Víctor Legorburu Ibarreche
El Correo de fecha 9 de febrero de 2023 contiene esta esquela:
![[Img #23680]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/02_2023/2537_1.png)
La realidad de su “fallecimiento”, en cambio, fue esta otra:
![[Img #23681]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/02_2023/5177_2.png)
Se trata de Víctor Legorburu Ibarreche Azpitarte Urigüen Urcelay Landa Astorquia Zamalloa, asesinado por un comando de ETA el 9 de febrero de 1976 en Galdácano, localidad de la que era su alcalde. Tras los oficios fúnebres, una manifestación de más de 6000 personas recorrió el municipio gritando “Ni amnistía, ni perdón, ETA al paredón” y “Menos apertura, más seguridad”. La gente lo apreciaba. Había conseguido, en dura pugna con Durango, que el hospital comarcal, hoy Hospital de Usánsolo, se instalara en su municipio. Fue fundador en 1945 y primer presidente del grupo alpino Ganguren Mendi Taldea, del que señala la enciclopedia Auñamendi que “construyó un refugio en Arraba (Gorbea) para acceder mejor a todos los montes que componen el macizo de Gorbea”. Siendo alcalde de Galdácano desde 1966, la actual ikastola Eguzkibegi inició su andadura en 1967, en el barrio de Zabalea, con el nombre de Parvulario Juan Bautista Uriarte.
La segunda de la esquela, María Rosario Zuazua Larizsubierrementeria, era su esposa y la tercera es la nuera de ambos, María José de la Villa de Juana, casada con uno de los hijos del matrimonio, Víctor Legorburu Zuazua, y padres a su vez de dos hijos, Isabel y Víctor. Víctor Legorburu Zuazua, tras el asesinato de su padre, declaró: “A mi padre lo asesinaron por ser español. Y esto era una condena a muerte. Dos años antes de asesinarlo, le quemaron la imprenta que había montado justo antes de casarse y le amenazaron: te tienes que ir porque eres un cabrón”.
Los primeros ocho apellidos de Victor Legorburu Ibarreche los conocemos gracias a la genealogía elaborada por Antonio Castejón en su página web de euskalnet-laviana. Por ahí también sabemos más apellidos de Víctor Legorburu que remontan, por línea paterna hasta la localidad guipuzcoana de Legazpia (hoy Legazpi) a mediados del siglo XVII. Son los siguientes: Barrena, Echeverria, Balzategui, Alzelay, Sagastizabal, Lesaca, Murguisur, Ugarte, Lizarralde, Orúe, Plazaola, Osinaga, Gorosábel y Urtazaola.
De este asesinato, así como el del mecánico Julián Galarza Ayastuy, cometido al día siguiente (y del que al cabo de dos meses la organización terrorista dijo que había sido un error), y también del anterior a estos dos asesinatos, el de Antonio Echeverría Albisu, alcalde de Oyarzun, cometido el 24 de noviembre de 1975, sus autores fueron José Miguel Retolaza Urbina, alias Ereki, e Isidro María Garalde Bedialauneta, alias Mamarru. En este último también participó José Joaquín Villar Gurruchaga, alias Fangio. Todos ellos se vieron beneficiados por la ley de amnistía de 1977. Víctor Legorburu Zuazua, hijo del asesinado, declaró al respecto: “Es como que te vuelvan a matar a tu padre, pero ¿qué vas a hacer? No puedes hacer nada. Independientemente de quien cometiera los atentados, aquí el culpable ha sido el nacionalismo vasco”.
Iñaki Anasagasti, que en su día fuera representante del PNV en el Congreso de los Diputados durante 18 años y senador por el mismo partido durante otros 11 años, tiene escrito en su blog: “Legorburu era un conocido antidemócrata, militante de extrema-derecha y colaborador de los «guerrilleros de Cristo Rey»”.
Uno de los terroristas que intervinieron en el asesinato, Isidro María Garalde, continuó luego realizando acciones para la banda terrorista hasta que fue detenido en 1985. Estuvo 28 años en prisión hasta que salió en 2013.
José Miguel Retolaza Urbina fue como número 22 en la candidatura de Herri Batasuna a las elecciones autonómicas vascas de 1980, en la misma lista que encabezaba Francisco Letamendia Belzunce y estaba integrada, entre otros, por Jon Idígoras, Tasio Erquizia, Santiago Brouard, Txomin Ziluaga, el portero Iríbar y el bersolari Amuriza. Según consta en el Boletín Oficial del Consejo General del País Vasco de 15 de febrero de 1980.
![[Img #23682]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/02_2023/9602_3.png)
Gorka Angulo Altube, en su libro La persecución de ETA a la derecha vasca (Córdoba, Almuzara, 2018) tiene escrito: “El asesinato del primer edil de Galdácano, Víctor Legorburu tuvo dos consecuencias: lograr la dimisión en masa de alcaldes y concejales, así como privar a la derecha vasca de candidatos para unas elecciones que se barajaban como inmediatas tras los primeros comicios de 1977. Problema que no tuvieron los partidos nacionalistas. Militantes de AP, UCD o formaciones carlistas fueron colocados en el punto de mira. Sus candidatos pasaron a ser perseguidos, extorsionados... y asesinados. Los primeros crímenes fueron lo suficientemente «ejemplarizantes» como para crear un ambiente de terror generalizado, huida de familias enteras, y provocar mutaciones ideológicas salvavidas o la autocensura.”
