No hay en el mundo mejor policía que la Guardia Civil. El juramento que hace el guardia al tomar posesión de su cargo policial, responde a esa pregunta de protocolo: ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente vuestras obligaciones, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y a vuestros jefes, no abandonarlos nunca y, si preciso fuere, entregar vuestra vida en defensa de España…?  Y el guardia responde afirmativamente. Es decir, el deber de lealtad al régimen político en el que se inserte asegura su fiabilidad y confianza, y la disciplina es su bandera y el servicio a la patria su dedicación inquebrantable. Está al margen de los vaivenes políticos y nada le hace desviarse de su camino en el cumplimiento de las leyes y el acatamiento a la Constitución como marco de su actuación.

Por otra parte, sus valores naturales y su marco de actuación, responde a los parámetros de…

• Sacrificio: Peligro o trabajo grave a que se somete una persona, acto de abnegación inspirado en el sentido del deber. Se traduce en subordinar la vida o el bienestar propios por los de los demás.

• Lealtad: Cumplimiento de lo que exige la fidelidad y el honor.

• Austeridad: Moderación de los sentidos y pasiones ante metas más elevadas como el cumplimiento del deber.

• Disciplina Implica la observancia de unos principios de obediencia que sólo conoce el límite moral del honor y el material de la Ley.

• Abnegación: Sacrificio que alguien hace de su voluntad, de sus afectos o de sus intereses, generalmente por motivos profesionales o por altruismo.

• Espíritu benemérito: Benefactor, que hace bien a los demás. Se consideran las necesidades del prójimo por encima de las de uno mismo.

Es obvio que el señor Presidente de la nación, conocido con el apellido de Sánchez, entiende poco de estas cosas, pues el maltrato que su gobierno aplica a este cuerpo abnegado y sacrificado al servicio de la sociedad es simplemente un atropello indecente. Si me pusiera a aplicar adjetivos que me vienen a la cabeza a este personaje, que pudiera ser de ficción, se me acabaría el repertorio para calificar actos mezquinos e indignos de un gobernante.

Claro está. No se les habrá escapado el motivo de esta reflexión: la traición al sentimiento de las víctimas de la banda terrorista ETA, que han caído en el ejercicio de su cometido, es de tal tamaño que resulta difícil de perdonar por muy cristianos que seamos. Tanto de las víctimas civiles, así como las policiales o militares. La Guardia Civil ha desempeñado un trabajo que jamás podremos valorar en su justa medida en el combate contra el terrorismo. Por ello se la tienen jurada los esbirros y secuaces que jamás han condenado ni uno de los terribles asesinatos cometidos por ETA y por eso no cejan en el empeño de echarlos de Navarra, ya que del País Vasco casi lo han hecho ya. Todo con la inigualable ayuda del partido guía que hegemoniza ya el poder político por la inacción del resto de los partidos, que no son capaces de articular la batalla cultural, jurídica y política que tanto ansiamos las personas de bien.

La expulsión de la Guardia Civil de las tareas de tráfico, antecedente de lo que será el vaciamiento de los cuarteles en el Reino de Navarra, para que Bildu apoyase los Presupuestos Generales del Estado, solamente puede ser superada en indignidad por la declaración de “socio preferente” al partido de Arnaldo Otegui, convirtiendo al felón de la Moncloa en cómplice de los herederos de ETA.

Me solidarizo con cada uno de los guardias civiles que han sido perjudicados tanto profesionalmente como moralmente por tal canallada. Y me declaro ciudadano agradecido para siempre a la Guardia Civil, que calladamente y abnegadamente sigue cumpliendo su trabajo con disciplinada dedicación, pese a que el presidente de su nación esté focalizando sus esfuerzos en ayudar a los enemigos de la unidad nacional de España y a dejar la Constitución sin función ni efectos.

Dios nos pille confesados, pues la balcanización de España ya está desarrollándose de la mano de bildupsoetarras.