Gallegos de lluvia y calma
Así se refería a nuestra estirpe el poeta Miguel Hernández en su poema Vientos del pueblo me llevan. Si me tengo que identificar con alguno de los "padres de mi tierra" siempre escojo al gran mindoniense: Álvaro Cunqueiro. No me canso nunca de leer y repasar tanto sus artículos como sus libros. Además, me sigue emocionando su forma de explicar cómo es el alma gallega. Y para quienes quieran soñar despiertos, en un ejercicio balsámico o de escape ante los malos tiempos que nos tocan vivir, recomiendo la lectura de Fábulas y leyendas de la mar.
Viene a cuento por la presencia en la arena política para España del futuro líder del centro-derecha hispano. El ourensano Alberto Núñez Feijoo. Un tecnócrata que ha ganado cuatro elecciones a la Xunta de Galicia por mayoría absoluta. Ahora acepta regresar a Madrid, dónde era discípulo de otro galaico muy singular: José Manuel Romay Beccaria, otro insigne alumno de la Universidad Compostelana que desplegó una vida plena de servicios al país desde su extraordinario curriculum personal, y una relación tumultuosa con Manuel Fraga Iribarne -presencié momentos muy duros en el despacho de Don Manuel, en Santiago-. seguidor y divulgador del pensamiento de Karl Popper.
Decía mi padre, gallego nacido en Santa María de Tamallancos, del concello de Vilamarín y criado en la ciudad de Lugo por sus hermanos argentinos, que los gallegos no tenían término medio, o eran muy torpes y limitados, o tenían una inteligencia muy superior a la media del país. Los primeros se quedaban en las aldeas, los segundos emprendían la diáspora. Pero le faltó añadir que todo gallego con alma galaica necesita la tierra, el mar y el viento -Manuel Marías-, por tal razón siempre está de paso hasta que regresa a casa dónde disfruta viviendo como gallego y en gallego.
Galicia es inmensa. Casi mil setecientos kilómetros de la costa más hermosa de la Península Ibérica. Antiguo Reino con siete provincias que eran sedes episcopales, y una consideración constitucional de Comunidad con Derechos Históricos, nacionalidad y lengua-idioma propio, a compatibilizar con el castellano. Pero debo afirmar con rotundidad, corrigiendo a los enfant terrible con militancia en Vox, que los gallegos nunca hemos hecho uso del gallego idiomático como instrumento diferenciador, la política lingüística de la Xunta nunca se ha mostrado como elemento diferenciador y separatista. Queremos a nuestro idioma en el espacio socio-cultural. Defendemos que los idiomas, hasta los minorizados, son patrimonio de la humanidad, por tanto derecho cultural y patrimonial irrenunciable para su defensa, promoción y extensión al alcance de todos los seres humanos que habitan en el planeta tierra.
A Núñez Feijoo le gusta ser ordenado y previsible. Siempre huye de la sal gruesa y de las aventuras locuaces. Prefiere un perfil más bajo en favor de la eficiencia sin sobresaltos. Con este Presidente, los gallegos salimos de nuestras casas por las mañanas, sin miedo a sobresaltos. No me lo imagino berreando desde el púlpito de las actuales Cortes. No me lo imagino haciendo trizas cualquier espacio nacional de lo que se conoce como cuestiones de Estado. Lo aprendió de Romay y de Fraga. Y que se vayan preparando los políticos profesionales. Lo primero que les va a exigir es que pongan sobre su mesa el historial profesional de la vida civil. A la política hay que ir con el zurrón lleno de méritos.
Por cierto. Cada cuestión por orden, en su tiempo, sin prisas, con calma que favorezca tomar decisiones muy calculadas. De ahí que primero renuncie a ser Presidente del PP en Galicia -incompatibilidad con PP nacional- pero seguirá siendo el Presidente del Gobierno gallego. De ahí que haya propuesto para número dos del PP a quien está ejerciendo la portavocía del Grupo Parlamentario. De ahí que tratará de ser el motor para la refundación de un espacio político en crisis, dividido, que grita cuando los españoles necesitamos soluciones que devuelvan la esperanza, entre la ilusión y la emoción en medio de una tormenta-galerna en la que nuestro país va dando bandazos y amenaza con poner costado al temporal, lo que siempre en la mar hemos sabido que resulta previo al hundimiento.
