Por qué después de tanto tiempo desde mi salida de Vox creo necesario mi apoyo a ellos en este momento. Ahora en breve os lo explico con detalle.

Guardo con gran cariño mis años en el Partido Popular, años duros, años escoltado y años donde he tenido el privilegio de conocer a grandes personas. Todo mi cariño al PP Vasco, pero yo ya no encajo ahí. No es algo malo. Cada uno lleva la dirección que cree conveniente, pero esa no es la mía. ¿Por qué he decidido irme a Vox de nuevo?

En primer lugar, porque peino canas y la madurez personal es un grado que hace que veas las cosas de otra manera con más sosiego, y creo que jamás debí irme. Pensé que tenía una espina clavada para intentar cambiar el PP al que yo conocí, al que a mí me representaba y, con la edad, he visto que eran ensoñaciones juveniles.

En segundo lugar, porque creo que cuando uno mete la pata hay que sacarla y rectificar.

Para mí sería más fácil callar y tragar para vivir más cómodo, pues hay gente del PP a la que no le ha gustado mi posición y hay gente de Vox que cree que no merezco estar otra vez ahí. Hay gente que me dice que soy un Guadiana por volver a Vox con la excusa de haber defendido al PP en un momento determinado y, sí, es cierto, he defendido cosas que creía del PP y que actualmente el PP ya no defiende y yo sí, como que hay que dar la batalla cultural e ideológica a la izquierda, por ejemplo. Y hay cosas de Vox que critiqué, pero ahora me he dado cuenta, con el paso de los años, que hay que hacerlo, como es la desaparición de las autonomías. Yo creía en el Estado autonómico, a pesar de siempre tener claro que, por ejemplo, en el País Vasco era un reino de taifas, pero pensaba que en otras comunidades no lo era, y sí lo es.

A veces prefiero más tomar el camino difícil que el fácil, y para mí, el camino difícil, pero el mejor para España, es apoyar a Vox. Si hubiera tomado en mi vida política el camino fácil no hubiera sido concejal del PP en el País Vasco y jugarme la vida, menos aun teniendo en cuenta que mi abuelo había asesinado por ETA.

En la vida no siempre aciertas y a veces te equivocas con gente a la que aprecias, pero hay que saber pedir perdón.

Lo reitero y más claro y más veces ya no lo puedo decir, pido perdón a Abascal por lo que le haya molestado. Los amigos nos equivocamos y hacemos cosas mal y cuando se hacen mal, y más con un amigo, hay que decir lo siento: Abascal es un amigo, y así lo seguiré siendo suyo. Abascal me importa en lo personal, pues para mí ha sido como un hermano en tiempos que nos querían matar.

Quien quiera hacer carrera en política que se lo curre, y Abascal se lo ha currado.

Para todos esos que me acusan a mí y a otras personas que dan el paso de apoyar a Vox viniendo de otros partidos de intentar conseguir un sillón, les digo primero que ya tengo uno en casa y espero tener uno en la vida eterna donde sentarme con mi abuelo y hablar de lo que no hemos podido porque ETA lo asesinó. Eso es a lo que aspiro, que a pesar de mis errores humanos y también de mis aciertos, mi abuelo se sienta desde el cielo orgulloso de mi.

No aspiro a nada más.

A la política se viene a aportar y a poner nuestro pequeño grano de arena, y más ahora ante la situación dramática a la que este Gobierno está llevando a España, y no a conseguir sillones.

Creo que la única solución es presentar una alternativa que ponga fin a estos desmanes económicos, ideológicos y culturales que el Gobierno de Sánchez está realizando para perjuicio de España.

España nos necesita y necesita aire fresco, abrir las ventanas para que los españoles puedan respirar.

Creo necesario una alternativa y no un recambio:

España no aguanta ni un minuto más con Sánchez.

Y por eso apoyo a Vox, porque creo que es el mejor instrumento al servicio de España y el que más encaja en mis planteamientos ideológicos.

Lo demás son cosas de moqueta que no me interesan; lo demás son cosas del politiqueo barato al que no sé jugar ni quiero, sino no diría lo que pienso en cada momento y me callaría para obtener ganancias políticas.

Hay que dejar de entender la política como una profesión y entenderla como un servicio al vecino.

Hay que dejar de dar lecciones a gente que entrega su tiempo a servir a su país.

España no es un tuit, es algo mucho más serio.

Trabajemos por ella.

Dejemos que la gente aporte, acierte en sus decisiones y se equivoque.

Así se aprende.

Quiero agradecer el cariño de mucha gente que se ha alegrado con mi vuelta, que tengo la suerte que es mucha, y eso me reconforta.

Gracias, Amaia Martínez, la que más, porque nunca me has soltado de la mano. Carlos Iturgaiz, Jaime, María San Gil, Arcauz, Murguiondo, Carlos García; os llevo en mi corazón

Comienza un nuevo camino en otras siglas que concuerdan más con mis pensamientos, pero que sepáis que aquí tenéis un amigo y compañero vuestro para siempre.

Por España todo, aunque me cueste críticas e incomprensión de algunos.

¡Viva España!