Robert Steuckers: Una vida metapolítica
Durante mucho tiempo, Robert Steuckers no quiso escribir libros ni publicar colecciones. Sólo bastante tarde comenzó a recopilar sus textos, gracias a la diligencia de dos editores franceses, el difunto Laurent Hocq de Éditions Bios, y Jules Dufresne de Éditions du Lore. Desde 2014, han aparecido a un ritmo regular dos volúmenes sobre la revolución conservadora germánica, la excelente trilogía Europa, una colección sobre Carl Schmitt, Pages celtiques y Pages nordiques. Otros ensayos están disponibles en italiano (Idee per una geopolitica europea), español (Sinergias identitarias) e inglés (The European Enterprise: Geopolitical Essays). Se pueden concebir otras cincuenta colecciones, porque este adicto al trabajo supera –¡con creces!– los registros disfrazados de Stakhanov y la propaganda productivista bolchevique soviética.
Recuerdo haberle conocido por primera vez sentado en su mostrador, en una habitación contigua a la gran sala de conferencias de un hotel de Bagnolet, cerca de la Puerta Este de París, en 1992, con motivo del XXV coloquio nacional del GRECE (Groupement de recherches et d’études pour la civilisation européenne), dedicado a un tema visionario: “Estados Unidos: peligro”. Durante su discurso, inspirado en el ensayo de Michel Albert, Capitalisme contre capitalisme, que anunciaba la desaparición del capitalismo renano de emanación lisboeta por un capitalismo anglosajón depredador, sugirió un enfoque ordo–liberal de la organización económica del continente europeo. (...)
Nacido el 8 de enero de 1956 en Uccle, en la región belga de Bruselas–Capital, Robert Steuckers descubrió muy pronto en su vida cotidiana la presencia conjunta del francés, el neerlandés y el alemán (tercera lengua oficial del reino belga). Esta promiscuidad lingüística dio lugar a un lenguaje específico de Bruselas con expresiones locales que el dibujante Georges Rémy alias Hergé utilizaría para dar un toque exótico a ciertas viñetas de los álbumes del periodista Tintín. Robert Steuckers desarrolló su don para los idiomas durante sus años de estudiante en la prestigiosa Facultad de Traducción e Interpretación Marie–Haps de Bruselas, cuya enseñanza y exámenes son reconocidos por su excelencia. (...)
Este poliglotismo se encuentra en la red continental que organizó en los años 90 tras una dramática ruptura con los cenáculos parisinos de la Nueva Derecha francesa. Sin embargo, contribuyó a la reputación de Elements y Nouvelle École. Synergies européennes publicará otra revista, Nouvelles de Synergies européennes, de la que el actual sitio web, Euro–Synergies, es el digno sucesor. Synergies européennes reunió a europeos de diferentes nacionalidades, todos ellos preocupados por el futuro de su patria continental común, madre de pueblos y naciones. En aquella época, el autor de estas líneas no se interesaba por esta estructura paneuropea, ya que seguía la estricta línea dogmática de la Nueva Derecha parisina, ya encerrada en la literatura, la sociología, el cine y una interpretación restrictiva de la metapolítica.
El políglota Robert Steuckers trabaja de forma verdaderamente enciclopédica. Por ejemplo, fue el responsable del descubrimiento de la Revolución Conservadora de habla alemana en los círculos de habla francesa. Lee los ensayos (¡aún sin traducir al francés!) del periodista Armin Mohler y a menudo duerme en la abarrotada biblioteca de Günter Maschke cuando discute durante horas con este gran especialista de Carl Schmitt. Sin embargo, su libido sciendi iba acompañada de un verdadero compromiso militante. En 1985, colaboró con Guillaume Faye y Pierre Freson en el Petit lexique du partisan européen. Al año siguiente, reflexionó sobre el controvertido concepto de “derecha revolucionaria” en Francia en una obra titulada Généalogie du fascisme français. Dérives autour des travaux de Zeev Sternhell, en coautoría con Armin Mohler y Thierry Mudry. Su enfoque histórico–genealógico rechaza cualquier reduccionismo.
