“El Limitado”: la Euscadi profunda es española
“El Limitado” se sitúa en un punto geográfico intermedio entre las tres provincias vascas de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava. Aunque está concretamente entre Vizcaya y Álava, que son las dos provincias que mantienen un contencioso secular sobre su jurisdicción, al ubicarse justo al lado de la penetración que hace la provincia de Álava (a través del término municipal de Aramayona) entre las de Vizcaya y Guipúzcoa, hace que lo podamos ubicar prácticamente en la intersección entre las tres provincias, dándole un carácter de centro geográfico vasco, lo que también realza su simbolismo. Hablamos concretamente de un territorio de 565 hectáreas compartidas de diverso modo (y ahí radica la peculiaridad de “El Limitado”) entre el municipio de Aramayona en Álava y la vizcaína localidad de Ochandiano, aunque en los mapas consta como perteneciente a esta última, a Ochandiano, representando la mitad de su término municipal. Y que se llama así desde al menos 1457, cuando hay constancia documental de su existencia, y que se sigue llamando así –“El Limitado”– en español quiero decir, no en eusquera, desde entonces hasta hoy.
No me digan que no merecería una entrada propia en cualquier enciclopedia vasca. Pues no la encontrarán. Seguramente porque se llama desde siempre “El Limitado” y durante más de cinco siglos no ha tenido un nombre euscaldún propio para identificarlo. No me digan que no es curioso y significativo. No me digan que ni siquiera a partir de 1978 cuando todos los topónimos se cambiaron o se intentaron cambiar a toda costa, como estamos viendo en esta serie, no ha habido forma de ponerle un nombre eusquérico oficial. Y eso que los dos municipios afectados, el de Aramayona (actual Aramaio) y el de Ochandiano (actual Otxandio) pertenecen ambos a la UEMA (Udalerri Euskaldunen Mankomunitatea = Mancomunidad de Municipios Euscaldunes, que se llama así porque los vecinos de todos ellos –91 municipios y unos 200.000 habitantes– hablan eusquera en un porcentaje superior al castellano). Y además estando ambos municipios, como la inmensa mayoría de los municipios vascos, gobernados por el nacionalismo, en este caso los dos por EH-Bildu: en Ochandiano en las últimas elecciones municipales salieron elegidos 5 concejales de EH-Bildu por 4 del PNV, mientras que en Aramayona el resultado fue de 7 concejales de EH-Bildu por 2 del PNV. Ambos municipios eligen cada uno nueve concejales, ya que ambos tienen un número de habitantes similar, rondando los 1.500: Ochandiano 1.359 habitantes y Aramayona 1.456 habitantes (son datos del censo de 2021).
Estamos ante un lugar prácticamente desconocido para el común de las gentes en el País Vasco a lo largo de su historia. Lo que demuestra la falta de estructuración y de comunicación interna que ha habido siempre en lo que hoy llamamos País Vasco, formado por tres provincias que secularmente tenían en común hablar dialectos de una lengua que no contaba sin embargo con un patrón común de comunicación para todos sus hablantes. Es más, Euskaltzaindia no recoge ningún topónimo eusquérico relativo a dicho emplazamiento, con lo cual se demuestra que no ha habido término eusquérico que acompañara al del español “El Limitado” a lo largo de su historia, y ni los más sesudos de los agentes euscaldunizadores actuales han osado buscar algo con lo que euscaldunizar el nombre. Sencillamente porque no lo ha habido.
