremadamente bajo y replicó cualquier cosa, por delirante que fuera, con el objetivo de calentar y movilizar a los votantes contra el PP.
¿Qué podía haber hecho la Cadena Ser? Tenían el derecho y el deber de cuestionar la línea de prioridad de la autoría de ETA, que ni tan siquiera Acebes había certificado completamente y por tanto que no estaba clara, pero ello no justificaba el uso sistemático y reiterado de bulos e informaciones rigurosamente falsas. Era lícito criticar la falta de datos contrastables y se debió presionar al Gobierno para que con las limitaciones que impone la seguridad de una investigación, ofrecieran avances de las periciales que se suponía se estaban realizando con los más modernos medios tecnológicos. Paradójicamente esto dio la inmunidad a unos responsables políticos que por acción u omisión consintieron que la ciencia fuera expulsada de la investigación del 11-M tal como expliqué en su momento [https://latribunadelpaisvasco.com/art/12801/gabriel-moris-la-ciencia-en-el-11-m ]
El fin no puede justificar los medios, máxime cuando había casi 200 muertos atrozmente masacrados y con los sufrimientos de cerca de dos mil heridos. Una o dos noticias falsas es un accidente, con un fraude tan elaborado y sistemático sólo pudo haber dolo y tal como ellos mismos se vanagloriaron, con el objetivo de influir en el resultado electoral. Violando la jornada de reflexión con esta catarata de embustes, magníficamente recopilados por Melko, incumplieron todos los límites éticos del periodismo.
Bulos o cómo después del 14 de marzo de 2004 la cosa no mejoró.
Pasó el día 14 de marzo, pasaron las elecciones y ese cambio de Gobierno por el que tanto había luchado el Grupo PRISA. Se contaba con los primeros detenidos, pronto habría más con la falsa trama de explosivos de Asturia (2) y a finales de marzo, las fuerzas policiales localizan al comando narcoislámico del "Chino" que trágicamente acabó en Leganés.
Para juzgar la calidad de las informaciones ofrecidas por los medios “en exclusiva”, el adjetivo más descriptivo es basura. Autentica basura. Todo valió para apuntalar la culpabilidad de los presuntos autores. El sumario estaba bajo secreto, pero sabemos por casos mediáticos anteriores y posteriores, que eso no es ningún obstáculo... menos aquí. Nunca hubo antes o después una investigación en la que el secreto sobre las actuaciones y resultados, fuera tan rigurosamente custodiado.
Sumario en mano, casi todo lo publicado en los primeros meses fueron bulos y trolas. Vamos a citar uno de los que más éxito tuvo, las llamadas de los suicidas de Leganés a sus “jefes” a Londres para autorizar el martirio. El fraude empezó a rodar el 11 de abril de 2004 de la mano del El País, [https://elpais.com/diario/2004/04/11/espana/1081634411_850215.html], tras lo cual infinidad de medios como El Confidencial, El Mundo, varios británicos, etc. se hicieron eco, pero cada uno de ellos dándole su toque personal, añadiendo su mentirijilla y desfigurando la versión inicial que desde el periódico de PRISA se había dado con una historieta que no buscaba más en tan temprana fecha que dar una pátina de respetabilidad yihadista internacional a unos simples traficantes de drogas y delincuentes de poca monta, como eran el "Chino", sus compinches y la variada fauna de confidentes que rondaban alrededor de ellos.
Todo será tan grotesco, que quien se supone es máximo experto del 11-M, Fernando Reinares, lo acogerá como una de las pruebas de la autoría y hasta la tarjeta origen de todo este bulo, la 653026047, terminará teniendo su hueco en los hechos probados de la sentencia de Gómez Bermúdez. Al final, sumario en mano, lo único que había era que desde ese número se llamó al hermano de los suicidas, Mohamed y Rachid Oulad Akcha, que vivía en Londres, habiendo sido activada el mismo 3 de abril con un terminal que no estaba entre los diez recogidos en el piso franco. Es decir, el resultado del más increíble ruido mediático se redujo a tres contactos con el hermano de dos víctimas mediante una tarjeta telefónica que nunca se encontró… y que estuvo funcionado hasta el 5 de mayo. Por supuesto, a estas alturas a nadie le extrañará saber que el destinatario de ellas, Hassan Oulad Akcha no fuera molestado por las autoridades policiales o judiciales británicas y españolas.