Espíritu libre y curioso, Robert Steuckers se interesa tanto por la geopolítica como por la filosofía, por el derecho como por la ciencia política, por la economía como por el folclore entendido en el sentido de “cultura campesina”. Esta empatía por las identidades indígenas arraigadas no le distrae del imperativo ecológico ni de la cuestión social. Gracias a un luminoso artículo publicado en el tercer número del invierno de 1990 de la revista francesa Nationalisme et République, en el que evocaba a los gaullistas de izquierdas demasiado despreciados por la posteridad, menciona el ergonismo, la teoría de Jacob Sher que rechaza el capitalismo occidental y el comunismo soviético. Hostil tanto al sida liberal como a la plaga colectivista, Robert Steuckers lleva explorando los múltiples caminos de la tercera vía desde finales de los años 70. Mientras que algunas de ellas conducen a callejones sin salida, otras son prometedoras. (...)
Aunque de origen flamenco, Robert Steuckers pertenece a otra Francia, la que Paul Sérant llamó “la francité”. Este término se aplica a los pueblos francófonos de fuera del Hexágono: los flamencos francófonos (o fransquillons), los valones, los jurásicos, los valdostanos y, en América del Norte, los acadios, los quebequenses, los francos de Nueva Inglaterra y los cajunes de Luisiana. (...)
Súbdito imperial de la Casa de Borgoña a lo largo de los tiempos, Robert Steuckers es, con todo su ser, mente y alma, un “buen europeo”. Las dos entrevistas que concede a Monika Berchvok y a Thierry Durolle completan, mejoran y afinan una voluntad imperiosa opuesta a un mundo archimoderno en gran agitación. Al leerlo, uno entiende mejor por qué el Tío Bob sigue siendo ese europeo integral. En otros tiempos, más heroicos, se habría sentado en el Senado de Augusto (o de Diocleciano), en el Consejo de Estado del duque Carlos el Temerario o en el Consejo Áulico de Maximiliano. Desde su trinchera cultural y con su Volksturm metapolítico, Robert Steuckers sirve con fidelidad constante los palos cruzados de Borgoña.
Este artículo es un extracto del libro Robert Steuckers: Una vida metapolítica de Monika Berchvok y Thierry Durolle publicado por Letras Inquietas.
Durante mucho tiempo, Robert Steuckers no quiso escribir libros ni publicar colecciones. Sólo bastante tarde comenzó a recopilar sus textos, gracias a la diligencia de dos editores franceses, el difunto Laurent Hocq de Éditions Bios, y Jules Dufresne de Éditions du Lore. Desde 2014, han aparecido a un ritmo regular dos volúmenes sobre la revolución conservadora germánica, la excelente trilogía Europa, una colección sobre Carl Schmitt, Pages celtiques y Pages nordiques. Otros ensayos están disponibles en italiano (Idee per una geopolitica europea), español (Sinergias identitarias) e inglés (The European Enterprise: Geopolitical Essays). Se pueden concebir otras cincuenta colecciones, porque este adicto al trabajo supera –¡con creces!– los registros disfrazados de Stakhanov y la propaganda productivista bolchevique soviética.
Recuerdo haberle conocido por primera vez sentado en su mostrador, en una habitación contigua a la gran sala de conferencias de un hotel de Bagnolet, cerca de la Puerta Este de París, en 1992, con motivo del XXV coloquio nacional del GRECE (Groupement de recherches et d’études pour la civilisation européenne), dedicado a un tema visionario: “Estados Unidos: peligro”. Durante su discurso, inspirado en el ensayo de Michel Albert, Capitalisme contre capitalisme, que anunciaba la desaparición del capitalismo renano de emanación lisboeta por un capitalismo anglosajón depredador, sugirió un enfoque ordo–liberal de la organización económica del continente europeo. (...)
Nacido el 8 de enero de 1956 en Uccle, en la región belga de Bruselas–Capital, Robert Steuckers descubrió muy pronto en su vida cotidiana la presencia conjunta del francés, el neerlandés y el alemán (tercera lengua oficial del reino belga). Esta promiscuidad lingüística dio lugar a un lenguaje específico de Bruselas con expresiones locales que el dibujante Georges Rémy alias Hergé utilizaría para dar un toque exótico a ciertas viñetas de los álbumes del periodista Tintín. Robert Steuckers desarrolló su don para los idiomas durante sus años de estudiante en la prestigiosa Facultad de Traducción e Interpretación Marie–Haps de Bruselas, cuya enseñanza y exámenes son reconocidos por su excelencia. (...)
