Nos odian, pero no nos echarán
Nos odian, ya lo sabíamos, nos mataron por ello. Pero ahí estamos y ahí seguiremos, siempre, aunque se entreguen competencias que corresponden a la Guardia Civil y que en APROGC consideremos que se pierde eficacia troceando estas.
El odio ya no es odio, se ha convertido en una cuestión política, pues dependiendo de quién lo ejerza se tolera y no se actúa con la contundencia y consecuencias que desde APROGC venimos pidiendo; nosotros lo estamos padeciendo y soportando. El concepto de odio no lo debe establecer quien lo proyecta, sino quien lo sufre.
Tiene que ser el momento de terminar con este odio a todo lo que es la Guardia Civil. Porque la Guardia Civil la formamos personas, con nuestros sentimientos. Y nuestras familias, que también sufren y también sienten. Hemos sufrido mucho más de lo que se debía haber permitido entonces y de lo que se debería consentir ahora, pero, sin embargo, se deja hacer y no se hace nada. Nosotros seguiremos reclamando a quien corresponda, que actúe, empezando por quienes nos deberían defender con más énfasis: las personas que ocupen las máximas responsabilidades en la Dirección General de la Guardia Civil y del Ministerio del Interior.
El último episodio, un cartel de tamaño gigante (ver imagen inferior) pidiendo que nos echen del País Vasco. Autores, los de siempre. Consecuencias: no esperamos. ¿Nadie se va a dignar a hacer quitar ese cartel? Por lo menos, eso.
Merecemos y por lo tanto, exigimos, que se nos respete al menos igual que nosotros hemos respetado siempre a toda la sociedad, a la que nos debemos y entregamos.
Y que se sepa: que no nos vamos a ir de ninguna parte de España.
Nos odian, ya lo sabíamos, nos mataron por ello. Pero ahí estamos y ahí seguiremos, siempre, aunque se entreguen competencias que corresponden a la Guardia Civil y que en APROGC consideremos que se pierde eficacia troceando estas.
El odio ya no es odio, se ha convertido en una cuestión política, pues dependiendo de quién lo ejerza se tolera y no se actúa con la contundencia y consecuencias que desde APROGC venimos pidiendo; nosotros lo estamos padeciendo y soportando. El concepto de odio no lo debe establecer quien lo proyecta, sino quien lo sufre.
Tiene que ser el momento de terminar con este odio a todo lo que es la Guardia Civil. Porque la Guardia Civil la formamos personas, con nuestros sentimientos. Y nuestras familias, que también sufren y también sienten. Hemos sufrido mucho más de lo que se debía haber permitido entonces y de lo que se debería consentir ahora, pero, sin embargo, se deja hacer y no se hace nada. Nosotros seguiremos reclamando a quien corresponda, que actúe, empezando por quienes nos deberían defender con más énfasis: las personas que ocupen las máximas responsabilidades en la Dirección General de la Guardia Civil y del Ministerio del Interior.
El último episodio, un cartel de tamaño gigante (ver imagen inferior) pidiendo que nos echen del País Vasco. Autores, los de siempre. Consecuencias: no esperamos. ¿Nadie se va a dignar a hacer quitar ese cartel? Por lo menos, eso.
Merecemos y por lo tanto, exigimos, que se nos respete al menos igual que nosotros hemos respetado siempre a toda la sociedad, a la que nos debemos y entregamos.
Y que se sepa: que no nos vamos a ir de ninguna parte de España.