Cuando ya había pasado más o menos medio año, la inventiva en los medios se fue agotando. A medida que El Mundo empieza con sus exclusivas, muchas de ellas sumario en mano, chorradas con poco o ningún recorrido, empieza el nerviosismo y ya tímidamente apareció algún caso de informaciones que si bien figuraban en los informes y diligencias policiales, se darán recortadas, descontextualizadas y manipuladas. De esta época, mi información favorita fue el gran "scoop" del diario ABC según el cual el "Chino" había entrado por Internet en un campus virtual de enseñanza del terrorismo para formarse. Al ínclito Zarzalejos, se le olvidó consignar que el acceso fue el 18 y 19 de marzo. Siete días después de cometer y dirigir uno de los atentados técnicamente más perfectos de la historia, el jefe del grupo decidió a aprender como ser un buen terrorista. Evidentemente, los informes policiales y judiciales prefirieron pasar de puntillas sobre una información que sin ser un bulo, estaba fuera de contexto y a la postre introducía más dudas que certezas.
Mediáticamente esta fase terminó en el verano de 2005 cuando ya se iba a cerrar el Sumario del 11-M y Luis del Pino se hizo con una copia. Sus exclusivas, estas sí reales, estas sí veraces, estas sí respaldadas documentalmente, sacudirían mediáticamente y judicialmente el caso, uniéndose poco después El Mundo que abandonó las absurdas historias con las que había estado perdiendo el tiempo e indirectamente desacreditando a los escépticos de la versión oficial.
Ahora la máquina de la mentira se tendrá que adaptar. Será el momento de engañar a la ciudadanía con la falsa idea de que los “conspiranoicos” sólo querían meter a ETA. Mientras los medios oficialistas manipulaban y mentían para que no se investigara, gracias a las facilidades que suponía la búsqueda avanzada en formaton PDF (3), El Mundo y Libertad Digital con más o menos fortuna, con más o menos rigor, pero siempre frente a todos y con el único apoyo de un sector de las víctimas, abandonaron las especulaciones de una posible intervención logística de ETA y ya sólo pedirán abandonar la investigación de vía única y rehacer la investigación caso desde el principio, sin vetos ni condiciones.
Todo apuntaba a que los “conspiranoicos” serían adecuadamente humillados, pero cuando la trayectoria judicial del caso terminó el 17 de julio de 2008 con la sentencia 503/2008 del Tribunal Supremo, que casaba la sentencia 65/07 de la Audiencia Nacional, el balance global fue:
- 116 detenidos.
- 29 procesados y juzgados.
- 11 absueltos
- 5 condenados por delitos ajenos a los atentados.
- 4 condenados por pertenencia a otras redes terroristas internacionales de tipo yihadista sin relación con los atentados del 11-M.
- 6 condenados por vinculación o pertenencia al grupo o grupos terroristas de carácter yihadista que habían perpetrado los atentados del 11 de marzo y 3 de abril de 2004 (4).
- 3 condenados por relación directa con los atentados.
- Un número indeterminado de autores materiales huidos e impunes.
Sí, ha leído bien. Partiendo de 116 detenciones y 29 juzgados, sólo hubo nueve condenas relacionadas de alguna manera con el 11-M. De golpe y porrazo, dos terceras partes de las personas que desfilaron por el Tribunal de la Casa de Campo fueron absueltas en relación a la masacre habiendo sido acusados por ella. Para más inri, de esos nueve finalmente sólo tres de ellos lo fueron por relación directa con la masacre de Madrid, dándose la curiosa circunstancia de que dos de ellos se presentaron voluntariamente ante la Policía cuando supieron que eran buscados.
Y varios implicados gozaron de la impunidad sin que los islamo-conspirativos demostraran la menor inquietud.
Con este resultado:
¿Quién mintió más?
¿Quién engañó más a la opinión pública?
¿Tenían o no razón los que dijeron que la investigación había sido una monumental chapuza y que había que haberla rehecho desde el principio?
Si el fin justifica los medios, ¿tenemos la seguridad de que el fin no se ha corrompido por la mentira y el fraude?
APÉNDICE. Cuando este artículo estaba prácticamente acabado, Terra Ignota, dentro de su interesante serie sobre el 11-M, en el capítulo 7, titulado La batalla de las divas, [https://youtu.be/Rt3VVxjN51w] por primera vez de una forma coherente y argumentada, se explica el monumental fraude informativo de la Cadena Ser durante esos tres días.
[1] Durante la polémica política, retiraron los audios, pero ante el escándalo posterior y las acusaciones de ocultación debieron de volver a ponerlos. La COPE nunca los colgó, aunque Ignacio López Bru pudo conseguirlos publicando los extractos más significativos en Las cloacas del 11-M.
[2] Tras la sentencia de casación del Tribunal Supremo, quedó claro que por ningún lado había una trama de explosivos y sólo una actuación individual de una persona que era un reconocido confidente que regularmente llamaba por teléfono a su controlador.
