Pobre Coscojales
Coscojales es el nombre de una calle y una plaza en Santurce (hoy Santurtzi). También es el nombre de una calle en Portugalete, que además es donde nació y se crió quien luego fuera lendacari vasco Patxi López, a quien, cuando en 2009, en la campaña electoral en la que finalmente salió elegido para ese cargo (con el apoyo del PP vasco, algo que el interesado nunca recuerda o de lo que pasa como sobre ascuas), le hicieron un eslogan que decía algo así como “de Coscojales a Ajuria Enea”, y que fue quizás lo más sensato (y por supuesto lírico) que hizo el Partido Socialista en aquella ocasión.
Coscojales es también el nombre de una calle del municipio de Alonsótegui, de donde es el actual lendacari Iñigo Urkullu. Alonsótegui (hoy Alonsotegi) formaba parte antes del municipio de Baracaldo (hoy Barakaldo) y siglos atrás también del municipio de Arrigorriaga. De modo que dos lendacaris tan distintos con un punto de conexión entre ellos a través de Coscojales. Lo que pasa es que al Coscojales de Alonsótegui le han puesto Koskojales (como Urcullu se puso Urkullu) tal como se ve en la foto que ilustra este artículo. Una forma más, de lo más ignorante y caprichosa, de eusquerizar sin ningún sentido ni razón un nombre que siempre fue y se escribió Coscojales.
Decir, de entrada, que Coscojales no existe como apellido hoy en España. El INE no nos da señales del mismo en el Padrón. Por otra parte, de todos los lugares donde aparece nombrado Coscojales, el único sitio donde se respeta el nombre original es en Portugalete, cuya calle Coscojales se mantiene con tal nombre y grafía. En cambio, en la placa de la calle Coscojales de Santurce han puesto dos nombres, uno el original Coscojales y encima otro: Amezketa kalea. Como si Amezketa fuera coscojales en eusquera. Pero esto tampoco está claro para todos los diccionarios de eusquera. El único que lo admite es el 5000 adorez hiztegia, que dice que “ametz” lo mismo puede ser coscoja que quejigo, con lo que el colectivo Amezketa podría significar lo mismo quejigal que coscojal. Pero luego atribuye una palabra distinta a cada uno de estos árboles. Para quejigo deja ametz y para coscoja pone “abaritz”. En ninguno de los demás diccionarios de eusquera he visto esa coincidencia de que ametz signifique un genérico que incluya quejigo y coscoja. Según el diccionario de apellidos Querexeta, Amezqueta/Amezketa significa “quejigal”, de ametz = quejigo. También Sabino Arana, en su diccionario de apellidos, dice que Amezketa significa “los quejigos”. El Euskaltzaindiaren hiztegia dice que “ametz” es un tipo de árbol del género Quercus que abarca las especies: Quercus pyrenaica, Quercus pubescens, Quercus canariensis y Quercus faginea, entre las que estaría el quejigo. Mientras que la coscoja no sería de ninguna de esas especies sino de la Quercus coccifera y se traduce al eusquera con el término “abaritz”, para decir coscoja y “abarizti” para decir coscojal. El Orotariko Euskal Hiztegia también hace la misma distinción, quejigo es ametz y coscoja es abaritz. Los diccionarios de uso del euskera consultados (Elhuyar, 5000 adorez y Labayru), aparte de esa única mención del 5000 adorez que vimos antes, coinciden también en diferenciar al quejigo como “ametz” o “erkametz” y a la coscoja como “abaritz”. Con todo lo cual, la calle Coscojales tendría que haberse denominado en eusquera Abarizti, o Abarizketa, o su contracción Abrizketa. Pero todo eso para el caso de que fuera legítimo ponerle a una calle, llamada así en honor de un señor que se llamaba Martín de Coscojales en el siglo XVI, una forma eusquérica de apellido que nunca tuvo.
Porque otra cosa sería si el nombre de Coscojales se pusiera porque ahí había efectivamente árboles llamados coscojas. Sería el caso, por ejemplo, de Los Coscojales, nombre de un paraje kárstico situado en el municipio de Alanís, en la Sierra Norte de la provincia de Sevilla. Pero aquí se trata de que ese término de Coscojales viene porque existió un Martín de Coscojales del que tenemos al menos dos fuentes para conocer su vida.
Una fuente es la del Diccionario Biográfico Español en línea, de la Real Academia de la Historia. Ahí el autor de la entrada, Alejandro López Álvarez, que según Dialnet es un profesor de enseñanza secundaria del Instituto Cisneros de Madrid, cuya tesis doctoral y dedicación investigadora principal es sobre el tema de los carruajes y el lujo en la época de los Austrias, nos dice que Martín de Coscojales nació en Portugalete en la primera mitad del siglo XVI, sin especificar año, y que murió en la misma ciudad en 1565. Y que sobre todo fue un inquisidor en el Tribunal de Granada, del que luego pasaría al Tribunal de Toledo y de ahí, en 1564, o sea un año antes de morir, sería nombrado Consejero del Tribunal de la Inquisición. Se nos dice también en esa biografía que Martín de Coscojales fue del partido “ebolista”.