Ahora bien, desde algunas fuentes en eusquera que he consultado llaman a este territorio “Limitadua”. Por ejemplo, en el mapa oficial del País Vasco disponible en la página web del Gobierno Vasco ponen por delante de la denominación “El Limitado” la de “Limitadua”. Observen el mapa en este enlace y lo verán. https://www.euskadi.eus/gobierno-vasco/contenidos/noticia/mapas_capv_2010/es_noticia/images/eae_6000k.jpg
También aparece el término “Limitadua” titulando un artículo en eusquera sobre el tema, en la revista Astola, de la Fundación Gerediaga de Durango, firmado por el historiador Fernando Martínez Rueda. Pero “Limitadua” resulta ser una adaptación libre del original castellano, puesto que la palabra “limitadua” como tal no existe en ningún diccionario del eusquera. En el propio artículo que decimos, hay un mapita indicativo del lugar donde está el emplazamiento y pone: “Limitadoaren kokapena”, esto es, “ubicación del Limitado”. No pone “Limitaduaren kokapena”, en consonancia con el título del artículo.
Además, es que “Limitado” en eusquera no se dice “limitadua”, sino “mugatua” o “eskasa” o “urria” o, si es en sentido de incapacidad pues “ergela” o “inozo” o “adimen urrikoa”, pero los que han buscado la traducción de “El Limitado” no han puesto nada de eso en el mapa oficial: han puesto “Limitadua”, que no existe en eusquera. Queda por saber si esa es la terminología que se emplea por los lugareños en eusquera para denominar la zona. Pero me extrañaría que así fuera y Euskaltzaindia no lo hubiera recogido y oficializado. El caso era euscaldunizar el original castellano como fuera. Con lo cual el hecho es suficientemente demostrativo para pensar que lo que en el País Vasco se ha estado haciendo desde el inicio de la Transición hasta hoy ha sido eusquerizar todos los términos geográficos vascos de la manera que fuera, buscando cualquier excusa para ello y que cuando no ha habido excusa histórica, pseudohistórica o más o menos presentable, pues tampoco ha importado, porque se ha recurrido a algo que pareciera eusquérico y santas pascuas, como lo de “Limitadua”. Pero en este caso es tan evidente que “El Limitado” siempre se ha llamado así, que no han tenido el valor de oficializarlo como “Limitadua”. Es como si hubieran encontrado en la denominación de este territorio el límite, valga el símbolo, de la vergüenza euscaldunizadora.
El 16 de enero de 2017 apareció en el periódico El Correo un artículo de Francisco Góngora, dentro de su serie “Historias perdidas de Álava”, titulado “El Limitado: una frontera movediza”, que es donde mejor se sintetiza el hecho mismo de la existencia histórica de este territorio así denominado. Ahí aparece también un mapa, similar al que reproduzco aquí, y que me dio la referencia para localizar mejor ese pedazo de tierra.
En 1457, de ahí la fecha que anoté al principio, la madre del señor de Aramayona, Doña Elvira de Leyva, mediante la llamada “Concordia de Doña Elvira”, cedió el uso de dicho terreno, pero no la propiedad, a los vecinos de Ochandiano. Y ahí es cuando empezaron los problemas, porque ceder el uso pero no la propiedad generaba cuestiones irresolubles sobre todo en cuanto al pago de impuestos. El pleito fue escalando instancias judiciales y, por lo que sabemos hasta ahora, el caso llegó en 1664 hasta la máxima instancia judicial de entonces, que era la Real Chancillería de Valladolid, que emitió sentencia perfilando aún más las potestades de los vecinos de Ochandiano sobre esas tierras. Pero el conflicto se mantuvo. No obstante, la intervención de la Chancillería es significativa de la más alta dependencia judicial competente en estos lares durante toda la época moderna (siglos XVI-XVIII). Después sabemos que en el siglo XIX hubo una mediación de la Diputación de Guipúzcoa respecto de las de Vizcaya y Álava, que eran las directamente interesadas en el asunto, pero que tampoco dio resultado. Y en el siglo XX fue el Ararteko (Defensor del Pueblo en el País Vasco) quien intentó mediar, pero de nuevo sin éxito. El conflicto sigue, por tanto, sin resolverse desde hace ahora 565 años. El caso es que no ha habido nadie, ni siquiera en el propio País Vasco, que haya sido capaz de resolverlo en cinco siglos y medio. Ni siquiera teniendo el nacionalismo como predominante en ambos municipios, e incluso con el mismo partido gobernando en ambos, han sido capaces de ponerse de acuerdo.