Voy a señalar algunas virtudes fruto de la experiencia. Este hombre ha tratado bien la pandemia, no se le ha olvidado su paso por la Dirección del Insalud. Este gallego de la Galicia profunda ha señalado muchas veces lo que significa envejecimiento, despoblación, vaciado en las entrañables parroquias del interior. Este hombre ha escuchado y se ha asesorado ante los problemas de una Galicia marinera, y sabe la importancia que tiene el sector agroalimentario. Este dirigente siempre ha sido muy respetuoso con la Jefatura del Estado, como lo ha sido en calidad de anfitrión compostelano con todas las autoridades de la sociedad civil, religiosa, política. Este hombre se ha esforzado en mantener e incrementar las buenas relaciones con nuestro vecino Portugal, dándose cuenta del enorme interés estratégico que tiene una alianza Ibérica.
Por razones lógicas propias de la excelencia democrática, tocará la alternancia en el poder ejecutivo. Su carrera política es la del funcionario que ha pasado una completa formación por todos los sectores antes de llegar a la cúpula. Nada que ver con personajes oportunistas como Pepiño Blanco...
Feijoó tendrá que hacer uso de su pedigrí ourensano para llevar a la lideresa de Madrid por el camino de la disciplina. Y lo que tantos tertulianos esperan. ¿Cómo serán sus relaciones con Santiago Abascal?. Lo empezaremos a saber según el perfil moderado o duro que tanga quien haga las funciones de portavoz en sustitución de Cuca Gamarra en el Congreso de los Diputados.
Mientras, en Galicia, seguiremos nuestra ruta, con un nuevo dirigente muy del estilo del que se marcha a Madrid. Su primera gran cita serán las listas para los Ayuntamientos y Diputaciones, ya que por ahí transcurre la política conservadora de los gallegos. A los que no les gusta cambiar. Y que siguen valorando la paz, y la política sin sobresaltos.
Así se refería a nuestra estirpe el poeta Miguel Hernández en su poema Vientos del pueblo me llevan. Si me tengo que identificar con alguno de los "padres de mi tierra" siempre escojo al gran mindoniense: Álvaro Cunqueiro. No me canso nunca de leer y repasar tanto sus artículos como sus libros. Además, me sigue emocionando su forma de explicar cómo es el alma gallega. Y para quienes quieran soñar despiertos, en un ejercicio balsámico o de escape ante los malos tiempos que nos tocan vivir, recomiendo la lectura de Fábulas y leyendas de la mar.
Viene a cuento por la presencia en la arena política para España del futuro líder del centro-derecha hispano. El ourensano Alberto Núñez Feijoo. Un tecnócrata que ha ganado cuatro elecciones a la Xunta de Galicia por mayoría absoluta. Ahora acepta regresar a Madrid, dónde era discípulo de otro galaico muy singular: José Manuel Romay Beccaria, otro insigne alumno de la Universidad Compostelana que desplegó una vida plena de servicios al país desde su extraordinario curriculum personal, y una relación tumultuosa con Manuel Fraga Iribarne -presencié momentos muy duros en el despacho de Don Manuel, en Santiago-. seguidor y divulgador del pensamiento de Karl Popper.
Decía mi padre, gallego nacido en Santa María de Tamallancos, del concello de Vilamarín y criado en la ciudad de Lugo por sus hermanos argentinos, que los gallegos no tenían término medio, o eran muy torpes y limitados, o tenían una inteligencia muy superior a la media del país. Los primeros se quedaban en las aldeas, los segundos emprendían la diáspora. Pero le faltó añadir que todo gallego con alma galaica necesita la tierra, el mar y el viento -Manuel Marías-, por tal razón siempre está de paso hasta que regresa a casa dónde disfruta viviendo como gallego y en gallego.
