A quién sirve nuestro Gobierno
Si existe una razón de Estado, en las actuales circunstancias, ésta es la invasión programada y masiva de subsaharianos en edad militar y en plenas aptitudes físicas, hecha con manifiesta violencia y con herramientas capaces de matar a nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que sin dotaciones suficientes ni número de efectivos acordes con la naturaleza violenta de los asaltantes, se ven en la imposibilidad de hacer frente a una turba perfectamente pertrechada y organizada para entrar en nuestro país, y por ende en Europa, haciendo peligrar nuestra estabilidad, nuestra paz y nuestro orden jurídico, costumbres, valores y tradiciones.
Mientras tanto, se organiza en España una cumbre de la OTAN y se arbitran medidas excepcionales y a todas luces excesivas, en tanto que suceden estos hechos de vulneración de nuestras fronteras con la impasibilidad de la troika europea y de la Organización Atlántica, como si eso fuera un problema humanitario, que no lo es en el sentido estricto, sino que hay algo más tras estas movilizaciones de masas violentas que entran en nuestro espacio de seguridad.
Esas dotaciones excesivas en Madrid para cubrir la seguridad de la cumbre de la OTAN se necesitarían en Melilla, donde se han producido bajas inaceptables de múltiples agentes, tanto marroquíes como españoles, heridos gravemente, viéndose desbordados e impotentes ante el destrozo de la valla, sin que se arbitren medios para impedir la entrada ilegal de miles de personas, insisto, en edad militar. Mientras que en Marruecos los agentes han sido contundentes en su acción, en España nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad siguen maniatadas, cual si fueran muñecos de pin, pan, pun. Esto nos debe llevar a la reflexión sobre a quién sirve nuestro Gobierno realmente, si a España o a nuestros enemigos exteriores.
El ministro actual es un inoperante inútil para regir un ministerio como el de Interior, y el Presidente un impasible pasmado ante dicha circunstancia y situación. Solo se preocupa con su continuidad. Lo demás le trae al pairo.
Es de esperar que todo cambie si no queremos lamentarnos mucho más pronto que tarde.
La situación parece grave.
Si existe una razón de Estado, en las actuales circunstancias, ésta es la invasión programada y masiva de subsaharianos en edad militar y en plenas aptitudes físicas, hecha con manifiesta violencia y con herramientas capaces de matar a nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que sin dotaciones suficientes ni número de efectivos acordes con la naturaleza violenta de los asaltantes, se ven en la imposibilidad de hacer frente a una turba perfectamente pertrechada y organizada para entrar en nuestro país, y por ende en Europa, haciendo peligrar nuestra estabilidad, nuestra paz y nuestro orden jurídico, costumbres, valores y tradiciones.
Mientras tanto, se organiza en España una cumbre de la OTAN y se arbitran medidas excepcionales y a todas luces excesivas, en tanto que suceden estos hechos de vulneración de nuestras fronteras con la impasibilidad de la troika europea y de la Organización Atlántica, como si eso fuera un problema humanitario, que no lo es en el sentido estricto, sino que hay algo más tras estas movilizaciones de masas violentas que entran en nuestro espacio de seguridad.
Esas dotaciones excesivas en Madrid para cubrir la seguridad de la cumbre de la OTAN se necesitarían en Melilla, donde se han producido bajas inaceptables de múltiples agentes, tanto marroquíes como españoles, heridos gravemente, viéndose desbordados e impotentes ante el destrozo de la valla, sin que se arbitren medios para impedir la entrada ilegal de miles de personas, insisto, en edad militar. Mientras que en Marruecos los agentes han sido contundentes en su acción, en España nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad siguen maniatadas, cual si fueran muñecos de pin, pan, pun. Esto nos debe llevar a la reflexión sobre a quién sirve nuestro Gobierno realmente, si a España o a nuestros enemigos exteriores.
El ministro actual es un inoperante inútil para regir un ministerio como el de Interior, y el Presidente un impasible pasmado ante dicha circunstancia y situación. Solo se preocupa con su continuidad. Lo demás le trae al pairo.
Es de esperar que todo cambie si no queremos lamentarnos mucho más pronto que tarde.
La situación parece grave.