Ochandiano es también apellido y este sí consta en el Nomenclátor de Euskaltzaindia. Tiene 168 portadores de primer apellido y 186 de segundo. Está en seis provincias españolas, la mitad de ellos en Vizcaya y luego, por orden de mayor a menor en: Madrid, Guipúzcoa, Álava, Cantabria y Zaragoza. Con la grafía eusquérica Otxandiano también existe como apellido. Y es también la grafía que utilizó Sabino Arana en Bizkaya por su independencia, como vimos en artículos anteriores. El apellido Otxandiano lo portan 66 personas de primer apellido y 32 de segundo. El doble de primero que de segundo indica la mayor visibilidad del primer apellido y el interés por cambiarlo por eso. Los portadores se los reparten entre Vizcaya y Guipúzcoa, por este orden, dado el mayor nacionalismo de estas dos provincias, a pesar de que en Madrid ya vimos que había más portadores de Ochandiano que en Guipúzcoa.
En 1983 el municipio decidió cambiar el nombre oficial de Ochandiano a Otxandio, con el beneplácito de Euskaltzaindia, que ya había indicado la idoneidad de esa grafía, partiendo del nombre histórico de Ochandio. Lo que aquí cuenta, parece ser, es cambiar el nombre previo, como si ese nombre resultara una imposición española, ajena a los gustos vascos. Pero en este caso resulta que Ochandio también es un apellido, lo cual quiere decir que tiene profundidad histórica y que no resulta una ocurrencia de nacionalistas, como vimos en el caso de Villaro por Areatza o de Gordejuela por Gordexola. Pero lo más significativo de todo es que el apellido Ochandio está mucho más presente en el resto de España que en el País Vasco o Navarra. De sus 92 portadores de primer apellido y 75 de segundo, resulta que donde más hay es en Valencia, con 35 y 19 respectivamente. En segunda posición está Vizcaya, única provincia vasca con presencia de Ochandio, seguida de Cuenca y Madrid, por este orden. En cambio, el eusquerizado Otxandio, con 32 y 19 portadores de primer y segundo apellido respectivamente, solo está en Vizcaya, como era de prever.
Aramayona, por su parte, también cambio su nombre oficial por el de Aramaio en 1984. Pero aquí se vuelven a repetir las mismas curiosidades que con Ochandiano y Otxandio. Aramayona también es apellido y, como Ochandio, también está más presente fuera del País Vasco y Navarra que dentro. Sus 30 portadores de primer apellido y 48 de segundo están más presentes en Valladolid, Madrid y Zaragoza, por este orden, que en Vizcaya y Álava, sobre todo por lo que se refiere a los portadores de primer apellido. Pero lo curioso del caso es que el nombre eusquérico propuesto para sustituirlo, Aramaio, que se da como versión vasca de Aramayona, por eliminación de la “n” intervocálica, resulta que también es apellido en su forma española, Aramayo, y, de nuevo, también está mucho más presente en el resto de España, fuera del País Vasco y Navarra. Aramayo, en concreto, tiene 331 portadores de primer apellido y 364 de segundo, repartidos en 18 provincias españolas. Donde más Aramayo hay es en Madrid, seguido de Barcelona. Vizcaya es la tercera con más presencia, pero en Álava (que es de donde es Aramayona) no hay, mientras que en Guipúzcoa y Navarra hay muy pocos. De la forma eusquérica Aramaio hay 45 portadores de primer apellido y 43 de segundo, la mayoría en Vizcaya y algo en Guipúzcoa.
Por cierto, hay un título nobiliario de Conde de Aramayona, instituido por el rey Felipe III en 1606, en la persona de Alonso Idiáquez de Butrón-Múgica, que ya era para entonces Señor de Aramayona, además de Virrey y Capitán General de Navarra. El título actualmente lo ostenta la princesa alemana Victoria de Hohenlohe.
