El síndrome del averchale sobrado (I)
Estos dos artículos que siguen los he escrito pensando sobre todo en los paladares delicados –que sé de buena tinta que los hay– que siguen esta serie de El balle del ziruelo. Porque la pregunta que voy a responderme aquí se las trae. Es la siguiente: ¿por qué los nacionalistas vascos (llamémosles averchales en justa correspondencia) son reacios a ponerse las letras “tz” en sus apellidos cuando se da la ocasión de que se las pongan? Contextualizo la pregunta. Normalmente el nacionalista vasco típico lo que persigue es que su apellido dé cuenta de su profesión de fe nacionalista y así, como el nacionalismo construyó un alfabeto expresamente dedicado a diferenciarse del común español, pues trató por todos los medios de que la diferencia fuera evidente, tanto en apellidos como en topónimos.
Y para el que dude de lo que digo, que se dirija al texto clásico por antonomasia del eusquera, el libro titulado Guero (hoy en eusquera batua se titularía Gero), del autor Axular publicado en 1643 y escrito en labortano clásico y donde no hay letras “k”, ni el compuesto “tx” y en cambio hay muchas letras “v” y “c” o el grafema “qu”. Sabemos por esta serie que los nacionalistas prefieren cambiar los topónimos antes que los apellidos, porque estos últimos pueden suponer enojosas burocracias que, en cambio, los letreros de las ciudades, pueblos, ríos y montañas no conllevan. Pero en el caso de los apellidos también hay preferencias muy notables. Los nacionalistas vascos han desterrado letras de sus apellidos como la “c” o la pareja “qu” o la “v”. Y las han sustituido por la “k” y la “b”. También en el caso de la pareja “ch” la sustitución ha sido muy rápida, en este caso por “tx”.
Pero he observado que hay una pareja de letras ante las que el nacionalista vasco se muestra muy reacio al cambio. Me refiero a cambiar la “z” por “tz”, en los casos específicamente marcados por Euskaltzaindia en que así hay que hacer, según las normas del eusquera.
En el primer Nomenclátor de apellidos vascos, que se publicó por la Real Academia dela Lengua Vasca en 1998, se advertía en su preámbulo que: “El criterio fundamental empleado para la realización de este Nomenclátor de Apellidos Vascos ha sido la adecuación de los apellidos a la grafía académica, pero la comisión ha querido ir más allá de la simple adaptación gráfica. Como consecuencia de la no oficialidad del euskera, las lenguas de su entorno han producido grandes cambios en los apellidos vascos, y por ello, se ha considerado procedente corregir dichos cambios en cierta medida”.
O sea, Euskaltzaindia pasaba por alto el hecho de que la mayoría de los cambios en la grafía eran por criterios meramente políticos y quería hacernos creer que en el fondo lo eran para adaptar dicha grafía eusquérica a la auténtica pronunciación de la lengua vasca.
De hecho, el primer problema que el Nomenclátor con las grafías en eusquera de los apellidos, vendría a corregir, o por lo menos el primer ejemplo que se pone en dicho preámbulo a la hora de argumentar esa adecuación de la grafía académica a la pronunciación en vascuence, es el relativo al sonido que nos sirve aquí de motivo para escribir estos dos artículos, el de la pareja de letras “tz”. Veámoslo: “Es sabido que uno de los problemas mayores, si no el mayor, que se plantea al adecuar gráficamente los apellidos, es el concerniente al tratamiento de las sibilantes que no posee el castellano. Por ejemplo, el apellido Betolatza se escribía inicialmente Betolaça, pero más adelante el castellano perdió la pronunciación africada y posteriormente abandonó el grafema ç con lo que el mencionado apellido pasó a escribirse Betolaza, grafía impropia a todas luces.”
Entonces, cómo puede ser que siendo una grafía “impropia a todas luces”, esté costando tanto imponerla por el nacionalismo en los apellidos eusquéricos, mientras que otras, como la letra “k” o el compuesto “tx”, que en el preámbulo ni se nombran, han tenido mucho más éxito.
Definitivamente la “tz” no ha triunfado en la euscaldunización nacionalista vasca. Y a los datos me remito. He tenido a bien considerar todos los apellidos del Nomenclátor de Euskaltzaindia donde se propone el cambio de “z” por “tz”. Me han salido unos 450 apellidos. Siempre estoy hablando de apellidos con portadores, porque sabemos que la chapucería del Nomenclátor de apellidos vascos de Euskaltzaindia actualmente vigente es de tal dimensión que de los 11000 apellidos en números redondos de los que consta, unos 5000, o sea, casi la mitad, son apellidos fantasma, porque no tienen portadores vivos.
Pues bien, de esos 450 apellidos vivos susceptibles de ponerles la “tz” preceptiva, he distinguido los apellidos donde hay portadores que se la han puesto de los que no se la han puesto. Y me han salido 150 apellidos con portadores que se han puesto “tz” y el resto, 300, no tienen ningún portador que se la haya puesto. En números redondos. O sea, el doble de apellidos que podrían introducir la “tz” no se han cambiado en ningún caso, respecto de los que sí lo han hecho. Pero sobre todo las dimensiones del rechazo a la “tz” aparecen cuando vamos a los números absolutos de portadores. Los 300 apellidos que no se han querido poner la “tz” en su grafía eusquerizada corresponden, en números redondos, a 150.000 portadores de apellidos eusquéricos. El dato de cuántos de estos viven dentro del País Vasco y Navarra y cuántos en el resto de España condicionaría el cambio, porque obviamente el nacionalismo vasco tiene nulos efectos entre los portadores de apellidos eusquéricos que viven fuera del País Vasco y Navarra (sería una rareza encontrarse un Ibarretxe en Murcia, por ejemplo, aunque se dan casos de apellidos vascos eusquerizados residiendo fuera del País Vasco y Navarra, por razones de movilidad profesional normalmente y aventuro que cada vez habrá más). Por otros cálculos que han aparecido en artículos anteriores de esta serie, también sabemos que hay más portadores de apellidos eusquéricos residentes fuera del País Vasco y Navarra que dentro. Pero no se trataba ahora de demostrar eso otra vez. Solo estábamos con el tema de la “tz” y con los factores que pueden condicionar el hecho de que haya tan pocos portadores que hayan optado por la “tz” en lugar de la “z”. En números absolutos, como decimos, mientras hay 150.000 portadores de apellidos eusquéricos susceptibles de ponerse la “tz” en su apellido y que no se la han puesto, en cambio solo son 3.600 portadores los que sí lo han hecho. Estamos hablando de un 2,5% de los portadores totales de dichos apellidos. ¿Qué está pasando aquí? Dejo mi respuesta o hipótesis sobre la explicación de este hecho para el siguiente capítulo.
Ahora lo que voy a hacer es dar una lista, que continuará en el próximo capítulo, de apellidos eusquéricos con muchos portadores, susceptibles de introducir las letras “tz” en su grafía eusquérica y en los que, sin embargo, se demuestra que ninguno de ellos lo ha hecho. Así se podrá visualizar mejor lo que queremos decir, porque tan solo con las frías cifras que acabo de dar más arriba, en números redondos, creo que no se alcanza a percibir la auténtica dimensión de lo que estamos queriendo demostrar.
Amézaga tiene 524 portadores de primer apellido y 501 de segundo, de los que más de la mitad viven en Vizcaya y muy pocos en las otras tres provincias vasco-navarras. También está presente en otras 14 provincias españolas. Pero no hay ningún Ametzaga, que es la grafía eusquérica que prescribe Euskaltzaindia, salvo que su número sea inferior a 5, como siempre decimos, debido a la confidencialidad del INE. Elías Amézaga (Bilbao, 1921 – Guecho, 2008) fue un escritor nacionalista, biógrafo de Sabino Arana y de José Antonio Aguirre. Pero nunca se cambió a Ametzaga. Su segundo apellido es Urlezaga, con 38 portadores de primer apellido y 32 de segundo, casi todos en Vizcaya, pero tampoco existe Urletzaga. Por cierto, Urlezaga no viene en el Nomenclátor de apellidos vascos de Euskaltzaindia.
Amonárriz es otro apellido de un hombre conocido de la cultura vasca por ser un gran divulgador del eusquera: Kike Amonarriz. Pues en cambio tampoco se ha puesto Amonarritz. Lo deducimos porque en el INE no viene nadie que se haya puesto Amonarritz o al menos no superan los 4 individuos. Y eso que Amonárriz tiene 82 portadores de primer apellido y 60 de segundo y casi todos viven en Guipúzcoa, que es la provincia que más tendencia tiene de las cuatro vasco-navarras a ponerse los apellidos con grafía eusquérica. Otra curiosidad del caso es que este apellido no viene siquiera recogido en el listado de Euskaltzaindia, pero otros similares, como Munárriz, sí, y para Munárriz Euskaltzaindia prescribe Munarritz como grafía eusquérica.
Amuriza también es el apellido de un personaje de la cultura vasca, un bersolari, que también ha sido representante político, como concejal y parlamentario vasco, por la llamada izquierda aberchale. Existen 149 personas apellidadas así de primer apellido y 184 de segundo, la mayoría en Vizcaya, aunque también hay algunas en Madrid, Álava, Guipúzcoa y Barcelona. Pero el caso es que no existen personas apellidadas Amuritza.
Andueza es el apellido del actual secretario general del PSE, Eneko Andueza. Y hay muchos apellidados así, concretamente 1910 personas de primer apellido y 1800 de segundo. La mayoría residen en Navarra, pero también hay bastantes en Guipúzcoa y curiosamente en Las Palmas de Gran Canaria. Hay también Anduezas en otras 18 provincias españolas, Álava y Vizcaya incluidas. Pero no hay nadie apellidado Anduetza.
Aranaz tiene unos 478 portadores de primer apellido y 486 de segundo. Para la localidad navarra de Etxarri-Aranatz sí lo han cambiado y ya no es Echarri-Aranaz, en cambio como apellido nadie se ha cambiado a Aranatz.
Aranzadi lo traemos aquí porque, aunque tiene menos portadores que los demás ejemplos, es un apellido de mucha solera nacionalista, sobre todo en Navarra. Tiene 263 portadores de primer apellido y 229 de segundo. La mayoría, sin llegar a la mitad, viven en Guipúzcoa, seguido de Navarra, Madrid, Vizcaya y ya menos en Murcia, Asturias y Álava, por este orden. Pero Arantzadi no hay.
Arenaza tiene 638 portadores de primer apellido y 646 de segundo, la mayoría entre Vizcaya y Guipúzcoa y también en Álava y Navarra y luego algunos en otras 6 provincias españolas, pero Arenatza no hay.
Arenzana tiene 519 portadores de primer apellido y 487 de segundo, de los cuales casi la mitad viven en La Rioja. De hecho, en las provincias vasco-navarras solo vive un cuarto de portadores, en relación con los que viven en el resto de España, repartidos en nueve provincias españolas. Quizás eso refuerza la cuestión de que no haya nadie apellidado Arentzana, pero tampoco es razón suficiente, porque aparte de los apellidos que estamos viendo en esta muestra, hay otros 150 apellidos, como dijimos, cuyos portadores, en mayor o menor proporción, sí que se han cambiado la grafía, incluso tratándose de apellidos con menos de cien portadores residiendo en territorio vasco-navarro, como es el caso que nos ocupa.
Ariza es mucho más significativo, por ser el apellido con más portadores de todos los que son susceptibles de cambiar su grafía introduciendo la “tz”. Tiene 12584 portadores de primer apellido y 12272 de segundo, de los que viven en territorio vasco-navarro menos de 300 portadores de primero y otros tantos de segundo, es decir, un 2,5% del total. El caso es que no hay en España personas apellidadas Aritza.
