Sábado, 27 de Septiembre de 2025

Actualizada Viernes, 26 de Septiembre de 2025 a las 21:56:06 horas

Tienes activado un bloqueador de publicidad

Intentamos presentarte publicidad respectuosa con el lector, que además ayuda a mantener este medio de comunicación y ofrecerte información de calidad.

Por eso te pedimos que nos apoyes y desactives el bloqueador de anuncios. Gracias.

Continuar...

Winston Galt
Lunes, 18 de Julio de 2022 Tiempo de lectura:

Qué ha pasado en Andalucía

Es evidente que los resultados electorales del pasado 19 de junio en Andalucía han sorprendido a la mayoría. Realmente, muy pocos esperábamos un resultado tan apabullante a favor del PP (¿o de Juanma Moreno?).

 

Seguramente se ha dicho todo sobre este resultado, sus causas y sus consecuencias, pero conviene precisar algunas cuestiones.

 

El PP ha doblado sus votos de las elecciones anteriores, alcanzando la cantidad de 1.582.000 votos en números redondos. El PSOE ha obtenido 883.000 votos; Vox ha conseguido 493.000 votos; Por Andalucía, 281.000 y Adelante Andalucía, 167.000 votos. Esto significa que la derecha ha obtenido algo más de dos millones de votos y la izquierda más de 1.330.000 votos. Por tanto, cuando se dice que la derecha dobla en escaños a la izquierda, algo inédito y espectacular, es cierto, pero debemos tener en cuenta que en votos no la dobla; el efecto en escaños es debido a la ley electoral.

 

Si a ello sumamos que todos los analistas estiman que el PP ha recibido unos doscientos mil votos "prestados" del PSOE significa que sí, ha vencido espectacularmente la derecha, pero no hay que fiarse de unos resultados que entiendo son engañosos y obedecen sólo al momento concreto que vivimos, con un Pedro Sánchez que empuja a la baja a un PSOE que ni siquiera con la abyección mostrada en estos últimos años es capaz de despeñarse en el número de votos (sí en capacidad de poder autonómico).

 

Hay quien, desde dentro o desde el entorno del PP se empeñan en engrandecer la machada de Juanma Moreno para restar valor a la del año pasado de Díaz Ayuso. La razón es obvia: no conviene que quede como mejor éxito del PP la acción de una política (Ayuso) que no tiene nada que ver con las habituales del PP (entre ellas, la acción de gobierno de Juanma Moreno). Hay varias cuestiones que señalan la diferencia y engrandecen aún más la labor de Ayuso: Pedro Sánchez ha tenido más tiempo, desde mayo de 2021 hasta ahora, para destrozar aún más el país y con eso engordar a la derecha; el porcentaje de voto de Ayuso fue aún mayor que el de Juanma Moreno (44,76% frente a 43,13%), siendo el sistema electoral andaluz menos proporcional, lo que redunda en que el éxito en Madrid fue aún mayor, y, lo más importante, en Andalucía ha votado sólo el 51% del censo mientras que en Madrid votó cerca del 80%.

 

Lógicamente, Bendodo defiende que aunque "pueden sonar distinto, pero en esencia son exactamente lo mismo", refiriéndose a las políticas de Ayuso y de Juanma Moreno. Bendodo no dice la verdad. Uno ha tenido éxito aprovechando el destrozo de la izquierda y realizando una gestión decente, al estilo Rajoy: Ayuso, por el contrario, tuvo mucho más éxito enfrentando al poder criminal de este gobierno y enfrentándose incluso a los suyos en la mejor gestión mundial de la pandemia y encabezando la guerra cultural contra la izquierda en la comunidad de Madrid (y en España). Ambos éxitos no tienen nada que ver y es evidente cuál es el más relevante por mucho que en el PP se guarden mucho en ponerlo de relieve porque lo que se nos viene en el gobierno de la nación es otro Juanma Moreno u otro Rajoy (Feijóo) y lógicamente no lo van a desvirtuar.

 

Como Feijóo sí es inteligente (no como Casado) permitirá toda la libertad a Ayuso sin enfrentamiento, pero se parecen muy poco.

 

Moreno no cambiará su forma de actuar. Si Juanma Moreno se ha caracterizado por gobernar con guante y mano de seda y esto le ha proporcionado buenos réditos electorales no cabe imaginar que cambie de estrategia. Lo que es triste es que en Andalucía nos parezca el summum de la política que se haga una gestión económica decente. Imagínense lo que hemos pasado durante casi cuarenta años. Del mismo modo que quien ha padecido un cáncer da gracias a Dios por sufrir sólo una neumonía, nos conformamos en Andalucía con que no nos destrocen demasiado y aceptamos una buena gestión económica con una esperanza desmedida.

 

Pero no esperemos mucho más. La estrategia, me temo, ahora que tiene mayoría absoluta, no cambiará mucho. No se tocarán leyes "de género", de memoria histórica ni medio ambientales y se seguirá con la Agenda 2030, por citar sólo algunos ejemplos de lastre socialista. Se cerrará chiringuitos, pero no los suficientes para liquidar la administración paralela (aunque la hará más funcional) pero la administración seguirá siendo un lastre para los andaluces.