[3] Nunca se podrá ponderar suficientemente la trascendencia del invento del formaton PDF a la hora de poder estudiar y analizar los más de 100.000 folios del sumario con su increíble selva de listados telefónicos y nombres. Si hubo polémica se debió exclusivamente a la posibilidad de contrastar la versión oficial con la documentación sumarial.
[4] El resultado fue tan patético que los jueces se vieron incapaces de precisar si fue intervino uno o varios grupos terroristas. Sentencia la Audiencia Nacional. Fundamentos jurídicos, pág. 701.
En el año 2007 el periodista Iñaki Gabilondo reconoció que el peor momento de su carrera llegó tras la noticia falsa que a las 6 de la mañana del día 12 de marzo de 2004 leyó Ana Terradillos en su programa: la famosa informaciuón del "terrorista suicida con tres capas de calzoncillos". Demostrada la falsedad en la que habrían incurrido las tres supuestas fuentes, al periodista donostiarra le cayó la mundial. Mediáticamente para casi la mitad de la población personificó la campaña de acoso y derribo que desde ese momento realiza la Cadena Ser contra el Gobierno Aznar. Durante años será vilipendiado como pocos, reconociendo incluso que en la calle le insultaban por este tema.
Pero la grandeza de su figura y su craso error, ha terminado siendo el árbol que ha tapado el bosque que había detrás. Visto ahora, visto lo ocurrido, vistas las consecuencias, si ya fue un escándalo "lo de los calzoncillos", lo significativo vino después, con una catarata increíble de mentiras que inundaron la Cadena Ser.
En mayo de 2007, un bloguero, de nick "Melko", realizó un análisis de los tres días de emisiones, aprovechando que en una época en que no era habitual, la Cadena Ser había colgado en la web (1), presumiendo de su “hazaña”.
Hizo una recopilación de 23 noticias falsas que contrastó con las actas oficiales de la Comisión de Investigación del 11-M del Congreso de Diputados y audios del propio juicio. En este caso no utilizó el sumario pero ya les adelanto que ninguna de ellas fueron ratificadas en este.
Es decir, durante la jornada de reflexión, la Cadena Ser se hizo eco o fabricó directamente al menos 16 bulos, algunos de ellos nada inocentes, porque como se dice coloquialmente, la tostada siempre caía del mismo lado: la criminalización del Gobierno Aznar, presentándolo como un mentiroso que buscaban réditos electorales.
Las hay francamente pintorescas, mostrando el altísimo grado de inventiva de los redactores a la hora de calumniar mediante embustes. Así, “informaron” que la cinta con versículos del Corán descubierta en la Kangoo, había sido comprada en Egipto, con lo que anulaban la posibilidad de que unos terroristas nacionales pusiera una pista falsa ligando la acción a una oscura conspiración islamista internacional. Más malvada aún es la trola de que la citada furgoneta fue determinante en las detenciones del sábado 13 cuando estaban totalmente desligadas, dando por hecho que con esos supuestos datos encontrados a las 12 horas implicaban el cierre de la vía de ETA: cuando desde el Ministerio del Interior se decía que era esta la vía prioritaria sin descartar otras, se estaría engañando con dolo.
En su momento hice un rastreo para comprobar el origen de ellas e identifiqué una docena que eran puras exclusivas de la Cadena Ser, resultando ser las más graves en las calumnias al Gobierno como responsable de ocultar aspectos de la investigación que apuntaban a la autoría islamista. Indicios que sumario en mano, hasta las 15 horas del día 13, no aparecieron, al margen de las lógicas especulaciones a las que podía dar lugar la forma en que se habían realizado los atentados
Respecto al resto de bulos, el hecho de que fueran recogidos por otros medios, apunta a que esos días alguien se dedicó a fabricar trolas y filtrarlas a medios de comunicación, que en virtud de su celo profesional replicaron o no. La conclusión es que la Cadena Ser, aparte de lo que sacaron de su cosecha, puso el listón extremadamente bajo y replicó cualquier cosa, por delirante que fuera, con el objetivo de calentar y movilizar a los votantes contra el PP.
