Fronteras
Un derecho inalienable de las naciones es velar y defender la inviolabilidad de sus fronteras. Frontera es un término que a muchos les resulta desagradable, pero sin embargo nuestra vida cotidiana está repleta de ellas a las que egoístamente no consideramos como tales. ¿Qué son las puertas que protegen nuestras casas, familias y propiedades sino una frontera?. La gente de a pie cada vez invierte más en seguridad de todo tipo, con videovigilancia y alarmas, etc. en todo aquello que redunde en aumentar la protección de lo que es suyo: vivienda, coche, garaje, etc.
Un país, una nación deben ser consideradas como una inmensa comunidad de vecinos, una casa común a la que debemos cuidar; no se pueden entender comportamientos hipócritas que se rasgan las vestiduras cuando un Estado defiende su raya, linde, confín, para que no se atreviese de una forma ilegal y entre cualquiera como Pedro por su casa. No permitamos que las emociones, las imágenes, dominen a la razón y para ello preguntémonos cómo reaccionaríamos si alguien fuera sorprendido intentando asaltar nuestra propiedad, entrando por una ventana, forzando la puerta y además dispuesto a agredirnos. Quienes más transigen con que se violen las fronteras e incluso claman por su desaparición, son los mismos que blindan sus propiedades y calafatean cada centímetro cuadrado como si se tratase del casco de un barco. Defender las fronteras es autoprotección, no caigamos en demagogias ni simplismos que a nada bueno conducen. Seamos coherentes.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
Un derecho inalienable de las naciones es velar y defender la inviolabilidad de sus fronteras. Frontera es un término que a muchos les resulta desagradable, pero sin embargo nuestra vida cotidiana está repleta de ellas a las que egoístamente no consideramos como tales. ¿Qué son las puertas que protegen nuestras casas, familias y propiedades sino una frontera?. La gente de a pie cada vez invierte más en seguridad de todo tipo, con videovigilancia y alarmas, etc. en todo aquello que redunde en aumentar la protección de lo que es suyo: vivienda, coche, garaje, etc.
Un país, una nación deben ser consideradas como una inmensa comunidad de vecinos, una casa común a la que debemos cuidar; no se pueden entender comportamientos hipócritas que se rasgan las vestiduras cuando un Estado defiende su raya, linde, confín, para que no se atreviese de una forma ilegal y entre cualquiera como Pedro por su casa. No permitamos que las emociones, las imágenes, dominen a la razón y para ello preguntémonos cómo reaccionaríamos si alguien fuera sorprendido intentando asaltar nuestra propiedad, entrando por una ventana, forzando la puerta y además dispuesto a agredirnos. Quienes más transigen con que se violen las fronteras e incluso claman por su desaparición, son los mismos que blindan sus propiedades y calafatean cada centímetro cuadrado como si se tratase del casco de un barco. Defender las fronteras es autoprotección, no caigamos en demagogias ni simplismos que a nada bueno conducen. Seamos coherentes.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria