La importancia de ejercitar la memoria
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Apostar por el envejecimiento activo es dotar de oportunidades y adaptación a los nuevos retos vitales que se presentan ante las personas de la tercera edad. Existen multitud de herramientas que posibilitan tener unas óptimas condiciones cognitivas, así como habilidades físicas y mentales, que pueden hacer que los abuelos y abuelas sigan manteniendo un contacto de plena utilidad con todo su entorno social, gracias a los avances tecnológicos, que se presentan como retos que cada vez superan con mayor facilidad
Se ha escrito mucho sobre la importancia de que los organismos públicos, las asociaciones y las entidades en general que buscan el interés común, hayan puesto el foco en la importancia que tiene para el desarrollo de las sociedades occidentales actuales, cada vez más envejecidas, dotar a esta franja de la población de herramientas para que sigan manteniendo su independencia, su utilidad y para que posean más recursos para reforzar su salud, tanto física como mental.
Así pues, han sido multitud de expertos multidisciplinares los que han conseguido desarrollar una serie de actividades y ejercicios que están ayudando a millones de personas mayores en todo el mundo, a luchar contra las mermas que supone la vejez para cuestiones vitales tan importantes, como puede ser la independencia.
Por eso, es preciso señalar que existe un amplio catálogo de ejercicios cognitivos para personas mayores, técnicas que van desde la música, a la escritura, las matemáticas o una nueva oportunidad académica, como las Aulas de la Experiencia, que organizan multitud de universidades o las universidades populares que gestionan muchos ayuntamientos.
Música y escritura para hacer volar la imaginación
Las artes siempre han permanecido en la historia de la humanidad para provocar sensaciones, sellar momentos, aprender detalles de otras culturas, y muchas veces, para interiorizar en el propio ser. Así, la música y la escritura, son dos buenas herramientas para que las personas mayores, de forma dinámica, divertida y compartiendo experiencias con otros individuos a la par, puedan trabajar la memoria, la capacidad de recordar y el trabajo de buscar nuevos retos.
La música, por su ritmo, por lo reconocible de las melodías o las letras, suelen formar parte de nuestro imaginario colectivo, por tanto, como punto de partida para las personas mayores, ya sea a través de un instrumento o la propia voz, pertenecer a grupos de canto, coros, grupos musicales, etc., está haciendo un gran bien para mejorar su memoria con los repertorios o ensayos.
Algo parecido pasa con la escritura, hay infinidad de talleres impartidos por entidades públicas, bibliotecas, asociaciones de mayores y otros colectivos, que van proponiendo retos semanales y obligan a los participantes a crear con técnicas creativas sus relatos, cuentos o poesías, lo que hace que la mente esté en constante ejercicio para alcanzar los objetivos propuestos. Es una forma maravillosa de fortalecer las capacidades cognitivas, a la par que se crea un material que, a buen seguro, también servirá como legado inmaterial de valor incalculable.
Vuelta a las aulas
Dice el refranero que nunca es tarde si la dicha es buena, y es obvio que retomar las inquietudes académicas es otra herramienta perfecta para un envejecimiento activo con grandes pretensiones, porque a fin de cuentas, ‘el saber no ocupa lugar’. Las personas de la tercera edad pueden encontrar en las Aulas de la Experiencia, un espacio de encuentro al que, en muchas ocasiones, por falta de oportunidades no pudieron acceder. Sin embargo, es un buen momento para demostrar que los retos hay que superarlos, por eso, hablamos de foros en los que se pueden nutrir de conocimientos en diversas disciplinas, ya que se crean foros de debate y opinión, que mantienen vivas las inquietudes en esa faceta vital y, por tanto, no dejan de ser una alternativa más para dar oportunidades a la mente de dichas personas, con el fin de que sigan aportando al mundo y al conocimiento desde el experiencia.
Pasatiempos y juegos de mesa para la memoria
Existe mucha afición a los pasatiempos y no hay que olvidar que aunque su propio nombre lo indica, requieren mucho tiempo, porque la mente tiene que trabajar por resolver los enigmas o los datos ocultos, con la finalidad de que cuadre el juego, y eso requiere una destreza mental muy importante. Además, existen un sinfín de ellos, desde los juegos matemáticos como los sudokus o el cubo de Rubik, a los de letras, como los autodefinidos, las sopas de letras o el Scrabble.
Manualidades y otras artes plásticas
Aún hay más actividades, ejercicios y posibilidades para que las capacidades mentales, cognitivas y la memoria, mantengan la mejor salud posible entre la población más mayor, tales como trabajar con las manos para hacer creaciones artesanales.
Normalmente, existe una cierta tendencia de grupos de personas mayores que son hábiles con los tejidos, las técnicas de bordado, el punto de cruz, crochet o patchwork y, sin lugar a dudas, son actividades benefactoras para ejercitar la memoria, pero también, las destrezas físicas.
En resumen, cualquier habilidad, innata o adquirida, como la pintura, la escultura o la restauración de muebles, pueden reportar, además del gusto personal para quien las trabaja, un premio añadido para la salud mental y el bienestar.
Apostar por el envejecimiento activo es dotar de oportunidades y adaptación a los nuevos retos vitales que se presentan ante las personas de la tercera edad. Existen multitud de herramientas que posibilitan tener unas óptimas condiciones cognitivas, así como habilidades físicas y mentales, que pueden hacer que los abuelos y abuelas sigan manteniendo un contacto de plena utilidad con todo su entorno social, gracias a los avances tecnológicos, que se presentan como retos que cada vez superan con mayor facilidad
Se ha escrito mucho sobre la importancia de que los organismos públicos, las asociaciones y las entidades en general que buscan el interés común, hayan puesto el foco en la importancia que tiene para el desarrollo de las sociedades occidentales actuales, cada vez más envejecidas, dotar a esta franja de la población de herramientas para que sigan manteniendo su independencia, su utilidad y para que posean más recursos para reforzar su salud, tanto física como mental.
Así pues, han sido multitud de expertos multidisciplinares los que han conseguido desarrollar una serie de actividades y ejercicios que están ayudando a millones de personas mayores en todo el mundo, a luchar contra las mermas que supone la vejez para cuestiones vitales tan importantes, como puede ser la independencia.
Por eso, es preciso señalar que existe un amplio catálogo de ejercicios cognitivos para personas mayores, técnicas que van desde la música, a la escritura, las matemáticas o una nueva oportunidad académica, como las Aulas de la Experiencia, que organizan multitud de universidades o las universidades populares que gestionan muchos ayuntamientos.
Música y escritura para hacer volar la imaginación
Las artes siempre han permanecido en la historia de la humanidad para provocar sensaciones, sellar momentos, aprender detalles de otras culturas, y muchas veces, para interiorizar en el propio ser. Así, la música y la escritura, son dos buenas herramientas para que las personas mayores, de forma dinámica, divertida y compartiendo experiencias con otros individuos a la par, puedan trabajar la memoria, la capacidad de recordar y el trabajo de buscar nuevos retos.
La música, por su ritmo, por lo reconocible de las melodías o las letras, suelen formar parte de nuestro imaginario colectivo, por tanto, como punto de partida para las personas mayores, ya sea a través de un instrumento o la propia voz, pertenecer a grupos de canto, coros, grupos musicales, etc., está haciendo un gran bien para mejorar su memoria con los repertorios o ensayos.
Algo parecido pasa con la escritura, hay infinidad de talleres impartidos por entidades públicas, bibliotecas, asociaciones de mayores y otros colectivos, que van proponiendo retos semanales y obligan a los participantes a crear con técnicas creativas sus relatos, cuentos o poesías, lo que hace que la mente esté en constante ejercicio para alcanzar los objetivos propuestos. Es una forma maravillosa de fortalecer las capacidades cognitivas, a la par que se crea un material que, a buen seguro, también servirá como legado inmaterial de valor incalculable.
Vuelta a las aulas
Dice el refranero que nunca es tarde si la dicha es buena, y es obvio que retomar las inquietudes académicas es otra herramienta perfecta para un envejecimiento activo con grandes pretensiones, porque a fin de cuentas, ‘el saber no ocupa lugar’. Las personas de la tercera edad pueden encontrar en las Aulas de la Experiencia, un espacio de encuentro al que, en muchas ocasiones, por falta de oportunidades no pudieron acceder. Sin embargo, es un buen momento para demostrar que los retos hay que superarlos, por eso, hablamos de foros en los que se pueden nutrir de conocimientos en diversas disciplinas, ya que se crean foros de debate y opinión, que mantienen vivas las inquietudes en esa faceta vital y, por tanto, no dejan de ser una alternativa más para dar oportunidades a la mente de dichas personas, con el fin de que sigan aportando al mundo y al conocimiento desde el experiencia.
Pasatiempos y juegos de mesa para la memoria
Existe mucha afición a los pasatiempos y no hay que olvidar que aunque su propio nombre lo indica, requieren mucho tiempo, porque la mente tiene que trabajar por resolver los enigmas o los datos ocultos, con la finalidad de que cuadre el juego, y eso requiere una destreza mental muy importante. Además, existen un sinfín de ellos, desde los juegos matemáticos como los sudokus o el cubo de Rubik, a los de letras, como los autodefinidos, las sopas de letras o el Scrabble.
Manualidades y otras artes plásticas
Aún hay más actividades, ejercicios y posibilidades para que las capacidades mentales, cognitivas y la memoria, mantengan la mejor salud posible entre la población más mayor, tales como trabajar con las manos para hacer creaciones artesanales.
Normalmente, existe una cierta tendencia de grupos de personas mayores que son hábiles con los tejidos, las técnicas de bordado, el punto de cruz, crochet o patchwork y, sin lugar a dudas, son actividades benefactoras para ejercitar la memoria, pero también, las destrezas físicas.
En resumen, cualquier habilidad, innata o adquirida, como la pintura, la escultura o la restauración de muebles, pueden reportar, además del gusto personal para quien las trabaja, un premio añadido para la salud mental y el bienestar.