“El Limitado” se sitúa en un punto geográfico intermedio entre las tres provincias vascas de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava. Aunque está concretamente entre Vizcaya y Álava, que son las dos provincias que mantienen un contencioso secular sobre su jurisdicción, al ubicarse justo al lado de la penetración que hace la provincia de Álava (a través del término municipal de Aramayona) entre las de Vizcaya y Guipúzcoa, hace que lo podamos ubicar prácticamente en la intersección entre las tres provincias, dándole un carácter de centro geográfico vasco, lo que también realza su simbolismo. Hablamos concretamente de un territorio de 565 hectáreas compartidas de diverso modo (y ahí radica la peculiaridad de “El Limitado”) entre el municipio de Aramayona en Álava y la vizcaína localidad de Ochandiano, aunque en los mapas consta como perteneciente a esta última, a Ochandiano, representando la mitad de su término municipal. Y que se llama así desde al menos 1457, cuando hay constancia documental de su existencia, y que se sigue llamando así –“El Limitado”– en español quiero decir, no en eusquera, desde entonces hasta hoy.
No me digan que no merecería una entrada propia en cualquier enciclopedia vasca. Pues no la encontrarán. Seguramente porque se llama desde siempre “El Limitado” y durante más de cinco siglos no ha tenido un nombre euscaldún propio para identificarlo. No me digan que no es curioso y significativo. No me digan que ni siquiera a partir de 1978 cuando todos los topónimos se cambiaron o se intentaron cambiar a toda costa, como estamos viendo en esta serie, no ha habido forma de ponerle un nombre eusquérico oficial. Y eso que los dos municipios afectados, el de Aramayona (actual Aramaio) y el de Ochandiano (actual Otxandio) pertenecen ambos a la UEMA (Udalerri Euskaldunen Mankomunitatea = Mancomunidad de Municipios Euscaldunes, que se llama así porque los vecinos de todos ellos –91 municipios y unos 200.000 habitantes– hablan eusquera en un porcentaje superior al castellano). Y además estando ambos municipios, como la inmensa mayoría de los municipios vascos, gobernados por el nacionalismo, en este caso los dos por EH-Bildu: en Ochandiano en las últimas elecciones municipales salieron elegidos 5 concejales de EH-Bildu por 4 del PNV, mientras que en Aramayona el resultado fue de 7 concejales de EH-Bildu por 2 del PNV. Ambos municipios eligen cada uno nueve concejales, ya que ambos tienen un número de habitantes similar, rondando los 1.500: Ochandiano 1.359 habitantes y Aramayona 1.456 habitantes (son datos del censo de 2021).
Estamos ante un lugar prácticamente desconocido para el común de las gentes en el País Vasco a lo largo de su historia. Lo que demuestra la falta de estructuración y de comunicación interna que ha habido siempre en lo que hoy llamamos País Vasco, formado por tres provincias que secularmente tenían en común hablar dialectos de una lengua que no contaba sin embargo con un patrón común de comunicación para todos sus hablantes. Es más, Euskaltzaindia no recoge ningún topónimo eusquérico relativo a dicho emplazamiento, con lo cual se demuestra que no ha habido término eusquérico que acompañara al del español “El Limitado” a lo largo de su historia, y ni los más sesudos de los agentes euscaldunizadores actuales han osado buscar algo con lo que euscaldunizar el nombre. Sencillamente porque no lo ha habido.
Ahora bien, desde algunas fuentes en eusquera que he consultado llaman a este territorio “Limitadua”. Por ejemplo, en el mapa oficial del País Vasco disponible en la página web del Gobierno Vasco ponen por delante de la denominación “El Limitado” la de “Limitadua”. Observen el mapa en este enlace y lo verán. https://www.euskadi.eus/gobierno-vasco/contenidos/noticia/mapas_capv_2010/es_noticia/images/eae_6000k.jpg
También aparece el término “Limitadua” titulando un artículo en eusquera sobre el tema, en la revista Astola, de la Fundación Gerediaga de Durango, firmado por el historiador Fernando Martínez Rueda. Pero “Limitadua” resulta ser una adaptación libre del original castellano, puesto que la palabra “limitadua” como tal no existe en ningún diccionario del eusquera. En el propio artículo que decimos, hay un mapita indicativo del lugar donde está el emplazamiento y pone: “Limitadoaren kokapena”, esto es, “ubicación del Limitado”. No pone “Limitaduaren kokapena”, en consonancia con el título del artículo.
