Armas blancas
¿Qué está pasando?. Los fines de semana, aprovechando la noche, la fiesta, la muchedumbre, también el alcohol y otras sustancias, salen a relucir las armas blancas. ¿Quiénes las llevan? ¿Cuál es el motivo?. El calendario nos anuncia fiestas patronales por doquier; estamos en plena época estival y la juventud, en su abrumadora mayoría, lo único que pretende es divertirse sin molestar a nadie. Aumenta y mucho la preocupación en los padres que ven salir a sus hijos a disfrutar de la noche con sus amigos. Lo único que no desean es que en algún momento suene el timbre y alguien les informe que su vástago está ingresado en el hospital con heridas penetrantes y punzantes en el tercer espacio intercostal. Un pequeño empujón, una mirada, negarse a dar un cigarrillo o compartir un vaso, cualquier excusa es válida para empuñar un arma blanca y agredir. Reconozcamos que portar una navaja o cuchillo no es algo consustancial e inherente a nuestra idiosincrasia sino más bien propio de otras culturas, dicho sin ánimo de agraviar o calumniar, sino describiendo la realidad. ¿Cómo podemos y debemos actuar para enfrentarnos a este problema que va "in crescendo"? La clase política debe estar a la altura de las circunstancias y abandonar los complejos que la atenazan, actuando ya. Las lamentaciones siempre llegan tarde; todos sabemos dónde radica el problema por mucho que algunos traten de ocultarlo, ya que la realidad es terca y siempre se impone. Exigimos para nuestros hijos una mayor seguridad, dedicando los impuestos a lo fundamental, a proteger la vida.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
¿Qué está pasando?. Los fines de semana, aprovechando la noche, la fiesta, la muchedumbre, también el alcohol y otras sustancias, salen a relucir las armas blancas. ¿Quiénes las llevan? ¿Cuál es el motivo?. El calendario nos anuncia fiestas patronales por doquier; estamos en plena época estival y la juventud, en su abrumadora mayoría, lo único que pretende es divertirse sin molestar a nadie. Aumenta y mucho la preocupación en los padres que ven salir a sus hijos a disfrutar de la noche con sus amigos. Lo único que no desean es que en algún momento suene el timbre y alguien les informe que su vástago está ingresado en el hospital con heridas penetrantes y punzantes en el tercer espacio intercostal. Un pequeño empujón, una mirada, negarse a dar un cigarrillo o compartir un vaso, cualquier excusa es válida para empuñar un arma blanca y agredir. Reconozcamos que portar una navaja o cuchillo no es algo consustancial e inherente a nuestra idiosincrasia sino más bien propio de otras culturas, dicho sin ánimo de agraviar o calumniar, sino describiendo la realidad. ¿Cómo podemos y debemos actuar para enfrentarnos a este problema que va "in crescendo"? La clase política debe estar a la altura de las circunstancias y abandonar los complejos que la atenazan, actuando ya. Las lamentaciones siempre llegan tarde; todos sabemos dónde radica el problema por mucho que algunos traten de ocultarlo, ya que la realidad es terca y siempre se impone. Exigimos para nuestros hijos una mayor seguridad, dedicando los impuestos a lo fundamental, a proteger la vida.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria