Zubieta
La incineradora de Zubieta ha cumplido dos años tras sufrir y superar durante su construcción un pertinaz y contundente acoso ejecutado por una tupida red de plataformas que siguen a día de hoy en contra de todo lo que signifique progreso.
Los vecinos de Buruntzaldea contemplábamos atónitos cómo los peores augurios se cernían sobre nuestras cabezas: íbamos a pasar a la Historia como el <<Chernobil guipuzcoano>> o el <<Fukushima vasco>>. A día de hoy, el complejo industrial funciona a buen ritmo, con los pequeños fallos técnicos lógicos en una infraestructura de semejante envergadura.
Paseamos y practicamos deporte por la zona, un centro escolar está ubicado en sus aledaños, el equipo realista entrena sano y feliz, los caballos galopan alegres y confiados por las pistas del hipódromo, el sector primario sigue a lo suyo, con sus problemas específicos, pero ninguno generado por la presencia de la incineradora. Varias industrias se han instalado en sus alrededores y otras están en proceso de construcción. Los habitantes de la comarca no hemos huido despavoridos malvendiendo nuestros pisos, sino que muy al contrario las nuevas viviendas siguen a buen ritmo y la población aumenta (Lasarte-Oria); el Covid-19 no tuvo su origen en la incineradora.
El miedo lo puede casi todo y algunos trataron de inocularnos espanto, recelo y aprensión para movilizarnos y actuar como sus marionetas; todo ello muy sospechoso. La sociedad en general se alegra de que ya no contaran con la inestimable ayuda de aquella <<pócima mágica>> que hace no tantos años sí tuvo un perverso efecto en otras infraestructuras por todos conocidas.
Las disculpas y autocrítica brillan por su ausencia e incluso de tarde en tarde, algunos, cada vez menos, siguen sacando la pancarta, pero la vida continúa, los pájaros gorjean y siguen anidando en Buruntzaldea. Ojo avizor para que a finales de mayo no nos metan la marcha atrás, cuesta abajo y sin frenos.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria
![[Img #23516]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/01_2023/1749_screenshot-2023-01-12-at-07-56-52-incineradora-zubieta-youtueb-busqueda-de-google.png)
La incineradora de Zubieta ha cumplido dos años tras sufrir y superar durante su construcción un pertinaz y contundente acoso ejecutado por una tupida red de plataformas que siguen a día de hoy en contra de todo lo que signifique progreso.
Los vecinos de Buruntzaldea contemplábamos atónitos cómo los peores augurios se cernían sobre nuestras cabezas: íbamos a pasar a la Historia como el <<Chernobil guipuzcoano>> o el <<Fukushima vasco>>. A día de hoy, el complejo industrial funciona a buen ritmo, con los pequeños fallos técnicos lógicos en una infraestructura de semejante envergadura.
Paseamos y practicamos deporte por la zona, un centro escolar está ubicado en sus aledaños, el equipo realista entrena sano y feliz, los caballos galopan alegres y confiados por las pistas del hipódromo, el sector primario sigue a lo suyo, con sus problemas específicos, pero ninguno generado por la presencia de la incineradora. Varias industrias se han instalado en sus alrededores y otras están en proceso de construcción. Los habitantes de la comarca no hemos huido despavoridos malvendiendo nuestros pisos, sino que muy al contrario las nuevas viviendas siguen a buen ritmo y la población aumenta (Lasarte-Oria); el Covid-19 no tuvo su origen en la incineradora.
El miedo lo puede casi todo y algunos trataron de inocularnos espanto, recelo y aprensión para movilizarnos y actuar como sus marionetas; todo ello muy sospechoso. La sociedad en general se alegra de que ya no contaran con la inestimable ayuda de aquella <<pócima mágica>> que hace no tantos años sí tuvo un perverso efecto en otras infraestructuras por todos conocidas.
Las disculpas y autocrítica brillan por su ausencia e incluso de tarde en tarde, algunos, cada vez menos, siguen sacando la pancarta, pero la vida continúa, los pájaros gorjean y siguen anidando en Buruntzaldea. Ojo avizor para que a finales de mayo no nos metan la marcha atrás, cuesta abajo y sin frenos.
Francisco Javier Sáenz Martínez
FJS.
Lasarte-Oria