Arraiza tiene 603 personas apellidadas así de primer apellido y 580 de segundo. La mayoría viven en Navarra, pero también hay bastantes en Guipúzcoa, Vizcaya y Álava. Un resto queda repartido entre otras 12 provincias españolas. Pues bien, no hay nadie apellidado Arraitza.
Arriazu tiene 725 portadores de primer apellido y 761 de segundo. La mayoría viven en Navarra y a distancia en Zaragoza, Barcelona y Madrid. En Vizcaya y Guipuzcoa también hay algunos. En Álava nada. Y hay algunos también en otras 6 provincias españolas. El caso es que no hay nadie apellidado Arriatzu.
Arróniz es un apellido que viene también en el Nomenclátor de Euskaltzaindia, pero el caso es que donde más portadores tiene es en Murcia. Tiene 991 portadores de primer apellido y 1068 de segundo. Después de Murcia donde más hay es en Álava y Navarra. Está presente en un total de 20 provincias españolas y hay algo más portadores fuera que dentro del País Vasco y Navarra, es decir en el resto de España. Pero no hay nadie que se apellide Arronitz.
Arza tiene 1256 portadores de primero y 1193 de segundo. Presente en 30 provincias españolas y algo más dentro del País Vasco y Navarra que en el resto de España. Donde más Arza hay es en Vizcaya seguido de Navarra, Lugo, Barcelona, Guipúzcoa y Madrid. Pero no hay Artza:
Arzac lo traemos no porque tenga muchos portadores (solo tiene 140 de primer apellido y 122 de segundo, la mayoría en Guipúzcoa y el resto en Madrid), sino porque es muy conocido por el tema de la gastronomía. El restaurante de San Sebastián se llama Arzak, pero en realidad la forma eusquérica que dictamina Euskaltzaindia es Artzak, de la que, como se puede suponer, no hay ningún portador. De Arzak en cambio sí, hay 64 portadores de primer apellido y 52 de segundo, todos en Guipúzcoa.
Azanza tiene 692 portadores de primer apellido y 694 de segundo, presentes en 18 provincias españolas. De los cuales más de la mitad viven en Navarra y luego seguida de Guipúzcoa, Madrid, Vizcaya y Barcelona. Azantza en cambio, no hay ninguno.
Beraza tiene 795 personas que se apellidan así de primero y 798 de segundo. Viven en 15 provincias españolas, donde más en Vizcaya seguido de Guipúzcoa y Navarra. Quiere decirse que la gran mayoría están en el país vasco-navarro. Pero no hay nadie que se apellide Beratza, que es la forma eusquérica que prescribe Euskaltzaindia.
Bustinza hay 440 apellidados así de primero y 449 de segundo, que viven en 12 provincias españolas. Más de la mitad viven en Vizcaya y luego, ya de lejos, en Madrid y Álava. Pero no hay Bustintza.
Carranza es otro de los grandes apellidos por número de portadores que vemos aquí, junto con Ariza. Carranza tiene 6058 portadores de primer apellido y 5836 de segundo y está presente en todas las provincias españolas menos en Soria y en Orense. Donde más está presente es en Madrid, con más de 1000 portadores, seguido de cerca por Barcelona y en tercer lugar Sevilla. Y luego a distancia por Vizcaya, Huelva, Valladolid y Ciudad Real. Quiere decirse que está mucho más presente en el resto de España que en País Vasco y Navarra, debido sin duda a su profundidad histórica. De todas formas en las provincias vasco-navarras viven más de 400 portadores de este apellido, tanto de primero como de segundo. Pero no hay personas apellidadas Karrantza, y eso que el municipio del mismo nombre en la comarca de Las Encartaciones de Vizcaya, pasó a ser oficialmente Valle de Carranza / Karrantza Harana.
Estos dos artículos que siguen los he escrito pensando sobre todo en los paladares delicados –que sé de buena tinta que los hay– que siguen esta serie de El balle del ziruelo. Porque la pregunta que voy a responderme aquí se las trae. Es la siguiente: ¿por qué los nacionalistas vascos (llamémosles averchales en justa correspondencia) son reacios a ponerse las letras “tz” en sus apellidos cuando se da la ocasión de que se las pongan? Contextualizo la pregunta. Normalmente el nacionalista vasco típico lo que persigue es que su apellido dé cuenta de su profesión de fe nacionalista y así, como el nacionalismo construyó un alfabeto expresamente dedicado a diferenciarse del común español, pues trató por todos los medios de que la diferencia fuera evidente, tanto en apellidos como en topónimos.
Y para el que dude de lo que digo, que se dirija al texto clásico por antonomasia del eusquera, el libro titulado Guero (hoy en eusquera batua se titularía Gero), del autor Axular publicado en 1643 y escrito en labortano clásico y donde no hay letras “k”, ni el compuesto “tx” y en cambio hay muchas letras “v” y “c” o el grafema “qu”. Sabemos por esta serie que los nacionalistas prefieren cambiar los topónimos antes que los apellidos, porque estos últimos pueden suponer enojosas burocracias que, en cambio, los letreros de las ciudades, pueblos, ríos y montañas no conllevan. Pero en el caso de los apellidos también hay preferencias muy notables. Los nacionalistas vascos han desterrado letras de sus apellidos como la “c” o la pareja “qu” o la “v”. Y las han sustituido por la “k” y la “b”. También en el caso de la pareja “ch” la sustitución ha sido muy rápida, en este caso por “tx”.
Pero he observado que hay una pareja de letras ante las que el nacionalista vasco se muestra muy reacio al cambio. Me refiero a cambiar la “z” por “tz”, en los casos específicamente marcados por Euskaltzaindia en que así hay que hacer, según las normas del eusquera.
En el primer Nomenclátor de apellidos vascos, que se publicó por la Real Academia dela Lengua Vasca en 1998, se advertía en su preámbulo que: “El criterio fundamental empleado para la realización de este Nomenclátor de Apellidos Vascos ha sido la adecuación de los apellidos a la grafía académica, pero la comisión ha querido ir más allá de la simple adaptación gráfica. Como consecuencia de la no oficialidad del euskera, las lenguas de su entorno han producido grandes cambios en los apellidos vascos, y por ello, se ha considerado procedente corregir dichos cambios en cierta medida”.
O sea, Euskaltzaindia pasaba por alto el hecho de que la mayoría de los cambios en la grafía eran por criterios meramente políticos y quería hacernos creer que en el fondo lo eran para adaptar dicha grafía eusquérica a la auténtica pronunciación de la lengua vasca.
De hecho, el primer problema que el Nomenclátor con las grafías en eusquera de los apellidos, vendría a corregir, o por lo menos el primer ejemplo que se pone en dicho preámbulo a la hora de argumentar esa adecuación de la grafía académica a la pronunciación en vascuence, es el relativo al sonido que nos sirve aquí de motivo para escribir estos dos artículos, el de la pareja de letras “tz”. Veámoslo: “Es sabido que uno de los problemas mayores, si no el mayor, que se plantea al adecuar gráficamente los apellidos, es el concerniente al tratamiento de las sibilantes que no posee el castellano. Por ejemplo, el apellido Betolatza se escribía inicialmente Betolaça, pero más adelante el castellano perdió la pronunciación africada y posteriormente abandonó el grafema ç con lo que el mencionado apellido pasó a escribirse Betolaza, grafía impropia a todas luces.”
Entonces, cómo puede ser que siendo una grafía “impropia a todas luces”, esté costando tanto imponerla por el nacionalismo en los apellidos eusquéricos, mientras que otras, como la letra “k” o el compuesto “tx”, que en el preámbulo ni se nombran, han tenido mucho más éxito.
