Vivid el verano que ya vendrá el otoño
I. Casi no me atrevo a informarme. Ahora más que nunca el conocimiento acarrea malestar. Casi estoy por unirme a la masa y discutir sobre las medidas para disminuir el gasto de energía dictadas con amenazas al estilo -menudo fracaso legal- de las que dispusieron con la pandemia y fueron declaradas inconstitucionales. Es absolutamente necesario tener entretenido al personal o aplicarnos métodos pastoriles de rebaños y así evitar que se hagan preguntas embarazosas sobre las cuentas públicas.
El verano con sus oleadas de calor que aumentaron la mortalidad, con sus gritos al más puro estilo "¡Qué nos quieten lo bailado! ". Estamos en los meses de la vida alegre , entre noches tórridas en terrazas, con grandes festivales musicales, haciendo uso del derecho a llenar los depósitos de nuestros vehículos, aunque nos dejemos los ahorros extraordinarios en tal. ¡Vivamos este verano como si fuera el último!
No hagamos preguntas insolentes. ¿Cómo vamos a cuadrar las cuentas que nos exigen los prestamistas?. ¿Que es más importante, gastar en nóminas de ineptos o hacerlo en potenciar la Sanidad o la Educación?. Además, los que luchamos por la unidad de España somos una reserva espiritual a extinguir. Vascos y catalanes pasarán de inmediato la factura al sanchismo en forma de autodeterminación por la vía de los hechos consumados, como esa decantación entre castellano y catalán en la enseñanza del condado del reino de Aragón.
II. Espero, deseo y suplico que lo del nuevo conflicto en la región de China-Taiwán-Japón no sea el aperitivo de otro foco incendiario en la política bélica mundial que parece nos llevan a la Tercera Guerra Mundial sólo que al estilo del siglo XXI, dónde los drones son las herramientas para matar sin arriesgar.
III. Como médico y antiguo profesor de la UPV para Salud Pública no termino de entender lo de los pinchazos en las aglomeraciones. ¿De dónde ha salido tal método agresivo contra las jóvenes?. Los problemas requieren no sólo de tratamiento sintomático, es indispensable conocer los orígenes causales del fenómeno y la mentalidad de los sujetos actuantes. Mucho más tras las campañas contra la violencia de género, casos tan mediáticos como el de la manada pamplonica o el gasto que supone le existencia de un Ministerio para la Igualdad.
Por cierto, ¡vaya éxito!. Me refiero a la que ha liado Montero con su campaña "el verano también es nuestro". Hasta la monja dominicana y alférez Sor Lucía Caram señalando como se las gasta la ex-vecina de Galapagar cuando usa las imágenes de personas sin el más mínimo miramiento y aquiescencia. Según la otro tiempo popular voz del convento, las autoras de la campaña están humillando a las mujeres que dicen defender. "Señora Irene Montero, déjese de gilipolleces y comience a trabajar por los problemas reales de los españoles". Se puede decir más alto, pero no más claro. Por lo vista está siendo víctima de ataques por las redes sociales, y es que deberíamos ir mostrando lo que hoy es la nueva acarozada franquista del búnquer.
IV. No puedo evitar ser sanitario. ¿Qué pasa con la pandemia por Covid?. ¿Qué pasa con el avance de otra enfermedad que puede ser declarada pandémica, me refiero a la viruela?. Una vez más nos remiten a tomar precauciones y esperar al otoño y así evitar que nuestro veraneo consumistas y libertario se vea empañado o frenado con impactos para la economía.
V. En medio de tal pantano, surge una propuesta "creativa". Viktor Orban -dirigente de Hungría- propugna un gran acuerdo entre los nacionalistas cristianos europeos y de los Estados Unidos de América. Suena a un llamamiento papal para constituir una nueva Cruzada, esta vez contra la inmigración.
VI. El sanchismo aguantará lo que sea. Buscará los votos y hará cambios perversos en los derechos de España como nación. Así que durante el verano estaremos más pendientes de los incendios o de las fiestas para encontrarnos con la dura realidad económica y laboral a la vuelta. Menos mal que no hay mal que cien años dure... ni cuerpo que lo resista.