Además, es que “Limitado” en eusquera no se dice “limitadua”, sino “mugatua” o “eskasa” o “urria” o, si es en sentido de incapacidad pues “ergela” o “inozo” o “adimen urrikoa”, pero los que han buscado la traducción de “El Limitado” no han puesto nada de eso en el mapa oficial: han puesto “Limitadua”, que no existe en eusquera. Queda por saber si esa es la terminología que se emplea por los lugareños en eusquera para denominar la zona. Pero me extrañaría que así fuera y Euskaltzaindia no lo hubiera recogido y oficializado. El caso era euscaldunizar el original castellano como fuera. Con lo cual el hecho es suficientemente demostrativo para pensar que lo que en el País Vasco se ha estado haciendo desde el inicio de la Transición hasta hoy ha sido eusquerizar todos los términos geográficos vascos de la manera que fuera, buscando cualquier excusa para ello y que cuando no ha habido excusa histórica, pseudohistórica o más o menos presentable, pues tampoco ha importado, porque se ha recurrido a algo que pareciera eusquérico y santas pascuas, como lo de “Limitadua”. Pero en este caso es tan evidente que “El Limitado” siempre se ha llamado así, que no han tenido el valor de oficializarlo como “Limitadua”. Es como si hubieran encontrado en la denominación de este territorio el límite, valga el símbolo, de la vergüenza euscaldunizadora.
El 16 de enero de 2017 apareció en el periódico El Correo un artículo de Francisco Góngora, dentro de su serie “Historias perdidas de Álava”, titulado “El Limitado: una frontera movediza”, que es donde mejor se sintetiza el hecho mismo de la existencia histórica de este territorio así denominado. Ahí aparece también un mapa, similar al que reproduzco aquí, y que me dio la referencia para localizar mejor ese pedazo de tierra.
En 1457, de ahí la fecha que anoté al principio, la madre del señor de Aramayona, Doña Elvira de Leyva, mediante la llamada “Concordia de Doña Elvira”, cedió el uso de dicho terreno, pero no la propiedad, a los vecinos de Ochandiano. Y ahí es cuando empezaron los problemas, porque ceder el uso pero no la propiedad generaba cuestiones irresolubles sobre todo en cuanto al pago de impuestos. El pleito fue escalando instancias judiciales y, por lo que sabemos hasta ahora, el caso llegó en 1664 hasta la máxima instancia judicial de entonces, que era la Real Chancillería de Valladolid, que emitió sentencia perfilando aún más las potestades de los vecinos de Ochandiano sobre esas tierras. Pero el conflicto se mantuvo. No obstante, la intervención de la Chancillería es significativa de la más alta dependencia judicial competente en estos lares durante toda la época moderna (siglos XVI-XVIII). Después sabemos que en el siglo XIX hubo una mediación de la Diputación de Guipúzcoa respecto de las de Vizcaya y Álava, que eran las directamente interesadas en el asunto, pero que tampoco dio resultado. Y en el siglo XX fue el Ararteko (Defensor del Pueblo en el País Vasco) quien intentó mediar, pero de nuevo sin éxito. El conflicto sigue, por tanto, sin resolverse desde hace ahora 565 años. El caso es que no ha habido nadie, ni siquiera en el propio País Vasco, que haya sido capaz de resolverlo en cinco siglos y medio. Ni siquiera teniendo el nacionalismo como predominante en ambos municipios, e incluso con el mismo partido gobernando en ambos, han sido capaces de ponerse de acuerdo.