 

Cuando se dice que parte del éxito de Juanma Moreno es que "no molesta" se dice una verdad, pero una verdad terrible: que no molesta significa que no molesta a la izquierda y a sus discursos. Es decir, que se gestionará todo mucho mejor, pero nada cambiará sustancialmente.

 

Será un grave error, no sólo porque en tal caso no ayudará a modificar una sociedad que podría tener un futuro esplendoroso sin el lastre de lo público, sino incluso desde un punto de vista meramente egoísta. ¿Se imaginan una Andalucía más próspera dentro de cuatro años en la cual un PSOE menos indecente recupere esos doscientos mil votos, se una el voto de izquierda y en lugar de abstenerse el 49% del electorado lo haga sólo el 35%? En tal caso la victoria sería para ese Psoe, sin duda alguna. Y el PP sería desalojado del poder a pesar de su "gestión". Desalojaron a Aznar (está por saber la verdad cruda de cómo se hizo); desalojaron a Rajoy traicionando todo lo traicionable; ¿qué nos hace pensar que no desalojarían a Juanma Moreno utilizando las mismas armas?

 

Pues debe tenerse en cuenta que aunque muchos contertulios estén muy satisfechos con la bofetada a Sánchez, el ganado socialista apenas ha sufrido merma, pues mantiene aún 30 escaños cuando lo razonable sería que tuviera tantos como Ciudadanos con la gestión de casi cuarenta años y la ignominia de su actual secretario general. Esto significa que esos 30 escaños están enquistados en la sociedad, son inasequibles al desaliento, al oprobio y a la infamia, votarán al PSOE aunque presente de cabeza de cartel a la cabra de la Legión. Así que nada de optimismos con el suelo del PSOE. Andalucía arrastra cadenas desde hace dos siglos y no sabe quitárselas. Esto sólo ha sido un manotazo. Así que titulares como que lo de Andalucía ha sido una revolución social más vale ponerlos en cuarentena. Menos lobos, Caperucita. Mejora un poco la economía, que la gente no tenga miedo y pasará aquello que me decía un amigo muy del PSOE: el PP arregla la economía y luego venimos nosotros a gastar el dinero. Que no tengan dudas de que en cuento esto se arregle el PSOE volverá a tener muchos más votos que ahora se han quedado en casa.

 

Poca esperanza cabe albergar cuando, además, las nuevas generaciones criadas al amparo del socialismo y que pronto serán el grueso de votantes son adolescentes eternos, cretinizados por el adoctrinamiento de lo políticamente correcto, educados en el poco esfuerzo y en la dádiva pública, treintañeros en paro voluntario de larga duración, que nunca verán nada bueno en un discurso que les exija algo por su parte y que no les prometa regalías indefinidas.

 

¿Y qué ha pasado con Vox? Todas las encuestas, incluidas las que luego acertaron con el resultado final, le otorgaban dos meses antes de las elecciones en torno a 20 parlamentarios o incluso alguno más. Sin embargo, Olona no era buena candidata porque no conoce Andalucía, como ha demostrado su actuación entre pintoresca y rancia durante la campaña. Sus vestidos de faralaes, sus cazadoras con lemas rancios o su estúpida manera de enfrentar a Juanma Moreno como si su rival y enemigo fuera el PP han hecho dudar a su posible electorado. Le hubiera bastado con aceptar lo evidente: que Moreno había hecho una buena gestión económica y vender a su electorado que el PP está muy bien para eso pero que le faltan muchas más cosas para cambiar Andalucía y que no harán porque no se atreven (o incluso por convicción ideológica socialdemócrata, lo que realmente es el PP): políticas medioambientales, enfrentamiento a Europa ante la competencia desleal de Marruecos, políticas de agua, caza, pesca, agricultura, género, memoria histórica, bajadas más drásticos de impuestos y menores regulaciones, etc; el campo para intentar convencer a miles de andaluces de que el PP no es suficiente es inabarcable y, sin embargo, se han empeñado en hacer el ridículo, (como Ortega Smith en Almería criticando la sanidad andaluza). En cambio se empeñaron en enfrentar lo bueno del PP y en pedir cerrar Canal Sur, cuando es casi la única cadena que ven miles de andaluces, especialmente en ámbitos rurales donde Vox podría haber tenido muchos más votos (Canal Sur es infumable, puedes cambiarla, pero no digas que las vas a cerrar en plena campaña). Ahora que se ve venir la crisis económica y que el PP ha hecho una gestión razonable no lo ataques por ahí puesto que la gente busca refugio en lo conocido ante las peores expectativas. Vox nunca debió plantearse chulamente que a Juanma Moreno se le ponía cara de vicepresidente porque a Olona se la ha quedado cara de no tener nada que hacer en el próximo año y medio. Vox nunca será la anternativa al PP, ni en Andalucía ni en España, pero sí podrá ser el complemento ideal para que las políticas no sean estrictamente socialdemócratas.