Definitivamente la “tz” no ha triunfado en la euscaldunización nacionalista vasca. Y a los datos me remito. He tenido a bien considerar todos los apellidos del Nomenclátor de Euskaltzaindia donde se propone el cambio de “z” por “tz”. Me han salido unos 450 apellidos. Siempre estoy hablando de apellidos con portadores, porque sabemos que la chapucería del Nomenclátor de apellidos vascos de Euskaltzaindia actualmente vigente es de tal dimensión que de los 11000 apellidos en números redondos de los que consta, unos 5000, o sea, casi la mitad, son apellidos fantasma, porque no tienen portadores vivos.
Pues bien, de esos 450 apellidos vivos susceptibles de ponerles la “tz” preceptiva, he distinguido los apellidos donde hay portadores que se la han puesto de los que no se la han puesto. Y me han salido 150 apellidos con portadores que se han puesto “tz” y el resto, 300, no tienen ningún portador que se la haya puesto. En números redondos. O sea, el doble de apellidos que podrían introducir la “tz” no se han cambiado en ningún caso, respecto de los que sí lo han hecho. Pero sobre todo las dimensiones del rechazo a la “tz” aparecen cuando vamos a los números absolutos de portadores. Los 300 apellidos que no se han querido poner la “tz” en su grafía eusquerizada corresponden, en números redondos, a 150.000 portadores de apellidos eusquéricos. El dato de cuántos de estos viven dentro del País Vasco y Navarra y cuántos en el resto de España condicionaría el cambio, porque obviamente el nacionalismo vasco tiene nulos efectos entre los portadores de apellidos eusquéricos que viven fuera del País Vasco y Navarra (sería una rareza encontrarse un Ibarretxe en Murcia, por ejemplo, aunque se dan casos de apellidos vascos eusquerizados residiendo fuera del País Vasco y Navarra, por razones de movilidad profesional normalmente y aventuro que cada vez habrá más). Por otros cálculos que han aparecido en artículos anteriores de esta serie, también sabemos que hay más portadores de apellidos eusquéricos residentes fuera del País Vasco y Navarra que dentro. Pero no se trataba ahora de demostrar eso otra vez. Solo estábamos con el tema de la “tz” y con los factores que pueden condicionar el hecho de que haya tan pocos portadores que hayan optado por la “tz” en lugar de la “z”. En números absolutos, como decimos, mientras hay 150.000 portadores de apellidos eusquéricos susceptibles de ponerse la “tz” en su apellido y que no se la han puesto, en cambio solo son 3.600 portadores los que sí lo han hecho. Estamos hablando de un 2,5% de los portadores totales de dichos apellidos. ¿Qué está pasando aquí? Dejo mi respuesta o hipótesis sobre la explicación de este hecho para el siguiente capítulo.
Ahora lo que voy a hacer es dar una lista, que continuará en el próximo capítulo, de apellidos eusquéricos con muchos portadores, susceptibles de introducir las letras “tz” en su grafía eusquérica y en los que, sin embargo, se demuestra que ninguno de ellos lo ha hecho. Así se podrá visualizar mejor lo que queremos decir, porque tan solo con las frías cifras que acabo de dar más arriba, en números redondos, creo que no se alcanza a percibir la auténtica dimensión de lo que estamos queriendo demostrar.
Amézaga tiene 524 portadores de primer apellido y 501 de segundo, de los que más de la mitad viven en Vizcaya y muy pocos en las otras tres provincias vasco-navarras. También está presente en otras 14 provincias españolas. Pero no hay ningún Ametzaga, que es la grafía eusquérica que prescribe Euskaltzaindia, salvo que su número sea inferior a 5, como siempre decimos, debido a la confidencialidad del INE. Elías Amézaga (Bilbao, 1921 – Guecho, 2008) fue un escritor nacionalista, biógrafo de Sabino Arana y de José Antonio Aguirre. Pero nunca se cambió a Ametzaga. Su segundo apellido es Urlezaga, con 38 portadores de primer apellido y 32 de segundo, casi todos en Vizcaya, pero tampoco existe Urletzaga. Por cierto, Urlezaga no viene en el Nomenclátor de apellidos vascos de Euskaltzaindia.
