Asesinos canjeados por poltronas
¿Qué tiene el poder que corrompe ?. Tuvo razón Maquiavelo. Frente a la moral cristiana, el fin confirma los medios. O como suelen decir pomposamente: la política es el arte de hacer posible lo imposible. Que me expliquen los socialistas compañeros de escaño en el Parlamento Vasco durante cinco legislaturas cómo toleran en silencio ese sanchismo que canjea asesinos por disfrutar ocupando las poltronas del poder institucional en una democracia decadente y pervertida.
Los asesinos de Fernando Buesa, Gregorio Ordoñez, José Luis López de la Calle, Fernando Múgica y Miguel Ángel Blanco, entre otros muchos, se aproximan a las puertas de la libertad gracias a su traslado a las prisiones vascas cuya gestión corresponde al PNV. ¿Cuánto tardarán en estar alegres y tratados como héroes en sus pueblos tales alimañas?. ¿Qué sienten las víctimas de ETA ante tamaña inmundicia que propicia un Ministro que conoce perfectamente el historial de Txapote y Parot, pues presidía el tribunal que los juzgó en la Audiencia Nacional ?. ¡Qué asco!
Han convertido la política en un estercolero. En la mamandurria de aventureros sin escrúpulos. En manipuladores de la historia, y ahí están todos esos seriales como Patria donde se blanquea lo sucedido. Haciendo ver a las nuevas generaciones que en Euskadi hubo una guerra con dos bandos. Y que como en toda guerra, hay que declarar un armisticio para que los presos regresen a sus casas. Pero, ¿y los muertos?. Me imagino a los hijos y nietos de mi pariente Guillermo Quintana Lacaci, asesinado en Argüelles a la salida de misa por el etarra Parot, lo que deben estar pensando y maldiciendo al no haber tenido la oportunidad de tomarse la justicia por la mano. O lo que dirán los hermanos Múgica, judíos como yo, que ni olvidan ni perdonan el asesinato de su padre en Donostia un maldito mes de febrero.
Además me informan del aumento en las presiones callejeras para los españoles. La juventud vasca vuelve a tomar las ciudades y villas en una competición entre bilduinos y podemitas. Y es que el otoño promete recuperar las páginas de los sucesos al más puro estilo del altercado de Alsasua donde un grupo de energúmenos le dio una paliza a dos miembros de la Guardia Civil y a sus parejas.
Esta vez puede que incluso a los dirigentes de Bildu, antes Batasuna, se les haya ido de las manos y estén siendo calificados de blandos y colaboracionistas con el Estado, por lo que las condenas de los cargos públicos no tienen valor y mucho menos autoridad sobre los nietos de aquellos abertzales que esgrimían la alternativa KAS que ya nadie recuerda. Y es que los primeros están por la libertad de sus presos, pero los segundos están por la conquista del espacio anarquista tal como se ha visto en las casetas de las ferias en las fiestas de Bilbao y Donostia.
El sanchismo utiliza a todos/as y cualquier pacto le sirve si en el paquete están los votos necesarios en sede de las Cortes para sacar adelante ya sean los presupuestos o alguna Ley de dudosa influencia en la demanda ciudadana, como ha sido el caso del derecho al aborto de jovencitas con dieciséis años, aunque en este caso debemos confiar en la deontología que asiste y obliga a los médicos así como a los Colegios Profesionales de tal colectivo.
En medio de la nube mediocre que manda, los que son restos de un tiempo mejor en el periodismo se van. Evidente que pueden hacerlo. Han cumplido. Me estoy refiriendo a mi paisano con los mismos años, Fernando Ónega. Tras más de treinta años en la radio este gallego sabio multidisciplinar periodista se retira. Lo malo es que las nuevas generaciones, algunas de ellas oportunistas en la triquiñuela de ser y estar en los momentos de crudeza, sin arriesgar, son sus sucesores. Y es que la decadencia no sólo está sobre la política. Ataca como carcoma a toda la clase dirigente sea cual sea su lugar en la sociedad civil. Me están viniendo a la cabeza nombres de periodistas que han escalado para llegar a pontificar desde los despachos del gran Bilbao.
Entramos en una nueva etapa. Sin duda, los mandarines del sanchismo saben que su ciclo está descontado por una sociedad harta de estar harta con mentiras y teatro. Esperan que una nueva generación de dirigentes tome las riendas de nuestro mundo para enfrentar esta decadencia que puede dar al traste no sólo con las conquistas sociales, incluso con la propia democracia y así, al estilo Rusia de Putin, implantar regímenes autocráticos propios de aquel fascismo que asoló la Europa del siglo XX.
Al parecer, Pedro "el grande"- estatura física, no intelectual o maroral- ha decidido dos nuevas modalidades para intentar retener el poder. Reconectar con los ciudadanos potenciales votantes. Abrir la Moncloa a las visitas guiadas por ex ministras. Pero también obligar a tales para que dejen sus puestos y se pongan manos a la obra de ser candidatos a las alcaldías. No les hace ninguna ilusión. Ya están protestando entre las bambalinas del teatro. Y muy enfadadas: Irene Jolines Montero con su amiga Belarra. Eso de someterse a exámenes populares cuando están dedicadas a poner zancadillas contra Yolanda Díaz, no les parece oportuno. Lo suyo es incordiar y legislar sobre lo intangible.
Tengo una duda existencial. ¿Dónde pondrá Pedro "el grande" a Marlasca?. Me da igual, pero estoy deseoso de comprobar la toña que se dará el sorpresivo, adulador y cambiante juez. Yo le haría candidato por Tolosa o Mondragón. Puede que las familias de los presos le devuelvan el favor que les hace contra la dignidad de las víctimas por el terrorismo.