Pero en esa entrada del Diccionario Biográfico Español no aparece nada sobre su faceta como historiador, que es a la que sobre todo se dedica el historiógrafo vizcaíno Andrés Eliseo de Mañaricua (Bilbao, 1911-1988), en su obra Historiografía de Vizcaya: desde Lope García de Salazar a Labayru (cuya primera edición es de 1971 pero que nosotros hemos consultado por la 3ª, de 2012), y donde vemos un prolijo estudio sobre Martín de Coscojales que va desde las páginas 99 a 110. Por él sabemos que Coscojales nació en 1542 en el barrio de Irauregui, entonces perteneciente a Baracaldo y hoy a Alonsótegui. Y que allí radicaba el solar de la casa de Coscojales, cuyo señor era vecino de Baracaldo pero también de Portugalete. Por lo que hay dudas sobre si nació en Baracaldo o en Portugalete. De hecho, en 1535 un Antón Pérez de Coscojales era alcalde de Portugalete. Y es probable que este fuera el padre de Martín. También hay otro Antón Pérez de Coscojales, que podría ser hijo del llamado del mismo nombre y hermano de Martín, que fue también regidor de Portugalete y señor de la casa de Irauregui y que en 1565 fundó el mayorazgo de Coscojales. Todo lo cual quiere decir que estamos ante una familia destacada de la zona. La obra más importante de Martín de Coscojales se titula Antigüedades de Vizcaya y Mañaricua la pondera como propia de un historiador que no fue un mero recopilador de documentos sino que pretendió ordenarlos con un sentido crítico.
Sabemos, gracias a esta obra de Mañaricua, que recoge a su vez noticias procedentes de otros autores como Iturriza o Labayru, que Martín de Coscojales estudió en la Universidad de Salamanca. Que hacia 1563 ingresó en la orden de los Ermitaños de San Agustín, donde desempeñó diversos cargos. Que en 1565 residía en el convento de la orden en Salamanca. Que en 1571 era prior del convento de Talavera. Que en 1582 volvió de nuevo a Salamanca. Que en 1592 era prior del convento de Valladolid y que los últimos años del siglo y aun los primeros del siguiente, residió en el convento de San Agustín de Bilbao. Tenemos datos incluso de 1603, cuando era comisionado por el Regimiento General del Señorío. Y debió morir en dicho convento de Bilbao porque en él quedaron sus manuscritos. O sea que mientras el biógrafo del Diccionario Biográfico Español dice que Martín de Coscojales murió en 1565, sabemos por Mañaricúa y otros autores que vivió al menos hasta 1603. ¿No resulta demasiado grueso este error de un diccionario que pretende ser la referencia obligada de los principales personajes de la historia de España, avalado incluso por la Real Academia de la Historia? Es que da incluso la sensación de que estaríamos ante dos Martín de Coscojales distintos.
De manera que los nacionalistas vascos –o quienes les siguen sin ningún criterio propio– nos lo ponen en las calles en que aparece algún rastro de su vida utilizando la letra “k”, e incluso en Santurce, de la que no conocemos su relación con la vida de Coscojales, aparece compartiendo nombre con el del árbol al que se refiere en eusquera, mientras que en el Diccionario Biográfico Español se ignora prácticamente la mitad de su vida (dice que fallece en 1565 cuando en realidad vive hasta unos años del siglo siguiente) y solo aparece su faceta de inquisidor, sin hacer la más mínima mención a la de historiador, que es por la que más se le conoce en su tierra de origen. A los nacionalistas vascos no se les puede decir nada, ya sabemos (me dirían que soy un resentido o algo así, sin atender mis razones), pero al Diccionario Biográfico Español le he enviado un correo pidiéndoles explicaciones, a ver qué me dicen (*).
En cualquier caso, pobre Coscojales.
(*) Acabo de recibir el correo de respuesta de la RAH. Es este:
“Estimado profesor Chacón:
Muchísimas gracias por su correo y disculpe la demora de nuestra respuesta.
La información que nos aporta es importante y como tal será trasladada al Consejo Editorial para su valoración. Es probable que haya que valorar el reencargo de esta biografía o, en su caso, informar al autor sobre la conveniencia de revisar y ampliar el contenido.
La siguiente reunión del Consejo Editorial aún no está fijada, pero seguramente tenga lugar a mediados del mes de noviembre.
Un saludo agradecido por su interés y colaboración,
Ana de Quinto
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA”
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Coscojales es el nombre de una calle y una plaza en Santurce (hoy Santurtzi). También es el nombre de una calle en Portugalete, que además es donde nació y se crió quien luego fuera lendacari vasco Patxi López, a quien, cuando en 2009, en la campaña electoral en la que finalmente salió elegido para ese cargo (con el apoyo del PP vasco, algo que el interesado nunca recuerda o de lo que pasa como sobre ascuas), le hicieron un eslogan que decía algo así como “de Coscojales a Ajuria Enea”, y que fue quizás lo más sensato (y por supuesto lírico) que hizo el Partido Socialista en aquella ocasión.
Coscojales es también el nombre de una calle del municipio de Alonsótegui, de donde es el actual lendacari Iñigo Urkullu. Alonsótegui (hoy Alonsotegi) formaba parte antes del municipio de Baracaldo (hoy Barakaldo) y siglos atrás también del municipio de Arrigorriaga. De modo que dos lendacaris tan distintos con un punto de conexión entre ellos a través de Coscojales. Lo que pasa es que al Coscojales de Alonsótegui le han puesto Koskojales (como Urcullu se puso Urkullu) tal como se ve en la foto que ilustra este artículo. Una forma más, de lo más ignorante y caprichosa, de eusquerizar sin ningún sentido ni razón un nombre que siempre fue y se escribió Coscojales.
Decir, de entrada, que Coscojales no existe como apellido hoy en España. El INE no nos da señales del mismo en el Padrón. Por otra parte, de todos los lugares donde aparece nombrado Coscojales, el único sitio donde se respeta el nombre original es en Portugalete, cuya calle Coscojales se mantiene con tal nombre y grafía. En cambio, en la placa de la calle Coscojales de Santurce han puesto dos nombres, uno el original Coscojales y encima otro: Amezketa kalea. Como si Amezketa fuera coscojales en eusquera. Pero esto tampoco está claro para todos los diccionarios de eusquera. El único que lo admite es el 5000 adorez hiztegia, que dice que “ametz” lo mismo puede ser coscoja que quejigo, con lo que el colectivo Amezketa podría significar lo mismo quejigal que coscojal. Pero luego atribuye una palabra distinta a cada uno de estos árboles. Para quejigo deja ametz y para coscoja pone “abaritz”. En ninguno de los demás diccionarios de eusquera he visto esa coincidencia de que ametz signifique un genérico que incluya quejigo y coscoja. Según el diccionario de apellidos Querexeta, Amezqueta/Amezketa significa “quejigal”, de ametz = quejigo. También Sabino Arana, en su diccionario de apellidos, dice que Amezketa significa “los quejigos”. El Euskaltzaindiaren hiztegia dice que “ametz” es un tipo de árbol del género Quercus que abarca las especies: Quercus pyrenaica, Quercus pubescens, Quercus canariensis y Quercus faginea, entre las que estaría el quejigo. Mientras que la coscoja no sería de ninguna de esas especies sino de la Quercus coccifera y se traduce al eusquera con el término “abaritz”, para decir coscoja y “abarizti” para decir coscojal. El Orotariko Euskal Hiztegia también hace la misma distinción, quejigo es ametz y coscoja es abaritz. Los diccionarios de uso del euskera consultados (Elhuyar, 5000 adorez y Labayru), aparte de esa única mención del 5000 adorez que vimos antes, coinciden también en diferenciar al quejigo como “ametz” o “erkametz” y a la coscoja como “abaritz”. Con todo lo cual, la calle Coscojales tendría que haberse denominado en eusquera Abarizti, o Abarizketa, o su contracción Abrizketa. Pero todo eso para el caso de que fuera legítimo ponerle a una calle, llamada así en honor de un señor que se llamaba Martín de Coscojales en el siglo XVI, una forma eusquérica de apellido que nunca tuvo.
Porque otra cosa sería si el nombre de Coscojales se pusiera porque ahí había efectivamente árboles llamados coscojas. Sería el caso, por ejemplo, de Los Coscojales, nombre de un paraje kárstico situado en el municipio de Alanís, en la Sierra Norte de la provincia de Sevilla. Pero aquí se trata de que ese término de Coscojales viene porque existió un Martín de Coscojales del que tenemos al menos dos fuentes para conocer su vida.
Una fuente es la del Diccionario Biográfico Español en línea, de la Real Academia de la Historia. Ahí el autor de la entrada, Alejandro López Álvarez, que según Dialnet es un profesor de enseñanza secundaria del Instituto Cisneros de Madrid, cuya tesis doctoral y dedicación investigadora principal es sobre el tema de los carruajes y el lujo en la época de los Austrias, nos dice que Martín de Coscojales nació en Portugalete en la primera mitad del siglo XVI, sin especificar año, y que murió en la misma ciudad en 1565. Y que sobre todo fue un inquisidor en el Tribunal de Granada, del que luego pasaría al Tribunal de Toledo y de ahí, en 1564, o sea un año antes de morir, sería nombrado Consejero del Tribunal de la Inquisición. Se nos dice también en esa biografía que Martín de Coscojales fue del partido “ebolista”.
