"Las fiestas de Bilbao y en particular, la zona del Arenal, no puede convertirse un año más en un reino de taifas durante la Semana Grande, en el que los borrokas y maleantes campen a sus anchas". Así lo pone de manifiesto Vox Vizcaya que, a través de su presidente, Niko Gutiérrez, explica que “los antecedentes de las fiestas de Algorta, en las que las responsables de una txosna obstaculizan la labor de la policía ante un presunto hecho delictivo, es una muestra más de que las fiestas en Vizcaya están monopolizadas por jóvenes del entorno abertzale con el único objetivo de promover sus soflamas, hacer negocio y dinamitar el Estado de Derecho, poniendo en jaque la labor de la policía”.

Para Gutiérrez, “es como mínimo un despropósito que sean los responsables de una caseta de feria los encargados de articular la seguridad en un recinto festivo y responder frente a una agresión, es necesario recordar de dónde salían los individuos que atacaban con bengalas, cohetes y todo tipo de objetos, el ayuntamiento de Bilbao cuando se izaba la bandera de España”. Y añade: “La labor de un 'tasquero' debiera limitarse a llamar a la Policía en el momento de ser consciente de que se ha producido un delito y no de sustituir a la autoridad policial. El único objetivo de estos colectivos es romper con el orden establecido en lugar de solucionar el problema”.

Asimismo, Gutiérrez exige que el Departamento de Interior del Gobierno Vasco “tenga una presencia constante en ese recinto para actuar de forma eficaz, con el suficiente número de agentes y con las unidades adecuadas de intervención, en previsión de ciertas actuaciones por parte del mundo abertzale, qué entre su eterno debate y actual división sobre las virtudes de la violencia y su afección al kalimotxo volverán a querer imponer una fiestas sectarias, endogámicas y volcadas en justificar el odio a España”.