¿Qué tiene el poder que corrompe ?. Tuvo razón Maquiavelo. Frente a la moral cristiana, el fin confirma los medios. O como suelen decir pomposamente: la política es el arte de hacer posible lo imposible. Que me expliquen los socialistas compañeros de escaño en el Parlamento Vasco durante cinco legislaturas cómo toleran en silencio ese sanchismo que canjea asesinos por disfrutar ocupando las poltronas del poder institucional en una democracia decadente y pervertida.
Los asesinos de Fernando Buesa, Gregorio Ordoñez, José Luis López de la Calle, Fernando Múgica y Miguel Ángel Blanco, entre otros muchos, se aproximan a las puertas de la libertad gracias a su traslado a las prisiones vascas cuya gestión corresponde al PNV. ¿Cuánto tardarán en estar alegres y tratados como héroes en sus pueblos tales alimañas?. ¿Qué sienten las víctimas de ETA ante tamaña inmundicia que propicia un Ministro que conoce perfectamente el historial de Txapote y Parot, pues presidía el tribunal que los juzgó en la Audiencia Nacional ?. ¡Qué asco!
Han convertido la política en un estercolero. En la mamandurria de aventureros sin escrúpulos. En manipuladores de la historia, y ahí están todos esos seriales como Patria donde se blanquea lo sucedido. Haciendo ver a las nuevas generaciones que en Euskadi hubo una guerra con dos bandos. Y que como en toda guerra, hay que declarar un armisticio para que los presos regresen a sus casas. Pero, ¿y los muertos?. Me imagino a los hijos y nietos de mi pariente Guillermo Quintana Lacaci, asesinado en Argüelles a la salida de misa por el etarra Parot, lo que deben estar pensando y maldiciendo al no haber tenido la oportunidad de tomarse la justicia por la mano. O lo que dirán los hermanos Múgica, judíos como yo, que ni olvidan ni perdonan el asesinato de su padre en Donostia un maldito mes de febrero.
Además me informan del aumento en las presiones callejeras para los españoles. La juventud vasca vuelve a tomar las ciudades y villas en una competición entre bilduinos y podemitas. Y es que el otoño promete recuperar las páginas de los sucesos al más puro estilo del altercado de Alsasua donde un grupo de energúmenos le dio una paliza a dos miembros de la Guardia Civil y a sus parejas.
Esta vez puede que incluso a los dirigentes de Bildu, antes Batasuna, se les haya ido de las manos y estén siendo calificados de blandos y colaboracionistas con el Estado, por lo que las condenas de los cargos públicos no tienen valor y mucho menos autoridad sobre los nietos de aquellos abertzales que esgrimían la alternativa KAS que ya nadie recuerda. Y es que los primeros están por la libertad de sus presos, pero los segundos están por la conquista del espacio anarquista tal como se ha visto en las casetas de las ferias en las fiestas de Bilbao y Donostia.
El sanchismo utiliza a todos/as y cualquier pacto le sirve si en el paquete están los votos necesarios en sede de las Cortes para sacar adelante ya sean los presupuestos o alguna Ley de dudosa influencia en la demanda ciudadana, como ha sido el caso del derecho al aborto de jovencitas con dieciséis años, aunque en este caso debemos confiar en la deontología que asiste y obliga a los médicos así como a los Colegios Profesionales de tal colectivo.
En medio de la nube mediocre que manda, los que son restos de un tiempo mejor en el periodismo se van. Evidente que pueden hacerlo. Han cumplido. Me estoy refiriendo a mi paisano con los mismos años, Fernando Ónega. Tras más de treinta años en la radio este gallego sabio multidisciplinar periodista se retira. Lo malo es que las nuevas generaciones, algunas de ellas oportunistas en la triquiñuela de ser y estar en los momentos de crudeza, sin arriesgar, son sus sucesores. Y es que la decadencia no sólo está sobre la política. Ataca como carcoma a toda la clase dirigente sea cual sea su lugar en la sociedad civil. Me están viniendo a la cabeza nombres de periodistas que han escalado para llegar a pontificar desde los despachos del gran Bilbao.
Entramos en una nueva etapa. Sin duda, los mandarines del sanchismo saben que su ciclo está descontado por una sociedad harta de estar harta con mentiras y teatro. Esperan que una nueva generación de dirigentes tome las riendas de nuestro mundo para enfrentar esta decadencia que puede dar al traste no sólo con las conquistas sociales, incluso con la propia democracia y así, al estilo Rusia de Putin, implantar regímenes autocráticos propios de aquel fascismo que asoló la Europa del siglo XX.
Al parecer, Pedro "el grande"- estatura física, no intelectual o maroral- ha decidido dos nuevas modalidades para intentar retener el poder. Reconectar con los ciudadanos potenciales votantes. Abrir la Moncloa a las visitas guiadas por ex ministras. Pero también obligar a tales para que dejen sus puestos y se pongan manos a la obra de ser candidatos a las alcaldías. No les hace ninguna ilusión. Ya están protestando entre las bambalinas del teatro. Y muy enfadadas: Irene Jolines Montero con su amiga Belarra. Eso de someterse a exámenes populares cuando están dedicadas a poner zancadillas contra Yolanda Díaz, no les parece oportuno. Lo suyo es incordiar y legislar sobre lo intangible.
Tengo una duda existencial. ¿Dónde pondrá Pedro "el grande" a Marlasca?. Me da igual, pero estoy deseoso de comprobar la toña que se dará el sorpresivo, adulador y cambiante juez. Yo le haría candidato por Tolosa o Mondragón. Puede que las familias de los presos le devuelvan el favor que les hace contra la dignidad de las víctimas por el terrorismo.