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El Correo de fecha 9 de febrero de 2023 contiene esta esquela:
![[Img #23680]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/02_2023/2537_1.png)
La realidad de su “fallecimiento”, en cambio, fue esta otra:
![[Img #23681]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/02_2023/5177_2.png)
Se trata de Víctor Legorburu Ibarreche Azpitarte Urigüen Urcelay Landa Astorquia Zamalloa, asesinado por un comando de ETA el 9 de febrero de 1976 en Galdácano, localidad de la que era su alcalde. Tras los oficios fúnebres, una manifestación de más de 6000 personas recorrió el municipio gritando “Ni amnistía, ni perdón, ETA al paredón” y “Menos apertura, más seguridad”. La gente lo apreciaba. Había conseguido, en dura pugna con Durango, que el hospital comarcal, hoy Hospital de Usánsolo, se instalara en su municipio. Fue fundador en 1945 y primer presidente del grupo alpino Ganguren Mendi Taldea, del que señala la enciclopedia Auñamendi que “construyó un refugio en Arraba (Gorbea) para acceder mejor a todos los montes que componen el macizo de Gorbea”. Siendo alcalde de Galdácano desde 1966, la actual ikastola Eguzkibegi inició su andadura en 1967, en el barrio de Zabalea, con el nombre de Parvulario Juan Bautista Uriarte.
La segunda de la esquela, María Rosario Zuazua Larizsubierrementeria, era su esposa y la tercera es la nuera de ambos, María José de la Villa de Juana, casada con uno de los hijos del matrimonio, Víctor Legorburu Zuazua, y padres a su vez de dos hijos, Isabel y Víctor. Víctor Legorburu Zuazua, tras el asesinato de su padre, declaró: “A mi padre lo asesinaron por ser español. Y esto era una condena a muerte. Dos años antes de asesinarlo, le quemaron la imprenta que había montado justo antes de casarse y le amenazaron: te tienes que ir porque eres un cabrón”.
Los primeros ocho apellidos de Victor Legorburu Ibarreche los conocemos gracias a la genealogía elaborada por Antonio Castejón en su página web de euskalnet-laviana. Por ahí también sabemos más apellidos de Víctor Legorburu que remontan, por línea paterna hasta la localidad guipuzcoana de Legazpia (hoy Legazpi) a mediados del siglo XVII. Son los siguientes: Barrena, Echeverria, Balzategui, Alzelay, Sagastizabal, Lesaca, Murguisur, Ugarte, Lizarralde, Orúe, Plazaola, Osinaga, Gorosábel y Urtazaola.
De este asesinato, así como el del mecánico Julián Galarza Ayastuy, cometido al día siguiente (y del que al cabo de dos meses la organización terrorista dijo que había sido un error), y también del anterior a estos dos asesinatos, el de Antonio Echeverría Albisu, alcalde de Oyarzun, cometido el 24 de noviembre de 1975, sus autores fueron José Miguel Retolaza Urbina, alias Ereki, e Isidro María Garalde Bedialauneta, alias Mamarru. En este último también participó José Joaquín Villar Gurruchaga, alias Fangio. Todos ellos se vieron beneficiados por la ley de amnistía de 1977. Víctor Legorburu Zuazua, hijo del asesinado, declaró al respecto: “Es como que te vuelvan a matar a tu padre, pero ¿qué vas a hacer? No puedes hacer nada. Independientemente de quien cometiera los atentados, aquí el culpable ha sido el nacionalismo vasco”.
Iñaki Anasagasti, que en su día fuera representante del PNV en el Congreso de los Diputados durante 18 años y senador por el mismo partido durante otros 11 años, tiene escrito en su blog: “Legorburu era un conocido antidemócrata, militante de extrema-derecha y colaborador de los «guerrilleros de Cristo Rey»”.
Uno de los terroristas que intervinieron en el asesinato, Isidro María Garalde, continuó luego realizando acciones para la banda terrorista hasta que fue detenido en 1985. Estuvo 28 años en prisión hasta que salió en 2013.
José Miguel Retolaza Urbina fue como número 22 en la candidatura de Herri Batasuna a las elecciones autonómicas vascas de 1980, en la misma lista que encabezaba Francisco Letamendia Belzunce y estaba integrada, entre otros, por Jon Idígoras, Tasio Erquizia, Santiago Brouard, Txomin Ziluaga, el portero Iríbar y el bersolari Amuriza. Según consta en el Boletín Oficial del Consejo General del País Vasco de 15 de febrero de 1980.
![[Img #23682]](https://latribunadelpaisvasco.com/upload/images/02_2023/9602_3.png)
Gorka Angulo Altube, en su libro La persecución de ETA a la derecha vasca (Córdoba, Almuzara, 2018) tiene escrito: “El asesinato del primer edil de Galdácano, Víctor Legorburu tuvo dos consecuencias: lograr la dimisión en masa de alcaldes y concejales, así como privar a la derecha vasca de candidatos para unas elecciones que se barajaban como inmediatas tras los primeros comicios de 1977. Problema que no tuvieron los partidos nacionalistas. Militantes de AP, UCD o formaciones carlistas fueron colocados en el punto de mira. Sus candidatos pasaron a ser perseguidos, extorsionados... y asesinados. Los primeros crímenes fueron lo suficientemente «ejemplarizantes» como para crear un ambiente de terror generalizado, huida de familias enteras, y provocar mutaciones ideológicas salvavidas o la autocensura.”
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