I. Casi no me atrevo a informarme. Ahora más que nunca el conocimiento acarrea malestar. Casi estoy por unirme a la masa y discutir sobre las medidas para disminuir el gasto de energía dictadas con amenazas al estilo -menudo fracaso legal- de las que dispusieron con la pandemia y fueron declaradas inconstitucionales. Es absolutamente necesario tener entretenido al personal o aplicarnos métodos pastoriles de rebaños y así evitar que se hagan preguntas embarazosas sobre las cuentas públicas.
El verano con sus oleadas de calor que aumentaron la mortalidad, con sus gritos al más puro estilo "¡Qué nos quieten lo bailado! ". Estamos en los meses de la vida alegre , entre noches tórridas en terrazas, con grandes festivales musicales, haciendo uso del derecho a llenar los depósitos de nuestros vehículos, aunque nos dejemos los ahorros extraordinarios en tal. ¡Vivamos este verano como si fuera el último!
No hagamos preguntas insolentes. ¿Cómo vamos a cuadrar las cuentas que nos exigen los prestamistas?. ¿Que es más importante, gastar en nóminas de ineptos o hacerlo en potenciar la Sanidad o la Educación?. Además, los que luchamos por la unidad de España somos una reserva espiritual a extinguir. Vascos y catalanes pasarán de inmediato la factura al sanchismo en forma de autodeterminación por la vía de los hechos consumados, como esa decantación entre castellano y catalán en la enseñanza del condado del reino de Aragón.
II. Espero, deseo y suplico que lo del nuevo conflicto en la región de China-Taiwán-Japón no sea el aperitivo de otro foco incendiario en la política bélica mundial que parece nos llevan a la Tercera Guerra Mundial sólo que al estilo del siglo XXI, dónde los drones son las herramientas para matar sin arriesgar.
III. Como médico y antiguo profesor de la UPV para Salud Pública no termino de entender lo de los pinchazos en las aglomeraciones. ¿De dónde ha salido tal método agresivo contra las jóvenes?. Los problemas requieren no sólo de tratamiento sintomático, es indispensable conocer los orígenes causales del fenómeno y la mentalidad de los sujetos actuantes. Mucho más tras las campañas contra la violencia de género, casos tan mediáticos como el de la manada pamplonica o el gasto que supone le existencia de un Ministerio para la Igualdad.
Por cierto, ¡vaya éxito!. Me refiero a la que ha liado Montero con su campaña "el verano también es nuestro". Hasta la monja dominicana y alférez Sor Lucía Caram señalando como se las gasta la ex-vecina de Galapagar cuando usa las imágenes de personas sin el más mínimo miramiento y aquiescencia. Según la otro tiempo popular voz del convento, las autoras de la campaña están humillando a las mujeres que dicen defender. "Señora Irene Montero, déjese de gilipolleces y comience a trabajar por los problemas reales de los españoles". Se puede decir más alto, pero no más claro. Por lo vista está siendo víctima de ataques por las redes sociales, y es que deberíamos ir mostrando lo que hoy es la nueva acarozada franquista del búnquer.
IV. No puedo evitar ser sanitario. ¿Qué pasa con la pandemia por Covid?. ¿Qué pasa con el avance de otra enfermedad que puede ser declarada pandémica, me refiero a la viruela?. Una vez más nos remiten a tomar precauciones y esperar al otoño y así evitar que nuestro veraneo consumistas y libertario se vea empañado o frenado con impactos para la economía.
V. En medio de tal pantano, surge una propuesta "creativa". Viktor Orban -dirigente de Hungría- propugna un gran acuerdo entre los nacionalistas cristianos europeos y de los Estados Unidos de América. Suena a un llamamiento papal para constituir una nueva Cruzada, esta vez contra la inmigración.
VI. El sanchismo aguantará lo que sea. Buscará los votos y hará cambios perversos en los derechos de España como nación. Así que durante el verano estaremos más pendientes de los incendios o de las fiestas para encontrarnos con la dura realidad económica y laboral a la vuelta. Menos mal que no hay mal que cien años dure... ni cuerpo que lo resista.