Este poliglotismo se encuentra en la red continental que organizó en los años 90 tras una dramática ruptura con los cenáculos parisinos de la Nueva Derecha francesa. Sin embargo, contribuyó a la reputación de Elements y Nouvelle École. Synergies européennes publicará otra revista, Nouvelles de Synergies européennes, de la que el actual sitio web, Euro–Synergies, es el digno sucesor. Synergies européennes reunió a europeos de diferentes nacionalidades, todos ellos preocupados por el futuro de su patria continental común, madre de pueblos y naciones. En aquella época, el autor de estas líneas no se interesaba por esta estructura paneuropea, ya que seguía la estricta línea dogmática de la Nueva Derecha parisina, ya encerrada en la literatura, la sociología, el cine y una interpretación restrictiva de la metapolítica.
El políglota Robert Steuckers trabaja de forma verdaderamente enciclopédica. Por ejemplo, fue el responsable del descubrimiento de la Revolución Conservadora de habla alemana en los círculos de habla francesa. Lee los ensayos (¡aún sin traducir al francés!) del periodista Armin Mohler y a menudo duerme en la abarrotada biblioteca de Günter Maschke cuando discute durante horas con este gran especialista de Carl Schmitt. Sin embargo, su libido sciendi iba acompañada de un verdadero compromiso militante. En 1985, colaboró con Guillaume Faye y Pierre Freson en el Petit lexique du partisan européen. Al año siguiente, reflexionó sobre el controvertido concepto de “derecha revolucionaria” en Francia en una obra titulada Généalogie du fascisme français. Dérives autour des travaux de Zeev Sternhell, en coautoría con Armin Mohler y Thierry Mudry. Su enfoque histórico–genealógico rechaza cualquier reduccionismo.
Espíritu libre y curioso, Robert Steuckers se interesa tanto por la geopolítica como por la filosofía, por el derecho como por la ciencia política, por la economía como por el folclore entendido en el sentido de “cultura campesina”. Esta empatía por las identidades indígenas arraigadas no le distrae del imperativo ecológico ni de la cuestión social. Gracias a un luminoso artículo publicado en el tercer número del invierno de 1990 de la revista francesa Nationalisme et République, en el que evocaba a los gaullistas de izquierdas demasiado despreciados por la posteridad, menciona el ergonismo, la teoría de Jacob Sher que rechaza el capitalismo occidental y el comunismo soviético. Hostil tanto al sida liberal como a la plaga colectivista, Robert Steuckers lleva explorando los múltiples caminos de la tercera vía desde finales de los años 70. Mientras que algunas de ellas conducen a callejones sin salida, otras son prometedoras. (...)
Aunque de origen flamenco, Robert Steuckers pertenece a otra Francia, la que Paul Sérant llamó “la francité”. Este término se aplica a los pueblos francófonos de fuera del Hexágono: los flamencos francófonos (o fransquillons), los valones, los jurásicos, los valdostanos y, en América del Norte, los acadios, los quebequenses, los francos de Nueva Inglaterra y los cajunes de Luisiana. (...)
Súbdito imperial de la Casa de Borgoña a lo largo de los tiempos, Robert Steuckers es, con todo su ser, mente y alma, un “buen europeo”. Las dos entrevistas que concede a Monika Berchvok y a Thierry Durolle completan, mejoran y afinan una voluntad imperiosa opuesta a un mundo archimoderno en gran agitación. Al leerlo, uno entiende mejor por qué el Tío Bob sigue siendo ese europeo integral. En otros tiempos, más heroicos, se habría sentado en el Senado de Augusto (o de Diocleciano), en el Consejo de Estado del duque Carlos el Temerario o en el Consejo Áulico de Maximiliano. Desde su trinchera cultural y con su Volksturm metapolítico, Robert Steuckers sirve con fidelidad constante los palos cruzados de Borgoña.
Este artículo es un extracto del libro Robert Steuckers: Una vida metapolítica de Monika Berchvok y Thierry Durolle publicado por Letras Inquietas.