Profesor Tamames
Noto miedo disimulado entre chascarrillos de la clase política. ¿Pero cómo Don Ramón se presta a ser cabeza de cartel en una moción de censura?. Además, sabe que no tiene ninguna posibilidad de ganarla. Y corre el riesgo que le sitúen a estas alturas de su vida en las filas de Vox o la extrema derecha...
Cuánto imbécil indocumentado camina por los pasillos de las Cortes. Cuánto indigente cultural bien pagado hace tertulia en medios sostenidos por compañías protegidas desde los poderes. Cuánto badulaque de corto recorrido mental emite opiniones de casino provinciano.
Don Ramón Tamames tiene trayectoria y conocimientos que me permiten asegurar pondrá en solfa a todos los mequetrefes mandarines que se benefician de la nómina con dietas por asiento en Senado y Congreso. Incluidos los miembros del Gobierno sanchista.
Conocí a Don Ramón en mi etapa de alumno en la Complutense. Desde Medicina íbamos a Económicas -"el Kremlin"- para escuchar las clases de un joven profesor venido desde provincias que nos enseñaba lo que era la economía social. Más tarde supe que pertenecía al Partido Comunista. Estuvo en Carabanchel donde Don Marcelino Camacho advertía a sus compañeros que no importunaran al profesor Tamames mientras descansaba, pues después les daba una clase que todos los allí internados escuchaban con suma atención.
Tuve la suerte de tratarlo con motivo de una conferencia que le contratamos desde Unidad Alavesa con motivo de unas elecciones a la Eurocámara. Fue un auténtico placer escucharle en la distancia del púlpito y después en la cena del Portalón. Ahí nació una buena amistad.
De aquella relación que tuve el honor de disfrutar se dedujo un hecho del que ya escribí alguna vez. Fue en su casa cerca del Bernabéu en Madrid, dónde nos juntó en una comida a diferentes dirigentes de la política vasca. El objetivo era una coalición para sentar en los bancos de la oposición al nacionalismo encabezado por Arzalluz e Ibarretxe. Para el profesor estaba claro que el nacionalismo no podía seguir siendo la solución por ser parte muy importante del problema contencioso vasco cargado con la violencia terrorista. Había que convencer al ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, para que encabezara tal operativo. Y así fue. Socialistas de Redondo Terreros, comunistas de López de la Calle, foralistas de UA, decidimos dar la batalla unidos tomando como ejemplo lo que se había hecho en julio de 1999 en Álava para ganar las elecciones forales y municipales y constituir el primer Gobierno constitucionalista de Euskadi con aquel lema de UA: "Álava, frontera al nacionalismo".
Aquello no salió bien. La mecánica fue tan exagerada que convertimos las elecciones al Parlamento Vasco en un referéndum entre vascos y españoles y Juanjo Ibarretxe nos derrotó.
Volviendo a la cuestión actual. El profesor Tamames es miembro distinguido de la sociedad civil. Sin duda es uno de los personajes que mejor conoce el devenir histórico desde la dictadura hasta la democracia. Sabe cómo se gestó la Constitución española. Conoce como pocos las entretelas de la clase dominante que ha convertido la democracia en partitocracia. Sabe perfectamente cuál es la verdad en las cuentas del Estado. Tiene amplias referencias de cómo funciona el Estado de las autonomías. Conoce de sobra el conflicto de Ucrania. Puede dar lecciones que de una vez por todas pongan orden en esos términos tan gastados de machismo, feminismo, fascismo y clientelismo. Es el mayor experto en política fiscal. Mantiene sus relaciones con agentes de la sociedad civil y por tanto es su mejor representante. A todo lo dicho debo añadir sus dotes como parlamentario y desde luego con una memoria propia del gran estadista que debería hacer temblar a más de uno de esos/as botarates que cuando suben las escaleras camino del atril se crecen, pero esta vez me temo van a sufrir las correcciones del viejo y sabio profesor.
No importa el resultado de las votaciones. Importa el discurso del hombre de Estado, sin ataduras, sin complejos, sin nada que perder, en la dinámica de su último servicio a España.
No me gustaría estar en la piel de los "romerales forgianos" señalados por la cúpula de sus partidos para darle respuesta a Don Ramón. ¡Que mál lo deben estar pasando!. Saben con lo que se enfrentan. Los conocimientos largos y anchos del universitario erudito y dotado con la elocuencia. La memoria histórica de un hombre que forma parte como testigo de los entresijos que se urdieron en la España de la dictadura, la España de la reconciliación, la España del terrorismo fascista y nacionalista, la España de charanga y pandereta, la España de Fraga, Carrillo, Suarez, González, Tierno, Arzalluz, Pujol.
Me voy a divertir. No me lo voy a perder. Por primera vez un distinguido miembro de la sociedad intelectual les dará su merecido a tanto paleto/a endomingado. Puede que hasta intenten lo mejor para ellos. No darle respuesta disfrazándola con discursos extraparlamentario del respeto que según tales malandrines merece la Cámara. Pero no nos engañen. Temen que el viejo profesor les ponga a caer de un burro...