Galicia es inmensa. Casi mil setecientos kilómetros de la costa más hermosa de la Península Ibérica. Antiguo Reino con siete provincias que eran sedes episcopales, y una consideración constitucional de Comunidad con Derechos Históricos, nacionalidad y lengua-idioma propio, a compatibilizar con el castellano. Pero debo afirmar con rotundidad, corrigiendo a los enfant terrible con militancia en Vox, que los gallegos nunca hemos hecho uso del gallego idiomático como instrumento diferenciador, la política lingüística de la Xunta nunca se ha mostrado como elemento diferenciador y separatista. Queremos a nuestro idioma en el espacio socio-cultural. Defendemos que los idiomas, hasta los minorizados, son patrimonio de la humanidad, por tanto derecho cultural y patrimonial irrenunciable para su defensa, promoción y extensión al alcance de todos los seres humanos que habitan en el planeta tierra.
A Núñez Feijoo le gusta ser ordenado y previsible. Siempre huye de la sal gruesa y de las aventuras locuaces. Prefiere un perfil más bajo en favor de la eficiencia sin sobresaltos. Con este Presidente, los gallegos salimos de nuestras casas por las mañanas, sin miedo a sobresaltos. No me lo imagino berreando desde el púlpito de las actuales Cortes. No me lo imagino haciendo trizas cualquier espacio nacional de lo que se conoce como cuestiones de Estado. Lo aprendió de Romay y de Fraga. Y que se vayan preparando los políticos profesionales. Lo primero que les va a exigir es que pongan sobre su mesa el historial profesional de la vida civil. A la política hay que ir con el zurrón lleno de méritos.
Por cierto. Cada cuestión por orden, en su tiempo, sin prisas, con calma que favorezca tomar decisiones muy calculadas. De ahí que primero renuncie a ser Presidente del PP en Galicia -incompatibilidad con PP nacional- pero seguirá siendo el Presidente del Gobierno gallego. De ahí que haya propuesto para número dos del PP a quien está ejerciendo la portavocía del Grupo Parlamentario. De ahí que tratará de ser el motor para la refundación de un espacio político en crisis, dividido, que grita cuando los españoles necesitamos soluciones que devuelvan la esperanza, entre la ilusión y la emoción en medio de una tormenta-galerna en la que nuestro país va dando bandazos y amenaza con poner costado al temporal, lo que siempre en la mar hemos sabido que resulta previo al hundimiento.
Voy a señalar algunas virtudes fruto de la experiencia. Este hombre ha tratado bien la pandemia, no se le ha olvidado su paso por la Dirección del Insalud. Este gallego de la Galicia profunda ha señalado muchas veces lo que significa envejecimiento, despoblación, vaciado en las entrañables parroquias del interior. Este hombre ha escuchado y se ha asesorado ante los problemas de una Galicia marinera, y sabe la importancia que tiene el sector agroalimentario. Este dirigente siempre ha sido muy respetuoso con la Jefatura del Estado, como lo ha sido en calidad de anfitrión compostelano con todas las autoridades de la sociedad civil, religiosa, política. Este hombre se ha esforzado en mantener e incrementar las buenas relaciones con nuestro vecino Portugal, dándose cuenta del enorme interés estratégico que tiene una alianza Ibérica.
Por razones lógicas propias de la excelencia democrática, tocará la alternancia en el poder ejecutivo. Su carrera política es la del funcionario que ha pasado una completa formación por todos los sectores antes de llegar a la cúpula. Nada que ver con personajes oportunistas como Pepiño Blanco...
Feijoó tendrá que hacer uso de su pedigrí ourensano para llevar a la lideresa de Madrid por el camino de la disciplina. Y lo que tantos tertulianos esperan. ¿Cómo serán sus relaciones con Santiago Abascal?. Lo empezaremos a saber según el perfil moderado o duro que tanga quien haga las funciones de portavoz en sustitución de Cuca Gamarra en el Congreso de los Diputados.
Mientras, en Galicia, seguiremos nuestra ruta, con un nuevo dirigente muy del estilo del que se marcha a Madrid. Su primera gran cita serán las listas para los Ayuntamientos y Diputaciones, ya que por ahí transcurre la política conservadora de los gallegos. A los que no les gusta cambiar. Y que siguen valorando la paz, y la política sin sobresaltos.