Pero en esa entrada del Diccionario Biográfico Español no aparece nada sobre su faceta como historiador, que es a la que sobre todo se dedica el historiógrafo vizcaíno Andrés Eliseo de Mañaricua (Bilbao, 1911-1988), en su obra Historiografía de Vizcaya: desde Lope García de Salazar a Labayru (cuya primera edición es de 1971 pero que nosotros hemos consultado por la 3ª, de 2012), y donde vemos un prolijo estudio sobre Martín de Coscojales que va desde las páginas 99 a 110. Por él sabemos que Coscojales nació en 1542 en el barrio de Irauregui, entonces perteneciente a Baracaldo y hoy a Alonsótegui. Y que allí radicaba el solar de la casa de Coscojales, cuyo señor era vecino de Baracaldo pero también de Portugalete. Por lo que hay dudas sobre si nació en Baracaldo o en Portugalete. De hecho, en 1535 un Antón Pérez de Coscojales era alcalde de Portugalete. Y es probable que este fuera el padre de Martín. También hay otro Antón Pérez de Coscojales, que podría ser hijo del llamado del mismo nombre y hermano de Martín, que fue también regidor de Portugalete y señor de la casa de Irauregui y que en 1565 fundó el mayorazgo de Coscojales. Todo lo cual quiere decir que estamos ante una familia destacada de la zona. La obra más importante de Martín de Coscojales se titula Antigüedades de Vizcaya y Mañaricua la pondera como propia de un historiador que no fue un mero recopilador de documentos sino que pretendió ordenarlos con un sentido crítico.
Sabemos, gracias a esta obra de Mañaricua, que recoge a su vez noticias procedentes de otros autores como Iturriza o Labayru, que Martín de Coscojales estudió en la Universidad de Salamanca. Que hacia 1563 ingresó en la orden de los Ermitaños de San Agustín, donde desempeñó diversos cargos. Que en 1565 residía en el convento de la orden en Salamanca. Que en 1571 era prior del convento de Talavera. Que en 1582 volvió de nuevo a Salamanca. Que en 1592 era prior del convento de Valladolid y que los últimos años del siglo y aun los primeros del siguiente, residió en el convento de San Agustín de Bilbao. Tenemos datos incluso de 1603, cuando era comisionado por el Regimiento General del Señorío. Y debió morir en dicho convento de Bilbao porque en él quedaron sus manuscritos. O sea que mientras el biógrafo del Diccionario Biográfico Español dice que Martín de Coscojales murió en 1565, sabemos por Mañaricúa y otros autores que vivió al menos hasta 1603. ¿No resulta demasiado grueso este error de un diccionario que pretende ser la referencia obligada de los principales personajes de la historia de España, avalado incluso por la Real Academia de la Historia? Es que da incluso la sensación de que estaríamos ante dos Martín de Coscojales distintos.
De manera que los nacionalistas vascos –o quienes les siguen sin ningún criterio propio– nos lo ponen en las calles en que aparece algún rastro de su vida utilizando la letra “k”, e incluso en Santurce, de la que no conocemos su relación con la vida de Coscojales, aparece compartiendo nombre con el del árbol al que se refiere en eusquera, mientras que en el Diccionario Biográfico Español se ignora prácticamente la mitad de su vida (dice que fallece en 1565 cuando en realidad vive hasta unos años del siglo siguiente) y solo aparece su faceta de inquisidor, sin hacer la más mínima mención a la de historiador, que es por la que más se le conoce en su tierra de origen. A los nacionalistas vascos no se les puede decir nada, ya sabemos (me dirían que soy un resentido o algo así, sin atender mis razones), pero al Diccionario Biográfico Español le he enviado un correo pidiéndoles explicaciones, a ver qué me dicen (*).
En cualquier caso, pobre Coscojales.
(*) Acabo de recibir el correo de respuesta de la RAH. Es este:
“Estimado profesor Chacón:
Muchísimas gracias por su correo y disculpe la demora de nuestra respuesta.
La información que nos aporta es importante y como tal será trasladada al Consejo Editorial para su valoración. Es probable que haya que valorar el reencargo de esta biografía o, en su caso, informar al autor sobre la conveniencia de revisar y ampliar el contenido.
La siguiente reunión del Consejo Editorial aún no está fijada, pero seguramente tenga lugar a mediados del mes de noviembre.
Un saludo agradecido por su interés y colaboración,
Ana de Quinto
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA”
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