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Martes, 06 de Septiembre de 2022 Tiempo de lectura:
Análisis de la consultora Verisk Maplecroft

“Lo peor está por llegar”: el aumento exponencial de los precios de los alimentos y de la energía pone a 101 países en riesgo elevado de sufrir graves disturbios civiles

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El mundo se enfrenta a un aumento sin precedentes de los disturbios civiles a medida que gobiernos de todas las tendencias lidian con los impactos de la inflación en el precio de los alimentos básicos y de la energía, según un reciente estudio de la consultora británica Verisk Maplecroft, especializada en el análisis del riesgo global.

 

La investigación, que abarca el periodo 2015-2022, muestra que en el último trimestre de este año numerosos países han sufrido un fuerte incremento de los riesgos de disturbios civiles, hasta el punto de alcanzar los niveles más elevados desde que se publica este Índice. De 198 países, 101 se enfrentan a un fuerte aumento en el nivel de riesgo, frente a solo 42 en los que la peligrosidad parece haber disminuido.

 

El impacto es evidente en todo el mundo, con un descontento popular generalizado por el aumento del coste de la vida que estalla en las calles, desde los países miembros de la Unión Europea hasta Sri Lanka, pasando por Perú, Kenia, Ecuador o Irán.

 

El análisis de Verisk Maplecroft revela que, aunque, efectivamente, durante los primeros meses de este año ya se han producido fuertes protestas a gran escala, “lo peor, sin duda, está por venir”. “En diciembre de 2020 advertimos sobre una nueva era de disturbios civiles , proyectando que 75 países verían un aumento en el riesgo de disturbios para agosto de 2022. La realidad ha sido mucho peor, con 120 países enfrentando un aumento en el riesgo desde entonces”.

 

Con más del 80% de los países de todo el mundo con una inflación superior al 6%, los riesgos socioeconómicos están alcanzando niveles críticos, señala el documento. “Casi la mitad de todos los países están clasificados ahora como de riesgo alto o extremo, y se espera que una gran cantidad de estados experimenten un mayor deterioro en los próximos seis meses”.

 

Europa destaca muy negativamente en el estudio de Verisk Maplecroft, “en gran parte debido a las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania”. Bosnia y Herzegovina, Suiza, los Países Bajos, Alemania y Ucrania se encuentran entre los estados con los mayores aumentos proyectados en el riesgo.

 

En los próximos meses, los gobiernos de todo el mundo están a punto de obtener una respuesta a una pregunta candente: ¿las protestas provocadas por la presión socioeconómica se transformarán en acciones antigubernamentales más amplias y disruptivas?

 

“Como destacamos en mayo, es probable que los países de ingresos medios que eran lo suficientemente ricos como para ofrecer protección social durante la pandemia de Covid-19, pero que luchan por mantener altos niveles de gasto social durante 2022, enfrenten el mayor riesgo. Por lo tanto, no sorprende que ocho de los 10 mayores aumentos de riesgo proyectados en el estudio sean Bolivia, Egipto, Filipinas, Surinam, Serbia, Georgia, Zimbabue y Bosnia y Herzegovina”.

 

“Para los gobiernos que no pueden salir de la crisis gastando, es probable que la represión sea la principal contestación oficial a las protestas antigubernamentales. Las poblaciones de Irán, junto con varios otros estados en Oriente Medio, están particularmente expuestas a posibles respuestas violentas de los servicios de seguridad. Lo que inicialmente comenzó como protestas impulsadas por problemas socioeconómicos y ambientales en Irán, por ejemplo, se transformó en protestas contra el sistema político, a las que Teherán tradicionalmente ha reaccionado con medidas duras. A pesar de las protestas esporádicas en curso, la estabilidad del Gobierno en Irán permanece en la categoría de bajo riesgo como resultado de la importante capacidad represiva del estado. Pero la represión conlleva sus propios riesgos, dejando a las poblaciones descontentas con menos mecanismos para canalizar su disidencia en un momento de creciente frustración con el statu quo. En países donde existen pocos mecanismos efectivos para canalizar el descontento popular, como medios de comunicación libres, sindicatos que funcionen o tribunales independientes, es probable que se reduzca el umbral para que la población salga a la calle”.

 

“Solo una reducción significativa en los precios mundiales de los alimentos y la energía puede detener la tendencia global negativa en el riesgo de disturbios civiles. Los temores de recesión están aumentando y se espera que la inflación sea peor en 2023 que en 2022”.

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