Amonárriz es otro apellido de un hombre conocido de la cultura vasca por ser un gran divulgador del eusquera: Kike Amonarriz. Pues en cambio tampoco se ha puesto Amonarritz. Lo deducimos porque en el INE no viene nadie que se haya puesto Amonarritz o al menos no superan los 4 individuos. Y eso que Amonárriz tiene 82 portadores de primer apellido y 60 de segundo y casi todos viven en Guipúzcoa, que es la provincia que más tendencia tiene de las cuatro vasco-navarras a ponerse los apellidos con grafía eusquérica. Otra curiosidad del caso es que este apellido no viene siquiera recogido en el listado de Euskaltzaindia, pero otros similares, como Munárriz, sí, y para Munárriz Euskaltzaindia prescribe Munarritz como grafía eusquérica.
Amuriza también es el apellido de un personaje de la cultura vasca, un bersolari, que también ha sido representante político, como concejal y parlamentario vasco, por la llamada izquierda aberchale. Existen 149 personas apellidadas así de primer apellido y 184 de segundo, la mayoría en Vizcaya, aunque también hay algunas en Madrid, Álava, Guipúzcoa y Barcelona. Pero el caso es que no existen personas apellidadas Amuritza.
Andueza es el apellido del actual secretario general del PSE, Eneko Andueza. Y hay muchos apellidados así, concretamente 1910 personas de primer apellido y 1800 de segundo. La mayoría residen en Navarra, pero también hay bastantes en Guipúzcoa y curiosamente en Las Palmas de Gran Canaria. Hay también Anduezas en otras 18 provincias españolas, Álava y Vizcaya incluidas. Pero no hay nadie apellidado Anduetza.
Aranaz tiene unos 478 portadores de primer apellido y 486 de segundo. Para la localidad navarra de Etxarri-Aranatz sí lo han cambiado y ya no es Echarri-Aranaz, en cambio como apellido nadie se ha cambiado a Aranatz.
Aranzadi lo traemos aquí porque, aunque tiene menos portadores que los demás ejemplos, es un apellido de mucha solera nacionalista, sobre todo en Navarra. Tiene 263 portadores de primer apellido y 229 de segundo. La mayoría, sin llegar a la mitad, viven en Guipúzcoa, seguido de Navarra, Madrid, Vizcaya y ya menos en Murcia, Asturias y Álava, por este orden. Pero Arantzadi no hay.
Arenaza tiene 638 portadores de primer apellido y 646 de segundo, la mayoría entre Vizcaya y Guipúzcoa y también en Álava y Navarra y luego algunos en otras 6 provincias españolas, pero Arenatza no hay.
Arenzana tiene 519 portadores de primer apellido y 487 de segundo, de los cuales casi la mitad viven en La Rioja. De hecho, en las provincias vasco-navarras solo vive un cuarto de portadores, en relación con los que viven en el resto de España, repartidos en nueve provincias españolas. Quizás eso refuerza la cuestión de que no haya nadie apellidado Arentzana, pero tampoco es razón suficiente, porque aparte de los apellidos que estamos viendo en esta muestra, hay otros 150 apellidos, como dijimos, cuyos portadores, en mayor o menor proporción, sí que se han cambiado la grafía, incluso tratándose de apellidos con menos de cien portadores residiendo en territorio vasco-navarro, como es el caso que nos ocupa.
Ariza es mucho más significativo, por ser el apellido con más portadores de todos los que son susceptibles de cambiar su grafía introduciendo la “tz”. Tiene 12584 portadores de primer apellido y 12272 de segundo, de los que viven en territorio vasco-navarro menos de 300 portadores de primero y otros tantos de segundo, es decir, un 2,5% del total. El caso es que no hay en España personas apellidadas Aritza.