¿Qué podía haber hecho la Cadena Ser? Tenían el derecho y el deber de cuestionar la línea de prioridad de la autoría de ETA, que ni tan siquiera Acebes había certificado completamente y por tanto que no estaba clara, pero ello no justificaba el uso sistemático y reiterado de bulos e informaciones rigurosamente falsas. Era lícito criticar la falta de datos contrastables y se debió presionar al Gobierno para que con las limitaciones que impone la seguridad de una investigación, ofrecieran avances de las periciales que se suponía se estaban realizando con los más modernos medios tecnológicos. Paradójicamente esto dio la inmunidad a unos responsables políticos que por acción u omisión consintieron que la ciencia fuera expulsada de la investigación del 11-M tal como expliqué en su momento [https://latribunadelpaisvasco.com/art/12801/gabriel-moris-la-ciencia-en-el-11-m ]
El fin no puede justificar los medios, máxime cuando había casi 200 muertos atrozmente masacrados y con los sufrimientos de cerca de dos mil heridos. Una o dos noticias falsas es un accidente, con un fraude tan elaborado y sistemático sólo pudo haber dolo y tal como ellos mismos se vanagloriaron, con el objetivo de influir en el resultado electoral. Violando la jornada de reflexión con esta catarata de embustes, magníficamente recopilados por Melko, incumplieron todos los límites éticos del periodismo.
Bulos o cómo después del 14 de marzo de 2004 la cosa no mejoró.
Pasó el día 14 de marzo, pasaron las elecciones y ese cambio de Gobierno por el que tanto había luchado el Grupo PRISA. Se contaba con los primeros detenidos, pronto habría más con la falsa trama de explosivos de Asturia (2) y a finales de marzo, las fuerzas policiales localizan al comando narcoislámico del "Chino" que trágicamente acabó en Leganés.
Para juzgar la calidad de las informaciones ofrecidas por los medios “en exclusiva”, el adjetivo más descriptivo es basura. Autentica basura. Todo valió para apuntalar la culpabilidad de los presuntos autores. El sumario estaba bajo secreto, pero sabemos por casos mediáticos anteriores y posteriores, que eso no es ningún obstáculo... menos aquí. Nunca hubo antes o después una investigación en la que el secreto sobre las actuaciones y resultados, fuera tan rigurosamente custodiado.
Sumario en mano, casi todo lo publicado en los primeros meses fueron bulos y trolas. Vamos a citar uno de los que más éxito tuvo, las llamadas de los suicidas de Leganés a sus “jefes” a Londres para autorizar el martirio. El fraude empezó a rodar el 11 de abril de 2004 de la mano del El País, [https://elpais.com/diario/2004/04/11/espana/1081634411_850215.html], tras lo cual infinidad de medios como El Confidencial, El Mundo, varios británicos, etc. se hicieron eco, pero cada uno de ellos dándole su toque personal, añadiendo su mentirijilla y desfigurando la versión inicial que desde el periódico de PRISA se había dado con una historieta que no buscaba más en tan temprana fecha que dar una pátina de respetabilidad yihadista internacional a unos simples traficantes de drogas y delincuentes de poca monta, como eran el "Chino", sus compinches y la variada fauna de confidentes que rondaban alrededor de ellos.
Todo será tan grotesco, que quien se supone es máximo experto del 11-M, Fernando Reinares, lo acogerá como una de las pruebas de la autoría y hasta la tarjeta origen de todo este bulo, la 653026047, terminará teniendo su hueco en los hechos probados de la sentencia de Gómez Bermúdez. Al final, sumario en mano, lo único que había era que desde ese número se llamó al hermano de los suicidas, Mohamed y Rachid Oulad Akcha, que vivía en Londres, habiendo sido activada el mismo 3 de abril con un terminal que no estaba entre los diez recogidos en el piso franco. Es decir, el resultado del más increíble ruido mediático se redujo a tres contactos con el hermano de dos víctimas mediante una tarjeta telefónica que nunca se encontró… y que estuvo funcionado hasta el 5 de mayo. Por supuesto, a estas alturas a nadie le extrañará saber que el destinatario de ellas, Hassan Oulad Akcha no fuera molestado por las autoridades policiales o judiciales británicas y españolas.
Cuando ya había pasado más o menos medio año, la inventiva en los medios se fue agotando. A medida que El Mundo empieza con sus exclusivas, muchas de ellas sumario en mano, chorradas con poco o ningún recorrido, empieza el nerviosismo y ya tímidamente apareció algún caso de informaciones que si bien figuraban en los informes y diligencias policiales, se darán recortadas, descontextualizadas y manipuladas. De esta época, mi información favorita fue el gran "scoop" del diario ABC según el cual el "Chino" había entrado por Internet en un campus virtual de enseñanza del terrorismo para formarse. Al ínclito Zarzalejos, se le olvidó consignar que el acceso fue el 18 y 19 de marzo. Siete días después de cometer y dirigir uno de los atentados técnicamente más perfectos de la historia, el jefe del grupo decidió a aprender como ser un buen terrorista. Evidentemente, los informes policiales y judiciales prefirieron pasar de puntillas sobre una información que sin ser un bulo, estaba fuera de contexto y a la postre introducía más dudas que certezas.