 

Hasta que Vox no se convenza de ello y sepa cuál es su lugar cometerán errores graves. Además, ¿a qué venía ese interés en formar parte de gobiernos autonómicos? Era insensato plantear la cuestión de si me votas no voy a apoyar al PP si no entro en el gobierno. ¿Para qué antes de ganar en la nación? Cuando puedas acceder al gobierno de la nación mediante coalición con el PP bien, pero antes es asumir un desgaste innecesario.

 

Como se ha indicado, ha sido el primer frenazo a Vox y es un aviso a navegantes. Abascal admitió que podían haber cometido errores y que era un buen resultado para España, lo que indica que han captado el mensaje.

 

Otra cuestión muy distinta es la alegría desmedida de los palmeros del PP. Algunos se empeñan en escribir que los 500.000 votos de Vox ya no son necesarios, lo que es un argumentario ridículo. Como mencionar que Vox es uno de los partidos que echan en cara la Transición cuando es al revés, es el único partido que puede salvar la Transición puesto que el PSOE la está dinamitando y no se ve cuajo en el PP para revertir todas las reformas viles que está haciendo Sánchez. Se falta a la verdad claramente: es el PP el que ha traicionado en muchas ocasiones la Transición por no tener valor para oponerse a las políticas del PSOE y de los nacionalistas. Saltar de alegría al mencionar que Vox está en la UCI cuando todas las encuestas, incluso las más optimistas para el PP, le niegan la mayoría absoluta en unas elecciones nacionales, es vender la piel del oso antes de cazarlo. Los palmeros de este mundo, socialdemócratas y demócrata cristianos (que es lo mismo) del Séptimo Día de no molestar a la izquierda, no se dan cuenta de los logros de Vox por mucho que haya resbalado en Andalucía: por fin se han incluido en el debate político las ideologías de la derecha (conservadurismo, liberalismo), vedadas hasta ahora por la cabeza bajo el ala de la derecha hasta que surgió Vox;  el combate contra la izquierda, más vivo y equilibrado que nunca a pesar de la nula capacidad de batalla cultura del PP (salvo Ayuso). Olvida también estos periodistas que el PP gobernó hace cuatro años gracias a Vox y que esos 500.000 votos de ahora, que no le sirven para ser relevantes, pero que jamás volverán al PP, supondrían la derrota del PP en Andalucía de quedarse en casa.

 

PP y Vox están cerca de los doscientos escaños en las encuestas a nivel nacional. El PP podría sacar 170 sin Vox y se vería obligado a depender de partidos tan leales a España como el PNV. ¿esto es lo que quieren esos periodistas del PP? Cinco escaños de Vox pueden suponer la salvación del país.

 

En cambio, dejar todo el campo al PP ya sabemos lo que es: basta recordar a Rajoy. Una política económica decente y poco más. No debemos ser optimistas y pensar que Feijóo va a gobernar como Ayuso, gestionando económicamente muy bien y ganando la batalla cultural y  la legislativa a la izquierda, a la que está arrinconando como nadie podía esperar hace unos años. España necesita una buena gestión económica, pero a medio y largo plazo la batalla cultural es mucho más importante. De lo contrario, estamos condenados a repetir la historia reciente, con una izquierda aliada de ETA y los nacionalistas destruyendo España. Tal vez a algunos les resulte imposible pensar en una ruptura de España, pero que miren lo que viene en los próximos doce meses y, si resistimos por el poco tiempo que les queda, que imaginen una nueva legislatura dentro de 4 u 8 años sin haber cambiado nada y con el Frente Popular al comienzo de esa nueva legislatura. Se nos olvida a veces que la historia es proceso, no una foto estática.

 

Ahora estamos exactamente como se diseñó por la izquierda de Zapatero hace quince años: la izquierda, con nacionalistas y ETA dirigiendo España y haciendo zozobrar todas las instituciones del país. Si no se contrapone drásticamente este proceso, continuará en un lustro o en una década por mucho que Feijóo mejore la economía, del mismo modo que la mejor gestión de Rajoy no modificó un ápice el proceso que empezaron Zapatero y el increíblemente blanqueado por la derecha y vil Rubalcaba.

 

Vox no aspira ni debe aspirar a ganar las elecciones. Pero es imprescindible que condicione el "gobierno de no hacer nada que moleste" de Moreno y de Feijóo"puesto que, de no imponer Vox algunas de sus condiciones esenciales, el proceso que gobierna España podrá verse interrumpido, pero no vencido.

 

Los avisados pueden percatarse de que ésa es la batalla esencial cuando se comprueba cómo se odia más a Ortega Lara por ser de Vox que a los terroristas que lo enterraron casi dos años. Si a los pábulos del PP no les dice nada ese detalle es que siguen sin entender nada.

 

(*) Winston Galt es escritor. Autor de la novela Frío Monstruo

 

 

 

Portada

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.