El Congreso de EEUU revela que el Gobierno norteamericano está investigando ovnis que “no son hechos por el hombre”
![[Img #22758]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/08_2022/2584_ufo-gecfe8d335_1920.png)
Un documento reciente del Congreso norteamericano ha revelado la intención del Gobierno de este país de dividir el análisis del estudio de los objetos voladores no identificados (ovnis), o fenómenos aéreos inexplicables (UAP), en dos grupos: los que podrían ser hechos por humanos y los que podrían ser “no hechos por el hombre”. El informe también amplía el significado de la palabra “ovni”, al redefinirla como un "fenómeno aeroespacial-submarino no identificado".
El documento pertenece a una adición a la Ley de Autorización de Inteligencia para el año fiscal 2023 y en él se realizan dos afirmaciones espectaculares: la primera revela que “las amenazas transmedia a la seguridad nacional de los Estados Unidos se están expandiendo exponencialmente”. La segunda constatación, realmente novedosa, es que trata de distinguir entre los ovnis que son de origen humano y los que podrían no serlo: “Los objetos temporales no atribuidos, o aquellos que se identifiquen positivamente como hechos por el hombre después del análisis, se pasarán a las oficinas correspondientes y no deben ser considerados bajo la definición como fenómeno aeroespacial-submarino no identificado”.
Esta admisión implícita es sorprendente principalmente porque, según se ha ido haciendo pública más información sobre el estudio de los ovnis por parte del gobierno de los EEUU, numerosos políticos se han detenido justo antes de afirmar que los objetos no identificados pudieran tener un origen extraterrestre o extradimensional. La línea de argumentación habitual suele ser que, si existen los ovnis, entonces probablemente éstos sean vehículos avanzados, aunque hechos por humanos. Pero ahora el Congreso parece querer distinguir específica y claramente entre los objetos que son "hechos por el hombre" y los que no lo son.
Una amenaza “transmedia de dominios cruzados” es aquel fenómeno o artefacto que, según la nueva definición del Pentágono, puede pasar del agua al aire y a la tierra y al espacio de maneras que todavía no comprendemos. El pasado mes de julio, el Pentágono anunció que abriría una Oficina de Resolución de Anomalías en todos los Dominios (AARO) para investigar estas amenazas. El proyecto de ley reclasificaría los fenómenos aéreos no identificados (UAPs - el término del g6obierno para los ovnis) como fenómenos submarinos aeroespaciales no identificados y cambiaría el nombre de la oficina del Pentágono de acuerdo con la nueva designación. El año pasado, un vídeo filtrado que fue confirmado por el Pentágono como auténtico parecía mostrar un ovni volando sin problemas bajo las olas. El senador republicano Marco Rubio, vicepresidente del Comité Selecto del Senado que supervisa la emisión de este informe, ya ha dicho públicamente que cree que los ovnis tienen un origen extraterrestre y que no son armas extranjeras de origen chino o ruso, por ejemplo.
La pregunta fundamental es por qué el Congreso de Estados Unidos parece admitir ahora este planteamiento públicamente. “Cuesta creer que los legisladores incluirían un lenguaje tan extraordinario en la legislación pública sin una evidencia convincente”, ha explicado Marik von Rennenkampff, un exfuncionario del Departamento de Defensa norteamericano, en un artículo de opinión sobre este tema publicado en The Hill. "Esto implica que los miembros del Comité de Inteligencia del Senado creen (sobre una base unánime y bipartidista) que algunos ovnis tienen orígenes no humanos", señala von Rennenkampff. "Después de todo, ¿por qué el Congreso establecería y encargaría a una nueva y poderosa oficina la investigación de ovnis ‘no hechos por el hombre' si tales objetos no existieran? No se equivoquen: la puesta en marcha de una oficina del gobierno estadounidense que implica que los ovnis tienen orígenes no humanos es una realidad explosiva".
Un documento reciente del Congreso norteamericano ha revelado la intención del Gobierno de este país de dividir el análisis del estudio de los objetos voladores no identificados (ovnis), o fenómenos aéreos inexplicables (UAP), en dos grupos: los que podrían ser hechos por humanos y los que podrían ser “no hechos por el hombre”. El informe también amplía el significado de la palabra “ovni”, al redefinirla como un "fenómeno aeroespacial-submarino no identificado".
El documento pertenece a una adición a la Ley de Autorización de Inteligencia para el año fiscal 2023 y en él se realizan dos afirmaciones espectaculares: la primera revela que “las amenazas transmedia a la seguridad nacional de los Estados Unidos se están expandiendo exponencialmente”. La segunda constatación, realmente novedosa, es que trata de distinguir entre los ovnis que son de origen humano y los que podrían no serlo: “Los objetos temporales no atribuidos, o aquellos que se identifiquen positivamente como hechos por el hombre después del análisis, se pasarán a las oficinas correspondientes y no deben ser considerados bajo la definición como fenómeno aeroespacial-submarino no identificado”.
Esta admisión implícita es sorprendente principalmente porque, según se ha ido haciendo pública más información sobre el estudio de los ovnis por parte del gobierno de los EEUU, numerosos políticos se han detenido justo antes de afirmar que los objetos no identificados pudieran tener un origen extraterrestre o extradimensional. La línea de argumentación habitual suele ser que, si existen los ovnis, entonces probablemente éstos sean vehículos avanzados, aunque hechos por humanos. Pero ahora el Congreso parece querer distinguir específica y claramente entre los objetos que son "hechos por el hombre" y los que no lo son.
Una amenaza “transmedia de dominios cruzados” es aquel fenómeno o artefacto que, según la nueva definición del Pentágono, puede pasar del agua al aire y a la tierra y al espacio de maneras que todavía no comprendemos. El pasado mes de julio, el Pentágono anunció que abriría una Oficina de Resolución de Anomalías en todos los Dominios (AARO) para investigar estas amenazas. El proyecto de ley reclasificaría los fenómenos aéreos no identificados (UAPs - el término del g6obierno para los ovnis) como fenómenos submarinos aeroespaciales no identificados y cambiaría el nombre de la oficina del Pentágono de acuerdo con la nueva designación. El año pasado, un vídeo filtrado que fue confirmado por el Pentágono como auténtico parecía mostrar un ovni volando sin problemas bajo las olas. El senador republicano Marco Rubio, vicepresidente del Comité Selecto del Senado que supervisa la emisión de este informe, ya ha dicho públicamente que cree que los ovnis tienen un origen extraterrestre y que no son armas extranjeras de origen chino o ruso, por ejemplo.
La pregunta fundamental es por qué el Congreso de Estados Unidos parece admitir ahora este planteamiento públicamente. “Cuesta creer que los legisladores incluirían un lenguaje tan extraordinario en la legislación pública sin una evidencia convincente”, ha explicado Marik von Rennenkampff, un exfuncionario del Departamento de Defensa norteamericano, en un artículo de opinión sobre este tema publicado en The Hill. "Esto implica que los miembros del Comité de Inteligencia del Senado creen (sobre una base unánime y bipartidista) que algunos ovnis tienen orígenes no humanos", señala von Rennenkampff. "Después de todo, ¿por qué el Congreso establecería y encargaría a una nueva y poderosa oficina la investigación de ovnis ‘no hechos por el hombre' si tales objetos no existieran? No se equivoquen: la puesta en marcha de una oficina del gobierno estadounidense que implica que los ovnis tienen orígenes no humanos es una realidad explosiva".