Arraiza tiene 603 personas apellidadas así de primer apellido y 580 de segundo. La mayoría viven en Navarra, pero también hay bastantes en Guipúzcoa, Vizcaya y Álava. Un resto queda repartido entre otras 12 provincias españolas. Pues bien, no hay nadie apellidado Arraitza.
Arriazu tiene 725 portadores de primer apellido y 761 de segundo. La mayoría viven en Navarra y a distancia en Zaragoza, Barcelona y Madrid. En Vizcaya y Guipuzcoa también hay algunos. En Álava nada. Y hay algunos también en otras 6 provincias españolas. El caso es que no hay nadie apellidado Arriatzu.
Arróniz es un apellido que viene también en el Nomenclátor de Euskaltzaindia, pero el caso es que donde más portadores tiene es en Murcia. Tiene 991 portadores de primer apellido y 1068 de segundo. Después de Murcia donde más hay es en Álava y Navarra. Está presente en un total de 20 provincias españolas y hay algo más portadores fuera que dentro del País Vasco y Navarra, es decir en el resto de España. Pero no hay nadie que se apellide Arronitz.
Arza tiene 1256 portadores de primero y 1193 de segundo. Presente en 30 provincias españolas y algo más dentro del País Vasco y Navarra que en el resto de España. Donde más Arza hay es en Vizcaya seguido de Navarra, Lugo, Barcelona, Guipúzcoa y Madrid. Pero no hay Artza:
Arzac lo traemos no porque tenga muchos portadores (solo tiene 140 de primer apellido y 122 de segundo, la mayoría en Guipúzcoa y el resto en Madrid), sino porque es muy conocido por el tema de la gastronomía. El restaurante de San Sebastián se llama Arzak, pero en realidad la forma eusquérica que dictamina Euskaltzaindia es Artzak, de la que, como se puede suponer, no hay ningún portador. De Arzak en cambio sí, hay 64 portadores de primer apellido y 52 de segundo, todos en Guipúzcoa.
Azanza tiene 692 portadores de primer apellido y 694 de segundo, presentes en 18 provincias españolas. De los cuales más de la mitad viven en Navarra y luego seguida de Guipúzcoa, Madrid, Vizcaya y Barcelona. Azantza en cambio, no hay ninguno.
Beraza tiene 795 personas que se apellidan así de primero y 798 de segundo. Viven en 15 provincias españolas, donde más en Vizcaya seguido de Guipúzcoa y Navarra. Quiere decirse que la gran mayoría están en el país vasco-navarro. Pero no hay nadie que se apellide Beratza, que es la forma eusquérica que prescribe Euskaltzaindia.
Bustinza hay 440 apellidados así de primero y 449 de segundo, que viven en 12 provincias españolas. Más de la mitad viven en Vizcaya y luego, ya de lejos, en Madrid y Álava. Pero no hay Bustintza.
Carranza es otro de los grandes apellidos por número de portadores que vemos aquí, junto con Ariza. Carranza tiene 6058 portadores de primer apellido y 5836 de segundo y está presente en todas las provincias españolas menos en Soria y en Orense. Donde más está presente es en Madrid, con más de 1000 portadores, seguido de cerca por Barcelona y en tercer lugar Sevilla. Y luego a distancia por Vizcaya, Huelva, Valladolid y Ciudad Real. Quiere decirse que está mucho más presente en el resto de España que en País Vasco y Navarra, debido sin duda a su profundidad histórica. De todas formas en las provincias vasco-navarras viven más de 400 portadores de este apellido, tanto de primero como de segundo. Pero no hay personas apellidadas Karrantza, y eso que el municipio del mismo nombre en la comarca de Las Encartaciones de Vizcaya, pasó a ser oficialmente Valle de Carranza / Karrantza Harana.