Además de deteriorar gravemente la experiencia de conducción, los amortiguadores defectuosos también son un factor de riesgo.

Este elemento mecánico forma parte de todo el sistema de suspensión del automóvil, reuniendo un conjunto de componentes cuya función es la de mediar entre las ruedas y el chasis del vehículo. El objetivo básico es absorber y eliminar las irregularidades que se producen en la calzada. De esta forma, se garantiza que los neumáticos estén en contacto permanente con el suelo y la sensación sea completamente estable. Pero, ¿cómo saber si un amortiguador está en mal estado? A continuación compartimos una serie de consejos para identificar los principales síntomas de unos amortiguadores deteriorados y cómo afecta la conducción.

El papel de los amortiguadores

Los amortiguadores trabajan en conjunto con los neumáticos y los frenos para lograr la perfecta estabilidad del automóvil, brindar una conducción suave y, sobre todo, seguridad. Independientemente de las condiciones del asfalto, su función y prioridad es que las distancias de frenado sean lo más cortas posibles. También mantienen el centro de gravedad, lo que significa que un frenazo repentino no hará que el automóvil se mueva hacia adelante, o que los giros bruscos no hagan que la masa del coche se dirija hacia un lado. 

Otra de sus funciones es la de amortiguar los golpes provocados por baches u otros elementos irregulares, de forma que las ruedas estén siempre en contacto con el suelo. Cómo saber si un amortiguador está dañado es sencillo, pero si falla, con solo una visita al taller, un experto puede hacer un diagnóstico completo y decidir si se debe reemplazar el amortiguador completo o solo algunos de sus componentes. A veces no es necesario sustituirlo totalmente, por lo que puedes adquirir recambios online en tiendas como DAPARTO, para lograr que tu vehículo vuelva a estar en perfectas condiciones. 

Demasiado rebote del coche

Cada automóvil tiene más o menos rebote debido a la rigidez de la suspensión y su configuración. Sin embargo, si notas un aumento en el rebote de tu vehículo cuando conduces sobre baches y desniveles, lo más probable es que se trate de un sistema de suspensión dañado.

Una de las formas más fáciles de confirmar esto es apoyarse contra el cuerpo y empujarlo hacia abajo en cada rueda. Si la suspensión está en buen estado, el automóvil volverá a su posición original sin ningún rebote. De lo contrario, tendrás que pasar por el taller y cambiar los amortiguadores.

Comportamiento extraño en curvas y frenadas fuertes

Este es un síntoma bastante común del desgaste excesivo de los amortiguadores. Cuando se aplica un fuerte frenado, se hace evidente que el chasis se mueve horizontalmente de lado a lado. En el caso de las curvas, el coche se desplaza en exceso hacia el exterior, es decir, tiende a ir recto.

Desgaste anormal de los neumáticos

El neumático debe desgastarse uniformemente en toda el área de la banda de rodadura. Si muestran desgaste en los extremos o en el centro, lo más probable es que la presión de los neumáticos sea incorrecta.

Si el desgaste es irregular, el problema se agrava. En el mejor de los casos, puede que solo sea necesario alinear los ejes. Sin embargo, también podría deberse a un amortiguador con fugas, rodamientos dañados o a que uno de los brazos de suspensión ha cedido.

Ruidos extraños al pasar por baches o curvas

Las curvas y los baches son donde el sistema de amortiguación experimenta la mayor tensión. Si al pasar junto a ellos escuchas algún tipo de ruido extraño, no lo dejes pasar. Lo más probable es que la suspensión esté dañada. 

Coche desnivelado

Cualquier persona notará que cuando el coche se mueve de forma irregular, tiene problemas con su suspensión. Este síntoma indica una mala amortiguación en uno de los ejes o en una de las ruedas.

La inclinación puede ocurrir en un lado, hacia adelante o hacia atrás. La mejor manera de comprobarlo es colocar el vehículo sobre una superficie plana, de modo que se pueda ver claramente el desnivel del chasis.

Ten en cuenta que si tu vehículo tiene un sistema de suspensión neumática o de aire, es requisito arrancarlo para activar la suspensión.

Normalmente esto se debe a algún tipo de fuga en el amortiguador. Sin embargo, uno de los brazos metálicos que conectan el chasis con la rueda también puede estar dañado. Este último es un caso extremo, por lo que el chasis se hundirá por completo en una de las ruedas. No hace falta decir que conducir en estas condiciones es muy peligroso y puede provocar muchas otras averías en el coche.

Consecuencias de los amortiguadores defectuosos

Detectar un amortiguador en mal estado te puede ahorrar más de un pánico vial. Hacer las curvas muy cerradas, la pérdida de orientación y resbalar sobre el agua son algunas de las consecuencias más comunes. Además, la distancia de frenado también aumenta significativamente.

Finalmente, el mal estado de los amortiguadores también puede causar que otras partes del sistema de suspensión, como los brazos, las rótulas, los cojinetes y otros soportes se desgasten más rápido.