Noto miedo disimulado entre chascarrillos de la clase política. ¿Pero cómo Don Ramón se presta a ser cabeza de cartel en una moción de censura?. Además, sabe que no tiene ninguna posibilidad de ganarla. Y corre el riesgo que le sitúen a estas alturas de su vida en las filas de Vox o la extrema derecha...
Cuánto imbécil indocumentado camina por los pasillos de las Cortes. Cuánto indigente cultural bien pagado hace tertulia en medios sostenidos por compañías protegidas desde los poderes. Cuánto badulaque de corto recorrido mental emite opiniones de casino provinciano.
Don Ramón Tamames tiene trayectoria y conocimientos que me permiten asegurar pondrá en solfa a todos los mequetrefes mandarines que se benefician de la nómina con dietas por asiento en Senado y Congreso. Incluidos los miembros del Gobierno sanchista.
Conocí a Don Ramón en mi etapa de alumno en la Complutense. Desde Medicina íbamos a Económicas -"el Kremlin"- para escuchar las clases de un joven profesor venido desde provincias que nos enseñaba lo que era la economía social. Más tarde supe que pertenecía al Partido Comunista. Estuvo en Carabanchel donde Don Marcelino Camacho advertía a sus compañeros que no importunaran al profesor Tamames mientras descansaba, pues después les daba una clase que todos los allí internados escuchaban con suma atención.
Tuve la suerte de tratarlo con motivo de una conferencia que le contratamos desde Unidad Alavesa con motivo de unas elecciones a la Eurocámara. Fue un auténtico placer escucharle en la distancia del púlpito y después en la cena del Portalón. Ahí nació una buena amistad.
De aquella relación que tuve el honor de disfrutar se dedujo un hecho del que ya escribí alguna vez. Fue en su casa cerca del Bernabéu en Madrid, dónde nos juntó en una comida a diferentes dirigentes de la política vasca. El objetivo era una coalición para sentar en los bancos de la oposición al nacionalismo encabezado por Arzalluz e Ibarretxe. Para el profesor estaba claro que el nacionalismo no podía seguir siendo la solución por ser parte muy importante del problema contencioso vasco cargado con la violencia terrorista. Había que convencer al ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, para que encabezara tal operativo. Y así fue. Socialistas de Redondo Terreros, comunistas de López de la Calle, foralistas de UA, decidimos dar la batalla unidos tomando como ejemplo lo que se había hecho en julio de 1999 en Álava para ganar las elecciones forales y municipales y constituir el primer Gobierno constitucionalista de Euskadi con aquel lema de UA: "Álava, frontera al nacionalismo".
Aquello no salió bien. La mecánica fue tan exagerada que convertimos las elecciones al Parlamento Vasco en un referéndum entre vascos y españoles y Juanjo Ibarretxe nos derrotó.
Volviendo a la cuestión actual. El profesor Tamames es miembro distinguido de la sociedad civil. Sin duda es uno de los personajes que mejor conoce el devenir histórico desde la dictadura hasta la democracia. Sabe cómo se gestó la Constitución española. Conoce como pocos las entretelas de la clase dominante que ha convertido la democracia en partitocracia. Sabe perfectamente cuál es la verdad en las cuentas del Estado. Tiene amplias referencias de cómo funciona el Estado de las autonomías. Conoce de sobra el conflicto de Ucrania. Puede dar lecciones que de una vez por todas pongan orden en esos términos tan gastados de machismo, feminismo, fascismo y clientelismo. Es el mayor experto en política fiscal. Mantiene sus relaciones con agentes de la sociedad civil y por tanto es su mejor representante. A todo lo dicho debo añadir sus dotes como parlamentario y desde luego con una memoria propia del gran estadista que debería hacer temblar a más de uno de esos/as botarates que cuando suben las escaleras camino del atril se crecen, pero esta vez me temo van a sufrir las correcciones del viejo y sabio profesor.
No importa el resultado de las votaciones. Importa el discurso del hombre de Estado, sin ataduras, sin complejos, sin nada que perder, en la dinámica de su último servicio a España.
No me gustaría estar en la piel de los "romerales forgianos" señalados por la cúpula de sus partidos para darle respuesta a Don Ramón. ¡Que mál lo deben estar pasando!. Saben con lo que se enfrentan. Los conocimientos largos y anchos del universitario erudito y dotado con la elocuencia. La memoria histórica de un hombre que forma parte como testigo de los entresijos que se urdieron en la España de la dictadura, la España de la reconciliación, la España del terrorismo fascista y nacionalista, la España de charanga y pandereta, la España de Fraga, Carrillo, Suarez, González, Tierno, Arzalluz, Pujol.
Me voy a divertir. No me lo voy a perder. Por primera vez un distinguido miembro de la sociedad intelectual les dará su merecido a tanto paleto/a endomingado. Puede que hasta intenten lo mejor para ellos. No darle respuesta disfrazándola con discursos extraparlamentario del respeto que según tales malandrines merece la Cámara. Pero no nos engañen. Temen que el viejo profesor les ponga a caer de un burro...