Numerosos embalsamadores norteamericanos están denunciando la aparición de extraños coágulos "fibrosos, gomosos y en ocasiones muy largos" en los cadáveres sobre los que trabajan desde la introducción de las vacunas contra el Covid-19. Y están comenzando a hablar públicamente sobre ello.

Richard Hirschmann, un embalsamador de Alabama que lleva más de 20 años preparando cadáveres, ha explicado que estos extraños coágulos fibrosos comenzaron a aparecer en mayo de 2021, poco después de que las vacunas Covid se pusieran a disposición del público. "No fue hasta mayo o junio del año pasado cuando empecé a darme cuenta" de que había algo diferente en la sangre de algunas personas fallecidas "y más tarde, en septiembre, tomé mi primera fotografía, porque quería pruebas para eliminar cualquier coincidencia". "Ahora he recogido muestras y tengo fotos de más de 100 casos. Y esto no para. El fenómeno no se está frenando".

"En dos décadas como embalsamador, nunca he visto estas estructuras fibrosas blancas en la sangre, y tampoco los otros embalsamadores con los que he hablado. En el último año he visto estos extraños coágulos en muchas personas diferentes y, sin tener en cuenta de qué mueren, suelen tener sustancias similares en la sangre. Me preocupa mucho, porque si hay algo malo en la sangre, surge la pregunta: ¿hay algo que hace que la gente muera prematuramente?", ha explicado Hirschmann a The Epoch Times.

Hirschmann detalla que, en su opinión, la sangre del cuerpo de algunas personas ha cambiado en los últimos dos años. Añadió que no podía confirmar que los coágulos sanguíneos fueran causados por las vacunas Covid, pero espera que se investiguen los coágulos y recuerda que varios embalsamadores de todo el país han observado numerosos bultos y a veces coágulos muy largos en los cadáveres que tratan. Y están compartiendo sus descubrimientos".
 

“A medida que avanzaba el verano [de 2021], las muertes por Covid disminuían, pero estos coágulos aumentaban en número. Mi sospecha es que la vacuna puede ser la causa de estos extraños coágulos. Me doy cuenta de que no soy médico ni científico, pero sé cómo es la sangre y estoy muy familiarizado con el proceso de embalsamamiento que he estado haciendo durante dos décadas. No sé al cien por cien qué causa estos coágulos, pero sé por mi experiencia y por hablar con varios otros colegas y directores de funerarias que ninguno de nosotros había visto estos extraños coágulos con anterioridad”.

Según informa The Epoch Times, Mike Adams, que dirige en Texas un laboratorio acreditado con la norma de calidad ISO-17025, analizó algunos de estos coágulos el pasado mes de agosto y descubrió que carecían de hierro, potasio, magnesio y zinc. El laboratorio de Adams utiliza la espectrometría de masas de plasma de acoplamiento inductivo (ICP-MS), la espectrometría de masas de triple cuadrupolo y la espectrometría de masas de cromatografía líquida, y suele analizar los alimentos en busca de metales, pesticidas y glifosato.

"Analizamos uno de los coágulos del embalsamador Richard Hirschman utilizando ICP-MS. También analizamos la sangre humana coexistente de un individuo no vacunado", ha explicado Adams, y encontró algo absolutamente inesperado: los coágulos carecen de elementos clave que se encuentran en la sangre humana sana, como el hierro, el potasio y el magnesio, lo que sugiere que se forman a partir de algo distinto al plasma. Actualmente, Adams está colaborando con otros médicos y tiene previsto invertir en los equipos tecnológicos más punteros para determinar mejor la composición y la causa probable de los coágulos.
 

Wade Hamilton , un cardiólogo que está familiarizado con los coágulos, ha explicado a The Epoch Times que “el hecho de que el magnesio, el potasio y el hierro sean muy bajos en las muestras podría sugerir que no son los coágulos 'postmortem' habituales, que de hecho no había flujo de sangre en estos vasos. Estas estructuras plantean, pero no responden totalmente, algunas preguntas interesantes”.  “No son coágulos 'postmortem' normales, sino que las largas y diminutas cuerdas pueden haber sido etiológicas en las muertes, impidiendo la circulación en esas regiones. Otros han demostrado que la proteína espiga puede y se despliega y forma una configuración diferente, lo que contribuye a estructuras unidas similares a cuerdas con torsión longitudinal y unión cruzada, visibles por microscopía, cada una mide angstroms de diámetro: se necesitan 254.000.000 angstroms para haga una pulgada: un capilar típico mide alrededor de 5 micrones, por lo que se necesitan muchas cuerdas para ocluir un vaso”.