Mediáticamente esta fase terminó en el verano de 2005 cuando ya se iba a cerrar el Sumario del 11-M y Luis del Pino se hizo con una copia. Sus exclusivas, estas sí reales, estas sí veraces, estas sí respaldadas documentalmente, sacudirían mediáticamente y judicialmente el caso, uniéndose poco después El Mundo que abandonó las absurdas historias con las que había estado perdiendo el tiempo e indirectamente desacreditando a los escépticos de la versión oficial.
Ahora la máquina de la mentira se tendrá que adaptar. Será el momento de engañar a la ciudadanía con la falsa idea de que los “conspiranoicos” sólo querían meter a ETA. Mientras los medios oficialistas manipulaban y mentían para que no se investigara, gracias a las facilidades que suponía la búsqueda avanzada en formaton PDF (3), El Mundo y Libertad Digital con más o menos fortuna, con más o menos rigor, pero siempre frente a todos y con el único apoyo de un sector de las víctimas, abandonaron las especulaciones de una posible intervención logística de ETA y ya sólo pedirán abandonar la investigación de vía única y rehacer la investigación caso desde el principio, sin vetos ni condiciones.
Todo apuntaba a que los “conspiranoicos” serían adecuadamente humillados, pero cuando la trayectoria judicial del caso terminó el 17 de julio de 2008 con la sentencia 503/2008 del Tribunal Supremo, que casaba la sentencia 65/07 de la Audiencia Nacional, el balance global fue:
- 116 detenidos.
- 29 procesados y juzgados.
- 11 absueltos
- 5 condenados por delitos ajenos a los atentados.
- 4 condenados por pertenencia a otras redes terroristas internacionales de tipo yihadista sin relación con los atentados del 11-M.
- 6 condenados por vinculación o pertenencia al grupo o grupos terroristas de carácter yihadista que habían perpetrado los atentados del 11 de marzo y 3 de abril de 2004 (4).
- 3 condenados por relación directa con los atentados.
- Un número indeterminado de autores materiales huidos e impunes.
Sí, ha leído bien. Partiendo de 116 detenciones y 29 juzgados, sólo hubo nueve condenas relacionadas de alguna manera con el 11-M. De golpe y porrazo, dos terceras partes de las personas que desfilaron por el Tribunal de la Casa de Campo fueron absueltas en relación a la masacre habiendo sido acusados por ella. Para más inri, de esos nueve finalmente sólo tres de ellos lo fueron por relación directa con la masacre de Madrid, dándose la curiosa circunstancia de que dos de ellos se presentaron voluntariamente ante la Policía cuando supieron que eran buscados.
Y varios implicados gozaron de la impunidad sin que los islamo-conspirativos demostraran la menor inquietud.
Con este resultado:
¿Quién mintió más?
¿Quién engañó más a la opinión pública?
¿Tenían o no razón los que dijeron que la investigación había sido una monumental chapuza y que había que haberla rehecho desde el principio?
Si el fin justifica los medios, ¿tenemos la seguridad de que el fin no se ha corrompido por la mentira y el fraude?
APÉNDICE. Cuando este artículo estaba prácticamente acabado, Terra Ignota, dentro de su interesante serie sobre el 11-M, en el capítulo 7, titulado La batalla de las divas, [https://youtu.be/Rt3VVxjN51w] por primera vez de una forma coherente y argumentada, se explica el monumental fraude informativo de la Cadena Ser durante esos tres días.
[1] Durante la polémica política, retiraron los audios, pero ante el escándalo posterior y las acusaciones de ocultación debieron de volver a ponerlos. La COPE nunca los colgó, aunque Ignacio López Bru pudo conseguirlos publicando los extractos más significativos en Las cloacas del 11-M.
[2] Tras la sentencia de casación del Tribunal Supremo, quedó claro que por ningún lado había una trama de explosivos y sólo una actuación individual de una persona que era un reconocido confidente que regularmente llamaba por teléfono a su controlador.
[3] Nunca se podrá ponderar suficientemente la trascendencia del invento del formaton PDF a la hora de poder estudiar y analizar los más de 100.000 folios del sumario con su increíble selva de listados telefónicos y nombres. Si hubo polémica se debió exclusivamente a la posibilidad de contrastar la versión oficial con la documentación sumarial.
[4] El resultado fue tan patético que los jueces se vieron incapaces de precisar si fue intervino uno o varios grupos terroristas. Sentencia la Audiencia Nacional. Fundamentos jurídicos, pág. 701.