Ochandiano es también apellido y este sí consta en el Nomenclátor de Euskaltzaindia. Tiene 168 portadores de primer apellido y 186 de segundo. Está en seis provincias españolas, la mitad de ellos en Vizcaya y luego, por orden de mayor a menor en: Madrid, Guipúzcoa, Álava, Cantabria y Zaragoza. Con la grafía eusquérica Otxandiano también existe como apellido. Y es también la grafía que utilizó Sabino Arana en Bizkaya por su independencia, como vimos en artículos anteriores. El apellido Otxandiano lo portan 66 personas de primer apellido y 32 de segundo. El doble de primero que de segundo indica la mayor visibilidad del primer apellido y el interés por cambiarlo por eso. Los portadores se los reparten entre Vizcaya y Guipúzcoa, por este orden, dado el mayor nacionalismo de estas dos provincias, a pesar de que en Madrid ya vimos que había más portadores de Ochandiano que en Guipúzcoa.
En 1983 el municipio decidió cambiar el nombre oficial de Ochandiano a Otxandio, con el beneplácito de Euskaltzaindia, que ya había indicado la idoneidad de esa grafía, partiendo del nombre histórico de Ochandio. Lo que aquí cuenta, parece ser, es cambiar el nombre previo, como si ese nombre resultara una imposición española, ajena a los gustos vascos. Pero en este caso resulta que Ochandio también es un apellido, lo cual quiere decir que tiene profundidad histórica y que no resulta una ocurrencia de nacionalistas, como vimos en el caso de Villaro por Areatza o de Gordejuela por Gordexola. Pero lo más significativo de todo es que el apellido Ochandio está mucho más presente en el resto de España que en el País Vasco o Navarra. De sus 92 portadores de primer apellido y 75 de segundo, resulta que donde más hay es en Valencia, con 35 y 19 respectivamente. En segunda posición está Vizcaya, única provincia vasca con presencia de Ochandio, seguida de Cuenca y Madrid, por este orden. En cambio, el eusquerizado Otxandio, con 32 y 19 portadores de primer y segundo apellido respectivamente, solo está en Vizcaya, como era de prever.
Aramayona, por su parte, también cambio su nombre oficial por el de Aramaio en 1984. Pero aquí se vuelven a repetir las mismas curiosidades que con Ochandiano y Otxandio. Aramayona también es apellido y, como Ochandio, también está más presente fuera del País Vasco y Navarra que dentro. Sus 30 portadores de primer apellido y 48 de segundo están más presentes en Valladolid, Madrid y Zaragoza, por este orden, que en Vizcaya y Álava, sobre todo por lo que se refiere a los portadores de primer apellido. Pero lo curioso del caso es que el nombre eusquérico propuesto para sustituirlo, Aramaio, que se da como versión vasca de Aramayona, por eliminación de la “n” intervocálica, resulta que también es apellido en su forma española, Aramayo, y, de nuevo, también está mucho más presente en el resto de España, fuera del País Vasco y Navarra. Aramayo, en concreto, tiene 331 portadores de primer apellido y 364 de segundo, repartidos en 18 provincias españolas. Donde más Aramayo hay es en Madrid, seguido de Barcelona. Vizcaya es la tercera con más presencia, pero en Álava (que es de donde es Aramayona) no hay, mientras que en Guipúzcoa y Navarra hay muy pocos. De la forma eusquérica Aramaio hay 45 portadores de primer apellido y 43 de segundo, la mayoría en Vizcaya y algo en Guipúzcoa.
Por cierto, hay un título nobiliario de Conde de Aramayona, instituido por el rey Felipe III en 1606, en la persona de Alonso Idiáquez de Butrón-Múgica, que ya era para entonces Señor de Aramayona, además de Virrey y Capitán General de Navarra. El título actualmente lo ostenta la princesa alemana Victoria de Hohenlohe.











